Prehistoria

La prehistoria (del latín præ: ‘antes de’, y del griego ιστορία: ‘historia’) es, según la definición clásica, el período de tiempo transcurrido desde la aparición del Homo sapiens sapiens hasta la invención de la escritura, hace más de 5000 años (aproximadamente en el año 3300 a.C.). Pero según otros autores se terminaría con la aparición de las sociedades complejas que dieron lugar a las primeras civilizaciones y Estados.
Es importante señalar que según las nuevas interpretaciones de la ciencia histórica, la prehistoria es un término carente de real significancia en el sentido que fue entendido por generaciones. Si se considera a la Historia, tomando la definición de Marc Bloch, como el «acontecer humano en el tiempo», todo es Historia existiendo el ser humano, y la Prehistoria podría, forzadamente, solo entenderse como el estudio de la vida de los seres antes de la aparición del primer homínido en la tierra. Desde el punto de vista cronológico, sus límites están lejos de ser claros, pues ni la aparición del ser humano ni la invención de la escritura tienen lugar al mismo tiempo en todas las zonas del planeta.
Por otra parte, hay quienes defienden una definición de esta fase o, al menos, su separación de la Historia Antigua, en virtud de criterios económicos y sociales en lugar de cronológicos, pues éstos son más particularizadores (es decir, más ideográficos) y aquellos, más generalizadores y por tanto, más susceptibles de proporcionar una visión científica.
En ese sentido, el fin de la Prehistoria y el inicio de la Historia lo marcaría una estructuración creciente de la sociedad que provocaría una modificación sustancial del hábitat, su aglomeración en ciudades, una socialización avanzada, su jerarquización, la aparición de estructuras administrativas, de la moneda y el incremento de los intercambios comerciales de larga distancia. Así, no sería muy correcto estudiar dentro del ámbito de la Prehistoria sociedades de carácter totalmente urbano como los incas, mayas o mexicas en América, los ghana o zimbabue en África y los jemer en el sureste asiático, las cuales solamente son identificadas con este período por la ausencia de textos escritos que de ellas tenemos.

Una pieza dental permite datar uno de los esqueletos que encontraron los descubridores de la Cueva de Nerja en 1959

Imagen de la pieza dental. / SUR

Nuevo hallazgo de interés científico y relevancia internacional en la Cueva de Nerja (Málaga). La catedral de la Prehistoria del sur de España no deja de arrojar sorpresas de sus entrañas, por las que han pasado ya más de 18 millones de visitantes desde que fue abierta al público hace 60 años. El hallazgo de un premolar, estudiado junto con varios antecedentes y las actuales técnicas analíticas, han permitido datar uno de los dos esqueletos humanosque vieron los descubridores el mismo día en que se adentraron en la gruta de la Axarquía por primera vez, el 12 de enero de 1959, lo que supone un nuevo avance en la historia de la cavidad y en su conocimiento científico.

Los dos esqueletos desaparecieron en los confusos meses posteriores al descubrimiento, pero siempre han sido importantes en la crónica de la Cueva de Nerja gracias al relato de sus cinco exploradores, según han informado desde la Fundación en un comunicado. «De aquí el interés permanente por saber algo más sobre ellos. Con este objetivo, se han ido realizando trabajos de prospección en la zona de la Sala de los Fantasmas, donde se hallaron, para tratar de encontrar algún dato relevante sobre esos enterramientos», han apuntado.

Imagen del lugar donde se ha producido el hallazgo. / SUR

Fruto de esta labor, el equipo del Instituto de Investigación de la Cueva de Nerja halló en el suelo de dicha sala una pieza dentaria humana y varios fragmentos óseos también humanos, incluyendo un metacarpo, con alta probabilidad de correspondencia con los depósitos funerarios relatados.

El estudio de la pieza, un premolar inferior derecho, ha proporcionado datos muy interesantes y una datación muy precisa de la pieza. Así, se sabe que perteneció a un individuo cuya muerte se produjo en torno a los 15 años de edad, además presenta algunas líneas en el esmalte que indican que experimentó un déficit alimenticio coincidente con el final de la lactancia. También, se observa un ligero desgaste, que puede haber sido causado por su tipo de alimentación o por el empleo de la boca como tercera mano en tareas domésticas o artesanales.

Detalle de la pieza dental en el lugar que fue localizada, en la Sala de los Fantasmas. / SUR.

Rito funerario

Su dieta era típica terrestre, siguiendo los patrones del consumo alimentario que se observa desde el Neolítico en adelante. La datación de este premolar establece la edad del esqueleto en 3.690 años antes del presente. «Si a esta cronología unimos la ubicación del depósito funerario colocado sobre el suelo de la sala y en un espacio abierto, lo que supone un cambio de ritual en relación a los espacios elegidos durante el Neolítico y el Calcolítico inicial, podemos adscribir este tipo de enterramiento a las etapas finales del mundo Campaniforme andaluz, que sería la última fase prehistórica de ocupación de la cueva», han apuntado desde la Fundación.

La pieza dental ha sido estudiada por el Instituto de Investigación de la Cueva de Nerja mediante técnicas de microscopía binocular y macrofotogrametría de alta resolución, junto con el antropólogo Iván Sánchez. Además se ha enviado a los laboratorios Beta Analytic, especializados en dataciones, para las que combinan el estudio radiocarbónico con otras técnicas. «Con todo, tenemos: una cronología exacta, un tipo de rito funerario, un espacio elegido para el depósito y algunos materiales, lo que ha permitido la datación de al menos uno de estos dos esqueletos tan referidos en la Cueva de Nerja», han argumentado.

Foto: Los descubridores de la cueva de Nerja, Francisco Navas Montesinos, los hermanos Miguel y Manuel Muñoz Zorrilla y José Torres Cárdenas, junto con la viuda de José Luis Barbero de Miguel, en el interior del conjunto. GARCÍA-SANTOS.

Fue a causa de estos esqueletos por los que los cinco descubridores, jóvenes mareños de apenas 20 años, decidieron salir de la cavidad de forma inmediata, ya que al llegar a la ahora denominada Sala de los Fantasmas los encontraron en el suelo y pensaron que se trataba de dos personas que antes que ellos se habían adentrado en la gruta y habían fallecido al no poder encontrar la salida. «No fueron conscientes, en ese momento, de que pudiera tratarse de esqueletos prehistóricos», han finalizado.

Fuente: diariosur.es | 26 de octubre de 2020