La península ibérica fue ocupada, en origen, por pueblos de distintas procedencias (indoeuropeos, ibéricos o de etnogenia desconocida como várdulos y vascones). Estos pueblos no realizaron ninguna división administrativa, organizándose como ciudades o tribus independientes entre sí.
De forma posterior, algunos historiadores han tratado de crear familias de tribus que comparten unas mismas características culturales, particularmente distinguiendo entre íberos del Levante y Sur peninsular, celtas en la meseta y vascones en el norte. Los límites entre unas zonas y otras son motivos de discusión, sin acuerdo con incluir o no a pueblos como los lusitanos entre los celtas o como pueblos per se. Dichas clasificaciones no implican que existiera organización administrativa común entre dichas tribus.
Las excavaciones se han llevado a cabo en los antiguos Molls de l'Estació. AJUNTAMENT VALLS.
Arqueólogos de la Universidad de Barcelona han puesto al descubierto lo que podría ser una de las ciudades iberas más importantes de Cataluña y la mayor de las comarcas de Tarragona, territorio conocido antiguamente por los iberos como la «Cosetania». Los trabajos arqueológicos se han realizado en la zona de los antiguos Molls de l'Estació de Valls.
Aunque los trabajos arqueológicos se iniciaron en el 2013, las intervenciones más recientes -en especial la realizada en noviembre de 2021 como también la del pasado mes de mayo-, han sacado a la luz parte de la antigua muralla de la ciudad, una larga batería de casas adosadas, una calle de más de 5 metros de ancho y otro barrio de casas en el sur.
Los resultados confirman la existencia de una ciudad de grandes dimensiones. Los arqueólogos sólo han abierto un área de 1.200 m2, pero en este espacio ya se han encontrado numerosos restos. De esta manera, ahora se ha puesto al descubierto una muralla de unos 8 metros de anchura, la cual, sumada al foso de 14 metros de ancho y 4 metros de profundidad que ya se detectó en las primeras intervenciones, confirmarían la existencia del imponente sistema defensivo. En concreto, se trabaja con la hipótesis que el foso y la muralla se extendían centenares de metros de este en oeste para cerrar el acceso a la ciudad por su extremo norte, entre los barrancos del Catllar y del Titit.
Estos restos, sumados a los diferentes hallazgos que han ido apareciendo en esta zona de Valls desde finales del siglo XIX hasta la actualidad, empiezan a dibujar el mapa de lo que fue la antigua ciudad. En concreto, el asentamiento podría abarcar desde los antiguos Molls de l'Estació hasta la zona deportiva y el barrio del Vilar, 60.000 m2 que podrían haber acogido a unos 5.000 habitantes y que convertirían el yacimiento arqueológico ibero del Vilar en el más importante de la demarcación de Tarragona y de los mayores de Cataluña, después de Ullastret y Burriac. Las dimensiones, ubicación geográfica y la destrucción violenta que habría sufrido a finales del siglo III a.C. la convierten en una firme candidata para ser la antigua ciudad de Kissa o Cissis.
Interpretación de la ciudad íbera localizada en Banyeres del Penedès (Tarragona) basada en las imágenes del georradar / YOUTUBE.
Gran interés científico El descubrimiento además puede tener una gran relevancia en la investigación de la cultura ibera en Cataluña. En este sentido, el sistema defensivo y la configuración urbana del yacimiento del Vilar son similares a los identificados en la ciudad ibera de Masie de Sant Miquel (Banyeres del Penedès), situada a 30 km de Valls. Para los investigadores eso se convertiría en una prueba más de que los diferentes grupos iberos habrían desarrollado sistemas de organización social basados en la existencia de estados.
Los trabajos de investigación permiten aproximarnos al momento de abandono de la ciudad. Las prospecciones arqueológicas realizadas en torno a Valls, en colaboración con el Instituto Catalán de Arqueología Clásica, han recuperado monedas cartaginesas, de la ciudad griega de Massalia y proyectiles de honda, unos restos que ya sugerían la presencia militar púnica en el 218 a.C. Todo apunta que la ciudad ibera del Vilar fue arrasada de manera violenta a finales del siglo III a.C., presumiblemente a inicios de la Segunda Guerra Púnica, un conflicto que enfrentó romanos y cartagineses por el control del Mediterráneo y que también llegó a Cataluña. Así, en el yacimiento ibero de Valls se han encontrado quemados y endurecidos techos y tovots (con los que se construían las paredes de las casas) y diferentes niveles de cenizas con que confirman el grado de fuego y destrucción que sufrió la ciudad y sus antiguos habitantes.
Estructuras del poblado excavadas.
Además, se han identificado proyectiles de piedra que los atacantes lanzaron contra la ciudad. En concreto, se trata de proyectiles de balista, máquinas de grandes dimensiones que se habrían utilizado durante el asedio y que, a inicios de la Segunda Guerra Púnica en la península ibérica, sólo tenían las tropas cartaginesas. Por este motivo, los investigadores contemplan que muy probablemente la ciudad fue destruida en torno al año 218 a.C. por el ejército cartaginés de Aníbal. Aunque se han encontrado proyectiles similares en otras excavaciones, los del Vilar serían los primeros que los arqueólogos identifican en un contexto estratigráfico de destrucción bien fechado.
Foto: Plano general de uno de los edificios excavados en el yacimiento ibero de Banyeres del Penedès, con el alcalde Amadeu Benach y el arqueólogo Jordi Morer.
En las mismas excavaciones de mayo, también se han excavado dos casas, quemadas y destruidas durante el ataque. Bajo estos restos, los arqueólogos han localizado 26 ánforas iberas, púnicas y de la península itálica, bajo fragmentos de paredes, tejados y vigas de madera quemadas.
Los trabajos van a cargo del Grupo de Investigación sobre la Arqueología de la Complejidad y los Procesos de Evolución social (GRAPCE) de la UB, en concreto del equipo PRÒMAC, que estudia la Protohistoria, el Mediterráneo Antiguo y las Colonizaciones.
Hoy, la alcaldesa de Valls, Dolors Farré, y el vicedecano de Investigación de la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad de Barcelona, Jaume Buixeda, acompañados por Sònia Roca, concejala de Urbanismo y Patrimonio, y Jaume Noguera, uno de los directores de la intervención arqueológica, han firmado el convenio de colaboración entre el Ayuntamiento y la UB para continuar con los trabajos de investigación.
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Descripción
La península ibérica fue ocupada, en origen, por pueblos de distintas procedencias (indoeuropeos, ibéricos o de etnogenia desconocida como várdulos y vascones). Estos pueblos no realizaron ninguna división administrativa, organizándose como ciudades o tribus independientes entre sí.
De forma posterior, algunos historiadores han tratado de crear familias de tribus que comparten unas mismas características culturales, particularmente distinguiendo entre íberos del Levante y Sur peninsular, celtas en la meseta y vascones en el norte. Los límites entre unas zonas y otras son motivos de discusión, sin acuerdo con incluir o no a pueblos como los lusitanos entre los celtas o como pueblos per se. Dichas clasificaciones no implican que existiera organización administrativa común entre dichas tribus.
Descubren una ciudad íbera soterrada en el territorio conocido como 'Cosetania' (Tarragona)
por Guillermo Caso de los Cobos
6 Jul 2022
Las excavaciones se han llevado a cabo en los antiguos Molls de l'Estació. AJUNTAMENT VALLS.
Arqueólogos de la Universidad de Barcelona han puesto al descubierto lo que podría ser una de las ciudades iberas más importantes de Cataluña y la mayor de las comarcas de Tarragona, territorio conocido antiguamente por los iberos como la «Cosetania». Los trabajos arqueológicos se han realizado en la zona de los antiguos Molls de l'Estació de Valls.
Aunque los trabajos arqueológicos se iniciaron en el 2013, las intervenciones más recientes -en especial la realizada en noviembre de 2021 como también la del pasado mes de mayo-, han sacado a la luz parte de la antigua muralla de la ciudad, una larga batería de casas adosadas, una calle de más de 5 metros de ancho y otro barrio de casas en el sur.
Los resultados confirman la existencia de una ciudad de grandes dimensiones. Los arqueólogos sólo han abierto un área de 1.200 m2, pero en este espacio ya se han encontrado numerosos restos. De esta manera, ahora se ha puesto al descubierto una muralla de unos 8 metros de anchura, la cual, sumada al foso de 14 metros de ancho y 4 metros de profundidad que ya se detectó en las primeras intervenciones, confirmarían la existencia del imponente sistema defensivo. En concreto, se trabaja con la hipótesis que el foso y la muralla se extendían centenares de metros de este en oeste para cerrar el acceso a la ciudad por su extremo norte, entre los barrancos del Catllar y del Titit.
Estos restos, sumados a los diferentes hallazgos que han ido apareciendo en esta zona de Valls desde finales del siglo XIX hasta la actualidad, empiezan a dibujar el mapa de lo que fue la antigua ciudad. En concreto, el asentamiento podría abarcar desde los antiguos Molls de l'Estació hasta la zona deportiva y el barrio del Vilar, 60.000 m2 que podrían haber acogido a unos 5.000 habitantes y que convertirían el yacimiento arqueológico ibero del Vilar en el más importante de la demarcación de Tarragona y de los mayores de Cataluña, después de Ullastret y Burriac. Las dimensiones, ubicación geográfica y la destrucción violenta que habría sufrido a finales del siglo III a.C. la convierten en una firme candidata para ser la antigua ciudad de Kissa o Cissis.
Interpretación de la ciudad íbera localizada en Banyeres del Penedès (Tarragona) basada en las imágenes del georradar / YOUTUBE.
Gran interés científico
El descubrimiento además puede tener una gran relevancia en la investigación de la cultura ibera en Cataluña. En este sentido, el sistema defensivo y la configuración urbana del yacimiento del Vilar son similares a los identificados en la ciudad ibera de Masie de Sant Miquel (Banyeres del Penedès), situada a 30 km de Valls. Para los investigadores eso se convertiría en una prueba más de que los diferentes grupos iberos habrían desarrollado sistemas de organización social basados en la existencia de estados.
Los trabajos de investigación permiten aproximarnos al momento de abandono de la ciudad. Las prospecciones arqueológicas realizadas en torno a Valls, en colaboración con el Instituto Catalán de Arqueología Clásica, han recuperado monedas cartaginesas, de la ciudad griega de Massalia y proyectiles de honda, unos restos que ya sugerían la presencia militar púnica en el 218 a.C. Todo apunta que la ciudad ibera del Vilar fue arrasada de manera violenta a finales del siglo III a.C., presumiblemente a inicios de la Segunda Guerra Púnica, un conflicto que enfrentó romanos y cartagineses por el control del Mediterráneo y que también llegó a Cataluña. Así, en el yacimiento ibero de Valls se han encontrado quemados y endurecidos techos y tovots (con los que se construían las paredes de las casas) y diferentes niveles de cenizas con que confirman el grado de fuego y destrucción que sufrió la ciudad y sus antiguos habitantes.
Estructuras del poblado excavadas.
Además, se han identificado proyectiles de piedra que los atacantes lanzaron contra la ciudad. En concreto, se trata de proyectiles de balista, máquinas de grandes dimensiones que se habrían utilizado durante el asedio y que, a inicios de la Segunda Guerra Púnica en la península ibérica, sólo tenían las tropas cartaginesas. Por este motivo, los investigadores contemplan que muy probablemente la ciudad fue destruida en torno al año 218 a.C. por el ejército cartaginés de Aníbal. Aunque se han encontrado proyectiles similares en otras excavaciones, los del Vilar serían los primeros que los arqueólogos identifican en un contexto estratigráfico de destrucción bien fechado.
Foto: Plano general de uno de los edificios excavados en el yacimiento ibero de Banyeres del Penedès, con el alcalde Amadeu Benach y el arqueólogo Jordi Morer.
En las mismas excavaciones de mayo, también se han excavado dos casas, quemadas y destruidas durante el ataque. Bajo estos restos, los arqueólogos han localizado 26 ánforas iberas, púnicas y de la península itálica, bajo fragmentos de paredes, tejados y vigas de madera quemadas.
Los trabajos van a cargo del Grupo de Investigación sobre la Arqueología de la Complejidad y los Procesos de Evolución social (GRAPCE) de la UB, en concreto del equipo PRÒMAC, que estudia la Protohistoria, el Mediterráneo Antiguo y las Colonizaciones.
Hoy, la alcaldesa de Valls, Dolors Farré, y el vicedecano de Investigación de la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad de Barcelona, Jaume Buixeda, acompañados por Sònia Roca, concejala de Urbanismo y Patrimonio, y Jaume Noguera, uno de los directores de la intervención arqueológica, han firmado el convenio de colaboración entre el Ayuntamiento y la UB para continuar con los trabajos de investigación.
Fuente: diarimes.com | 26 de junio de 2022