La Cueva de El Mirón podría acoger el primer enterramiento del periodo Magdaleniense en España

Fuente: EFE/ El Diario Montañés | 25 de agosto de 2010


En la campaña de este verano se ha encontrado un enterramiento secundario de un individuo joven, probablemente una mujer, bajo un bloque de piedra con grabados paleolíticos

Las excavaciones realizadas este verano en la cueva de El Mirón, considerada uno de los yacimientos del Paleolítico Superior más prometedores de la Cornisa Cantábrica, han permitido descubrir el que puede ser el primer enterramiento ritual del período Magdaleniense del que se tiene conocimiento en España.

El equipo de trabajo en la cueva que dirigen desde 1996 Manuel González Morales, del Instituto Internacional de Investigaciones Prehistóricas de Cantabria, y Lawrence Strauss, de la Universidad de Nuevo México (EE UU), ha encontrado en la campaña de este verano un enterramiento secundario de un individuo joven, probablemente una mujer, bajo un bloque de piedra con grabados paleolíticos.

Se trata de diversos huesos teñidos con ocre (una mandíbula, una tibia con mordeduras de animal, varias vértebras y costillas, falanges, parte del cráneo, etc), depositados contra una pared, cubiertos con un bloque de piedra y rodeados de pequeñas hogueras.

González Morales ha adelantado hoy que por las distintas manifestaciones culturales que rodean al cadáver su equipo presupone que se trata de un enterramiento del Magdaleniense (periodo cultural comprendido entre hace 15.000 años y hace 8.000), pero ha matizado que aún están a la espera de completar la datación con Carbono 14.

Si esa prueba confirma sus sospechas, se trataría del primer enterramiento ritual de ese período del Paleolítico que se descubre en la Península Ibérica, con una apariencia similar a los que encontrados en el Reino Unido (la 'Dama Roja de Pavillan') y Francia (Saint Germain La Riviere y Duruthy, entre otros).

González Morales ha explicado hoy, en conferencia de prensa, que la práctica de teñir los huesos de los difuntos con ocre se ha descrito en varios yacimientos magdalenienses y ha añadido que también remiten a esa época distintos elementos del contexto donde han aparecido esos restos humanos de El Mirón.

De hecho, los restos aparecieron cuando el equipo de investigadores de esta cueva situada en Ramales de la Victoria hacía una excavación para confirmar la datación de unos grabados paleolíticos que se encuentran en esa zona, tanto en la pared, como en el bloque de roca que tapaba los huesos.

Este catedrático de la Universidad de Cantabria, que dirige el Instituto de Investigaciones Prehistóricas desde 2009, reconoce que "será difícil" probar que los grabados están relacionados con el ritual del enterramiento, algo que sí podría afirmarse, en cambio, de las pequeñas hogueras que lo rodean si las pruebas de Carbono 14 demuestran que corresponden a las mismas fechas.

Enterramienteo casi intacto

Si la hipótesis que manejan González Morales, Strauss y su equipo se confirma, la cueva de El Mirón podría proporcionar más detalles sobre este tipo de prácticas funerarias, ya que el yacimiento se encuentra casi intacto, a diferencia de otros similares en Europa que fueron descubiertos a principios del siglo XX y excavados con técnicas mucho menos selectivas que las empleadas en la actualidad.

El análisis de los huesos también ofrecerá información sobre las características físicas de los humanos que habitaron esa zona de Cantabria en la época y sobre su alimentación.

El enterramiento no está completo porque la parte que no estaba protegida por el bloque de roca fue excavada por los 'buscadores de tesoros' que durante los siglos XVIII y XIX registraron varias cuevas de la zona atraídos por leyendas de supuestas riquezas enterradas en ellas, ha apuntado el responsable del yacimiento.

Las excavaciones en la cueva de El Mirón, que estuvo habitada por el hombre durante 38.000 años (desde hace 42.000 hasta hace 4.000), han sido financiadas en los últimos años por diversas instituciones españolas y norteamericanas: el Gobierno cántabro, el Ministerio de Educación, la Fundación Botín, la Fundación Leakey (EE UU) y la Fundación Nacional para la Ciencia (EE UU), entre otras.

En su última campaña, han contado además con el apoyo de donaciones de la novelista Jean M. Auel, la autora de la famosa saga de 'El clan del oso cavernario'.

  • Percha

    El Diario Montañés hoy:

    La UC descubre en El Mirón el primer enterramiento paleolítico de la Península

    JOSÉ LUIS PÉREZ SANTANDER

    El equipo de González Morales y Strauss destaca su singularidad y apunta al Magdaleniense final, hace unos 12.000-13.000 años

    La Arqueología es una de las ciencias más impredecibles y sorprendentes, capaz de cambiar hipótesis y planificaciones. Este año, el equipo que dirigen Manuel R. González Morales (catedrático de Prehistoria -UC- de la Universidad de Cantabria y director del Instituto Internacional de Investigaciones Prehistóricas de Cantabria) y Lawrence G. Strauss (Univ. de Nuevo México) tenían previsto poner fin al proyecto de investigación en la cueva del Mirón (Ramales de la Victoria). Por detrás quedan 15 años de trabajos de campo y de laboratorio, «muchísima información acumulada» gracias a las campañas de dos o tres meses; por delante, el horizonte permite vislumbrar muchas horas de estudio, de preparación de memorias, de elaboración de publicaciones y de gestión de nuevos proyectos a partir de los materiales. Pero..., un hallazgo sobresaliente, el primer enterramiento del Paleolítico descubierto en la Península Ibérica, es capaz de romper los esquemas, incluso de los propios arqueólogos acostumbrados a que cada unidad estratigráfica proporcione datos de interés.

    En los primeros días del pasado mes de julio, la estrategia de la excavación determinó poner la mirada de nuevo en una zona ubicada en el fondo de la cueva, donde ya se actuó en 2001. Se trataba de ir cerrando áreas y descartar sorpresas. No fue así, la sorpresa se produjo y, en este caso, fue agradable. Los arqueólogos identificaron los restos de un enterramiento secundario tras un bloque de grandes dimensiones donde en su momento se descubrieron grabados y bajo otra piedra de unos 40 cm de lado.

    «Se trata de un depósito funerario», como señala González Morales que ayer compareció en rueda de prensa junto al director general de Cultura del Gobierno de Cantabria, Justo Barreda, para hacer público el hallazgo. Y añadió: «Probablemente se trate de un adulto joven y grácil, de pequeña talla, pudiera ser una mujer, pero estos datos tendrán que ser confirmados con los oportunos estudios de laboratorio donde se harán los análisis y se facilitarán las dataciones. A partir de ahí, podremos, en un plazo aproximadamente un mes o un mes y medio, disponer de datos genéticos, saber más quién era, su sexo, su alimentación...».

    No obstante, por el contexto arqueológico en el que se documenta el depósito, «bien sellado», González Morales apunta a un «momento avanzado del Magdaleniense», fechas por radio carbono que nos remontan a hace 13.000-12.000 años.

    Escasos paralelos y ritual

    Hasta la fecha, según asevera González Morales, en la Península Ibérica no se han encontrado enterramientos fechables en el Paleolítico, ni en concreto en su periodo final, el Magdaleniense Superior. «Sólo se conocen algunos restos óseos dispersos, piezas de cráneos, hallazgos antiguos, pero nunca un enterramiento con ritual como éste, porque en El Mirón, asociado estratigráficamente al depósito de huesos se ha identificado en la zona inmediata una serie de pequeñas hogueras contemporáneas».

    El esqueleto no se ha encontrado ni mucho menos completo en una zona resguardada de la cueva, como si se tratara de un escondite. Los investigadores han localizado, en primera instancia, una tibia, la mandíbula completa, huesos postcraneales, vértebras, costillas, fragmentos de los huesos de la mano y del pie... Ahora toca reconstruir el puzzle y confirmar que todos pertenecen a un mismo individuo, algo que por el momento no se pone en duda. Éstos, aparecen recubiertos de ocre, práctica que era común en el Paleolítico como ha confirmado el propio Morales, a raíz de hallazgos que décadas atrás se han documentado sobre todo en Inglaterra y Francia, en excavaciones antiguas no realizadas con técnicas actuales. En este caso, «parece que se produjo una recogida de los restos humanos y posteriormente depositados allí y recubiertos con ocre. Ahora tenemos que investigar por qué la tibia aparece con mordeduras aparentemente de animal, y si fue descarnada intencionadamente o por animales».

    No fue frecuente el enterramiento en las cuevas, lugares donde sin embargo siempre se ha refugiado el hombre, como en El Mirón, hasta la Edad del Bronce. Precisamente una de las primeras sorpresas en los años noventa para los investigadores fue comprobar que toda la parte superior del depósito del Mirón estaba integrada por restos de cabañas y acampadas que iban desde los inicios de la Edad de Bronce hasta los momentos más antiguos del Neolítico regional (entre 3.500 y 5.700 años atrás). Por debajo de estos depósitos, una secuencia de ocupación humana casi sin interrupción hasta el Paleolítico Superior.

    Ahora, con este hallazgo, todo parece indicar que el próximo año habrá una nueva campaña en El Mirón. Quizá la última. ¿Quién sabe?
  • María //

    Es muy interesante todo : lo de las pequeñas hogueras,el que los huesos estuvieran ocultos por una piedra con grabados ,aunque no se pueda asegurar de momento si son contemporáneos.
    También el hecho de que pudiera ser un enterramiento secundario,porque implicaría una concepción de la muerte “por fases “,como aquel que dice.
    No estoy segura,pero yo creo que en el M.AN ,en la sala dedicada al paelolítico había algo así una reprodución de un “hueco” dejado en la tierra por un cadáver que había sido recubierto por ocre.
  • Percha

    María bien visto, no lo recordaba. Creo que te refieres al Hombre de Morín. También recuerdo haberlo visto en el Museo Arqueólogico y, de niño, el "original" en Altamira, donde creo que ya no se exhibe por problemas de conservación. La verdad es que siempre me costó "ver" al Hombre en cuestión ;-) Lo descubrió Joaquín González Echegaray.

    Puede leerse sobre él en esta antigua noticia de El País (1983!!!) y ver un poco su "aspecto" aquí. También he encontrado este artículo (6.1) que lo trata con más profundidad, pero seguro que habrá foreros que podrán dar más datos.
  • María //

    Gracias Percha;si ,era el de Morín.Yo también recuerdo haberme vuelto loca buscando el parecido en el museo:-) En la foto ,con más perspectiva ,se vé mucho mejor

    Los datos que vienen en el artículo que has puesto de J.M Perez Iglesia dán idea de que era un enterramiento en toda regla ,con más elementos indicativos de actividad ritual que el uso del ocre,que era lo único que yo recordaba .

    "....Morín I: Una fosa de 210 x 52 cm., túmulo espolvoreado de ocre rojo conteniendo un hogar en su parte superior. Un pozo exterior de 17 cm., de diámetro, comunicado con la fosa que contenía fragmentos de hueso quemado ocre y tierra orgánica.

    Un cuchillo de cuarcita, junto al cuello, una raedera simple junto al muslo y un hueso con marcas, varios raspadores y hojas cerca de la zona (GONZÁLEZ ECHEGARAY; FREEMAN, 1973: 227).
    Cuerpo posicionado en decúbito supino, recostado sobre el lado izquierdo, con los brazos flexionados sobre el pecho.
    La altura del individuo podría ser de 1.85 m., (deducida por la longitud del brazo izquierdo). La cabeza estaba separada del cuerpo. Sobre la cabeza un molde de ungulado, y sobre las piernas un posible costillar de mamífero. También fueron detectadas, en el fondo de la fosa, huellas de palo cavador….”


    Está muy bien toda la recopilación del artículo;en lo que llevo leído ,entre otras muchas cosas interesantes,hay algo que me recuerda a este último descubrimiento:

    "...En el yacimiento de Les Malladetes (Barx, Valencia) se localizó 1 occipital «…en la capa 12 del sector E, a una profundidad de 2.75 a 2.90 m, en un sedimento de color rojizo con abundante fracción» (VILLAVERDE, 2001: 300).

    Corresponde a un niño de corta edad y apareció en «…una pequeña hornacina abierta en la pared interior de la cavidad, apareciendo el resto bajo un bloque, junto al que se localizaron algunos carbones y abundantes restos óseos» (VILLAVERDE, 2001: 300).

    Es decir,que el occipital apareció en la hornacina y el resto ,bajo un bloque (como en el del Mirón ) con carbones cerca ,que quizá podrían ser de alguna hoguera u hogueras encendidas cerca,como también en el Mirón.
    Sería interesante que fuera un tipo de ritual parecido pero en Levante.
  • Carmen L.

    Cuando quieras te dejo el librito de González Echegaray & Freeman sobre el enterramiento de Morín ("Vida y muerte en Cueva Morín") una joyita descatalogada. Bueno, ahora uqe le acaban de dar un premio de la Casa de Cantabria en Madrís al Sr. Echegaray por sus labores arqueológicas en relación con la región, a lo mejor lo vuelven a publicar.
    Que yo sepa, el original del "molde" de este enterramiento no se encuentra en España desde el principio, pues con harto trabajo se sacó de la cueva y se llevó a USA para análisis... y nunca más se supo, según consta en el susodicho libro.
  • Percha

    María, el artículo que puse y lo que tu comentas parece dejar claro que no es el primer caso de enterramiento. Sí que es curioso lo poco habituales que parecen ser los enterramientos en las propias cuevas y más concretamente en la Península (aunque lo de Morín parece claro aunque de extraña formación).

    Carmen, yo recuerdo verlo de niño en Altamira y lo mostraban como "el original", creo. Fue hace muchísimos años. Lo recuerdo en una pequeña casuca/cabaña pero los recuerdos infantiles ya se sabe... En todo caso el profesor González Echegaray confirma que está en Altamira en esta entrevista y mejor así que luego ya se sabe lo que se tarda en recuperar lo "prestado" ;-) Probablemente estuviera en USA en la época de la redacción del libro, quizá para la conservación.
  • María //

    A mí me parece que sí Percha ,aunque no sé mucho de esto, pero por los datos que dan en el artículo,parece que algunos yacimientos son enterramientos claros y con elementos simbólicos y no pueden interpretarse como cosas casuales etc,como ocurre con algunos enterramientos neanderthales,que algunos dicen que no son enterramientos.
    también creo que a medida que los arqueólogos y prehistoriadores van aceptando la información de la etnología,se pueden entender más cosas,como lo de la separación de los cráneos.


    gracias por lo del libro,Carmen ;te lo pediré :-)
  • María //

    Percha, con respecto a lo de los pocos enterramientos en cuevas que comentas , la primera explicación que se me viene a la cabeza es que quizá solo recibían un enterramiento especial algunas personas muy significativas; además si las cuevas eran sobre todo para vivir,me imagino que no habría sitio para enterrar adecuadamente y sin problemas de salud,olores etc a todos los componentes del grupo .

    En algunos lugares se conservan solo los cráneos u otros huesos de los antepasados importantes,de los chamanes etc a los que se suele recurrir después en busca de consejo ,sueños reveladores etc.
    Por eso discrepo del artículo cuando dice que no tendría porqué tener un significado ritual la conservacióndel cráneo; depende de lo que entendamos por ritual,claro ,pero está claro que no serían solo razones simplemente afectivas.

    Algo que quizá explique porqué a veces no se encuentran rastros de cadáveres veces no se :en este trabajo se habla del “endocanobalismo fúnebre

    http://www.lulu.com/items/volume_63/2531000/2531394/1/print/del45.pdf

    En la Amazonía peruana ,la tribu Cashibo cuando alguien muere sus familiares se comen al difunto y después queman los huesos ,los pulverizan y los comen mezclados con la comida,para que se marche definitivamente y no pueda acercarse a los vivos.

    Quizá también podría ser una explicación para los restos de hogueras junto a los huesos : para cocinar el cadáver y comerlo.

    Desde luego todo lo de Morín es interesante y en un momento tan temprano más aún.
    Del enlace al País

    Los trabajos dieron como resultado en 1969 el hallazgo de una estructura de la época aurinacense (30.000 años de antigüedad) con un fondo de cabaña en el interior de la cueva, y fuera del habitáculo las señales de una empalizada, al otro lado de la cual se encontraban cuatro sepulturas.
    La cabeza y los pies habían sido cortados y se encontraban al lado, en una mutilación ritual habitual entre los pueblos primitivos; en el lugar de la cabeza se encuentra el molde de lo que pudo ser un cervatillo, y en los pies, un animal más grande, posiblemente un bóvido.

    http://www.elpais.com/articulo/cultura/CANTABRIA/SANTILLANA_DEL_MAR....
  • María //

    "....Morín I: Una fosa de 210 x 52 cm., túmulo espolvoreado de ocre rojo conteniendo un hogar en su parte superior. Un pozo exterior de 17 cm., de diámetro, comunicado con la fosa que contenía fragmentos de hueso quemado ocre y tierra orgánica."

    Que quiere decir "tierra orgánica" ? ¿Tierra con restos de materiales orgánicos descompuestos?
  • María //

    Claro,leyendo más despacio ,el artículo se refiere al primer enterramiento magdaleniense,y el de Morín es auriñaciense y el del occipital infantil que dice el artículo de J.M.Perez Iglesia creo que es gravetiense.
  • Guillermo Caso de los Cobos

    Los primeros resultados confirman la edad magdaleniense del enterramiento de la Cueva del Mirón

     

    Foto: Restos en la cueva de El Mirón.

     

    El estudio del enterramiento magdaleniense descubierto el pasado verano en el yacimiento arqueológico de la Cueva del Mirón prosigue su marcha de manos de investigadores de las universidades de Cantabria y New Mexico. Las primeras fechas de carbono 14 obtenidas a partir de huesos de animales, incluidos en el mismo estrato que los restos humanos, han proporcionado una edad próxima a los 19.000 años, mientras que restos de madera carbonizada de enebro, procedentes del estrato que recubría al anterior, han permitido situar su formación hace unos 18.300 años.

     

    Vía: SINC | Universidad de Cantabria| 15 de diciembre de 2010

     

    El equipo científico del Instituto Internacional de Investigaciones Prehistóricas de Cantabria (IIIPC) confirma así que el enterramiento se produjo en el periodo denominado Magdaleniense Inferior, con una antigüedad algo mayor que la que los investigadores, de una manera conservadora, habían estimado originalmente. Los datos también permiten fechar la pintura roja de la parte posterior del gran bloque grabado encontrado en la cueva, una pintura que se considera relacionada con el enterramiento y que estaba también recubierta por el nivel más reciente de los ahora datados.

    Durante esa época, la cavidad situada en Ramales de la Victoria (Cantabria) conoció una ocupación intensiva, de la que son testimonio numerosos restos de campamentos en el vestíbulo de la cueva, con grandes cantidades de huesos de animales, restos de la actividad cazadora y de su consumo por los habitantes de la misma, junto a decenas de miles de restos de talla de sílex y otras materias primas, parte del proceso de fabricación de útiles y armas. También corresponden a esa época numerosas piezas de industria de hueso y asta, muchas de ellas decoradas, entre las que destaca el excepcional omóplato grabado con una cabeza de cierva, pieza hallada en la campaña de 2004.

    ADN HUMANO
    El próximo paso de la investigación consistirá en la toma de muestras de ADN de los restos humanos, cuyo estudio será realizado por el equipo de Svante Pääbo, del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva de Leipzig (Alemania). Actualmente, este laboratorio es la referencia a escala mundial en el estudio de la genética de humanos fósiles. A partir del muestreo, que requiere unas condiciones especiales para evitar la contaminación por ADN humano reciente, se podrá también fechar directamente los restos humanos por carbono 14, lo que confirmará de manera definitiva su edad, y se podrán conocer diversos aspectos de su alimentación, salud e incluso la existencia de posibles movimientos migratorios, a partir del estudio de los isótopos estables de distintos elementos contenidos en los huesos.

    La excavación en El Mirón es parte de un proyecto internacional desarrollado desde 1996 por el IIIPC y el Departamento de Antropología de la Universidad de New Mexico (Estados Unidos), dirigido respectivamente por los profesores Manuel González Morales y Lawrence G. Straus y autorizado y financiado en esta campaña por la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte del Gobierno de Cantabria. Por parte norteamericana ha sido financiada por la propia Universidad de New Mexico y la escritora Jean Auel, autora de la exitosa saga de “El clan del oso cavernario”. La prestigiosa fundación estadounidense L.S.B. Leakey ya ha comprometido su financiación para el equipo norteamericano en la próxima campaña, en la que se espera acabar de conocer con mayor exactitud el conjunto de los elementos que acompañaban a este excepcional enterramiento.

  • Percha

    Las excavaciones en la cueva del Mirón llegan a su fin tras 16 años

    La investigación ha documentado un depósito arqueológico magnífico y un enterramiento de época Magdaleniense 

    José Luis Pérez /El Diario Montañés

     

    La cueva del Mirón ha proporcionado a sus investigadores una agradable sorpresa en la recta final de los trabajos de campo prevista para la campaña del año pasado: el descubrimiento de restos humanos correspondientes que un enterramiento humano del periodo Magdaleniense (Paleolítico Superior), el primero documentado en la Península Ibérica y fechado por carbono 14 hace unos 19.000 años, determinó que sería necesario prolongar un año más la excavación. Esta ahora llega a su fin tras a un periodo de trabajos de 16 años en los que un equipo de la Universidad de Cantabria y de la Universidad de Nuevo México, capitaneado por los profesores Manuel González Morales y Lawrence G. Straus ha podido estudiar un magnífico registro arqueológico que ha proporcionado una valiosa información sobre los diferentes periodos de ocupación de la cueva desde el Paleolítico Medio hasta la actualidad.

    La cueva del Mirón dispone de una amplio vestíbulo con una boca de 18 metros de ancho, unos 30 m de fondo y 12 m de altura en la zona más alta. Sus condiciones y orientación han favorecido la ocupación antrópica desde los tiempos más remotos, algo que han ido documentando los arqueólogos durante estos años: primero las ocupaciones de época contemporánea -refugio de cabras- y medievales, y más tarde las prehistóricas, desde la Edad del Bronce (en estratos de hace unos 3.700-3.500 años) hasta el Paleolítico Medio (Musteriense), con restos de hace unos 41.000 años.

    La secuencia del período Magdaleniense en el Mirón es una de las más interesantes y completas de la cornisa Cantábrica, ya que se ha podido excavar con técnicas modernas. En sus estratos se han recuperado cientos de útiles líticos, de restos de talla, la mayoría en sílex, y de restos óseos (agujas de hueso y puntas de azagaya de asta). Las excavaciones han puesto también al descubierto suelos de habitación magdaleniense con estructuras como pavimentos, hogares..., algunas coetáneas al momento de ocupación de Altamira.

    Pero, sin duda, el descubrimiento más sobresaliente ha sido el enterramiento magdaleniense cuyos primeros restos se exhumaron en la campaña de 2010 y se han completado de extraer en las últimas semanas. Se trata de un hallazgo excepcional que ha traído a Cantabria a Svante Pääbo, un genetista sueco de prestigio internacional por haber identificado el ADN del Neandertal y haber constatado que el Homo sapiens comparte genes con su antecesor. Pääbo, del Instituto Max Planck alemán, ha recogido muestras para analizarlas en sus laboratorios y constatar las relaciones que este individuo puede tener con las poblaciones que durante la última glaciación migraron del norte al sur de Europa para luego hacer el camino de vuelta.

    Respecto a los detalles del enterramiento, Straus y González Morales señalan que «se trata de un depósito realizado tras caer un gran bloque del techo de la cueva, en una especie de cubeta». Los minuciosos trabajos de recogida de los restos han permitido a los arqueólogos manejar la hipótesis de que «se trata de un enterramiento secundario, por el desorden de los huesos hallados, de un esqueleto al que le falta la cabeza, pero del que se han conservado una mandíbula, partes de una tibia luego teñida de ocre y otros huesos menores del pie, de una escápula y de la pelvis. Podría tratarse de un adulto joven, quizá una hembra».

    Ahora que la excavación llega a su fin, los directores de las investigaciones advierten que «quedan muchos años de laboratorio, para procesar los datos y completar las publicaciones previstas. No se trata de excavar toda la vida, qued