Hace 300.000 años, cuando el Guadiana discurría por el Campo de Calatrava entre volcanes y cráteres, ya había homínidos merodeando por sus riberas. No se sabe con seguridad que aspecto tenían, no eran neandertales ni Homo sapiens (el hombre moderno), pero sí que trabajaban la piedra: fabricaban sus propias hachas, achelenses, para cazar y alimentarse.
Estos misteriosos ‘hombres’ han dejado restos de su industria lítica en amplias terrazas de sedimentos fluviales próximas al río Guadiana en Poblete, en el paraje de Albalá, que podrían ser los vestigios más antiguos de presencia humana documentados en la provincia de Ciudad Real.
Cinco de los miembros más internacionales del equipo de trabajo han venido a Poblete desde Estados Unidos, China, Sudáfrica, Australia y Tanzania / Elena Rosa.
Es lo que piensan los arqueólogos y expertos en evolución humana que investiganel yacimiento de Albalá, que este año ha reunido a jóvenes investigadores de España, México, Estados Unidos, China, Sudráfrica, Tanzania y Australia, dirigidos por los profesores Ignacio de la Torre (University College de Londres) y Alfonso Benito (Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana), para “fichar” al primer ser humano que habitó esta parte del valle del Guadiana.
Se cree que los restos encontrados, herramientas de piedras y fauna fósil (el año pasado hallaron un diente fosilizado de elefante) podrían tener 300.000 años, son más antiguos de lo que se pensaba en un principio, a falta de las dataciones numéricas que lo confirmen.
La campaña de este año ha durado dos semanas y ha demostrado que en el yacimiento hay tres periodos de ocupación en el Paleolítico / Elena Rosa
Emparentados con los homínidos de Atapuerca
Encontrar restos humanos no entra en los planes, aunque el equipo no renuncia a ello, conscientes de que no es habitual hallar material biológico tan antiguo fuera de cuevas. Pero si pueden llegar a tener una idea muy aproximada de qué tipo de homínidos eran.
“Estamos hablando de una especie que denominamos 'Homo heidelbergensis', la antecesora de los neandertales y descendiente del 'Homo erectus'. Sería, probablemente, el mismo tipo de homínido que se encuentra en la Sima de los Huesos de Atapuerca”, explica de la Torre.
Más bajos y robustos que el humano moderno
El ‘hombre de Albalá’ tendría una estatura algo más baja que los humanos modernos, entre 1,60 y 1,70 metros de media, pero de complexión más robusta, de unos 80 kilos de peso. En la sierra burgalesa de Atapuerca hay restos de homínidos de hasta 1,2 millones de años, los más antiguos de Europa, los de Albalá tendrían relación con las últimas etapas de ocupación de la sima.
Esta aventura que iniciaron estos dos profesores en 2017 (primeras catas para ver si merecía la pena excavar) con la colaboración de Rafael Mora, de la Universidad Autónoma de Barcelona, ha atraído este verano a jóvenes de medio mundo, muchos vinculados al University College.
Verónica Luján, de Brazatortas, única castellano-manchega en el equipo / Elena Rosa.
Verónica Luján, de Brazatortas, ha sido la primera estudiante de la provincia en participar en la investigación y está encantada. Licenciada en arqueología y máster en antropología física forense por la Universidad de Granada, hace unos meses respondió al anuncio: “Si te gusta la arqueología y el trabajo de campo, este es tu sitio. ¡Apúntate como voluntario a la segunda campaña de excavación del yacimiento achelense de Albalá!”
“La metodología paleolítica me parece bastante interesante y quería probar. Mi especialidad son los restos humanos en excavaciones, aunque en la trinchera en la que estoy no hemos hallado nada relevante, es lo que se denomina ‘estéril”.
Luján, que ha participado en otras trece excavaciones, sobre todo en Italia, nunca lo había hecho en su tierra. “La experiencia de aquí ha sido muy buena y he tenido la oportunidad de llevar a todo el grupo [25 personas] a visitar las pinturas rupestres de Fuencaliente”.
Abigail Martínez, de México, excavando en una de las trincheras de Albalá / Elena Rosa.
Abigail Martínez, antropóloga física, ha venido a Poblete desde México. Estudió en la Escuela Nacional de Antropología e Historia de México y es la primera vez que excava en España, “jamás había excavado en un yacimiento Paleolítico, solo había trabajado excavaciones prehispánicas y coloniales”.
“Es un entorno árido para mí, con un calor bastante más subido del que estoy acostumbrada, pero el paraje es precioso. Ha sido una de las mejores experiencias tanto personales como profesionales que he tenido a lo largo de mi vida. Me voy maravillada”. Y eso que su grupo no ha encontrado fósiles o herramientas de piedra, unas mil esta campaña que hay que sumar a las dos mil del año pasado.
“Mi aporte principal es la identificación de huesos, cuando encontramos algún material del que no están del todo seguros si es un hueso o no me llaman y lo confirmo”, dice.
Alexander, de Tanzania, y alumno de Ignacio de la Torre en Londres, es otro de esos estudiantes entusiasmados con la experiencia: “me encanta Poblete y la comida”, suelta; como Rosa, de Sudáfrica, “en mi país hay parajes muy bonitos pero esto también lo es”.
Los codirectores de la investigación en Albalá Alfonso Benito e Ignacio de la Torre / Elena Rosa.
Los investigadores abren la puerta a otra campaña
Las dos mil piezas recuperadas el año pasado y el entorno al millar de este verano, en dos campañas financiadas por la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, están en proceso de estudio, una vez que concluya la investigación se pondrán a disposición del Museo Provincial de Ciudad Real, “y esperamos que hagan alguna exposición”, apunta De la Torre.
Este año el equipo se ha protegido del sol con tiendas de campaña / Elena Rosa.
Tres épocas de ocupación en el Paleolítico
Los investigadores consideran que a partir de estos restos se podrá obtener mucha información sobre las ocupaciones humanas del Paleolítico en el centro de la Península. “En esta campaña ha sido de especial importancia la aparición de dos nuevos niveles arqueológicos, ya que demuestra que la ocupación humana en esta zona no fue puntual sino que se produjo de forma recurrente”.
El equipo de investigación, del que también forman parte Davinia Moreno y Theodoros Karampaglidis, del Centro Nacional de la Evolución Humana; Carmen Martín Ramos, Xin Ding, del University College, y Laura Sánchez, de la Univeridad de California, en Berkeley, consideran que la excavación ha sido un éxito y se reafirman en la necesidad de seguir excavando en Albalá en los próximos años.
El Ayuntamiento de Poblete, a través de su alcalde, Luis Alberto Lara, se ha mostrado dispuesto a colaborar financieramente en próximas campañas. Este año lo ha hecho facilitando el alojamiento.
Carmen Ramos, una de las investigadoras del equipo de Albalá, con el cuaderno de los trabajos de campo / Elena Rosa.
En busca del primer humano del valle del Guadiana (Ciudad Real)
por Guillermo Caso de los Cobos
10 Sep 2019
Hace 300.000 años, cuando el Guadiana discurría por el Campo de Calatrava entre volcanes y cráteres, ya había homínidos merodeando por sus riberas. No se sabe con seguridad que aspecto tenían, no eran neandertales ni Homo sapiens (el hombre moderno), pero sí que trabajaban la piedra: fabricaban sus propias hachas, achelenses, para cazar y alimentarse.
Estos misteriosos ‘hombres’ han dejado restos de su industria lítica en amplias terrazas de sedimentos fluviales próximas al río Guadiana en Poblete, en el paraje de Albalá, que podrían ser los vestigios más antiguos de presencia humana documentados en la provincia de Ciudad Real.
Cinco de los miembros más internacionales del equipo de trabajo han venido a Poblete desde Estados Unidos, China, Sudáfrica, Australia y Tanzania / Elena Rosa.
Es lo que piensan los arqueólogos y expertos en evolución humana que investigan el yacimiento de Albalá, que este año ha reunido a jóvenes investigadores de España, México, Estados Unidos, China, Sudráfrica, Tanzania y Australia, dirigidos por los profesores Ignacio de la Torre (University College de Londres) y Alfonso Benito (Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana), para “fichar” al primer ser humano que habitó esta parte del valle del Guadiana.
Se cree que los restos encontrados, herramientas de piedras y fauna fósil (el año pasado hallaron un diente fosilizado de elefante) podrían tener 300.000 años, son más antiguos de lo que se pensaba en un principio, a falta de las dataciones numéricas que lo confirmen.
La campaña de este año ha durado dos semanas y ha demostrado que en el yacimiento hay tres periodos de ocupación en el Paleolítico / Elena Rosa
Emparentados con los homínidos de Atapuerca
Encontrar restos humanos no entra en los planes, aunque el equipo no renuncia a ello, conscientes de que no es habitual hallar material biológico tan antiguo fuera de cuevas. Pero si pueden llegar a tener una idea muy aproximada de qué tipo de homínidos eran.
“Estamos hablando de una especie que denominamos 'Homo heidelbergensis', la antecesora de los neandertales y descendiente del 'Homo erectus'. Sería, probablemente, el mismo tipo de homínido que se encuentra en la Sima de los Huesos de Atapuerca”, explica de la Torre.
Más bajos y robustos que el humano moderno
El ‘hombre de Albalá’ tendría una estatura algo más baja que los humanos modernos, entre 1,60 y 1,70 metros de media, pero de complexión más robusta, de unos 80 kilos de peso. En la sierra burgalesa de Atapuerca hay restos de homínidos de hasta 1,2 millones de años, los más antiguos de Europa, los de Albalá tendrían relación con las últimas etapas de ocupación de la sima.
Esta aventura que iniciaron estos dos profesores en 2017 (primeras catas para ver si merecía la pena excavar) con la colaboración de Rafael Mora, de la Universidad Autónoma de Barcelona, ha atraído este verano a jóvenes de medio mundo, muchos vinculados al University College.
Verónica Luján, de Brazatortas, única castellano-manchega en el equipo / Elena Rosa.
Verónica Luján, de Brazatortas, ha sido la primera estudiante de la provincia en participar en la investigación y está encantada. Licenciada en arqueología y máster en antropología física forense por la Universidad de Granada, hace unos meses respondió al anuncio: “Si te gusta la arqueología y el trabajo de campo, este es tu sitio. ¡Apúntate como voluntario a la segunda campaña de excavación del yacimiento achelense de Albalá!”
“La metodología paleolítica me parece bastante interesante y quería probar. Mi especialidad son los restos humanos en excavaciones, aunque en la trinchera en la que estoy no hemos hallado nada relevante, es lo que se denomina ‘estéril”.
Luján, que ha participado en otras trece excavaciones, sobre todo en Italia, nunca lo había hecho en su tierra. “La experiencia de aquí ha sido muy buena y he tenido la oportunidad de llevar a todo el grupo [25 personas] a visitar las pinturas rupestres de Fuencaliente”.
Abigail Martínez, de México, excavando en una de las trincheras de Albalá / Elena Rosa.
Abigail Martínez, antropóloga física, ha venido a Poblete desde México. Estudió en la Escuela Nacional de Antropología e Historia de México y es la primera vez que excava en España, “jamás había excavado en un yacimiento Paleolítico, solo había trabajado excavaciones prehispánicas y coloniales”.
“Es un entorno árido para mí, con un calor bastante más subido del que estoy acostumbrada, pero el paraje es precioso. Ha sido una de las mejores experiencias tanto personales como profesionales que he tenido a lo largo de mi vida. Me voy maravillada”. Y eso que su grupo no ha encontrado fósiles o herramientas de piedra, unas mil esta campaña que hay que sumar a las dos mil del año pasado.
“Mi aporte principal es la identificación de huesos, cuando encontramos algún material del que no están del todo seguros si es un hueso o no me llaman y lo confirmo”, dice.
Alexander, de Tanzania, y alumno de Ignacio de la Torre en Londres, es otro de esos estudiantes entusiasmados con la experiencia: “me encanta Poblete y la comida”, suelta; como Rosa, de Sudáfrica, “en mi país hay parajes muy bonitos pero esto también lo es”.
Los codirectores de la investigación en Albalá Alfonso Benito e Ignacio de la Torre / Elena Rosa.
Los investigadores abren la puerta a otra campaña
Las dos mil piezas recuperadas el año pasado y el entorno al millar de este verano, en dos campañas financiadas por la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, están en proceso de estudio, una vez que concluya la investigación se pondrán a disposición del Museo Provincial de Ciudad Real, “y esperamos que hagan alguna exposición”, apunta De la Torre.
Este año el equipo se ha protegido del sol con tiendas de campaña / Elena Rosa.
Tres épocas de ocupación en el Paleolítico
Los investigadores consideran que a partir de estos restos se podrá obtener mucha información sobre las ocupaciones humanas del Paleolítico en el centro de la Península. “En esta campaña ha sido de especial importancia la aparición de dos nuevos niveles arqueológicos, ya que demuestra que la ocupación humana en esta zona no fue puntual sino que se produjo de forma recurrente”.
El equipo de investigación, del que también forman parte Davinia Moreno y Theodoros Karampaglidis, del Centro Nacional de la Evolución Humana; Carmen Martín Ramos, Xin Ding, del University College, y Laura Sánchez, de la Univeridad de California, en Berkeley, consideran que la excavación ha sido un éxito y se reafirman en la necesidad de seguir excavando en Albalá en los próximos años.
El Ayuntamiento de Poblete, a través de su alcalde, Luis Alberto Lara, se ha mostrado dispuesto a colaborar financieramente en próximas campañas. Este año lo ha hecho facilitando el alojamiento.
Carmen Ramos, una de las investigadoras del equipo de Albalá, con el cuaderno de los trabajos de campo / Elena Rosa.
Fuente: lanzadigital.com | 8 de septiembre de 2019
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