Ángel Villa Valdés

Estimado Ángel:

Es un placer tener la oportunidad de saludarte a través de esta página después de 30 años. Recuerdo tu pasión y tu capacidad de trasmitir entusiasmo por la Arqueología cuando todavía eras estudiante.  Ya he visto que algunos ignorantes han tratado de echar por tierra tu entusiamo. Es lo que suele ocurrir cuando un gran hombre está rodeado de "enanos de espíritu". Sobra decir que tienes todo mi apoyo incondicional. No permitas que ninguno de sus envenenados dardos impida que sigas disfrutando con tu trabajo, que me consta que es inmejorable. Permíteme despedirme con una bendición celta y un abrazo repleto de cariño:

 "...Que el camino venga a tu encuentro,

que el viento sople siempre a tu espalda,

que pueda el sol brillar cálidamente sobre tu rostro

y la lluvia caer con dulzura sobre tu campo.

Y hasta que volvamos a encontrarnos,

que Dios te sostenga suavemente en la palma de su mano..."

Querido Ángel:

¡Qué grata sorpresa recibir tu correo! Yo también soy neófita en esto de las redes sociales.

Te he escrito varias veces a angelvilla@chsamartin.es pero recibo automáticamente una contestación del administrador del sistema diciéndome que no es posible contactar con esa dirección de correo electrónico. Entre tanto, seguiré haciéndote llegar mi apoyo repleto de admiración por tus fantásticos trabajos arqueológicos y sobre todo, repleto de cariño a través de esta página.

¡Que pases un día fantástico!

Un abrazo del alma.

¡Mil gracias por aceptarme en tu grupo de amigos! Como alguien me dijo hace mucho tiempo: "Cuando se conoce a gente como tú, uno se siente orgulloso de tener amigos".Confío en encontrar la forma de hacerte llegar mis mensajes personales. Mientras tanto, puedes escribirme a calegria@terra.es.
Un abrazo.