El santuario celtibérico de Segeda (Calatayud) siglo II d.C., se utilizaba como un calendario de ciclo lunisolar perfecto

Investigadores de la Universidad de Zaragoza (UNIZAR) han concluido que el santuario celtibérico descubierto en Segeda (Calatayud) en 2004 se utilizaba como un calendario perfecto, ajustado a los movimientos astronómicos del sol y la luna. Este santuario, que data del siglo II d.C, es el único calendario de ciclo lunisolar conservado de la Antigüedad en toda la región mediterránea.



Vía: Universidad de Zaragoza



“Este hallazgo ha sido posible gracias a los estudios arqueoastronómicos que se están aplicando desde hace apenas unos meses, y que demuestran que la sociedad celtibérica de Segeda (Calatayud) contaba con altos conocimientos geométricos y astronómicos, ya que resolvieron en una construcción compleja y horizontal, los cálculos anuales del movimiento del sol (solsticio y equinoccio) y los más complejos del movimiento de la luna, como su Parada Mayor, que corresponde a un ciclo de 19 años, denominado Ciclo de Metón”, dicen los investigadores de la Universidad de Zaragoza, que han presentado sus resultados hoy en una rueda de prensa en Alejandría (Egipto).


“La plataforma monumental de Segeda (de planta romboidal y con un espacio de 312 metros) es una obra del estado segedense, un calendario convertido en santuario, sin paralelos conocidos”, subraya Francisco Burillo, director del proyecto Segeda y catedrático de Prehistoria de la Facultad de Ciencias Sociales de Teruel.


En su opinión, es el primer santuario celtibérico identificado que, además de servir para marcar el tiempo, estaba relacionado con el culto solar. Un santuario que carecía de muros verticales y techumbre, de desarrollo horizontal y abierto al aire libre. Burillo ha calificado este descubrimiento de “excepcional”, y ha declarado que para llevar a cabo este estudio han utilizado un programa informático que les permite recrear el firmamento de cualquier época.


El equipo de investigación comprobó después los datos sobre el terreno. Las conclusiones del estudio arqueoastronómico, realizado en colaboración con Manuel Pérez, profesor de la Universidad de Valladolid y especialista en Geodesia y Arqueoastronomía, han demostrado que la simulación astronómica mostró que el lado menor de la Plataforma -con un ángulo de 120 grados- está orientada hacia el Norte Astronómico.


Para Francisco Burillo, la plataforma Segeda es uno de los descubrimientos arqueológicos más importantes que ha tenido lugar este año en España, con unas características peculiares, como es su horizontalidad.


Según el experto, la función de calendario de la plataforma se podría haber resuelto con simples postes, al igual que en el calendario céltico del oppidum alemán de Glauberg. Sin embargo, en Segeda se construyó un calendario de forma monumental, un espacio abierto de ritualización astronómica, especialmente con el sol, lo que ratifica la importancia del sol en la cultura celtibérica.

Una alineación perfecta

En junio pasado se comprobó que la bisectriz de la piedra angular estaba alineada con una elevación destacada en el horizonte, el cerro de la Atalaya, precisamente en el ocaso solar en el solsticio de verano.


Foto: La plataforma celtibérica de Segeda, con los movimientos astronómicos del sol y la luna. © UNIZAR.

Los últimos hallazgos han revelado que el ángulo de 90 grados de la piedra angular estaba alineado con una elevación destacada en el horizonte, el cerro de Valdehornos.

La simulación astronómica indicó que en el Cerro de Valdehornos se producía el Ocaso solar en el equinoccio. El pasado 21 de septiembre el equipo comprobaba la alineación perfecta entre la piedra angular de la Plataforma, el cerro de Valdehornos y el ocaso solar.

Además, la simulación astronómica evidenció que el lado mayor de la plataforma tiene una dirección de acimut astronómico de 58º, dirección que coincide con la posición de la Luna llena en su momento de Parada Mayor.

Este suceso astronómico, que se repite cada 19 años, se conoce como Ciclo Metónico, ya que fue el astrónomo griego Metón, alrededor del año 432 a.C., quien determinó con precisión la adecuación del ciclo lunar al año solar, dando lugar al calendario ático.

Respaldo unánime de la Sociedad Europea de Astronomía

En su último congreso celebrado en la Biblioteca de Alejandría (Egipto), la Sociedad Europea de Astronomía (SEA) ha felicitado al equipo de investigación de la Universidad de Zaragoza por los hallazgos en Segeda, así como por la metodología aplicada en el estudio.

El presidente de esta sociedad científica, Juan Antonio Belmonte Avilés, del Instituto Astrofísica de Canarias (IAC), ha redactado un escrito en el que se insta a las autoridades responsables la protección del entorno visible, medioambiental y paisajístico de Segeda, en clara alusión a los postes de tendido eléctrico que se distribuyen en el horizonte.

SOLSTICIO DE VERANO DESDE EL SANTUARIO DE SEGEDA



Belmonte Avilés lo explica así: “Los descubrimientos realizados son muy sugerentes y muestran por primera vez indicios claros de un interés real por parte de las poblaciones celtíberas de los movimientos del sol y de la luna, quizás con fines rituales o incluso con objetivos más prácticos como es la creación de un calendario”.


Segeda (Sekaisa) era un oppidum prerromano de la tribu de los bellos. Estaba situado en la Comarca de Calatayud (Zaragoza), concretamente en la zona correspondiente entre la actual Mara (ciudad vieja) y Belmonte de Gracián (ciudad nueva). Era la ciudad más importante de los bellos y emitió moneda en torno al siglo II a. C.

Guerras Celtibéricas

Se vio envuelta en las Guerras Celtibéricas por el intento de ampliar las murallas de la ciudad en el 154 a. C., ya que Roma lo utilizó como casus belli para la conquista de la Celtiberia. Se aliaron a una de las tribus celtíberas más poderosas, los arévacos, cuya ciudad más importante era Numancia. Las fuerzas combinadas de ambos pueblos pararon primero el ataque del cónsul romano Quinto Fulvio Nobilior contra Sekaisa y luego lo rechazaron en Numancia.

En el año 153 a. C., se enfrentaron al ejército romano mandado por Quinto Fulvio Nobilior, compuesto por 30.000 hombres, y las tropas celtibéricas de segedenses y numantinos al mando de Caro de Segeda. El resultado de esta primera batalla fue a favor de los celtíberos, muriendo 6.000 romanos.