Profunda renovación del Museo Arqueológico Nacional

Reportaje: El 'lifting' de un tesoro cultural ARQUEOLÓGICO SÍ, MODERNO TAMBIÉN El museo de la Dama de Elche y otros tesoros de la antigüedad se sacuden el polvo con una radical renovación - Nuevos accesos y techos de cristal, entre las novedades © Ángeles García - El País - Madrid - 11/09/2010 Pero por fin ha sonado la hora del renacimiento para el Arqueológico Nacional. El museo, que exhibirá su nueva cara a partir del verano de 2011 pero mostrará al público una de sus remodeladas alas el próximo mes de octubre, presenta ya un aspecto que corta definitivamente con su pasado y entra de lleno en el siglo XXI. Para resolver el espinoso tema de las colecciones y su necesaria reordenación, el Ministerio de Cultura abrió el 3 de agosto un concurso museográfico público que deberá resolverse también en el próximo mes. El responsable de esta radical transformación es el arquitecto Juan Pablo Rodríguez Frade (Madrid, 1957), cuya rehabilitación del Palacio de Carlos V, en la Alhambra granadina, logró el Premio Nacional de Restauración en 1995. Las cifras básicas dan idea de la envergadura del proyecto: el espacio del museo ha pasado de 14.350 metros a 20.510, y el espacio expositivo que existía, 7.300 metros, ha aumentado hasta 9.715. El presupuesto límite es de 35 millones de euros y la fecha de terminación se ha dilatado un año. El nuevo aspecto del Museo Arqueológico se aprecia ya desde la entrada principal. Se ha mantenido y concedido aún más protagonismo a la bella y protegida escalinata que va a dar a la calle de Serrano en medio de unos de los escasos jardines históricos que se pueden ver en el madrileño barrio de Salamanca. Una de las principales novedades en el lifting del edificio se refiere a los accesos: en el nuevo Arqueológico, el público entrará por unas puertas laterales; éstas confluirán en un espectacular vestíbulo que servirá de punto de encuentro, información y venta de entradas; dos salones de actos para 100 y 200 personas, cafetería, ascensores, rampas para minusválidos y dos salas de exposiciones temporales. Desde ese vestíbulo, el visitante se adentra en lo que el arquitecto considera como la joya de la obra y su gran apuesta creativa: la recuperación de los patios romano y árabe de 20 metros de altura, 30 de largo y 14 de ancho cubiertos con cristal. Presididos por sus fuentes originales, están rodeados de las salas en las que se exhibirá la colección permanente. Una vistosa escalera interior hecha de madera remata la zona central.

Los materiales empleados en la resurrección del edificio son otro de los capítulos esenciales.En las tres plantas del edificio se ha utilizado madera de Merbau ranurado para las paredes, mientras que los suelos serán recubiertos de mármol travertino. Son materiales que diferencian visualmente estos espacios respecto a otros museos y que no han sido especialmente costosos, según el arquitecto. Juan Pablo Rodríguez Frade explica que ha querido hacer una operación de limpieza del interior: "Mi trabajo ha consistido en depurar, en evitar agregar barreras prescindibles. Me interesa la Museografía que emociona en silencio, que facilita la contemplación. Soy de los que opina que hay que conjurar todos los elementos posibles para que se cree una intimidad total entre la obra contemplada y el público", explica. Pero conseguir ese ambiente no ha sido sencillo, según el autor de la remodelación: "El ambiente de aparente simpleza se ha logrado con tecnología de última generación que está oculta a los ojos del visitante", explica. Y como ejemplo, señala los cristales que cubren las bóvedas de los patios: unos cristales que experimentan transformaciones en función de la intensidad de la luz y el calor. En caso de incendio, serían los primeros en abrir se de manera automática para expulsar el humo. Otro de los retos cuya resolución técnica más ha satisfecho el arquitecto es la organización de lo que es actividad pública o privada del museo. El mundo de quienes allí trabajan se cruzaba con la parte expositiva. "Los laterales de las antiguas salas eran espacios ciegos que ahora he podido aprovechar para que las actividades no se mezclen. En la tercera planta está una de las joyas del edificio y ya está ocupada por las 300.000 monedas que integran la colección numismática del museo; las monedas han sido instaladas en estantes metálicos en los que se garantiza una protección eficaz contra el paso del tiempo, algo que no aseguraban las antiguas repisas de cristal. Cuando hace dos años comenzaron las obras de restauración del Museo Arqueológico Nacional, el edificio sufría todas las deficiencias imaginables. Era un coloso repleto de tesoros, sí, pero un coloso obsoleto, un gigante dormido y anclado en el pasado. Y, sobre todo, un museo incómodo y démodé. No sólo sus magníficas piezas (las damas de Elche y Baza, el tesoro de Guarrazar....) se estaban exponiendo en deficientes condiciones: también se contravenían las más elementales normas de seguridad (incendios, accesos...) en un edificio que comparte estructura con la Biblioteca Nacional (un tercio es museo y el resto Biblioteca), algo que complicaba la rehabilitación del espacio. Los nuevos almacenes pintados en rojo y amarillo acumulan en un orden militar los armarios en los que se guardan las piezas de los numerosísimos tesoros propiedad del museo. La fría temperatura y la tenue luz cumplen las exigencias impuestas por los últimos avances en conservación museística. Sin duda alguna, uno de los principales alardes arquitectónicos es el practicado en la biblioteca del edificio, en el espacio abuhardillado, donde metal, madera y cristal crean un espacio que recuerda las estaciones ferroviarias parisienses. Los fondos documentales de los tesoros del museo se instalarán aquí, protegidos de polvo y luz. En la azotea del edificio confluye la maquinaria que da vida al edificio. Las espléndidas vistas sobre el centro de Madrid se mezclan con el cableado regulador de las necesidades vitales del museo. Todo un mundo que habla de una brutal transformación tanto del aspecto interior como exterior del edificio. Para el arquitecto y su equipo, las obras han entrado ya en una etapa en la que se nota por fin como las piezas van encajando, y el resultado está próximo. "Ha habido momentos en los que aquí han trabajado simultáneamente 30 empresas diferentes, cada una con un cometido específico", recuerda Rodríguez Frade, "parecía un milagro que no hubiera encontronazos. ¿Lo más difícil? Hacer todo este trabajo mientras que el museo seguía abierto al público. Sólo se ha cerrado durante el verano".

Como testigos mudos de las palabras del arquitecto, en una de las salas de la planta baja, perfectamente embaladas, se acumulan algunas de las piezas más valiosas del museo. Las damas de Baza y Elche no se distinguen ahora de las momias egipcias o esculturas griegas y romanas que centran la atención del público. Se despojarán de sus peculiares camisas de fuerza a finales de octubre para una selectiva muestra de los fondos. La colección permanente tendrá que estar preparada para el próximo verano. © FOTOS - JOSÉ MANUEL BALLESTER - El País (dan una serie de 8, con otras vistas). Se añade una valoración por Francisco Calvo Serraller (UCM) quien, entre otras cosas, fue director del Prado durante una breve etapa entre 1993 y 1994: DESCONOCIDO Y MALTRATADO 11/09/2010 Larguísimo tiempo adormecido entre sus tesoros, justo como nuestro país en trance hipnótico secular, el tradicionalmente llamado Museo Arqueológico Nacional, lo sepan o no los españoles, es uno de los 10 mejores del mundo. En relación con su contenido, aún me quedo corto en cuanto a la clasificación, pero lo cierto es que, para ser, hay que existir, y el Arqueológico ha dormido el sueño de los justos, como Lázaro antes de que Cristo se acercase a Betania; esto es: más muerto que vivo. Como quiera que a nuestros políticos les gusta el arte de alancear toros muertos, no hace mucho a uno se le ocurrió resucitar el Arqueológico destruyendo sus entrañas; es decir: no solo cambiándole el nombre, lo que es una tontería poco tóxica, sino desbaratando sus fondos, todo esto, además, con un director de pega y en plenas obras de remodelación del edificio. Hubo una airada reacción internacional ante el atentado, cuyo efecto, como la lapidación de Sakineh, está por ver si se consumará, pero, sea como sea, es triste que un museo de esta excepcional categoría todavía hoy sea tan desconocido y esté tan maltratado. Oficialmente cerrado por un Real Decreto del 21 de marzo de 1867, la procelosa historia política de nuestro país dilató su inauguración hasta el 9 de julio de 1871, contando ya, en 1876, con 120.000 objetos. No es extraño que semejante patrimonio, constantemente incrementado, pusiera en aprietos a su primera sede en la calle de Embajadores y que fuese reubicado en la actual de la calle de Serrano, en un edificio de nueva planta diseñado por el gran arquitecto Francisco Jarreño, que se remató en 1892. Se trata, pues, de un museo centenario, que en 1936 ya contaba con 200.000 piezas, cifra hoy ampliamente sobrepasada. No solo se trata de cantidad, porque allí hay obras capitales de la prehistoria, la historia antigua y medieval del mundo occidental y, en particular, lo esencial de toda nuestra historia, tan rica en efemérides y tan multicultural. Debe llegar la hora de que, por fin, se tome en serio este museo y se le restituya su dignidad, aunque no se la pida prestada a los políticos de turno. Piénsese que, entre otras joyas, el Arqueológico conserva no solo la Dama de Elche o la Bicha de Balazote, sino maravillosas piezas de arte grecorromano y un sinfín de testimonios escalofriantes de arte medieval, con su sobrecogedor añadido de todo tipo de arte hispano-árabe. ...................................... Aprovecho para rescatar una noticia del pasado 2 de septiembre sobre el previsto nuevo director del M.A.N., en sustitución de Rubí Sanz Gamo, que, según parece, no será un arqueólogo, sino un museólogo stricto sensu: Cultura propone a Andrés Carretero como nuevo director del Museo Arqueológico Su misión será concluir el proyecto de renovación arquitectónica, que acaba de iniciar su segunda fase [....] Andrés Carretero Pérez (Madrid, 1955) es doctor en Geografía e Historia por la Universidad Complutense y miembro del Cuerpo Facultativo de Conservadores de Museos. Ha sido director de los Museos Estatales del Ministerio de Cultura (1991-1994) durante la etapa de los ministros Jordi Solé Tura y Carmen Alborch, director del Museo del Traje CIPE (2004-2008), director y subdirector del Museo Nacional de Antropología (1994-2002) y subdirector del Museo del Pueblo Español (1984-2001). [...sobre otras destituciones, y protestas del PP...] Finalmente, el portavoz del PP anunció que su partido presentará en el Congreso una proposición de Ley sobre Autonomía Museística para que los criterios de selección de los directores de los museos se rijan por criterios de estricta excelencia profesional.
  • María //

    "....Como quiera que a nuestros políticos les gusta el arte de alancear toros muertos, no hace mucho a uno se le ocurrió resucitar el Arqueológico destruyendo sus entrañas; es decir: no solo cambiándole el nombre, lo que es una tontería poco tóxica, sino desbaratando sus fondos, todo esto, además, con un director de pega y en plenas obras de remodelación del edificio...."

    ¿a qué se refiere F.Calvo Serraller con lo de que se están desbaratando los fondos?

    me alegro de que estén restaurando los patios ,y de la actualización de las medidas de seguridad,pero me dá la impresión,por la primera foto,de que se está "tapando" el edifico antiguo por dentro y no sé si es lo adecuado ,pues también es un edificio histórico.
  • Guillermo Caso de los Cobos

    Hola, María:

    A lo que se refiere el catedrático e historiador Calvo Serraller es a lo que en su día anunció el que fuera director general de Bellas Artes y Bienes Culturales, José Jiménez, el cual llegó a exponer, dentro del proyecto de remodelación del MAN, que sus colecciones se verían divididas, yendo muchas de sus obras a parar a distintos y variopintos museos, como el Museo del Traje o el Museo de Artes Decorativas, etc. En fin, un auténtico despropósito que suscitó muy airadas protestas, y que todavía, como dice Calvo Seraller, no nos llega a muchos la camisa al cuerpo sobre cómo terminará finalmente tal idea. Esperemos que la idea haya quedado, como decimos en Asturias, "pa prau".

    Yo, de todos modos, no confío nada en que vayamos a ver un museo arqueológico con gran cantidad de piezas (que es lo que me gustaría), pues, aparte de la idea demencial de dividir las colecciones, si no recuerdo mal, se había dicho que había que "limpiar" la "abigarrada" colección permanente. No sé, pero yo me temo lo peor. Tengo la impresión de que lo que se quiere, a pesar de haberse ganado más espacio con la reforma, es un museo "light", "asequible", como dicen algunos, "que no aburra" por la cantidad de obras expuestas y que vayan muchos visitantes.

    Lo que sí parece, a tenor de esta fotografia que pongo debajo, es que no prosperó la idea (que también era una solemne tontería) de cambiar el nombre al "Museo Arqueológico Nacional" por el de "Museo Nacional de Arqueología". Por lo menos en eso ha habido suerte.

    Según la foto, se ha puesto el nombre en letras de bronce en uno de los laterales del edificio (ignoro si sigue el antiguo en centro y alto del edificio) y un rampa de acceso al mismo. También parece lo que dices: las estructuras del interior parecen combinarse con las antiguas. Es difícil opinar como quedará el resultado final sin verlo "in situ" y en pleno funcionamiento.

    Ya veremos en qué queda todo.

    Foto

    PS: Gracias Dra. Alicia por este post, que nos pone en conocimiento de cómo van las cosas en nuestro apreciado MAN.

  • María //

    Si Guillerrmo,me acuerdo que aquí también se trató el tema, pero es que ,simplemente,no quiero terminar de creer que los que nos gobiernan sean tan animales.
    A mí lo que me interesa de un museo son las peizas;que si el entorno peude ser bonito y moderno,mejor,pero que me parece secundario;está bien que se renueven las instalaciones de seguridad etc pero parece que ahora los museos teien la función de atraer a los turistas,tener una gran tienda de regalos y una buena cafetería.

    Resalto esto del enlace que has puesto:

    El mayor disparate que se comete es la separación de las colecciones.

    La cantidad de información que se perderá será traumática. Van a separar las piezas de su contexto, de su origen... Es una temeridad. No sé qué quieren hacer con el museo. ¿Exhibirán trajes de mandarines chinos del XVIII regalados a los Reyes de España junto a vestidos de Ágatha Ruiz de la Prada? ¿La colección del marqués de Salamanca se separará?»

    El museo cuenta con más de 1.300.000 piezas. Saldrá la mitad. «Serán 600.000 disparates
    -dice José María Luzón-. Esa línea divisoria es técnicamente imposible de trazar.

    Aquí hay 150 años de historia del coleccionismo que van a quedar absolutamente diluidos, que no se van a poder estudiar jamás, y hay colecciones a las que se les va a perder la procedencia.

    El museo no está catalogado en su totalidad. Se está empezando la casa por el tejado y sin planos. El único proyecto que hay es cambiar la dirección, echar al Patronato, cambiar de nombre al museo y partir la colección por la mitad».

    En su carta a la ministra, le pide Luzón que «no dé un paso en el vacío; tiene que estudiarse más esta decisión. ¿Quién conoce mejor el museo? Las personas que llevan toda su vida trabajando en las colecciones, los conservadores, y no se les ha consultado».



    ¿qué piezas serán la elegidas parA irse a otro lado?

    Yo la experiencia que he vivido más de cerca y soy muy pesada porque siempre la cuento al hablar de esto ,es la del museo de reproducciones artísticas y el museo del traje.

    http://mnreproduccionesartisticas.mcu.es/contenido/historia1.html

    En este museo se tenía una panorámica de la historia de la escultura ,iban alumnos de institutos,otros interesados y también gente de bellas artes y otra gente por libre (yo) para dibujar.Tenían caballetes etc.

    Un día,hace unos 8 años o así, el museo cerró antes del verano “por obras”;a la vuelta del verano,las obras continuaban,pero el museo ya no iba a ser el de reproducciones artísticas, sino el Museo del traje.

    Fui a informarme y me explicaron que la directora del MRA había reservado ,en la misma zona de oficinas una habitación grande con algunas piezas (el discóbolo y alguna más) para que siguiera yendo la gente de bellas artes.
    Pregunté qué que iba a pasar con la colección y me dijeron que “de momento, está toda embalada”.

    Cuando se inaguró el Museo del traje, resulta que estaba en otra zona del edifico,y que las antiguas dependencias del museo de reproducciones s e habían destinado a un restaurante de super -diseño ,sala de cokteles etc para presentaciones de cosas de moda etc ,y a una supertienda.

    En el museo del traje hay una colección de modistos contemporáneos junto a la colección tradicional trajes populares ,trajes de la época de Goya (que no estoy segura,pero creo que venían del palacio de Aranjuez) etc.

    Ahora parece que la colección de trajes regionales se la van a llevar a Teruel y la de modistos creo que a otro lado,y la de Goya no sé si se considerará antigua o moderna o qué…y la colección del museo de reproducciones sigue embalada y …..¡! que país,señor!!!! Todo sea por el diseño y la modernidad.
  • Paloma

    Yo todavía me indigno con el recuerdo del robo de las colecciones del XIX durante unos quince años me aventuraría a decir, desde que decidieron cerrar el Casón por reformas y nunca más se supo. Cada vez que paso por delante del Casón me sube un torbellino de rabia. Qué cosas.
    Vengo diciendo que lo del MAN me hace temblar, no espero nada bueno, pero ahora que leo la carta de Luzón "se me abren las carnes". Mucho show que es lo que vende y poca pieza.
    Estoy de acuerdo en lo que dices María sobre lo "histórico" de los interiores. Pero no parece que esté de moda conservar el interior adaptándolo en la medida de lo posible a las necesidades modernas pero respetándolo. Se sustituye lo viejo aunque sea noble por lo nuevo aunque sea de una pésima calidad y de moda transitoria. Por lo menos en las fotos aparece luminoso y en colores claros, no parece que tengamos que enfrentarnos al negro y a la luz tenue, mínima, que impide en muchos casos hasta leer la información de la pieza.
    Yo, personalmente, cada vez que voy a un Museo "a la antigua" me emociono. El último ha sido el de Amsterdam, pequeño, nada moderno, y ver esas vitrinas repletas con notas a máquina con las referencias de los catálogos es muy emocionante, te acerca al momento de su descubrimiento, como si solo hubieran pasado por unas manos y se ofrecieran a continuación a la vista de todos.
    En estos casos me defino como romántica conservadora.
  • Ituci

    Felicidades para todos los que somos amantes de estas cosas. Ahora tan solo falta renovar las mentes de los que están en la poltrona(las mentes o a ellos mismos).
  • Guillermo Caso de los Cobos

     

     

     

    "Tour" por la casa de las momias

     

    El Museo Arqueológico reabre con las obras de rehabilitación aún en marcha

     

    Vía: EL PAIS. com | Patricia Gonsálvez| 14 de febrero de 2011

     

    Las frases más repetidas por el guía de la visita son "¿recuerdan cómo estaba?" e "imaginen cómo estará". El Museo Arqueológico Nacional abre al público sus salas con las obras todavía en marcha en una serie de tours privilegiados que permiten contemplar una transformación arquitectónica. Todavía huele a serrín, a escayola y pegamento. "¡Uy, aquí estaban las momias, fíjate!", dice una señora en medio de una enorme sala diáfana, bañada de luz y aún con polvillo sobre el suelo recién pulido. "Ahora será el lobby, al que se entra por una rampa accesible para todos", explica el guía. "Aparte de saciar el morbo que tiene ver una obra en marcha, las visitas muestran el enorme trabajo que hay detrás", dice Juan Pablo Rodríguez Frade, el arquitecto al cargo.

    En otra sala, bargueños del XVII esperan encontrar su sitio en la nueva casa cubiertos con telas. El guía combina arquitectura, historia y arqueología en sus explicaciones. Habla del edificio original, levantado en el XIX por Francisco Jareño como parte de la biblioteca y de la leyenda de la división, que se supone que se realizó a mano alzada el propio Cánovas. Empezó siendo un gabinete para iniciados. La entrada al público del siglo XXI cambia de lugar y consiste en tres enormes puertas de cristal que invitan a entrar desde la calle ("siempre fue un cofre cerrado, era fundamental convertirlo en un lugar de encuentro", explica Frade). El guía se detiene en detalles arquitectónicos, como el mármol de travertino y la madera de Merbau que usa la obra, y explica cómo la cámara acorazada cuelga del techo, porque el forjado de la sala Cervantes de la biblioteca que hay debajo no aguantaría el peso. La clave de la reforma es la recuperación de los patios árabe y romano, que nacieron cubiertos, pero se abrieron en los años setenta. Se han vuelto a acristalar y llenan de luz el corazón del museo. Eso sí, en vez de vidrieras del XIX sus cristales son fotosensibles, automáticos y calendarios.

    Durante la visita el grupo se sorprende de la luz, la amplitud y la modernidad que destila un museo que siempre resultó oscuro, angosto y algo atiborrado. Sin crecer, el museo ha pasado de 14.350 metros a 20.510, y estará terminado en 2012. Las mejoras no son solo estéticas, había necesidades imperiosas como cumplir las normativas de seguridad antiincendios y de accesibilidad. Además, la reforma busca que el centro sea más solvente. Se ha incluido una cafetería con terraza y una vistosa tienda. Nada que ver con el rincón de souvenirs del antiguo, esta tiene cinco enormes escaparates. "Pero hemos evitado forzar la entrada y salida por ella", apunta Frade. El nuevo museo es alegre, fácil y luminoso comparado con el antiguo, pero no quiere convertirse en otra cosa, la tecnología está escondida, el minimalismo se compensará con las colecciones.

    Dos señoras de la visita cuchichean. "Yo voy a echar de menos el antiguo, era como muy acogedor, tan oscurito...". "Ya", le dice la otra, "pero siempre estábamos aquí tú y yo solas, y hace falta que venga la gente". "Comprendo la nostalgia", dice Frade al escuchar la anécdota, "por eso hay que combinar tradición y desarrollo, tan malo me parece que los visitantes se pregunten '¿dónde está el museo que conocía?', como que opinen que apenas ha cambiado nada". Le queda la mitad del trabajo por delante. Está desarrollando la museografía, para que las piezas expuestas tengan "un discurso".

    La visita tiene una última sorpresa. Se adentra por almacenes, archivos y oficinas a los que solo tienen acceso los investigadores. El orden es hospitalario, limpio y blanco. Los extintores, del tamaño de personas. Es una ocasión única para ver las asépticas tripas de un museo que renace. Quedan tres citas para colarse.

     

    Visitas El Museo Arqueológico Nacional: obras en marcha. 26 de febrero y 12 y 26 de marzo. A las 12.00 y a la 13.00. Gratuitas, con cita previa en el 915 780 203. (http://man.mcu.es).

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    A ver si alguien de Madrid, o alrededores,  se anima y se apunta a una de esas visitas y luego nos comenta sus impresiones de cómo ve la reformas.