Estructuras documentadas en la zona sur de Río Arillo. Foto: Universidad de Sevilla.
El templo de Hércules, llamado Melqart por los fenicios, fue el santuario más icónico y transitado de la península ibérica en la Antigüedad. Hasta allí navegó el cartaginés Aníbal para encomendarse al dios antes de lanzarse a una nueva campaña bélica, y también fue el escenario en el que Julio César derramó unas lágrimas al quedarse prendado por una estatua de Alejandro Magno.
Su fama se debe a los textos de los autores clásicos, quienes narraron estas dramaturgias y su monumentalidad, y no por haber sobrevivido a los derroteros del tiempo. Su ubicación exacta lleva décadas, por no decir siglos, siendo motivo de debates académicos y numerosas hipótesis.
Una nueva investigación parece, al fin, haber resuelto uno de los grandes enigmas arqueológicos patrios. Unos trabajos de teledetección con LiDAR realizados por el doctorando Ricardo Belizón Aragón (izquierda) y el profesor Antonio Sáez Romero (derecha), del Departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Sevilla, han documentado una serie de estructuras antiguas en un área comprendida entre Camposoto (en el término municipal de San Fernando) y Sancti Petri (entre los términos de San Fernando y Chiclana). Según sus conclusiones, esos vestigios podrían corresponderse con los del templo de Melqart-Hércules.
El estudio se inició por el interés de Belizón en tratar de determinar cómo era durante la Antigüedad ese paisaje que tradicionalmente ha sido abundante en hallazgos, como esculturas de mármol o exvotos fenicios. Los datos obtenidos a través de los métodos de teledetección se han combinado con imágenes del Modelo Digital del Terreno del Instituto Geográfico Nacional y los documentos escritos y arqueológicos ya existentes sobre la zona, principalmente restos materiales de época púnica y romana de procedencia subacuática, descubiertos en un área que va desde Sancti Petri hasta La Caleta, en Cádiz.
Foto: El templo de Melkart podría estar bajo la desembocadura del Caño de Sancti Petri.
Después, los investigadores de la Universidad de Sevilla, en colaboración con la Delegación Territorial y del Centro de Arqueología Subacuática del Instituto Andaluz del Patrimonio, han realizado distintas prospecciones no invasivas. Los resultados, de momento, son preliminares. Los trabajos de los arqueólogos también han determinado la existencia de restos en los alrededores del caño de Sancti Petri de otras estructuras que podrían corresponderse a puertos y edificaciones que indicarían que allí hubo una ciudad romana que podría ser del tamaño de Baelo Claudia, por ejemplo, un paisaje completamente distinto al que se estimaba hasta ahora.
Principales estructuras y transformaciones del terreno detectadas en el área de la actual desembocadura del caño de Sancti Petri, en la que se aprecia la estructura rectangular sumergida del posible templo de Melkart, a partir del análisis de las imágenes PNOALIDAR.
"Los datos recopilados han revelado la existencia en la Antigüedad de un entorno totalmente distinto al supuesto hasta el momento: un nuevo paisaje costero y un litoral muy antropizado desde antiguo, con la presencia de posibles espigones, edificios de gran tamaño e incluso de una posible dársena portuaria cerrada", ha destacado la Universidad de Sevilla en una nota de prensa.
El profesor Francisco José García, durante la presentación. Foto: Antonio Vázquez.
El director del departamento de Prehistoria y Arqueología de esta Universidad, Francisco José García Fernández (izquierda), ha asegurado que "se trata de un hallazgo de primer nivel, de enorme importancia histórica porque forma parte del ADN de la cultura occidental y de la historia de Andalucía. Alabo la discreción, la meticulosidad y la prudencia de la investigación. Soy reacio a la arqueología-espectáculo que está en boga en la actualidad, pero en este caso el hallazgo es espectacular".
La nueva estructura documentada está ubicada a una profundidad de entre tres y cinco metros y tiene unas dimensiones de unos 300 metros de largo por 150 metros de ancho. El hallazgo, que ha suscitado gran revuelo, se ha presentado este miércoles en la sede del CAS con la presencia de autoridades políticas y académicas.
La delegada territorial de Cultura y Patrimonio Histórico de la Junta en Cádiz, Mercedes Colombo, durante la presentación de los restos de edificaciones antiguas localizados entre Camposoto y Sancti Petri. JUNTA DE ANDALUCÍA FOTO: JUNTA DE ANDALUCÍA JUNTA DE ANDALUCÍA.
Los resultados de estas actuaciones, desarrolladas en el marco del Proyecto Ergasteria de la Universidad de Sevilla, que pueden tener una correlación con la información que autores antiguos como Estrabón, Silio Itálico o Filóstrato proporcionan sobre el santuario de Melqart- Hércules, deberán ser investigados con profundidad para reconstruir la historia de la zona y determinar la cronología, tipología y usos que tuvieron cada una de las estructuras detectadas. Se trata de un área sometida históricamente al vaivén de las mareas, lo que dificulta todavía más los trabajos.
Las futuras investigaciones, han apuntado los investigadores, se centrarán en la realización de prospecciones arqueológicas (terrestres y subacuáticas), estudios documentales y geoarqueológicos específicos y un muestreo paleoambiental. Todo ello encaminado, de forma interdisciplinar, a fomentar el conocimiento del pasado y a la "protección y puesta en valor de unos restos arqueológicos excepcionales".
Una posible reconstrucción del templo de Hércules situado sobre el actual islote de Sancti Petri.
El investigador Ricardo Belizón ha mostrado su alegría e "impacto" por haber realizado este hallazgo en el curso de los trabajos para su tesis doctoral. No obstante, ha manifestado una cautela que también abandera Antonio Sáez: "Somos científicos, el tiempo y la investigación nos dirá si es o no es", han comentado ambos tras explicar que ahora "se inicia un trabajo de muchos muchos años" para corroborar su teoría.
Porque el debate va para largo. Otra investigación en curso en la que trabajan expertos de las Universidades de Cádiz y Sevilla, coordinada por el catedrático de Historia Antigua, Lázaro Lagóstena, apunta que el más famoso y viejo templo de Occidente podría ubicarse en el Cerro de los Mártires, en San Fernando (Cádiz). Una ubicación que está a unos cuatro kilómetros de distancia de las estructuras ahora documentadas.
Fuentes: elespanol.com | larazon.es | eluniversal.com | diariodepontevedra.es | 15 de diciembre de 2021
Jose Luis Gonzalez
Sabe alguien si se puede cortar la entrada de aguas del caño para favorecer las actuaciones sobre las estructuras?. De confirmarse la hipótesis la importancia de monumento lo justificaría. ¿Qué impacto tendría esto?
17 Dic 2021
Guillermo Caso de los Cobos
Duelo entre arqueólogos por la ubicación del templo de Hércules-Melqart en Cádiz
Investigadores de las universidades de Cádiz y Córdoba rebaten la hipótesis respaldada esta semana por la de Sevilla junto con el Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico que ubica el santuario bajo el agua en el caño de Sancti Petri
Ortofoto de Google Earth, en 2015, donde se distingue el arrastre arenoso del caño, donde supuestamente se ubica el templo de Hércules. UNIVERSIDAD DE CÁDIZ.
Los expertos solo se ponen en una cosa de acuerdo: Julio César lloró de emoción al descubrir la estatua de Alejandro Magno en el interior del templo del dios Hércules-Melqart, edificado en algún lugar de la bahía de Cádiz. Pero sobre el punto exacto donde eso ocurrió, no hay consenso científico. La tesis presentada esta semana sobre la posible localización del santuario bajo el agua en el caño de Sancti Petri, una zona costera e intermareal de la bahía entre Chiclana de la Frontera y San Fernando, ha abierto un debate entre dos grupos de investigadores. La idea explicada públicamente el miércoles por un estudiante de doctorado de la Universidad de Sevilla, Ricardo Belizón, respaldado por un equipo de científicos de la Universidad de Sevilla y del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico, colisiona con la hipótesis que sostienen investigadores de las universidades de Córdoba y Cádiz, que lo ubican en el cerro de los ... un área del Ministerio de Defensa en San Fernando alejada 300 metros de la línea de costa.
Para llegar a conclusiones tan dispares, ambos grupos de expertos han utilizado la llamada tecnología LiDAR, que a grandes rasgos es un sistema de medición de posiciones de forma remota, basado en un sensor de barrido láser que registra los retornos contra la superficie; es decir, un sistema que permite medir la distancia entre el punto de emisión hasta un objeto. Con los resultados obtenidos, se puede elaborar así un mapa en 3D de alta resolución. Los arqueólogos, entre otros grupos profesionales, lo usan para ubicar objetos bajo la superficie terrestre.
Es decir, el choque con el agua de la luz del LiDAR genera lo que se llama un “artefacto”: una mala triangulación de los puntos y un pixelado en forma de triángulos, que puede resultar de lo más heterogéneo. O lo que es lo mismo: los datos de la Universidad de Sevilla serían erróneos, según Monterroso-Checa, y bajo el caño de Santi Petri no habría nada. Los resultados de ese estudio “que por desgracia se pasea en los medios estos días”, considera el experto de la Universidad de Córdoba, solo muestran “una incapacidad de triangulación de la luz rebotada en una lámina de agua por parte de un software. Nada de realidad”.
Ortofoto digital donde se distinguen los restos de cauce y sus arrastres, según el estudio de Monterroso-Checa. UNIVERSIDAD DE CÁDIZ.
Al otro lado, Milagros Alzaga, jefa del Centro de Arqueología Subacúatica (CAS) del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico y partícipe del posible hallazgo en Sancti Petri, prefiere guardar silencio y no entrar en acusaciones cruzadas. Antonio Sáez Romero, profesor del Departamento de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Sevilla, mantiene la misma postura que Alzaga y remite a los datos aportados en la presentación pública de este pasado miércoles, apoyada por la Junta de Andalucía y elaborada tras una ponencia científica la semana pasada en la Universidad Sapienza de Roma. En ella, los científicos dejaron claro que tras descubrir esas “aberraciones” en el territorio —que dibujan el posible templo, embarcaderos, un puerto interior y una gran masa de construcciones aún por definir—, contrastaron con los expertos del Instituto Geográfico Nacional por si podía tratarse de un error en triangulación, y estos lo descartaron.
Sin embargo, los técnicos de Teledetección de la Universidad de Cádiz piensan justo lo contrario. Para ellos, las imágenes que aparecen en las pantallas de los ordenadores no muestran ninguna construcción ni templo alguno bajo los caños de Santi Petri. De hecho, detallan que si emplean los programas de visualización Arcgis o Global Mapper para interpretar los datos, el resultado es negativo. No hay nada de nada.
Pero los defensores de la posibilidad de que el templo se encuentre bajo el caño sostienen que sus suposiciones están sustentadas también con averiguaciones combinadas con fuentes históricas, el mapa de hallazgos arqueológicos y varias visitas al lugar. La superposición de toda esta información geoposicionada muestra coincidencias destacadas, dicen, como es el caso del resto de una columna bajo el agua —documentada hace años— que coincide en su situación con los datos reflejados en el LiDAR. Con toda esa información y tras más de un año de pesquisas, los científicos de la Universidad de Sevilla se han animado a presentar sus resultados preliminares, a modo de hipótesis, que solo se podrán confirmar tras campañas y prospecciones arqueológicas que pueden durar años.
Monterroso-Checa replica, sin embargo, que Sancti Petri nunca pudo ser el lugar donde se levantó el templo porque, debido a su fondo rocoso, los barcos que intentasen aproximarse a él en la Antigüedad habrían necesitado entre seis y ocho metros más de profundidad para mantener una navegación segura. Eso habría hecho que el templo sobre el islote estuviese directamente bajo las aguas, algo que no ocurriría en el caso de San Fernando, que siempre estaría por encima de este nivel.
“Todo es discutible y habrá un gran debate. La tecnología no invasiva nos permitirá confirmarlo pronto. La bahía de Cádiz es una caja de sorpresas arqueológicas”.
Fuente: elpais.com | 18 de diciembre de 2021
21 Dic 2021
Guillermo Caso de los Cobos
Vídeo del programa Zona Historia (de Onda Cádiz TV) sobre la posible ubicación del templo de Melkart- Hércules.
27 Dic 2021
Guillermo Caso de los Cobos
Cádiz descifra el rompecabezas de su pasado fenicio
Dibujo de A. Álvarez Marsal, dirigido por Manuel Bendala, que representa cómo pudo ser el templo de Melqart.
Mattan murió asfixiado en un grave incendio que arrasó parte de la ciudad de Gadir, en algún momento entre finales del siglo VII y principios del VI antes de Cristo. El cuerpo de este gadirita de 35 años, sepultado entre los restos de calles y viviendas, es una de las centenares de piezas del rompecabezas del pasado fenicio de Cádiz que los arqueólogos llevan más de un siglo intentando recomponer. Cada hallazgo e hipótesis mueve el apasionante rompecabezas que, en las últimas dos décadas, ha reescrito la historia conocida de una de las colonias más importantes y ricas fundada por los habitantes de Tiro (en el actual Líbano) más allá del Estrecho de Gibraltar, en los confines de su mundo conocido. La nueva propuesta de localización del afamado templo de Melqart en la zona de Sancti Petri (entre San Fernando y Chiclana) podría ser la respuesta a una de esas grandes incógnitas que jalonan un pasado gaditano en constante revisión y recomposición. Los científicos consultados tienen muchas dudas y una sola certeza: en Gadir aún queda mucho margen para grandes sorpresas.
Recreaciones dirigidas por el arqueólogo José Gener de cómo era Cádiz durante el siglo VII antes de Cristo, dividida en dos islas.
En el devenir de esa ciudad original durante los más de 500 años que transcurrieron hasta la llegada de los romanos en el siglo I a.C., solo algo se mantuvo inalterable: el templo de Melqart. “Siempre fue lo importante. Fue una referencia para los locales y los foráneos. Es un hito marítimo, económico y un centro de sabiduría”, apunta Antonio Saez Romero, profesor del Departamento de Prehistoria de la Universidad de Sevilla y copartícipe de la nueva hipótesis de la ubicación del santuario de Melqart.
En el interior del templo se encomendaban los tratos comerciales o se acuñaban las monedas. Su importancia fue tal que trascendió a la propia Gadir y, por obra y gracia del sincretismo, el monumento acabó consagrado como ese lugar dedicado al Hércules romano en el que Julio César lloró amargamente, al darse cuenta de que no había alcanzado las mismas gestas que el conquistador Alejandro Magno.
En esos años, la bahía era un archipiélago de islas, de las que sobresalían dos: Kotinoussa y Erytheia, ambas cercanas, pero divididas por un canal natural. Esa división, descubierta a principios de 2020 por el arqueólogo Darío Bernal, fue uno de esos golpes en la mesa que reconfiguraron el panorama conocido de entonces. “Esto está en construcción y deconstrucción constante. Hay que tener honestidad científica de saber cuándo lo que dijiste hace 10 años ya no vale. Es lo que me estimula”, explica Niveau de Villedary.
El islote de Sancti Petri, el caño y la punta del Boquerón, lugar en el que podría estar ubicado el templo de Melqart, según una última hipótesis. JUAN CARLOS TORO.
Una ciudad en el tiempo
Pero las dudas sobre su organización territorial van mucho más allá. Por ahora, hay evidencias de asentamientos fenicios en Doña Blanca (en El Puerto de Santa María, el yacimiento más extenso), varios puntos de Cádiz capital, en San Fernando (en este caso, son hornos de cerámica) y en Chiclana de la Frontera (el hallazgo más reciente que aún está en excavación). Lo que no está tan claro es si todos esos puntos funcionaban como una entidad administrativa única, a modo de ciudad mancomunada que compartía hasta topónimo. Paloma Bueno y Ángel Muñoz se muestran partidarios de esta posibilidad. “Las fuentes griegas nos hablan en plural de Gadeiras, como un conjunto de ciudades y ocupaciones”, explica la experta, encargada de las excavaciones de Chiclana. Pero Mariano Torres tiene sus dudas: “Todos ellos debieron formar parte de la misma entidad política, pero Gadir se aplica a la zona de la actual Cádiz”.
Aunque para Antonio Saez, se plantea una duda aún más interesante: “Hablamos de lo que es Gadir, pero ha pasado desapercibido que la ciudad tiene sus altibajos, con épocas de bonanza y de vacas flacas”. La presencia del propio Mattan —nombre dado por sus descubridores—, abandonado en la isla de Erytheia habla de cómo los fenicios reconstruyeron la zona tras un evento catastrófico, pero la acabaron abandonando apenas medio siglo después por un motivo desconocido. Ese cambio, a mediados del siglo VI a.C. coincide con un periodo de conflictos en el Mediterráneo y con una potente reorganización de Gadir. “Quizás entonces alcanzaron independencia, ya desvinculada de Oriente. Quizás pasaron de una organización tipo colonial a ciudades independientes con asambleas que se podrían equiparar a las polis griegas”, apunta Mariano Torres.
La duda, por ahora, parece difícil de despejar, dada la ausencia de epigrafías que dejaron esos gadiritas y de grandes investigaciones en Tiro o Sidón —también en el Líbano—, por la situación de inestabilidad que sufre la zona en las últimas décadas. Lo que sí está claro es que lo que vino después es el mayor periodo de esplendor de Gadir, atestiguado por la tumba de un sacerdote en la Casa del Obispo de Cádiz, los imponentes sarcófagos antropomorfos —masculino y femenino— que se conservan en el Museo de Cádiz o el acuñamiento de monedas. “Gadir tuvo gran importancia porque se va a convertir en el centro de comercio de las minas de Huelva, los salazones o la ruta del estaño. Era enormemente rica”, explica Mariano Torres.
Por cada replanteamiento de lo conocido sobre el emporio de la antigüedad, los cimientos de la historia de Gadir se tambalean para dar lugar a una nueva realidad aún en construcción. Pero los arqueólogos no perciben estos cambios como un fracaso. “Hacemos el mejor modelo posible con los datos disponibles. Cuanto mayor es el número de evidencias, menores serán los cambios”, apunta Mariano Torres. “Me parece muy apasionante, porque estamos creando un nuevo modelo explicativo. Llegó un momento que tuvimos que romper los modelos explicativos del pasado, dado que ya no valían. Hay que investigar y ser creativos”, tercia con entusiasmo Niveau de Villedary.
Fuente: elpais.com | Jesús A. Cañas | 27 de diciembre de 2021
29 Dic 2021