Prehistoria

La prehistoria (del latín præ: ‘antes de’, y del griego ιστορία: ‘historia’) es, según la definición clásica, el período de tiempo transcurrido desde la aparición del Homo sapiens sapiens hasta la invención de la escritura, hace más de 5000 años (aproximadamente en el año 3300 a.C.). Pero según otros autores se terminaría con la aparición de las sociedades complejas que dieron lugar a las primeras civilizaciones y Estados.
Es importante señalar que según las nuevas interpretaciones de la ciencia histórica, la prehistoria es un término carente de real significancia en el sentido que fue entendido por generaciones. Si se considera a la Historia, tomando la definición de Marc Bloch, como el «acontecer humano en el tiempo», todo es Historia existiendo el ser humano, y la Prehistoria podría, forzadamente, solo entenderse como el estudio de la vida de los seres antes de la aparición del primer homínido en la tierra. Desde el punto de vista cronológico, sus límites están lejos de ser claros, pues ni la aparición del ser humano ni la invención de la escritura tienen lugar al mismo tiempo en todas las zonas del planeta.
Por otra parte, hay quienes defienden una definición de esta fase o, al menos, su separación de la Historia Antigua, en virtud de criterios económicos y sociales en lugar de cronológicos, pues éstos son más particularizadores (es decir, más ideográficos) y aquellos, más generalizadores y por tanto, más susceptibles de proporcionar una visión científica.
En ese sentido, el fin de la Prehistoria y el inicio de la Historia lo marcaría una estructuración creciente de la sociedad que provocaría una modificación sustancial del hábitat, su aglomeración en ciudades, una socialización avanzada, su jerarquización, la aparición de estructuras administrativas, de la moneda y el incremento de los intercambios comerciales de larga distancia. Así, no sería muy correcto estudiar dentro del ámbito de la Prehistoria sociedades de carácter totalmente urbano como los incas, mayas o mexicas en América, los ghana o zimbabue en África y los jemer en el sureste asiático, las cuales solamente son identificadas con este período por la ausencia de textos escritos que de ellas tenemos.

Interesantes hallazgos prehistóricos en las excavaciones del Valle de Altomira (Cuenca)

Este 2018 se cumplen seis años desde que el equipo de Ares Arqueología y Patrimonio Cultural está investigando sobre el terreno del conquense Valle de Altomira(compartido por las localidades de Garcinarro, Mazarulleque y Jabalera), dejando constancia de que se trata de uno de los parajes más excepcionales del país para analizar distintos periodos de la prehistoria desde hace un millón de años y hasta la Edad de Bronce Inicial, hace 4.000 años.

Este equipo, formado por los arqueólogos Santiago David Domínguez Solera y Míchel Muñoz, están inmersos en su proyecto para estudiar el Paleolítico Inferior y Medio, y a lo largo de seis ejercicios de prospecciones han recuperado cientos de instrumentos de piedra elaborados por el Homo antecessor, el Homo heidelbergensis y los neandertales.

El propio Domínguez Solera explica a Europa Press que durante las prospecciones en busca de piezas del Paleolítico más antiguo, también se fueron encontrando restos del Paleolítico Superior, el Neolítico, el Calcolítico y la Edad del Bronce.

Por ello, decidieron iniciar en el Valle de Altomira otro proyecto de investigación, promovido y animado por el Ayuntamiento, cuya corporación municipal viene apostando en los últimos años a través de programas de estudio y puesta en valor de su Patrimonio como recurso económico, turístico y cultural.

En el contexto del proyecto de investigación denominado 'Más allá de Verdelpino', programa de trabajo de Arqueología del Paisaje que abarca distintas áreas de la Provincia de Cuenca, se ha explorado el terreno de Valle de Altomira para analizar decenas de yacimientos conocidos o descubiertos ahora en los que se lee la forma de vida de los últimos grupos cazadores y recolectores nómadas que durante el Neolítico y el Calcolítico empezaron a territorializarse, apropiándose del terreno, construyendo paulatinamente los primeros poblados estables y, finalmente, fortificándolos en castros durante el Bronce Inicial hace alrededor de 4.000 años.

Yacimiento de la Cava, en el Valle de Altomira - Mario Gómez.

También han excavado el yacimiento de Barranco de los Degollados, en principio un abrigo ocupado esporádicamente por esas comunidades nómadas y finalmente transformado en pequeño poblado en altura. Se han realizado diferentes pruebas de Carbono 14 que corroboran esta interpretación, tal y como argumenta Domínguez Solera.

"El Valle de Altomira nos ofrece la grandísima oportunidad de poder estudiar y comparar en un mismo entorno y sin interrupciones la actividad humana desde hace un millón de años hasta el final de la Prehistoria. Saber dónde y cómo se vivía y actuaba en unos momentos y otros y cómo, finalmente, aquellos nómadas se terminaron apropiando hace 4.000 años de la tierra en la que vivían para establecerse territorialmente, iniciando una nueva etapa", ha detallado.

Se da el caso de que en muy pocos lugares ocurre esto a nivel mundial, por lo que  Domínguez Solera llama a "aprovechar esta excepcional oportunidad de asomarse por esta irrepetible ventana a la Prehistoria".

"Aprender de los últimos hombres y mujeres cazadores y recolectores que quedan hoy es una prioridad. Son los que realmente nos pueden enseñar a los investigadores cómo eran las gentes de similar cultura que vivieron, por ejemplo, en Valle de Altomira al final de la Prehistoria", afirma el arqueólogo, que en los últimos años ha dedicado gran parte de su trabajo a estudiar poblados de cazadores-recolectores aún vigentes como los Inuit en Groenlandia o los Ayoreo del Chacho paraguayo.

Fuente: eldigitalcastillalamancha.es | 16 de diciembre de 2018