Hispania Romana

Se conoce como Hispania Romana a los territorios de la Península Ibérica durante el periodo histórico de dominación romana.
Este periodo se encuentra comprendido entre 218 a.C. (fecha del desembarco romano en Ampurias) y los principios del siglo V (cuando entran los visigodos en la Península, sustituyendo a la autoridad de Roma). A lo largo de este extenso periodo de siete siglos, tanto la población como la organización política del territorio hispánico sufrieron profundos e irreversibles cambios, y quedaría marcado para siempre con la inconfundible impronta de la cultura y las costumbres romanas.
De hecho, tras el periodo de conquistas, Hispania se convirtió en una parte fundamental del Imperio romano, proporcionando a éste un enorme caudal de recursos materiales y humanos, y siendo durante siglos una de las partes más estables del mundo romano y cuna de algunos gobernantes del imperio.
El proceso de asimilación del modo de vida romano y su cultura por los pueblos sometidos se conoce como romanización. El elemento humano fue su más activo factor, y el ejército el principal agente integrador.
La sociedad hispana se organizó como la del resto del Imperio romano, en hombres libres y esclavos. Los hombres libres podían participar en el gobierno, votar en las elecciones y ser propietarios de tierras. los esclavos, en cambio, no tenían ningún derecho y eran propiedad de algún hombre libre. Las mujeres podían ser libres o esclavas, pero no tenían los mismos derechos que los hombres.

Hallan una calzada romana en el castro de Antrialgo (Piloña, Asturias)

Adrián Piñán trabaja en la calzada ante la mirada de Juan Ramón Muñiz y José Antonio Longo. / E. C.

Las primeras excavaciones en el entorno del castro de Antrialgo, en el concejo de Piloña, Asturias, han dejado a los investigadores «sorprendidos e ilusionados» por los tesoros arqueológicos que se podrían descubrir en los próximos días y en futuras campañas. Si en los últimos años existía la esperanza de que este rincón de la parroquia de Villamayor se desvelase como una zona de relevancia arqueológica, han bastado unos pocos días para confirmar estas sospechas. Sospechas que algunos investigadores, y el mismo colectivo etnográfico Belenos, habían recogido en sus publicaciones.

El responsable del equipo de investigación, Juan Ramón Muñiz, ha constatado la presencia de una calzada romana que rodea el emplazamiento castreño. Ayer precisamente se afanaban en limpiar y sacar a la luz esta antiquísima vía de comunicación oculta por la maleza y la tierra. La calzada rodeaba el asentamiento y conducía a la entrada del mismo. Precisamente en esta zona es donde ayer se trabajaba con más dedicación.

Con la aparición de este tramo de calzada parece confirmarse que el asentamiento se remontaría, al menos, a la época de la ocupación romana y, con probabilidad, su uso se prolongaría hasta la Edad Media. La datación y cronología del yacimiento resulta fundamental para los investigadores. Como ocurre con estas antiguas poblaciones, la zona estaba rodeada por muros de contención y se cree que pudo existir una gran empalizada de madera sobre ellos.

Foto: Enclave donde se sitúa el castro de Antrialgo, en el concejo de Piloña. / E. C.

Otro aspecto que el equipo de investigación destacaba ayer es la «gran extensión» que tiene este asentamiento, ocupando una gran parte de esta zona elevada que se sitúa entre Antrialgo y La Goleta. Su longitud posiblemente alcance cientos de metros, algo muy poco usual entre los castros estudiados en otras zonas de Asturias.

Uno de los miembros del equipo, el historiador José Antonio Longo Marina, destacó la ubicación del castro, «también muy habitual, buscando terrenos elevados, pero en este caso vemos que la situación es realmente privilegiada, con un amplio campo de visión sobre toda la zona del valle del Piloña». El muro de contención prácticamente cuelga sobre una pared natural con una gran caída sobre el río Piloña, lo que constituye «una auténtica defensa natural para un emplazamiento como éste», agregó.

Con estos primeros datos que los investigadores documentan, Juan Ramón Muñiz considera que no hay muchas dudas de que el castro «debe ser incluido en la carta arqueológica e inventariado». El arqueólogo ya ha comunicado la importancia del castro a la Consejería de Cultura y se espera que la próxima semana los técnicos autonómicos también visiten el yacimiento.

En busca de una cabaña

En los próximos días los trabajos se encaminarán a tratar de localizar restos de alguna construcción. En este caso, apuntan, «sería realmente extraordinario localizar indicios de una antigua cabaña». El hallazgo de restos de vajillas también ofrecería datos muy valiosos para conocer la forma de vida de sus ocupantes.

La investigación castreña se encontraba poco desarrollada en el Oriente de Asturias. Sin embargo, estos primeros estudios en Antrialgo apuntan a que merece la pena apostar por la recuperación de este patrimonio cultural en la zona. Longo Marina se mostraba muy satisfecho de que un yacimiento como éste incremente aún más el bagaje arqueológico del concejo.

Está previsto que la campaña se alargue hasta el próximo jueves. En estos días se apurará todo lo posible por tratar de obtener el mayor número de datos posible, aunque el equipo considera que harán falta nuevos estudios y futuras campañas. Ahora bien, el objetivo principal de este primer estudio de delimitación, documentación e inclusión en la carta arqueológica, parece más que encaminado.

Fuente: elcomercio.es | 23 de agosto de 2018