Tres fueron los emperadores romanos de origen español: Trajano, Adriano y Teodosio, llamado el Grande, siendo reconocidos los tres por los todos los historiadores como grandes gobernantes. En mi opinión, Trajano fue posiblemente el mejor de todos los emperadores romanos. Nacido en la ciudad andaluza de Itálica, la actual Santiponce en las afueras de Sevilla, Marco Ulpio Trajano fue un gran militar que con sus conquistas logró la mayor expansión territorial alcanzada por el Imperio Romano. De sus triunfos queda en pie en Roma la columna que lleva su nombre, donde esculpida en piedra se narran sus victorias sobre los dacios, la actual Rumanía, triunfo que le permitió apoderarse del llamado Tesoro de la Dacia, una riqueza incalculable en oro con la que Trajano acometió una profunda transformación urbanística de Roma llenándola de grandes monumentos, entre los que destaca sobre todo el Foro que lleva su nombre, donde entre grandes edificaciones institucionales, Trajano, hace casi dos mil años, construyó el primer centro comercial de la historia.
Hay una historia preciosa que vincula a Trajano con uno de los embajadores de Felipe IV en Roma, concretamente con el sevillano don Pedro Afán de Rivera, tercer duque de Alcalá, historia que refleja cómo los grandes hombres terminan siempre retornando a su orígenes. [:-)]
Trajano murió lejos de Roma, en el Asia Menor, durante una de sus muchas campañas militares. Sus legionarios, que adoraban a su emperador, incineraron su cadáver y llevaron sus cenizas hasta Roma para allí recibir el homenaje de todo el pueblo, que consideraba a Trajano como el mejor de sus gobernantes.
Se construyó una preciosa urna de alabastro recubierta de oro y marfil para contener las cenizas del emperador y la caja se depositó en la base de la magnifica columna de Trajano. Pasados los siglos y después de las destrucciones sobrevenidas por las invasiones de los bárbaros, se perdió la pista de la urna. Hacia 1620 un anticuario romano ofreció a mi predecesor, el duque de Alcalá, embajador de Felipe IV, una urna que le aseguró era la misma que contenía las cenizas del emperador español. El duque, gran coleccionista, sin dudarlo la compró y la envió a su palacio de Sevilla, donde instaló el preciado objeto en un estante que presidía la biblioteca.
A la muerte del embajador y habiéndose producido un pleito entre sus herederos, una de sus criadas robó la preciosa reliquia y la llevó para su casa en Santiponce, en las afueras de Sevilla. Transcurrido un tiempo y resuelta la testamentaría, se echó en falta la urna de Trajano. Fruto de las indagaciones de los alguaciles se descubrió a la autora del hurto, que, confesa, devolvió el arca. Al abrirla se comprobó que estaba vacía y preguntada la criada qué había hecho con las cenizas, dijo que al ver que el cofre estaba lleno de polvo y arena, lo limpió y tiró las cenizas en un naranjal cercano a su casa.
Cuando los herederos del embajador fueron al lugar donde habían sido arrojadas las cenizas de Trajano, quedaron asombrados al ver que el susodicho naranjal crecía sobre las ruinas donde la tradición señalaba que se encontraba la casa de Itálica donde había nacido Trajano.
De esta manera Trajano volvía a su tierra natal y daba cumplimiento a aquel viejo aforismo que decía: «El destino inexorable a cada uno pone en su sitio y a los buenos a su lugar de origen retorna». [:-)]
Se non é vero, é una bella trovata.
http://www.lavozdegalicia.com/opinion/2009/04/26/0003_7677781.htm
Francisco Vázquez, embajador en el Vaticano y ante la Soberana Orden de Malta.
Al hilo de este post del Sr. Giannini se me ocurrió poner a través de mi página de Terrae Antiquae unas noventa y pico fotos de las réplicas en yeso que se obtuvieron de la Columna Trajana, y que se exhiben en el Museo della Civiltà Romana (Roma), por si a alguien le interesa visualizar las escenas y detalles que se observan en los mismos.
Museo della Civiltà Romana - Sala LI: La Columna Trajana
Las fotos no constituyen el total de los moldes que se muestran en dicho museo, pues, cuando lo visité, no tuve tiempo de fotografiarlos todos al llegar tarde (no se encontraba tan fácilmente desde la boca de metro más próxima -hay una tirada larga).
Por cierto, Sr. Giannini, ciertamente resulta curiosa la anécdota que sobre Trajano nos cuenta nuestro embajador en el Vaticano, Francisco Vázquez.
Incluso me extraña, dada su condición declarada de ferviente católico, que no la hubiera acompañado de la referencia que hace Dante en La Divina Comedia(Purgatorio X, 73-93 nota: L 576) donde cuenta cómo el Papa Gregorio Magno, a través de sus ruegos y llantos, suplicó a Dios que sacase a Trajano del infierno, que, como no bautizado, le estaba destinado, y lo llevase al Paraíso, donde le encontraremos (Paraíso, XX, 100-129, nota: L 1496).
Es decir, todo un proceso prodigioso digno de la mayor curiosidad, pues tuvo que sacarlo del averno, bautizarlo y hacerlo morir de nuevo, para posteriormente resucitar ya en los cielos.
Giannini: El artículo de Vázquez es simpático, aunque no exacto. Naturalmente, la urna que algún listo le vendió en Roma al tercer duque de Alcalá no era la de Trajano, y tampoco la criada se llevó la urna a Santiponce (esto es, a Itálica, patria del emperador), pues ya el mero hecho de salir del palacio cargando con semejante mamotreto, en un carro se supone, y sin ser advertida, parece imposible.
La anécdota resulta difícil de creer incluso como la cuenta el prestigioso Juan Gil en la última página de este bonito artículo de 2000: J. Gil, “Trajano en la Edad Media”, Trajano, emperador de Roma, Roma, 2000, 155-178, recordando un artículo anterior al respecto (1995) de V. Lleó Cañal sobre ese tema (“Las cenizas de Trajano”), es decir, que la criada la robara "pensando quizá que era un tiesto", porque, si la urna era de mármol y adornada con oros y marfiles, nadie podría tomarla por "un tiesto". Hasta que una criada, limpiando, arrojara las cenizas al patio de la Casa de Pilatos, residencia del duque, como cuentan estos autores, sería un grave problema por las dimensiones y peso de la misma; que no estamos hablando de vaciar un cenicero... Pero, en fin, quitando estos detalles, vale como lectura entretenida. Pero sin perder de vista que seguramente Trajano, ni siquiera en cenizas, regresó a su patria, aunque sí obviamente su memoria, allí cada vez más cotizada.
Sr. Caso, unas precisiones a su comentario (en efecto, como Vázquez se entere del tema, acabará convertido en un nuevo artículo vaticano): San Gregorio Magno no pidió a Dios que sacara a Trajano del infierno, en el que estaba, más que por ser pagano, por haber decretado persecuciones contra los cristianos, sino que le permitiera resucitar durante el tiempo preciso para que se arrepintiera de sus pecados, lo que parece que hizo pues, en efecto, luego Dante le menciona en la nueva y más cómoda residencia. De ahí que una vez, en un artículo en red sobre este tema (2006), le llamara "Trajano: un pagano en el Paraíso”.
Lo cual no deja de ser una gran contradicción, de las que ha tenido la Iglesia en todos los tiempos, como también en el caso de Constantino "el Grande", muy venerado por ser el protector del cristianismo cuando a la vez fue un hombre cruel y asesino de varios amigos y parientes, empezando por su valioso hijo mayor, Crispo, aunque luego esta ejecución le pesara de por vida en la conciencia; las otras no se sabe ;-)
Gracias a ambos. Al Sr. Caso, porque estuve buscando entre las imágenes un faro que aparece en la columna Trajana, pero sea por despiste o porque no figura en el reportaje, me quedé con las ganas.
A Dª Alicia, gracias también por las precisiones. En cualquier caso, me sigue llamando poderosamente la atención que un político actual mande recados (lo veo exultante, feliz) apoyándose en Marco Aurelio o Trajano. Si nos lee, que yo creo que alguien le va a dar el recado, lo invito a que se dé de alta, agradezca a AM Canto sus precisiones y nos lo explique todo con más detallitos :-)
Guillermo Caso de los Cobos
Al hilo de este post del Sr. Giannini se me ocurrió poner a través de mi página de Terrae Antiquae unas noventa y pico fotos de las réplicas en yeso que se obtuvieron de la Columna Trajana, y que se exhiben en el Museo della Civiltà Romana (Roma), por si a alguien le interesa visualizar las escenas y detalles que se observan en los mismos.
Museo della Civiltà Romana - Sala LI: La Columna Trajana
Las fotos no constituyen el total de los moldes que se muestran en dicho museo, pues, cuando lo visité, no tuve tiempo de fotografiarlos todos al llegar tarde (no se encontraba tan fácilmente desde la boca de metro más próxima -hay una tirada larga).
Por cierto, Sr. Giannini, ciertamente resulta curiosa la anécdota que sobre Trajano nos cuenta nuestro embajador en el Vaticano, Francisco Vázquez.
Incluso me extraña, dada su condición declarada de ferviente católico, que no la hubiera acompañado de la referencia que hace Dante en La Divina Comedia (Purgatorio X, 73-93 nota: L 576) donde cuenta cómo el Papa Gregorio Magno, a través de sus ruegos y llantos, suplicó a Dios que sacase a Trajano del infierno, que, como no bautizado, le estaba destinado, y lo llevase al Paraíso, donde le encontraremos (Paraíso, XX, 100-129, nota: L 1496).
Es decir, todo un proceso prodigioso digno de la mayor curiosidad, pues tuvo que sacarlo del averno, bautizarlo y hacerlo morir de nuevo, para posteriormente resucitar ya en los cielos.
No cabe duda que Trajano fue un tipo con suerte.
Saludos
28 Abr 2009
Alicia M. Canto
La anécdota resulta difícil de creer incluso como la cuenta el prestigioso Juan Gil en la última página de este bonito artículo de 2000: J. Gil, “Trajano en la Edad Media”, Trajano, emperador de Roma, Roma, 2000, 155-178, recordando un artículo anterior al respecto (1995) de V. Lleó Cañal sobre ese tema (“Las cenizas de Trajano”), es decir, que la criada la robara "pensando quizá que era un tiesto", porque, si la urna era de mármol y adornada con oros y marfiles, nadie podría tomarla por "un tiesto". Hasta que una criada, limpiando, arrojara las cenizas al patio de la Casa de Pilatos, residencia del duque, como cuentan estos autores, sería un grave problema por las dimensiones y peso de la misma; que no estamos hablando de vaciar un cenicero... Pero, en fin, quitando estos detalles, vale como lectura entretenida. Pero sin perder de vista que seguramente Trajano, ni siquiera en cenizas, regresó a su patria, aunque sí obviamente su memoria, allí cada vez más cotizada.
Sr. Caso, unas precisiones a su comentario (en efecto, como Vázquez se entere del tema, acabará convertido en un nuevo artículo vaticano): San Gregorio Magno no pidió a Dios que sacara a Trajano del infierno, en el que estaba, más que por ser pagano, por haber decretado persecuciones contra los cristianos, sino que le permitiera resucitar durante el tiempo preciso para que se arrepintiera de sus pecados, lo que parece que hizo pues, en efecto, luego Dante le menciona en la nueva y más cómoda residencia. De ahí que una vez, en un artículo en red sobre este tema (2006), le llamara "Trajano: un pagano en el Paraíso”.
Lo cual no deja de ser una gran contradicción, de las que ha tenido la Iglesia en todos los tiempos, como también en el caso de Constantino "el Grande", muy venerado por ser el protector del cristianismo cuando a la vez fue un hombre cruel y asesino de varios amigos y parientes, empezando por su valioso hijo mayor, Crispo, aunque luego esta ejecución le pesara de por vida en la conciencia; las otras no se sabe ;-)
28 Abr 2009
Giannini
A Dª Alicia, gracias también por las precisiones. En cualquier caso, me sigue llamando poderosamente la atención que un político actual mande recados (lo veo exultante, feliz) apoyándose en Marco Aurelio o Trajano. Si nos lee, que yo creo que alguien le va a dar el recado, lo invito a que se dé de alta, agradezca a AM Canto sus precisiones y nos lo explique todo con más detallitos :-)
28 Abr 2009