Falsificaciones históricas: El reino de Asturias.

La interpretación de todos los acontecimientos que tratamos se hizo, no sólo en función de un momento político, sino especialmente en función de las ideologías a las que se adscriben cada uno de los hombres que interpretaron y escribieron la Historia de España. Será precisamente en el siglo XIX, durante el periodo romántico y nacionalista español, cuando aparecen una serie de obras históricas que tratan de ensalzar la "inconclusa" unidad de España y, sobre todo, de exaltar a un reino de Castilla sin orígenes pero con "destino manifiesto" como gran impulsora de esta fracasada unidad.

 

Tanto Modesto Lafuente con su "Historia General de España" (1850-1867), como los regeneracionistas Joaquin Costa (1846-1911) y Rafael Altamira (1866-1951), contribuirán en la idea de la identidad y de la conciencia nacional española gracias a la gran difusión que tuvieron sus obras, escritos y conferencias. Si en la “Historia Sagrada” del siglo XVIII no encontramos referencia alguna a un hipotético reino de Asturias, sino que se señala como tal a la antigua división adminsitrativa romana y suevo-visigótica de Gallaecia, ahora, como falsa explicación de la génesis del reino de Castilla, queda censurada cualquier referencia regia con el auténtico nombre testimoniado o simplemente se equipara indistintamente Asturias o León con el nombre de la Gallaecia.

Esta nueva fórmula historiográfica nacionalista será posteriormente retomada de manera acrítica, entre otros, por Menéndez Pidal a inicios del siglo XX, quien utilizará su Centro de Estudios Históricos para su divulgación, siendo el soporte histórico conceptual del pensamiento nacional-catolicista de la dictadura franquista y que remata doctrinalmente el egregio historiador exiliado Claudio Sánchez-Albornoz (1893-1984: cf. Orígenes de la nación española. Estudios críticos sobre la Historia del reino de Asturias. Oviedo, t. I: 1972, t. II: 1974, t. III: 1975.). En la actualidad la preconcebida y ahistórica idea acerca de la existencia de un "Reino de Asturias" sigue en vigor, comúnmente etiquetado como "la historia oficial", entre escolares, bachilleres y universitarios, siendo objeto de acalorados debates entre sus partidarios y detractores (1).

1. Territorialidad.

Se convendrá que un determinado reino ejerza su administración juridiscional, política y administrativa sobre un espacio geográfico limitado y conocido. En este sentido, toda la documentación medieval existente no nos informa sobre un reino llamado de Asturias, es decir, "gens hispaniae" conformada por astur-cántabros encuadrados en la provincia visigótica de Gallaecia: cf. "regione asturorum", "asturiensis provincie", "patriam asturiensium", "Asturiis". Ni siquiera con la creación de la nueva sede obispal de Oviedo: "Ordo gothorum Obetensium regum", "Regnante in Oveto", "regum ovetense", "regnum ovetenisum". Cuando se indica se hace con la dignidad de "Hadefonsi regis Galleciae et Asturiae". Se apela a la muy conocida fórmula "ordo asturorum" para extraer la conclusión sobre la existencia del reino astúr, si bien en los estudios actuales prefieren aplicar esta denominación a la etapa más primitiva de la dominación musulmana y con un carácter localista, prácticamente tribal (cf. Juan José Sánchez Badiola (2010), Asturia en la transición a la Edad Media, Argutorio n. 24, pp. 38-44).

Desde Isidoro de Sevilla, los Concilios Toledanos hasta todas las crónicas europeas y árabes se hace referencia a un único espacio territorial denominado Gallaecia que deriva de la tradición romana y suevo-visigótica (que nada tiene que ver con la realidad actual de Galicia, como algunos presuponen y otros imaginan). Así pues, el reino reconocido en todo el mundo conocido era el de Gallaecia y no el de Asturias. De las aproximadamente cuarenta referencias a la denominación de este reino, sólo en una se cita a un rey de Asturias, cinco como rey de Gallaecia y Asturias, en este orden, y la treintena restantes, siempre como rey de Gallaecia: "taliae, Galliae, Gothiae; Aquitaniae, Galleciae" (Concilio de Francfurt, s. VIII); "Hadefuns [= Alfonso II el casto] rex Gallaeciae" (Crónica de Reichenau), "mortuus est Ranimirus filius Veremudi rex Gallecie et filius eius Ordonius successit in regno" (Historiae Minores XXVII) o "Adefonso (= Alfonso III) Regi Gallaeciarum" (carta del Papa Juan IX). León es situado en 874 y 928 "in territorio Gallecie", y aún en 946 "Legione de Galletia". Posteriormente se corrompe (sintácticamente?) en la formulación regia "Legione et Gallecia" que será la habitual antes de la incorporación efectiva de Castilla y Toledo a la sede regia de León. En cuanto a la documentación registrada en Sahagún, sólo consta la entidad Gallaecia y así se cita también en la propia Crónica Albeldense:

"Habet [Spania] prouintias VI cum sedibus episcoporum: Prima Cartago (…) Quarta prouintia GALLICIAM: Bracara metropoli, Dumio, Portucale, Tude, Auriense, Yria, Luco, Uittania (Bretonia-Mondoñedo) et Asturica" (Crón. Albeldense III, 10).

Naturalmente, ello conlleva a la inaceptable traducción de Modesto Lafuente del término árabe Jalîkijah (= Gallaecia) por...Asturias o León indiferenciadamente, y que todavía podemos leer injustificadamente y con cierto sarcasmo en todos los autores actuales:

"[...] la Iglesia soberana de la Gallaecia, es decir, la astúr [...]" (J.C. Ríos Camacho (2007), "La Singularidad de San Rosendo...", p. 54 en Estudios diocesanos mindonienses n.23).

2. Legitimidad.

Bronisch (cf. Alexander Pierre Bronsich (2006), "El concepto de España en la historiografía Visigoda y Astúr", Norba n.19, pp. 9-42) nos descubre como en la "Historia Wambae Regis", Muza, un godo muladí, se autodenomina Rey de Hispania, siendo el único que se declara de sangre goda, mientras que nada parecido tenemos en las crónicas referidas a los reyes anteriores a Alfonso III. Muza, como rey godo, mantiene el antiguo concepto estatal unitario gótico de España, con una parte islámica con su rey y otra septenrional con su rey. La falta de referencias al término "Hispania" a partir del relato de los sucesos de Covadonga refuerza la idea, sospechada por muchos autores, de que el alzamiento tuvo un orígen local.

Esta sublevación al este de la provincia visigótica de Gallaecia, estuvo motivada principalmente por la conjunción de dos componentes: 1. el religioso, pues es en la Asturia donde se discute la cuestión de la adopción de Cristo entre Beato y Heterio (cf. "Certe iam rumor est, iam fama est; et non solum per Asturia, sed per totam Spaniam et usque ad Franciam divulgatum est, quod duae quaestiones in Asturiensi eclesia hortae sunt") y, 2. el personal, en referencia al asesinato en Tuy del padre de Don Pelayo, el dux cántabro Fáfila, a manos de Witiza (cf. Crón. Albeldense XIV, 33 1-7, omitida en la mayor parte de la ediciones por una interpolación literaria posterior sobre el orígen de Don Pelayo), y que sin duda habría de provocado los contínuos enfrentamientos entre indígenas cántabro-astures y vascones con la metrópolis visigótica de Toledo.

Sin entrar en los pormenores del orígen de la presencia árabe en el solar hispánico, igualmente falsificada por historiografía oficialista, podemos destacar, sin embargo, el conflicto religioso que va a suponer la ruptura de la provincia visigótica de Gallaecia (el antiguo reino suevo) con Toledo, orígen, como veremos, de la falsificación histórica. En 1976, M.C. Díaz y Díaz ya afirmaba que en el ducado de Asturias había grupos contrarios en el mundo clerical como podemos conocer a través de Beato y Heterio. Así la "Carta de Elipando a Fidel" (Heterius, año 785) nos muestra dos facciones enfrentadas e irreconciliables entre sí:

- Toledo, que reconocía la autoridad dogmática y político-eclesial de Elipando, obispo de Toledo, que había adquirido ritos proislámicos, y

- Gallaecia (así aparece en el texto original de Heterio), partidaria de los preceptos eclesiásticos de Beato, monje del Valle de Liébana, cántabro-astúr de formación carolingia.

Para Ríos Camacho (cf. Ríos Camacho, J.C. (2007), "La singularidad de San Rosendo…", Estudios diocesanos mindonienses, n. 23, p. 54 y ss y notas), son, por una parte, las gentes repobladas del Este de Asturias, traídas de la montaña (foramontanus), especialmente situadas en el Liébana, las que encabezan esta facción que goza de la simpatía papal. Se ve con buenos ojos romper con Toledo y crear una nueva sede en Oviedo. Partidario de esta facción fue sin duda Alfonso II el Casto. Sin embargo, estos intereses ideológicos no coincidieron con los de Mauregato ni con Bermudo I el Diácono. La posición antialfonsina de ambos personajes es muy evidente.

Por otra, los alfonsinos contaron con el importante apoyo del operativo obispado iriense (obispo Teodomiro de Iria), un obispado gallego de grandísma tradición que, a partir de las premisas doctrinales de Beato, construye la "inventio" del mito de Santiago, reforzando la política norteña frente a la de Toledo y el motivo para la reconquista. Debieron contar los alfonsinos también con el apoyo del cultísimo Monasterio de Samos (Lugo), que a partir de este momento toma una estrecha relación con la realeza.

Así pues, la provincia visigótica de la Gallaecia (denominación textual) será el reducto de la ortodoxia frente a las innovaciones proislámicas de la sede de Toledo y que pretende, en lo político, la restauración del orden "godo" en una nueva sede, Oviedo, como única y legítima continuadora del poder visigótico. Es en este preciso instante cuando se rompe la dependencia con Toledo, ahora considerada pagana y enemiga, legitimando una nueva sede, Ovetum, que curiosamente nace, como veremos, dentro del territorio eclesiástico del obispado dumiense-mindoniense, adscrito al sínodo de Lugo.

3.- Una nueva sede obispal: Oviedo.

La creación de la nueva sede obispal de Oviedo, que pretendía el reconocimiento y la legitimidad del nuevo "orden godo" con el establecimiento en el lugar de la sede regia, dará lugar a consecuencias eclesiásticas muy graves. El propio obispo Pelayo de Oviedo, históricamente conocido como "el obispo falsario", tendría que falsificar la documentación exigida en Roma para lograr su ambicioso proyecto, convertir Oviedo en la metrópoli de Hispania equiparándola a Toledo. El obispo Pelayo de Oviedo no dudó en falsificar el "Parrochiale Sueuum" (F.J. Fdez. Conde: "El libro de los Testamentos de la Catedral de Oviedo", Iglesia Nacional Española, Roma, 1971) donde se establece la división territorial eclesiástica de la Gallaecia recogida en el Concilio de Lugo del año 572, también hizo uso de la falsificación medieval anónima conocida como "Diuisio Wambae" (Luis Vázquez de Parga: "Liber Ithacii: La división de Wamba", Madrid, 1943), consiguiendo el apoyo papal, a pesar del pleito presentado por el obispado de Lugo, metrópolis de la Gallaecia al acoger en su seno la sede de Braga.

Efectivamente, en el año 572 el Concilio de Lugo establecía que:

 "[…] XIII.1. Ad sedem Brittonorum ecclesias que sunt intro Britones una cum monasterio Maximi et qui in Asturiis sunt" (F. Glorié : "Parrochiale Sueuum", Corpus Christianorum, Series Latina CLXXV. Itineraria et alia geographica, Turnholt, 1965, pp 143 ss..).

Por tanto, el texto original incluye dentro de la sede britoniense, adscrito al sínodo de Lugo (hoy Bretoña, prov. Lugo), todas las Iglesias asturianas que no son citadas dentro de la sede de Asturica (Astorga). Como ya se ha mencionado, Alfonso II el Casto (791-842) traslada la sede regia a Oviedo y crea un nuevo obispado en ese territorio. Esta decisión, como nos cuentan las crónicas, acarreará indirectamente un final dramático para las aspiraciones asturianas (cf. Crónica Rotense 23, Crónica Ovetense 23), al estallar un conflicto territorial entre la sede de Lugo y la nueva sede ovetense.

 

En el año 832, el rey Alfonso II, que dice ser rey de la Gallaecia, une provisionalmente a la Iglesia de Lugo, la sede metropolitana de Braga y la sede de Orense, crea la nueva sede ovetense dotándola con la destruida britoniense, hecho que no se llevaría cabo pues inmediatamente los acogidos dumienses fundan San Martin de Mondoñedo, y cede además a Oviedo una decena de condados adscritos a la jurisdicción eclesiástica de Lugo (prácticamente la actual provincia de Lugo y parte oriental de La Coruña y Pontevedra), siempre con el propósito de su posterior reposición (Henrique Flórez "España Sagrada: Theatro geográfico-histórico de la Iglesia de España", tomo XL, Madrid, 1796):

"In Dei Omnipotentis nomine Patris Ingeniti Filii, Unigeniti ac Spiritus Almi. Clementi pietate, ac perpetue benignitatis munere vegetatus, seu Sanctorum omniun auxilio fretus. Ego seruus omium servorum Dei Adefonsus Rex Froilani Regis filius, postquam auxiliante Deo regni totius Galletiae, et seu Hispaniae suscepi culmen, quod fraude Mauregati calida amisseram, et post eius interitum, cum iubante Deo, ademptus Regni gubernacula fuissem, firmiter omnium obtinui munitiones sicuti a Victoriosissimo Rege Domino Adefonso, Petri Ducis filio fuerant vindicatae, ac de Sarracenorum manibus ereptae per totius confinia Gallecie, seu Barduliense Provincia. Has itaque, cum obtinuissem Provincias nutu Dei, ac Sanctae que semper Virginis Mariae ope adiutus, cuius Basilica ab antiquo constructa esset dignoscitur miro opere in Lucensi Civitate Provintiae Galletiae, placuit animo meo, ut solium Regni Oveto firmaren, et ibi Ecclesiam construerem in honorem S. Salvatoris ad ipsius similitudinem Ecclesiae S. Mariae Lucensis Civitatis; et placuit mihi, ut Principatum totius Galletiae ipsa Luco obtineret Civitas, in qua Ecclesia Sancta Dei Genitrix obtinuerat Principatum ab antiquo ante ingressum sarracenorum, in Hispania tempore pacis. Hoc ergo, protegente Deo, qui cuncta regit, et cuncta disponit, cum peragere studuissem, et Ecclesiam S. Salvatoris Oveto studiose, construerem, accidit, ut quidam Rebellis fugiens, ante faciem Abdarraahmam Regis ab Emerita Civitate, nomine Mahamud, veniret ad me, et pietate regia susceptus est ame, ut in eadem Provincia Galleciae commoraretur. Sed ipse ut erat fraudulentus, et deceptor etiam contra me rebellionem preparat, sicut ante fecerat contra Dominum suum, et colligens secum Sarracenorum multitudinem, eamdem Provintiam Galletiae depredare conatur, colligens se in Castrum quoddam, quod vocatum es ab antiquis, Castrum S. Christinae; cuius rei eventus cum ad me Oveto mandatum venisset, congregato exercitu, Galletiam properavi, ut de inimicis resisterem, et Christicolas de manu sarracenorum eriperen Deo auxiliante. Veniens vero ad Lucensem urbem cum omni exercitu, et ibi me in Ecclesia de S. Mariae orationibus comendans, altere die progessus sum ad pugnam, Castrum illud S. Christinae obsedi, in quod erat adunatio sarracenorum non minima cum ipso capite nomine Mahamud. Auxiliante itaque Deo Castrum oppugnavi, et omnium sarracenorum cervices ad terram postravi, ac delevi Hismahelitarum insidias, interfecto ipso Principe. Peracta itaque pugna cum Victoria Luco revertens Deo eiusque Genitrici gratias referre studui, ac Votum, quod promiseram, reddere non distuli. Igitur Ego iam praefatus Adefonsus hac victoria potitus, inimicisque superatis benignam erga me cognoscens Salvatoris clementiam, et eius Genitricis Mariae agnoscens auxilium, et omnium Sanctorum precibus adiutus, cum ad eandem Lucensem Urbem reversus fuissem cum omni meo exercitu, victoria de inimicis peracta, placuit mihi ex animo, Deo inspirante, ac omnibus Magnatis visum est, tam nobilium personarum, quam etiam infirmarum, ut Ecclesiam Sanctae Mariae, seu Urbem praefatam, quae sola integerrima remanserat a Paganis, non destructa murorum ambitu, quam etiam Adefonsus Rex Petri Ducis filius, quod ex Recaredi Regis Gotorum stirpe decendit, similiter eandem urbem populavit, ac Hismahelitorum tulit potestatem. Huic Ego iam supradictus Adefonsus Ecclesiae S. Mariae, seu urbe caeteras dono et concedo Civitates Bracaram, scilicet Metropolitanam, et Auriensem urbem, quae omnino a paganis destructa esse videntur, et populo et muro et non valeo eas recuperare in pristino honore. Has itaque urbes seu sibi subditas Provincias cum Ecclesiis, Sanctae Reginae concedo Virginis Mariae Lucensae sedis, ut Pontificalem ab ipsa accipiant ordinem, seu benedictionem, quam ipsae caruerant peccato impediente, et reddant debitum censum secundum decreta Canonum eidem Ecclesiis; idest tertiam partem. Haec nempe facio pro salute animarum omnium auctoritate Canonicale Sedis Apostolicae fretus, ut Ecclesiae, aut Sedes destructae a Paganis, aut a persecutoribus auctoritate Regali, seu Pontificali ad alia tutiora transferantur loca, ne Chrisptiani nominis decus devacuetur. Ab ipsa vero Lucensi Civitate necessitate compulsus, terras et provincias S. Salvatoris Ovetensi concedo Ecclesiae, quae ante fueram subditae Lucensi Ecclesiae per cucnta seculorum tempora: Haec sunt autem nominata Provintiae, idest, Balborica, Neira, Flamoso, Sarria, Páramo, Froilani, Sabinianos et Sardinaria, Abiancos, Asma, Camba et Ecclesias de Dezón. Has itaque Provincias, quae populatae sunt in diebus Domini Adefonsi Maioris, et nostris, quae ante fuerant subdictae Civitati Lucensi, Sancto concedimos Salvatori Ovetensis Ecclesiae, ex parte, Ecclesias non quidem omnes. Et quia longe posituae sunt ab Ovetensi sede, ideo nobis visum est, et rectum ut benedictionem, et omnem Episcopalem ordinem a Sede recipiant Lucensi, dentque censum omnem Ecclesiasticum Sancto Salvatori ex ipsis Ecclesiis supranominatis, non pene, ex omnibus; dantes et concedentes pro integratione Lucensis Urbi, pro istis Ecclesiis, praedictas civitates Bracaram et Auriensem cum suis provinciis et familis tali tenore scripturae firmitatis ut si auxiliante Deo post nos, Civitates supradictae, quae destructae esse videntur a Chrisptianis fuerint possessae et ad proprium reddierint decus ut Lucensis Ecclesiae suae provintiae supra nominatae restituantur et unicuique Civitati similiter, quia dedecus est, quod nunc pro animarum salute necessitase compulsi facimus, ut post nos Ecclesiae deuaricatae litigent. Ideo obseruata charitate precipimus, ut unaquaque Ecclesia ad suam revertantur veritatem et ipsam Sedem Oventensem fecimus eam et confirmamus pro Sede Britoniensi, quae ab Hismaelitis est destructa et inhabilitabilis facta. Siquis vero ex progenie nostre uenerit aut extranae gentis, potens aut impotens et hoc factum disrumpere conauerit iram superni Regis incurrat Dei Omnipotentis et Regiae functioni quinquaginta auri talenta coactus persoluat et a parte ipsius sedis, quod abstulerit, uel temptare uoluerit, reddat in duplo, uel triplo, ipsoque anathematis maledictione percusus pereat in aeternum et haec scriptura quam in Concilio edimus et deliberavimus permaneat in omni robore et perpetua firmitate. FIRMAS".

Este interesante y poco citado documento, que cumple un acuerdo tomado con anterioridad, pretende construir la sede ovetense a partir de la entidad territorial eclesiástica de la sede de Lugo. Se deduce por lo tanto que Oviedo, adscrito todavía en estos momentos al sínodo de Lugo, no tenía ningún tipo de jurisdicción territorial ni potestad eclesiástica alguna.

Igualmente se suele obviar cierto detalle de gran importancia. Lugo no sólo era una de las dos sedes eclesiásticas operativas, junto con la coruñesa Iria, del reino cristiano (Braga, Tuy, Astorga, etc. estaban o bajo control árabe, destruidas o desiertas), o la única ciudad con sus murallas intactas en manos del "regnum cristianorum" hasta el siglo X, sino que, entre los siglos VIII-X, fue además la sede metropolitana al acoger a la Bracarense, y, por tanto, la capital del reino: cf. "in Lucense oppido metropolitanus episcopus", "Recaredus Lucense Metropolitanus Episcopus", etc. ( A. Floriano Cumbreño: "Diplomática española del periodo astúr (718-910)", Oviedo, 1951, vol. II pp. 257-260; "España Sagrada", XL p. 124.).

Es en Lugo, precisamente, donde Ramiro I se reúne con la nobleza gallega para conformar el ejército que derrotaría a los astúr-vascones a orillas del río Narcea, en el valle de Cornellana, siendo hecho prisionero el rey elegido en Oviedo, Nepociano, y sus colaboradores. Aquí se acaba con toda pretensión asturiana. Curiosamente, este episodio conlleva un cambio en la dinastía, un cambio en el modo de sucesión que ahora se hace patrilineal, la presencia continuada de reinas de orígen gallego, costumbre que continuará hasta principios del siglo XIII, y, además, en la sede ovetense, se asentarán las familias berciano-gallegas emparentadas con la realeza (cf. J. Pérez de Urbel: "Los primeros siglos de la Reconquista (años 711-1038)", t. VI de Historia de España, dir. por Menéndez Pidal, Madrid, 7ª ed. , 1997 p. 60).

Pero el hecho todavía más obsceno, vergonzoso y denigrante de esta falsificación histórica es un documento que ninguno de nuestros egregios historiógrafos suelen mencionar, ni siquiera de pasada o en nota a pie de página. Se trata del pergamino conocido como 9-4-7/1956, expediente 8, bien oculto en una caja, escondido en un lugar recóndito de la Biblioteca de la Real Academia de la Historia, y cuyo minucioso estudio sobre su indudable autenticidad fue realizado por Juan Carlos Galende Díaz ("Estudio paleográfico-diplomático de un privilegio de Alfonso III", CEG, Tomo XLI, fascículo 106, Santiago, 1993-94, pp. 113 y ss.).

 

En el año 902, Alfonso III, confirma el siguiente privilegio:

"In Dei nomine. Ego Adefonsus totus Ispanie imperator qui licet indigne uocitor catholicus tibi Sauarico. Salutem. Michi et omnibus Ispaniae principibus satis notum et propter sarracenorum persecutionem te a sede tuq discessisse et sedem in loco qui Mindunietum uocaturfundasse, me concedente et coroborante. Qua propter concedimus tibi et successoribus tuis diocesim illam que uocatur Trasancos et Besaucos et Prucios cum omnibus terminis suis procedentibus usque ad aquam de lunkeras, insuper addimus tibi illas eclesias de Salagia per aquam de discessu usque admontem que uocatur Nemi, et hec supra dicta tibi confirmamus propter diocesim de Asturias quam [o]uetensi sedi prebuimus, et deinceps de nostro iure et dominio omnium hominum radimus ut habeas tu et successores tui in integrum. Si quis tamen huius scripture nos trae seriem infringere conatus fuerit excomunicationis crimen incurrat, insuper centum auri talenta coactus exsoluatpresuli eiusdem sedis menduniensis. FIRMAS".

Se trata de un privilegio real hecho con mala fé, con falsedad, aconsejado sin duda por el obispo Pelayo de Oviedo, "el falsario", en la que se concede territorios eclesiásticos pertenecientes al obispado de Lugo a la sede Mindoniense en contrapartida de haber perdido su jurisdiscción en las ahora tierras diocesanas de Asturias. Es decir, entrega territorios propios del sínodo de Lugo a una sede perteneciente al mismo sínodo.

Naturalmente, ahora se entiende el levantamiento del conde Froila Vermúdez, dux de Lugo, quien con su ejército toma Oviedo, se autoproclama rey y obliga a Alfonso III a ocultarse en tierras castellanas. Ciertamente que Alfonso III consigue en Ávila reunir tropas suficientes para derrotar a Froila en Oviedo (Crón. Albeldense, XV, 12). Sin embargo, la sede ovetense agonizaba y Alfonso III se vió obligado a pactar con el poderoso conde gallego Hermenegildo y su sobrino, el legendario obispo de Iria y Mondoñedo, San Rosendo, ambos parientes del sucesor a la corona.

El territorio ovetense pertenecía a Lugo, y su pretensión, como sede obispal, de equiparase a Toledo, provocaría un doble conflicto eclesiástico: con la sede metropolitana de Toledo y con la sede de Lugo. El obispado de Lugo mantuvo durante años este pleito ante los agravios y excesos jurisdiccionales de la nueva sede obispal de Oviedo. El Concilio de Salamanca de 1154, 200 años más tarde, daría la razón a los prelados lucenses (cf. D. Mansilla: "Panorama histórico-geográfico de la Iglesia en España", BAC, Madrid, 1982, II 2º, pp. 611 ss.; C. Sánchez-Albornoz: "Dos documentos sobre Braga y Mondoñedo”, Coruña, 1981, pp. 91 ss.). 

 

--------------

 

(1) Para mayor conocimiento de una revisión critica acerca de este tema consúltese:

 

. Peiró Martín, Ignacio (1995), Los guardianes de la historia: la historiografía académica de la Restauración, Zaragoza.

. Pellistrandi, Benoît (1997), «Escribir la historia de la nación española: proyectos y herencia de la historiografía de Modesto Lafuente a Rafael Altamira», Investigaciones Históricas: Época Moderna y Contemporánea, 17, pp. 137-160.

. Wulff Alonso, Fernando (2003), Las esencias patrias: historiografía e historia antigua en la construcción de la identidad española (siglos xvi-xx), Barcelona.

. Ríos Saloma, Martin Federico (2005), Restauración y Reconquista: sinónimos en una época romántica y nacionalista (1850-1896), MCV, Fundación Caja Madrid, pp. 243-263, Madrid.

. Ríos Saloma, Martin Federico (2009), La "Reconquista", ¿una aspiración peninsular? Estudio comparativo entre dos tradiciones historiográficas, Bulletin du Centre d'études médiévales d'Auxerre, Hors série 2.

Load Previous Comments
  • Pedro Pacheco

    Quizá fuera el bastón de mando de Augusto que lo perdió y alguien lo encontró. Recordemos que Augusto anduvo por la zona.

    "En Occidente, casi toda Hispania estaba pacificada
    , a excepción de la parte que toca las últimas estribaciones de los Pirineos"
    "César no envió una expedición, sino que se encargó él mismo de ella."
    "En esta región vivían pueblos valerosísimos, los cántabros y los astures que no estaban sometidos al Imperio"
    "dividió al ejército en tres partes e hizo rodear toda Cantabria, encerrando a este pueblo feroz en una especie de red, como se hace con las fieras."

    "La lucha contra un enemigo tan fuerte, que se presentó tan de repente y con planes tan bien preparados
    hubiera sido dudosa, cruenta y ciertamente una gran carnicería, si no hubieran hecho traición los brigecinos".
    Lucio Anneo Floro
    El emperador Octavio Augusto en la cima del poderio romano  se puso al frente de 7 legiones identificadas (70.000) hombres mas alguna otra probable; cuerpos auxiliares y la armada de Aquitania.
    Lucus Augusti-Lugo fue una ciudad dedicada a Octavio y desde esa base partió una de las columnas romanas de ataque contra los cántabros occidentales.
    "las evidencias que aportamos y su correspondencia y contrastación con la bibliografía consultada nos permiten concluir que hay suficientes argumentos para considerar los yacimientos de A Granda das Xarras y A Recacha
    como campamentos romanos, así como relacionarlos con las operaciones armadas desarrolladas por el ejército romano durante las guerras cántabras".
    -
    ,

  • Pedro Pacheco

    En la imagen figura el bastón de mando augústeo donde podrian como bien dice Aurelio Aureolis haber estado engarzadas las piezas.

    Gaius Antistius Vetus dedicó la ciudad al Emperador.

  • Carlos Sánchez-Montaña

    La propias gema con el sello de Augusto nos presenta al capricornio con cola de triton llevando en su mano izquierda la cruz. Símbolo del propio Augusto que representa al arkhonte.

    La escenografía que presenta Alfonso II es literal romana. La cruz de los Angeles original presenta el tetragrama Alfa, Rho, Chi, Omega: ARKHO principio. Que está presente en la coraza de Primaporta de Augusto.

    Lo explico con detalle en el texto Callis Ianus.

    En el estudio sobre las joyas ya determino la función del sello, la propia de otorgar la "immunitas"  a los "peregrinos" que alcanzan Lucus Augusti

    En un sello de estas características, las letras deben de leerse al revés, para poder dejar su inscripción de manera correcta sobre el lacre del sello imperial. (Todo el sello está realizado con la técnica de vaciado).

    La inscripción original si atendemos a la composición del texto, solo estaba formada por seis letras, tres en la parte superior y tres en la inferior y leídas después de su estampación seria ADA/IAV y su significado podría ser 

    “AD AUCTORITATE / IMPERATOR AUGUSTUS” 
    -De acuerdo con la autoridad del Emperador Augusto-

    La utilidad del sello quedaba así reforzada y explicitada, recordemos que estos sellos se utilizaban, tal como Suetonio comenta en la biografía de Augusto, para autentificar sus escritos y edictos. Sin embargo, al contrario que en el sello de la esfinge, que carece de inscripción alguna y que era utilizado por el propio emperador, en el caso que nos ocupa y por el tipo de inscripción que posee, el sello era utilizado por un legado imperial en el territorio.

  • Carlos Sánchez-Montaña

    Publio Carisio es un antecedente militar de la urbanización. El sello tiene (LO DICIEN TODOS LOS ESTUDIOS) carácter fundacional, no de gobierno militar. 

    El urbanismo romano es una ciencia exacta.

    Así como León y Astorga tienen origen militar, y Astorga se transforma con su ampliación foral posteriormente una vez alcanzada la paz.

    Lugo, Braga y Oviedo son fundaciones sacramentales, es decir de pacto sagrado entre Roma y los pueblos del N.O.

    El Campamento militar de Lugo previo a la ciudad estaba en Garabolos en otro emplazamiento.

    Las ciudades capitales de Braga, Lugo y Oviedo, con la transformada Astorga, se convierten en ciudades de pacto. Dicen las fuentes:

    "Así concluyó Augusto sus empresas bélicas, así también las rebeliones de Hispania. En adelante se mantendrían leales y en paz constante, ya fuese por su propio talante, más dispuesto para las artes de la paz, ya por el plan de Augusto, que, recelando del abrigo de los montes en que se refugiaban, les ordenó que habitasen establemente las ciudades romanas, que se hallaban en la llanura y que allí residiese el consejo del pueblo y se guardase por capital." Lucio Anneo Floro.

    El plan de Augusto para el mantenimiento de la paz en el territorio es claro. La paz fue el resultado de un pacto entre el emperador y los jefes indígenas, que a cambio de residir estos en las ciudades y campamentos romanos, Augusto otorgaba a sus interlocutores la jefatura y capitalidad del territorio.

    Este tipo de pacto recibía en la antigüedad el nombre de Sacramentum; sacramento significaba pacto sagrado. 

    De todas las capitales territoriales la de mayor tamaño era Lugo. La de nombre mas significativo era Lugo. La de mayor presencia durante los siglos posteriores era Lugo. De mayor importancia religiosa pagana y cristiana era Lugo. Y que mejor aguantó la invasión sueva fue Lugo.

    Y si en algún lugar tenía sentido que fueran guardas las joyas de Augusto DURANTE OCHO SIGLOS DE DURACION, fue en Lugo.

    Pero solo es una opinión desarrollada en varios textos y durante varios años de investigación.

    El sello está en la Cruz de la CÁmara del Tesoro de Oviedo y es el símbolo de la ciudad por razones evidentes. una herencia aparejada al propio proyecto del templo y que las fuentes dicen fue inspiración lucense del propio rey Alfonso II.

    El rey sabía que su modelo era Lucus Augusti, así lo dejo por escrito.

  • Abo

    Hola, Carlos te contesto antes de que me olvide.

     

    Es que ese mapa de Millar, respecto a las vías romanas antoninianas y sus respectivas mansiones, está realizado con muy buena intención pero, entiendo, se queda solo en eso buena voluntad ya que como comprenderás las trazas viarias están muy mal situadas.  La 17 no hay por donde cogerla.  La 20 otro tanto. La 18 no indica el primer tramo entre Brácara A. y Aquis Querquennis, lo que indica se puede dar por bueno (aparentemente), fíjate que Aquis Originis, Aquis Querquernis y Géminas  las sitúa al norte del Miño cuando es todo lo contrario y muy distante de este.  La 19…dejémoslo en mitad y mitad.

     

    Con relación a la reconstrucción de la Tabla de Peutinger confeccionada por Miller yo es que prefiero ignorarla ya que nada me puede aportar en el esclarecimiento de estas vía que tratamos pues no es más que esto:  UNA RECONSTRUCCIÖN y por lo tanto no deja de ser una conjetura del autor.  Toma dos mansiones, Timalino y Utaris, de las vías 19 y 20 que son las mismas para ambas, y coloca en medio un lugar del Rávena, la Ponte Abei que comentas, en vez de la Ponte Neviae que sería lo correcto.

     

    Es que, Carlos, Miller en su mapa se inventa, él y otros, un PONS NAVIAE en el posible Ponte Abei del Ravena que ya es un camino por Fonsagrada  hacia Oviedo (alrededores) desviándose bastante y al norte si es que pretendía seguir las las trazas de las vías 19 y 20.  No se  de donde lo sacan el *Pons Naviae.  “Naviae” no figura de tal forma en ninguno de los manuscritos y códices conocidos y casi siempre lo hace como Neviae, por supuesto que por una clara relación con el río Navia.  Lo de *Pons le sucede otro tanto, en ningún texto figura en nominativo y sí lo hace en ablativo: PONTE.  Es decir, no es un Pons Naviae y sí un Ponte Neviae.

     

    Respecto a esas coincidencias que comentas, estoy de acuerdo con las dos últimas y no puedo estarlo, por todo lo expuesto, con la primera, es decir con el mapa de C. Miller.

     

    Un saludo.  

  • callaeca

    No sé yo si la censura de este título está bien realizada, Aurelio, porque si nos referimos a los documentos del momento nos encontramos falsificaciones e interpolaciones por doquier, y, en otro sentido, porque dentro del concepto de legitimidad político-religiosa neogótica no cabía entender la aparición y denominación de un nuevo reino más allá de la división jurídica establecida de Hispania. O ¿cómo puede usted explicar el sentido de la fórmula "Adefonso glorioso regi Galliciarum", y en especial ese plural, pronunciado ante toda la realeza y las más altas personalidades de todo el reino y convidados, el día, solemne, de la consagración de la Iglesia de Santiago?

    Conocemos esos límites geográficos, preestablecidos desde la antigüedad, el mismo territorio que vemos también durante la etapa leonesa. Y si es cierto que los hechos iniciales están localizadas más allá de esta frontera, con las disputas entre astur-cántabros y vascones con Toledo, pero no después, en los que no hay ya referencia a los pueblos más occidentales de la tarraconensis y en la que ya se procura recursos materiales y humanos con la llegada de cristianos al Bierzo y a la mitad norte de Galicia desde los confines de Hispania, en tiempos del príncipe Fruela I, cuando el monasterio de Samos comienza a tener una gran actividad y a estar en estrecha relación con la realeza.

    ¿Cómo puedes entonces, Aurelio, afirmar que no hubo una fuerte oposición en el NW de esta provincia gótica, si Asturica y la plaza militar de Legio estaban destruidas y las sedes occidentales de Vardulia en "manos infieles", mientras que, precisamente, son las sedes de Iria, que nunca perdió su actividad, y Lugo (además como plaza fuerte -lat. arx.) las que estaban plenamente operativas? ¿No es aquí, acaso, donde se fragua la invención apostólica y el "voto a Santiago"? ¿dónde se inicia la conquista de la "ocupada" Braga y la toma de la destruida plaza fuerte de León? ¿Cómo puedes entender y encajar la reconquista prescindiendo de todos estos hechos? Pero es el conjunto de la provincia de la Gallaecia quien se manifiesta contra "el mundo infiel" al que se debe combatir para restaurar el viejo orden. No caben atribuciones étnicas individualizadas, ni aducir hechos particulares en su defensa que pueden ser rebatidas con ejemplos en contrario. ¿que diferencias étnicas se pueden aducir de quienes dicen ser reyes descendientes de astures (tras la ruptura con los vascones) y que tienen como esposa a reinas gallegas?

    Tampoco puedo desdecirme, Aurelio, hasta que me respondas las curiosas particularidades que nos muestra la sede obispal ovetense. Ya he puesto varios ejemplos de sus inexplicables ausencias, pero la más sorprendente es sin duda el Concilio del año 947 de Santiago de Compostela, que presiden el obispo Sisnado II de Santiago y el obispo metropolitano lucense Hermenegildo, en la que se citan todas las sedes, incluidas las nuevas creadas en los conquistados campos góticos":


    "Wiliolfus […] tudensis episcopus, Rudesindus dumiensis episcopus, Gundissalus legionensis episcopus, Adovarius austoriacensis sedis episcopus, Domenicus Numantinae, quae modo Zamora nuncupatur sedis episcopus, Tudemundus salmantiensis sedis episcopus, Fredulfus auriensis sedis episcopus, Ornatus lamecencis sedis episcopus, Didacus portugalensis sedis episcopus […]".

    Y bien Aurelio, ¿cómo explicas la ausencia de la ovetense? ¿o que la "sede obispal regia" no se mencione en el año 899 en el acto solemne de la consagración de la Iglesia de Santiago de Compostela? y ¿qué pasa con esos pleitos territoriales eclesiásticos que podemos leer, reiteradas veces, en el asunto principal de los documentos de Alfonso II, Alfonso III, Ordoño II y en las propias resoluciones de los litigios referidas a estas tierras como la que se cerraba amistosamente en 1122 entre Santiago-Mondoñedo o como el del Concilio de Salamanca de 1154?

  • callaeca

    nota: además tras la consagración de la Iglesia de Santiago de Compostela en el año 899 aparece por primera vez el título de "imperator" que portará el propio Alfonso III (Adefonsi Magni Imperatoris) y sus sucesores.

  • callaeca

    La falta de operatividad de Asturica y las sedes occidentales de Vardulia (Veleya, Osma y Oca) tiene su explicación lógica, Aurelio, en la documentación árabe. Así, Ibn ‘Idari (siguiendo la lectura de Manuel Carriedo) nos narra:

    "Abd El-Kerim ben Moghith […] llegó hasta la ciudad de Astorga en plena Galicia. Este general supo entonces que Alfonso había hecho levas en sus estados, había pedido ayuda a los vascones (pueblo a la que pertenecía su madre Munia) y a las poblaciones vecinas (las del llano "galaico"), a los "mayus" (vascones paganos) y a otros (¿los francos?); que con estos auxiliares, estaba acampado en la comarca situada entre Galicia y la Sierra y que había autorizado a los habitantes del llano (los "galaicos" aliados) a diseminarse entre las altas montañas del litoral".

    Ibn Hayyan, continúa Manuel Carriedo, también incide en la "variada presencia" de cristianos al registrar el ataque árabe planeado "desde Astorga, contra la concentración de cristianos que se había unido para recharzarle (a Abd El-Kerim ben Moghith) y qué él desbarató, haciéndoles gran carnicería".

  • Juan Domingo Álvarez Fernández

    Buenos días. Señores, es cierto que no tenía intención de intervenir más en esta discusión, pero es que mi talante me impide dejar sin contestar algunas de las cosas que he leído, que me sublevan por su falta total de rigor.

    Están ustedes mezclando con total impunidad  hechos y pueblos, sin pararse en si los hechos corresponden a los pueblos a los que los atribuyen. Por un lado, con esa extraña manía de mezclar pueblos diferentes como si fuesen el mismo: ¿qué  es eso de "asturcántabros" o "cántabroastures" que he leído por aquí? Pues, sencillamente, algo que ni existe ni ha existido jamás: lo que existieron fueron dos pueblos bien diferenciados por todos los autores antiguos  hispanos, godos, griegos y romanos, hasta que hemos llegado nosotros, los eminentes hombres de la edad Contemporánea y hemos decidido que los que los conocieron no tenían razón y que eran el mismo pueblo.

    Si empezamos por el principio, es decir, poniendo a cada pueblo en su sitio, será más difícil que metamos la pata en atribuir a unos hechos referidos a los otros. Es un lugar común, y aquí lo he visto repetido, el añadir a los galaicos entre los pueblos que combatieron en las guerras cántabras. Pues bien, señores, les ruego me muestren un sólo autor de la edad Antigua que mencione a los galaicos entre los combatientes. O mucho me equivoco, o no encontrarán ninguna fuente clásica que lo mencione (¿centralismo imperialista romano que no quiere mencionar a los bravos galaicos? Pues no, simplemente, los galaicos ya habían sido sometidos unos cuantos años antes). Schulten y otros autores de su época fueron quienes llevaron las luchas hasta allí, al confundir el monte Medullio con las Médulas de León, que nada tienen que ver en este asunto, pues el origen del nombre de Las Médulas es muy diferente, como bien apuntaba uno de nuestros contertulios.

    En segundo lugar, sigo avisando de la falsa equiparación de la provincia romana de Gallaecia, que aglutinaba a dos pueblos bien diferenciados (astures y gallaicos), con uno de ellos en exclusiva; que, por consecuencia se alarga con el reino suevo, que incluía dentro de sí a tres pueblos (astures, galaicos y parte de los lusitanos) gobernados por otro pueblo recién llegado (los suevos). Se pretende que todo ello era patrimonio o estaba controlado por los galaicos, lo que es falso. No de otro modo se puede entender las discusiones que se traen y se llevan en torno al nombre del reino. Yo no pongo en duda que haya fuentes que nombren al reino de Asturias, como tradicionalmente se le ha denominado, con el nombre de la provincia romana de Gallaecia: los documentos que han citado ustedes lo reflejan así. Y tampoco dudo de que cuando no existía el reino de España, en la edad Moderna, sino los de Castilla, León, Navarra, Aragón, etc., en las monedas de la época se llamaba a los reyes "Hispaniarum rex". Y es por lo mismo, porque el nombre antiguo romano queda mucho mejor en los documentos oficiales en latín que un nombre romance sin esa alcurnia que otorga sólamente la antigüedad.

    La discusión sobre la capitalidad de Lugo en la Gallaecia se cae por su propio peso: la capital era Braga. Ahora bien, hay una tendencia a olvidar que los habitantes del sur del Miño también eran galaicos, ciñendo Gallaecia a Galicia,  lo cual es un disparate. Y pretender que era la capital porque se quedó a salvo del dominio musulmán, otro.

    Otra confusión entre pueblos: decir que los astures fueron independientes con la invasión bárbara y que los visigodos los atacaron. Me gustaría que me muestren algún documento, alguna fuente en la que se diga tal cosa. Los astures quedaron sujetos al reino suevo. Los cántabros y los vascones, en cambio, sí que se independizaron tras la invasión y tuvieron que ser enviados contra ellos varios ejércitos durante el dominio visigodo, siendo el más conocido el de Leovigildo, que se atribuyó la conquista de los dos pueblos (aunque posteriormente vemos que otros reyes godos siguen combatiendo con ellos, así que la conquista fue más bien una victoria en una guerra muy larga, que posibilitó, eso sí, la creación de una nueva provincia fronteriza goda, el ducado de Cantabria, desde el que proteger las ricas tierras de cultivo de la meseta de las incursiones de estos dos pueblos).

    Otro tanto pasa con la invasión musulmana: ¿independientes los astures o los galaicos antes de Alfonso I? Pues más bien no. Las propias crónicas de los reyes asturianos dejan bien claro que Pelayo tuvo que huir de Gijón, pues se enemistó con el gobernador musulmán de la ciudad. Hasta que Alfonso I rebasó los límites del pequeño principado en torno a Cangas, gallegos y astures estaban bajo dominio musulmán, y así lo dicen tanto los musulmanes como los cristianos, por lo que no sé a cuento de qué viene ahora decir que no habían sido conquistados. Por otra parte, según todas las crónicas, Pelayo era visigodo. Su alianza matrimonial con Pedro, duque de Cantabria (también godo), con cuyo hijo Alfonso casó a su hija Ermesinda, forjó una "realeza" goda. Que los habitantes del nuevo principado fueran en su mayoría indígenas, no lo duda nadie, pero que la elite era goda también está claro, salvando a los jefes de las tribus locales que se aliaron a ellos. Por ello, el modelo que se impuso fue el de la monarquía goda y las crónicas asturianas muestran ese deseo de ser continuadores de tal monarquía, como mínimo desde tiempos de Alfonso II.

    En cuanto al reino de Asturias y su nombre, ya lo he dicho antes, pero lo vuelvo a decir aquí: Pelayo no estaba en tierras astures cuando venció  en Covadonga y fundó el principado de Cangas, sino en tierras de los cántabros vadinienses, que no estaban en la Gallaecia, sino en la Tarraconense.

    Mentar a los várdulos para referirse a tierras de la actual provincia de Burgos es como mentar a los australianos para referirse a los pobladores de Álava: puede hacerse, pero no es cierto. Los várdulos estaban  en Guipúzcoa y parte noreste de Álava, y el hecho de que haya un documento medieval en el que pone "Bardulias, ahora  llamadas Castilla" sólo demuestra que el escribano que redactó  el documento tenía tan poca idea de historia como el que afirmó, en las mismas fechas, que la antigua Cantabria era lo que se llamaba reino de Pamplona en su época, motivo por el cual se denominó reyes de Cantabria a algunos de los monarcas pamploneses.

    Y así podríamos seguir, porque la falta de conocimiento sobre los pueblos antiguos hace que desvaríen algunos al hacer afirmaciones sobre ellos u otros de su entorno, pero lo vamos a dejar aquí, por ahora, que el deber me llama.

    Saludos para todos.

  • Pedro Pacheco

    "Otra confusión entre pueblos: decir que los astures fueron independientes con la invasión bárbara y que los visigodos los atacaron. Me gustaría que me muestren algún documento, alguna fuente en la que se diga tal cosa."

    Pues ahí va alguna.

    "Astures enim rebellantes, misso exercitu, in ditionem suam reduxit. Ruccones montibus arduis undique conseptos per duces evicit"

    Astores et Vascones crebro rebellantes

  • Pedro Pacheco

    Por otra parte y aún manteniendo mi opinión de que Cántabros, Astures y Galaicos son una falacia romana le vuelvo a repetir que la antigua provincia de Santander no tiene la exclusividad de lo que se llamó "Cántabros" fuese realmente o no un pueblo en el que se reconocían dichos habitantes prerromanos.  Los cántabros si es que existieron ocuparon no solo la antigua provincia de Santander salvo el extremo oriental, también ocuparon parte de la de Oviedo, Burgos y Palencia.

    Otro tanto podría decirse de los Astures supuestamente los antecesores de los actuales asturianos lo cual habría mucho que hablar y en todo caso algo tendrían que decir los leoneses, los zamoranos e incluso de algunas zonas de la actual Galicia Y Portugal.

    Es que vd sr Juan Domingo no ve mas allá de las actuales fronteras taifeñas; además desconoce las crónicas como salta a la vista que sólo le he puesto dos ejemplos sobre la marcha para no andar buscando y santifica la interpretatio administrativa romana sin interesarle de investigar más allá. 

  • Juan Domingo Álvarez Fernández

    Señor Pacheco: me gustaría, si es posible, que me dijera cuál es la fuente de la que ha extraído ese texto, no porque diga que es falso, que seguro que no, sino por verlo en su contexto y contrastar lo que dice y quién lo dice. Si es tan amable, se lo agradecería.

    En segundo lugar, no soy quién para decidir dónde debe estar la capital de España, y tampoco me parece mal donde está, en medio de la península. No es ninguna locura querer cambiarla, pero me parece que eso no solucionaría los males que nos aquejan, que se deben más a la avaricia de los que más tienen, que pretenden seguir sangrando´cada vez más a los que menos tienen, sin tener en cuenta que, en otras épocas y por mucho menos, han estallado revoluciones que han ensangrentado el país.

    En tercer lugar, y lo más importante, creo que usted no ha leído bien mi texto, cosa comprensible porque resulta pesado por su extensión. Creía haber dejado claro desde el inicio que me refería siempre a los territorios de los ANTIGUOS galaicos, astures y cántabros. En ningún caso quiero circunscribir dichos territorios a las actuales comunidades autónomas, es más, he criticado en mi texto que al hablar de los galaicos se olvide a los que quedan en territorio dle actual Portugal, un poco adrede, según parece, a fin de aumentar el estatus de Lugo. Por supuesto que no se puede llamar galaicos a todos los gallegos, ni sólo a ellos; ni astures a todos los asturianos, ni sólo a ellos; y tampoco cántabros a los actuales y sólo a nosotros (yo lo soy, por si no lo habían adivinado ya). En lo referente al territorio cántabro, por no extenderme sobre los de los tres pueblos y hacerme pesado, estaríamos hablando de un pueblo que vivía  dentro de los siguientes límites, según nuestro estadio actual de conocimientos, las fuentes, la arqueología y las teorías más aceptadas en este momento: al Norte, el Cantábrico; al Oeste, las sierras al occidente del Sella (Asturias) y el Porma (León); al Sur, una línea difícil de describir que abarca las estribaciones de la cordillera, incluyendo las actuales poblaciones de Boñar y Cistierna (León), Guardo, Cervera, Aguilar de Campóo y Alar del Rey (Palencia), Sotresgudo, Villadiego, Masa, Oña, Frías, Pancorbo y Miranda de Ebro (Burgos); y por el Este los ríos Bayas, Altube (Álava) y Nervión (Vizcaya). Esta sería la Cantabria original, hasta la llegada de los autrigones, caristios y várdulos entre los siglos V y III a. C. Desde esa fecha hasta la conquista romana habría que descontar de ahí los territorios orientales que ocuparon los autrigones en Vizcaya, Álava, Cantabria y Burgos. Tras la caída de Roma, los límites vuelven a ser los anteriormente descritos, como nos muestran los autores de la época final de la monarquía goda, que sitúan a cántabros y a vascones como pueblos vecinos.

    ¿Le parece a usted que esto aclara que no me interesan las "taifas" autonómicas, o ahora me va a acusar de pretender anexionar a Cantabria todas estas tierras que, en otras épocas, habitó mi pueblo? No vea usted fantasmas separatistas en todas partes, hombre.

    Saludos cordiales.

  • Juan Domingo Álvarez Fernández

    Por cierto, y por el mismo motivo, estoy de acuerdo con usted en que el reino suevo no ocupó toda la actual Asturias, aunque sí a todos los astures, pues fue vecino de los cántabros (de esos orgenomescos y vadinienses que usted cita, que eran nuestras tribus más occidentales). Saludos.

  • Carlos Sánchez-Montaña

    "En un reciente trabajo, J.M. Novo, considera que la conquista por parte de Tarik y Muza de Córdoba, Mérida, Toledo, Amaya, Astorga y Lugo es una prueba evidente de que su
    intención era apoderarse de aquellos lugares en donde residían las autoridades
    visigodas, es decir, apropiarse de los centros donde residen los resortes del poder
    político y de la administración, negándose así (como para épocas anteriores) la
    existencia de un limes."

    LUIS R. MENENDEZ BUEYES
    ALGUNAS NOTAS SOBRE EL POSIBLE ORIGEN ASTUR-ROMANO DE LA NOBLEZA

  • Juan Domingo Álvarez Fernández

    Señor Aurelio: ¿cómo me va usted a demostrar que los ruccones son los Lugones? Que yo sepa eso está lejos de estar probado, y las opiniones al respecto son bastante divergentes. Depende de a qué autor lea usted, verá que atribuye los ruccones a uno u otro pueblo.

    ¿Me pregunta usted el sentido que tiene la distribución tribal prerromana en el siglo VIII? ¿Me lo pregunta en serio? ¿De veras creé usted que la distribución de la población autóctona varió mucho después de la conquista romana? Yo dudo de que haya variado mucho antes del siglo XX y los grandes movimientos de población que trajo la emigración por trabajo.

    Piense un poco: ¿cuántos romanos (habitantes del imperio nacidos fuera de Hispania, o incluso en otras provincias de Hispania) se instalaron a vivir en las tierras de los pueblos del Norte (galaicos, astures, cántabros, autrigones, caristios y várdulos)? ¿calcula usted que 1.000? ¿más? ¿menos? ¿Y cuántos godos y suevos se instalaron en esta misma zona? Le acepto que los suevos se instalaron en la Gallaecia en mayor número, aunque no me negará que serían muchos menos que los galaicos. Calculo, así a ojo, que en las actuales Asturias y Cantabria no viviera ningún godo, o menos de 100 en todos esos años, si lo prefiere.

    Entonces, en el siglo VIII, ¿de dónde había salido la población de estas provincias? Pues eran los descendientes de los habitantes prerromanos.

    Posteriormente, a partir de Alfonso I, se lleva a cabo una política de concentración de población, la conocida "repoblación", que consistió en traer gente del valle del Duero para tener más potencial demográfico-bélico-económico frente a los musulmanes. Pero a medida que se avanzó hacia el Sur, esas mismas personas, sus hijos o incluso sus nietos fueron los primeros en salir a "repoblar" las tierras conquistadas. El ejemplo más conocido es el de los "foramontanos", que se llamaban así, precisamente, en oposición a los "montanos", los pobladores originarios de los valles cantábricos.

    Saludos.

  • callaeca

    Juan. No creo que el tema sea una simple discusión entre pueblos, es un absurdo, ni nadie pretende equiparar a ninguna entidad actual el antiguo término gótico y postgótico de la Gallaecia, con sus tres divisiones bien definidas: Brácara, Lucus y Astúrica, puesto que es imposible. Tienes toda la razón en cuanto al conflicto cántabro con Toledo (pero también es cierto que en este conflicto son partícipes también astures y vascones). Sobre el carácter metropolitano de Lugo durante este periodo y hasta el siglo XI creo, sinceramente, que deberías informarte más. Es cierto que la capitalidad de la provincia gótica de la Gallaecia recaía en Braga, pero, insisto, ésta, tras su ocupación árabe, tuvo que ser trasladada a Lugo, convirtiéndose esta plaza fuerte en la sede metropolitana del reino (y hay una buena colección de obispos de Lugo con la denominación de "metropolitano").

    Juan comenta también que se tiende a entremezclar referencias regionales. Veamos que dicen algunas crónicas árabes sobre los bracarenses, donde por cierto Alfonso II no sale muy bien parado:

    "Hallábase El Hakem en Lusitania […] acababa de expirar la tregua ajustada en el año 806 entre los generales de El Hakem y de Alfonso, y los cristianos de Galicia se había descolgado de tropel sobre la Lusitania, donde habían llevado pueblos y campiñas a fuego y sangre. Acaudillábalos Alfonso adelantando sus correrías hasta los muros de Lisboa; cuyas cercanías habían ido talando y destruyendo, después de intentar en balde tomar la plaza. Noticioso El Hakem de aquella agresión (año 809), había acudido en persona a escudar la provincia amagada, y aunque logró a poca costa rechazar la milicia asturiana de Alfonso, había salido menos airoso con los cristianos montañeses del antiguo país de los gallegos de Brácara, en el de Entre-Duero y Miño, que guerreaban voluntariamente con sus cuerpos y condes propios”. Hallábase (El Hakem) en el mismo empeño sin poderlos comprometer en refriega general, ni tampoco arrojarlos por entero allende el Miño, lindero de la potestad musulmana en tiempo del abuelo de El Hakem, y que trataba de conservar. Ya no se guerreaba por engrandecer y ensanchar los ámbitos del imperio, y todavía menos por arrebatar sumas riquezas, pues eran los cristianos montañeses menesterosos, ajeno de todo conocimiento en artes y en comercio, y así sólo se peleaba por sotener la frontera". (Es falsa la toma de Lisboa que nos ofrece la versión carolingia pues ni siquiera años más tarde, cuando Alfonso II atraviesa el Duero en una incursión en la provincia de Beira, fue capaz de tomarla obligándosele a su retirarada de la región lisboeta).

    Afirma Aurelio que la región occidental de la Gallaecia ni estaba en condiciones ni poseía medios para afrontar la invasión musulmana (ni antes la romana, cosa que contradice las recientes prospecciones arqueológicas que extiende el conflicto con Roma en el interior de la actual Galicia más allá del siglo I d.C.), y que se dedicaban fundamentalmente a asuntos religiosos. Respondo así también a Juan sobre el revoltijo de mezclas regionales, cuando las crónicas árabes nos relatan los siguientes hechos acontecidos en la lucense:

    "(En el año 812) Abd El Kerim y Abdalá ben Maleki […] habían trasladado sus campamentos allende el Miño, neciamente comprometidos por aquellas serranías recónditas, donde tenían que estar diariamente con las armas en la mano. En el año siguiente, a pesar de los auxilios que les franqueaba para aquel punto la tregua con los francos, vencieron los cristianos al general Abdalá ben Maleki por la raya de Galicia, quedando destrozada su división y feneciendo él mismo en la demanda. Huyó desbaratadamente su caballería, dejando despavoridos aun a los soldados de Abd El Kerim, quienes desentendiéndose del tesón de su caudillo, se pusieron igualmente en fuga, siendo rematado el descalabro de los musulmanes, y ahogándose muchos en el raudal del río a donde se arrojaban revueltos desde el ribazo tajado. Algunos se fueron emboscando atónitos por las selvas y trepando a los árboles con el afán de ocultarse en el ramaje, pero los flecheros y ballesteros cristianos tomaron a juguete y deporte el irlos acosando y matando a saetazos. […] Por fin en una escaramuza sangrienta que se fue empeñando por ambas partes, salió Abd El Kerim mal herido de un lanzazo, y sus soldados lo dieron por muerto". (Este episodio se desarrolla entre Narón (Co. o Lu.) y el curso del río Anceo en la provincia de Pontevedra. Esta victoria fue utilizada, posteriormente, por Alfonso II para tomar Zamora, si bien fue inmediatamente expulsado de esta ciudad por los musulmanes)

    Ahora, si hay algo que no logro entender y que me parece sumamente contradictorio. Sabemos que Pamplona había sido ocupada por los musulmanes desde antes del 718, con el control efectivo de la vía romana de Tullonium y los puertos de Erentxu-Gereñu que permitía fácilmente el acceso de las tropas musulmanas a Vardulia, Caristia y Autrigonia. Por otra parte, el control árabe sobre Astúrica parece ser también evidente, pues no es hasta después del reinado de Alfonso III cuando se logra retenerla definitivamente, y con ello el dominio sobre la vía romana que partía hasta Lucus Asturum.

    La "tierra de los castillos" tenía además la constante amenaza de los Banu Qasi, familia de descendencia goda que controlaban Zaragoza y en buena medida Pamplona.

    Las campañas árabes sobre la "tierra de los castillos", cántabros y vascones fue una constante, causando gran devastación, destrucción y pérdida de vidas humanas. Destaco las de los años 791, 792, 793, 794, 795, 796, 801-802, 803, 806, 810, 816, 823-24, 825, 826, 838-39, 842, 848, 855), y, en especial, las sangrientas campañas del 823-24, 838-39, 842, 855. Este hecho es discernible en la destrucción, a lo largo del siglo VIII, de las sedes de Oca, Osma y Veleia que volverán estar activas, ya en sus nuevas sedes, en el año 932 (hasta ese momento sus obispos asisten a las reuniones de la corte de Oviedo, a la sede metropolitana de Lugo o a la sede apostólica de Santiago, pero a partir de 932 ya no se les ve en las reuniones de las sede "galaicas").

    Ante semejante panorama es militarmente inasumible, insostenible, llevar a cabo cualquier acción bélica contra un enemigo que, en este momento histórico, se muestra superior. Dudo, por lo tanto, que existiese algún tipo de operativad en esta zona (Vardulia, Caristia, Autrigonia) bajo estas condiciones (pueblos y ciudades destruidas y sus cosechas quemadas, arruinadas o saqueadas). Sin duda el cambio de actitud de Navarra y de la Marca a fines del siglo IX, a favor de la reconquista, favoreció el progreso de esta región que se verá dividida con la anexión de los "campos góticos" a la Gallaecia en el X.

    Por esa razón, Juan, Aurelio, el tumbo A n. 28 de Santiago de Compostela, nos ofrece el siguiente testimonio fiable de la sede Iriense:

    Et quoniam Hiriensis sedes ultima prae omnibus sedibus erat et propter spacia terrarum uix ab impiis inquietata […] = "Como la sede de Iria era la última de todas las sedes, y por su gran distancia apenas fue inquietada por los impíos […]".

    No es una casualidad, entonces, que la invención apostólica y el nuevo orden neogótico propugnado por Alfonso II se gesten en el mismo tiempo histórico y bajo los auspicios de la única sede operativa: Iria. Es en este preciso momento cuando los ataques musulmanes se incrementan en la Gallaecia occidental. Así pues, ya no me refiero a la tierra de los Castillos, totalmente expuesta a las incursiones árabes, masacrada y destruida año tras año, sino a los propios “populos Gallaeciae” merdionales que fueron abandonados a su suerte. 

    A mi juicio, basarse exclusivamente en las crónicas alfonsinas es un grave error. Basta citar (cosa que mucha gente desconoce) que Otman ben Neza (el famoso Munuza) está localizado en Cerdeña sobre el año 731 (Crónica Mozárabe de 754, es decir, coetánea y por tanto más fiable) donde perderá la vida a manos de al-Gafiqi. Es curioso que la historia de Munuza de la Crónica Mozárabe es paralela al de la Crónica Albeldense (aproximadamente en el 881, es decir, 150 años más tarde que la mozárabe), naturalmente con otros protagonistas: Así en la Mozárabe, lo sitúan comandando una tropa de bereberes en una región montañosa de los Pirineos Orientales, casándose con la hija del duque de Aquitania Odón el Grande y rompiendo con los omeyas cordobeses tras el descontento bereber. En el caso de la Albeldense la historia se desarrolla en tierras astures (Munuza es walí en Astúrica, Gigia y Lucus Asturum), se casa, a la fuerza, con Adosinda, hermana de Pelayo. Pelayo (como al-Gafaqi) lo ataca y le da muerte.

  • Juan Domingo Álvarez Fernández

    Señor Aurelio. ¿A qué pruebas arqueológicas se refiere y dónde están publicadas? Se lo pregunto en serio, pues me interesa el tema. Hasta donde yo recuerdo (le hablo de memoria) los ruccones de los textos se han intentado identificar con tribus de los cántabros, astures de la costa, astures de Zamora, vascones, algún otro pueblo de los Pirineos e, incluso, ha habido algún autor que trató de identificarlos con pueblos de la zona de Murcia. Desconozco en absoluto que se haya logrado por fin probar quienes eran, así que le quedaría agradecido si me diese esos datos que le pido.

    En cuanto a la extensión que usted propone de los cántabros por la costa hasta los galaicos, no puedo estar de acuerdo con usted por la sencilla razón de que eso contradice a todas las fuentes clásicas, a las que supongo más enteradas que nosotros de lo que pasaba entonces. Se podría objetar que dichas fuentes clásicas hablen sólo de la organización romana a la que usted alude, pero dudo que así sea entre aquellos autores que trataron de reflejar a estos pueblos antes de su incorporación por Roma. Es más, los autores grecorromanos se suelen referir a los pueblos indígenas uno a uno, y no a las divisiones provinciales, aunque las citen.

    En el famoso, y muy comentado aquí, caso del nacimiento del Miño entre los cántabros, pienso que se trata de un simple error geográfico o de identificación. Varios historiadores han propuesto  la existencia de un río Minius en territorio cántabro (probablemente el Pas, cuyo nombre indígena no se conoce con seguridad) y de ahí la confusión.

    Saludos.

  • Juan Domingo Álvarez Fernández

    Señora Callaeca: estoy de acuerdo en lo del conflicto con Toledo de los vascones pero me gustaría que me comentaran las fuentes de donde sacan los textos referidos a los astures porque no los recuerdo (no niego su existencia, sólo admito que mi memoria es un asco ultimamente).

    En el caso de Lugo, doy por hecho que se refiere usted a la época  posterior a la reconquista de la ciudad por Alfonso I, puesto que antes de eso también estaba en zona musulmana. Si es así, no le niego la razón en que fuese la única sede en tierra cristiana hasta el posterior avance hacia el Sur, y tampoco que perdiera su condición con la erección de Oviedo como sede elegida por la monarquía.

    También estoy de acuerdo con usted en que es preciso prestar más atención a las crónicas musulmanas, mucho menos conocidas y utilizadas que las cristianas y que, lógicamente, dan una visión muy diferente del conflicto. Tanto las unas como las otras han de ser vistas como lo que son: la versión de la historia que a cada uno de los dos poderes enfrentados le interesaba propagar, de modo que ambas han de ser cogidas con muchas precauciones y, por lo general, en lo que no se pueda contrastar a través de otras fuentes, utilizar el término medio entre lo que digan ambas.

    En cuanto a que los galaicos continuasen luchando contra Roma en el siglo I d. C., no me extrañaría que hubiese habido revueltas, como las hubo en muchos otros lugares después de la conquista. En Cantabria, la última conocida es del 16 a. C.; en Asturia, del 6 d. C. No veo ningún motivo para pensar que no las hubiera en Gallaecia, pero no pasaron de ahí, de ser revueltas, que no significaron en ningún momento que la zona quedara fuera del dominio romano.

    No creo que el siglo VIII se pueda hablar ya de Autrigonia, Vardulia y Caristia.  Estos tres pueblos desaparecen de las fuentes escritas mucho antes, y cuando se les cita es en plan erudito, y, generalmente, en el lugar equivocado. Según todos los indicios, y según la opinión de historiadores de prestigio como Caro Baroja o González Echegaray, a los cuales me uno en su punto de vista, estos territorios ya habían sido reabsorvidos por los cántabros (en lo tocante a los autrigones) y por los vascones (los dos restantes), a quienes las fuentes godas muestran como pueblos vecinos, lindando en el valle del Nervión.

    Tiene usted razón al decir que parece inexplicable que los pueblos del norte hicieran frente a los musulmanes en su momento de mayor poder. Pero creo que eso se explica por dos razones: la primera, porque a los musulmanes no les interesaba el dominio efectivo de la franja cantábrica, una zona pobre, muy húmeda, sin recursos de interés para ellos. La segunda, porque los del Norte somos muy cabezones (si me permite la broma). En resumen, que los numerosos ataques de los musulmanes a la zona que quedaba fuera de su control hay que verlos exactamente como eso: como una demostración de que no controlaban la zona (si la hubieran controlado, ¿qué sentido tiene atacarla tanto?). Y, en mi opinión, esos ataques eran más fruto de una política meditada de tener amedrentado y empobrecido al enemigo para que no prosperase y se hiciese fuerte, convirtiéndose así en un peligro, que intentos serios de ocupar un territorio del que no pensaban sacar nigún provecho.

    Saludos.

  • Tomás

    Voy a hacer un excurso sobre los rucones, toda vez que, demostrada la inconsistencia documental de las citas de Callaeca desde el primer momento, ya no resulta necesario seguir insistiendo sobre las mismas, siendo además este otro tema mucho más interesante.

    Aunque, como dice Juan Domingo, existen multitud de intentos de identificación con los más variados grupos, conviene no perder el norte (y nunca mejor dicho) y consultar la historiografía más fiable y reconocida al respecto de la España Visigoda, para salir de dudas. Naturalmente me refiero a García Moreno. Ya en España Visigoda (1989) se refiere al asunto, pero vuelve a hacerlo en este interesante Discurso de Ingreso en la Academia De Historia; Diego Santos sostiene idéntico parecer, pero vamos a ver algunos datos.

    Según cuenta el Biclarense, Miro, rey de los Suevos, hizo la guerra a los Runcones en el año 572, pero también los visigodos organizaron campañas, como relata San Isidoro (Hist. Gothorum, 61, 2-7 y 4-6) en el año 616, durante el reinado de Sisebuto, que envió contra ellos al futuro rey, entonces duque, Suintila.

    Con respecto a esta última campaña, y dado que se han pedido datos arqueológicos, existe moneda de Sisebuto acuñada en Pésicos (1), siendo bien conocida la relación existente entre campañas militares y acuñación de moneda por parte de los monarcas visigodos (2). Dado que los Lugones o Lungones, conocidos por la epigrafía y las fuentes clásicas (Ptolomeo II.6.32), eran vecinos de los Pésicos, la identificación de los lugones con los rucones se hace muy probable, pero si además tomamos en cuenta que el territorio más oriental que cita la Diviso Teodomiri en lo que fue la Asturia Trasmontana es, precisamente, Pésicos, resulta que Miro habría llevado la guerra al mismo escenario, a los inquietos vecinos de los Paesici.

    Otros datos apoyan esta interpretación, pues resulta muy evidente la similitud fonética
    del nombre que les da Ptolomeo, lungones, con la forma runcones', en tanto que la forma luggones que da la epigrafía, lleva unas geminadas que son también compatibles con el nombre que aporta San Isidoro: ruccones.

    El rotacismo tiene su explicación en la evolución del protorromance asturiano, donde la palatalización de las eles iniciales latinas con resultado de "ll" llevaría a que la "ll" inicial cacuminal asturiana, con pronunciación intermedia entre la "r" de "pera" y la "d" de "pido", fuese transcrita por los hispanovisogodos como "r".

    Sin embargo es necesario dejar claro que múltiples factores a lo largo de los siglos de la Alta Edad Media propiciaron nuevos procesos de etnogénesis, de manera que en el siglo VIII ya no puede decirse que existan los mismos pueblos, en un sentido cultural, que los descritos por las fuentes clásicas, las teorías de Barbero y Vigil tienen ya muy poco crédito, y es una pérdida de tiempo incidir en las mismas.

    Tampoco será exactamente la misma la estructura territorial la llegue a las postrimerías del Reino Visigodo. Ya se ha señalado, en relación a los inicios del Asturorum Regnum, que Asturia había pasado a ser Provincia, de acuerdo con las fuentes de la época, como San Valerio del Bierzo -indignissimus peccator Asturiensis prouincie Indigena dice-, el VIII concilio de Toledo y el Ravennate (IV, 42), ni siquiera los límites territoriales se corresponderían de un modo exacto con los del Antiguo Conventus Asturum, toda vez que las fuentes más antiguas del inicio de La Reconquista, como la Crónica Albeldense, citan repetida e inequívocamente a los astures -astores omnes- en Covadonga suelo durante la romanización de la tribu cántabra de los vadinienses.

    Existe, además, una fuente temporalmente más próxima a los hechos de Covadonga (unos 90 años), el Testamento de Alfonso II, que vuelve a citar a los astures en relación a la batalla de Covadonga, para que no quede ninguna duda.


    Sirva todo esto para comprender que no tiene ninguna justificación suponer la pervivencia en el siglo VIII de los mismos pueblos que en plena romanización, sin comprender que durante al Alta Edad Media tuvieron lugar procesos etnogenésis y asimilación, que llevaron a la adaptación de los nuevos grupos a las nuevas necesidades, y a la desaparición, en ocasiones definitiva, de antiguos nombres étnicos y viejos corónimos, que ya no podrán rastrearse más en la documentación posterior.

    (1) Santos Yanguas, Narciso/Vera García, Carlos: «Pésicos y las acuñaciones visigodas en Asturias», Nvmisma 242 (1999), pp. 57-79.

    (2) L. A. GARCIA MORENO: Historia de España visigoda , p. 331
  • callaeca

    Por favor, Tomás, ¿puedes exponer con más precisión esa "inconsistencia documental" a la que te refieres? Y, sobre todo, ¿cuáles son tus argumentos que definen tal inconsistencia? ¿Tienes alguna documentación que contradiga el asunto principal de los documentos de Alfonso II, Alfonso III, Ordoño II, las propias resoluciones de los litigios territoriales de León en 1122 o del del Concilio de Salamanca de 1154? ¿puedes explicar la ausencia de la sede obispal de Oviedo en los grandes eventos que sugiere que era sufragánea, no ya de la sede metropolitana de Lugo, sino de la Mindoniense y aún después de León? ¿Algún documento que contradiga el carácter metropolitano de Lugo? ¿Algún documento que contradiga la condición de plaza de fuerte de Lugo documentada como tal desde época sueva y visigótica (en Lugo era donde residía uno de los tres dux del norte peninsular, es decir, no un noble, sino un jefe militar: cf. dux "el que conduce, lleva, dirige [tropas]"?

    Pero hablemos de las auténticas inconsistencias documentales. Hablemos de esa comarca que los árabes denominaron "la tierra de los castillos".

    Pues bien, a partir del año 714 los musulmanes ocuparon buena parte de las tierras cántabras (p.e. Rioja, Burgos, Álava, excepto en su extremo norte). No será hasta finales del siglo IX y principios del X cuando se recupere el desfiladero burgalés de Pancorvo, Ibrillos, Oca, Cellorigo, Castro-Bilibio, Sajazarra, el estratégico Grañón, el desfiladero de la Morcuera. En el 923 se recupera Nájera, Arnedo, Clavijo, Albelda, Carazo y Viguera, y no será hasta el 1119 que se recupere Cervera del río Alhama, Alfaro, Tarazona y Tudela.

    Toda esta zona estuvo bajo el control de los Banu Qasi que tenían fortalezas en Albelda, Clavijo, Viguera, Arnedo, Calahorra, Cervera, Alfaro, Tarazona, Borja, Zaragoza, Huesca, Lérida y Toledo, además de su control efectivo sobre Pamplona.

    Los musulmanes se establecieron en la comarca riojana-alavesa (la primitiva Castilla) al menos 150 años, 300 en algunos casos, ocupando lugares estratégicos (Nájera, Bilibio, Pancorbo, Frías, Buradón, Toloño, Viguera, Cerezo del río Tirón, Castil de Carrias, Briones, etc.), en fortificaciones desde las cuales sometían a aquella población. Sólo en la Rioja se contabiliza en la documentación medieval 36 razzias (que, sin duda, debieron ser bastantes más, con el fin de aprovisionarse para pasar el invierno: cf. aceifa = "cosecha"). La población fue obligada a desplazarse a las montañas circundantes (montes Distercios, Obarenses, sierra de Cameros, montañas de Navarra y Aragón) o convertirse al islamismo. Se calcula en unos 100.000 los desplazados a la llanura de Vitoria. 

    Así pues, quedaban sólo pequeñas aldeas escasamente pobladas y expuestas a los bandoleros, incapaces de ofrecer resistencia y aún menos de iniciar una reconquista

    En Álava (varduli alabensis de un texto árabe de 758), los cronistas musulmanes nos hablan de pactos entre los principales alaveses y los emires, siendo conquistada en el 734, con intensas razzias en el 756, 758, 767-68 ("[Badr] atacó la frontera y avanzó hacia Álava, haciéndole la guerra, sometiéndola e imponiéndole la yizya", 791, 823 ("marcharon a las regiones de Álava y los castillos; entraron a saco, destruyeron y quemaron villas de Álava, conquistaron castillos y sometieron a gentes de otros castillos al pago del tributo y a la condición de soltar libremente a los cautivos musulmanes" [de este episodio, Abd el-Karim, que llegaría en su devastación hasta los montes de Aitzgorri, recibe la sumisón de los alaveses, llevándose como garantía numerosos rehenes, al tiempo que fortifica los puntos estratégicos sobre la calzada romana]), en 825 es atacada simultáneamente por dos ejércitos cordobeses, 826 es atacado el valle del Mena, el valle del Losa y Espinosa de los Monteros, 830 los árabes entran hasta Sotoscueva y se hacen con el castillo de al-Garat (Gárate?), 865, 866, 867 (la fortaleza de Guereñu vuelve a manos de los árabes, se asalta y se arrasa Herrenchun, el valle del Mena, Bricia, Reinosa), 873 (Muhammad ataca Zaragoza, Tudela, Rueda y Borja). Será también hasta finales siglo X que Álava pueda librarse del dominio árabe, gracias a la ayuda de Navarra, de los Banu Qasi y de las milicias de la Gallaecia.

    En realidad los reyes de Oviedo combaten sistemáticamente en el centro y oeste de la Gallaecia, nunca en el oriente, lo que va a suponer el afianzamiento del dominio musulmán en el Ebro. Esta es la razón por la que riojanos y alaveses, como los navarros, fueron considerados inicialmente como dhimmís, es decir, gentes de Al-Andalus, y ya más tarde, en fuentes árabes tardías y no de manera sistemática, como Dar al-Harb (tierra de guerra) que implica una concepción opuesta a la consideración anterior.

    Y esto, Tomás, también parece confirmarse en los yacimientos arqueológicos, como en las necrópolis de la Alta Sierra, correspondientes a la zona del Duero y del Alto Arlanza, entre las provincias de Burgos, Soria y La Rioja, excavadas por Alberto del Castillo y el Dr. José Ignacio Padilla Lapuente, que afirman "que no se trata de necrópolis cristianas, sino de musulmanas". "Estas necrópolis", afirma Alberto del Castillo, "suponen la necesidad de una revisión absoluta de los términos y de las crónicas. Nunca hasta el momento se había planteado la posibilidad seria de asentamientos estables musulmanes en el norte absoluto de la Península: la historiografía había defendido que, debido a la orografía, los territorios cántabros nunca habían sido conquistados".

    "No hay una sola noticia de que vascones, cántabros y astures hayan salido de su tierra y que en realidad fueron ellos los agredidos", asegura Armando Besga. "Cuando los astures se rebelan, tampoco hay pruebas de que lo hagan por razones de tipo étnico, así que basta ya de suponer lo que hay que demostrar", afirma con rotundidad este gran experto en la materia.

    ¿O te refieres, acaso, a la inconsistencia documental del término Asturias para la denominación del reino?. Me temo que ni Modesto Lafuente (quien traduce Yillîkiya como León), pasando por el propio Sánchez-Albornoz (quien traduce "rex Galletiae" como "rey de Asturias", hasta el autor más actual que emplea esta designación está en condiciones de contradecir las palabras del cronista árabe al-Bakrî. Ninguno.

    Al-Bakrî, hacen una clara distinción geográfica entre Yillîkiya o Yillîka, referida a la provincia de la Gallaecia, y Galîsiya, que se refiere, más o menos, a la actual Galicia y la región al norte de Braga. Los habitantes de Yillîkiya son llamados por los árabes (y digamos que nos conocían perfectamente) como "yalalîqa", es decir, galaicos, en toda la extensión de esta provincia, en las cuatro regiones en las que se hallaba divida: Galîsiya, Asturia, la comarca entre Braga y Oporto (bracarense) y una cuarta, con dos subdivisiones, una correspondiente al entorno de Legio y otra, citerior, cuyas plazas eran Grañón, Alcocero, Burgos y Amaya (llamada "tierra de los castillos"). Los cántabros no aparecen mencionados dentro del territorio de Yillîkiya. Así pues, para al-Bakrî el ámbito territorial que abarcaba esta provincia se correspondía con los reinos de Castilla, León y Galicia (+ bracarense). El corónimo Yillîkiya (como la Gallaecia de las crónicas, epístolas y annales europeos y la propia titulación regia) designó, pues, todo el noroeste peninsular del reino cristiano desde el primer momento de la reconquista hasta Alfonso VI y como la tierra gobernada por los sucesores de Pelayo.

    Ello no contradice en absoluto la condición asturiana de Alfonso II. En su etapa feudataria de Carlo Magno podemos leer en las crónicas carolingias tal condición: "Hadefonsis regis Galleciae et Asturiae" (Annales Laurissenses Maiores), "Hadefonsus rex Galleciae et Asturiae" (Annales Fuldenses), "Hadefonsus, regis Asturiae atque Galliciae" (Eguinhardus Annales), sin bien en Vita Hlodovici Imperatoris "Adefonsu Galiciarum Principis".

    Sabes muy bien, Tomás, que esta posición feudataria hacia Carlo Magno le costó la corona a Alfonso II dada la gran enemistad de los vascones hacia los francos. Cuando accede de nuevo al trono nunca más volverá a sonar esta doble titulación regia y este hecho coincide, precisamente, con la "inventio" apostólica y los preceptos neogóticos. Tanto cántabros como vascones, brácaros y "galaicos" meridionales fueron abandonados a su suerte.

    También comenté la debilidad del etnicismo astúr al hacer referencia al episodio de Ramiro I. Pero podemos añadir otro episodio más, pues, según las crónicas árabes, fue la nobleza gallega quien impuso como rey a Alfonso III en contraposición a las pretensiones asturianas:

    "[Alfonso III] encaminóse acaudillando su hueste a Oviedo, donde el señorío asturiano desmayó en el sostén manifiesto del rey que había entronizado (Fruela), y así el advenedizo se apoderó del pueblo y del alcázar […]".

    En fin.

     

  • callaeca

    Perdón, Aurelio, quería decir finales del siglo IX.

  • callaeca

    Pero no del nombre jurídico del territorio que hasta los años 1070-1080 no entra en decadencia. 

  • Abo

    Aurelio Aureolis Gómez

    Dice Vd. lo siguiente:

    "Posidonio estuvo en Hispania y no cabe duda de su fiabilidad.Lea esta página y siguientes"(1):

    Yo no se si Posidonio estvo o dejó de estar en Hispania y si, como Vd dice, es cierto que por estas tierras anduvo hay que reconocer que viajó como lo hacen las maletas ya que sus errores son de bulto.  Mire Vd.

    Debemos darle la misma fiabilidad, como Vd pretende, cuando en el mismo escrito dice que el río Limaia (Limia) nace entre los celtíberos y vaceos?.   O...esto NO y lo otro SI.?

    Debemos darle la misma fiabilidad, como Vd pretende, cuando en el mismo escrito nos dice que el Minion nace en el pais de los Cántabros?.  O...NO, porque todos sabemos que el "Sil" no nace, como quiere Posidonio, entre los Cántabros y Si en montañas astures.  ¿O nó?.  Le damos también la misma fiabilidad? 

    Debemos darle, también, la misma fiabilidad cuando Posidonio en el mismo escrito nos dice que el Minion es el río mas largo de la Lusitania.  Pues...NO.

    Cuando le damos más fiabilidad al tal Posidonio?.  Cuando realmente nos interesa y hacemos oidos sordos con lo no acertado de su mismo texto. 

    Creo que deberíamos ser algo más serios.

    Sr. Gómez, que otros documentos, o argumentos me es igual,  existen para creernos que los antiguos se confundieron cuando escribieron Minius y tendrían que poner Sil?.  (Se lo estoy solicitando con mi mayor seriedad).

    Gracias. 

    pd) ¿No tiene nada que decir de esa epigrafía existente que menciona a una seurra transminiense?

    (1).- La negrilla obviamente es mía.

  • Juan Domingo Álvarez Fernández

    Señor Aurelio: Sobre las defensas de La Carisa y La Mesa, no he podido leer el artículo del que deja usted enlace, pero he leído el siguiente:

    http://www.elgrancapitan.org/foro/viewtopic.php?p=512932

    y en él se dice que, aunque inicialmente se atribuyeron, como dice usted, a la defensa de los astures contra los visigodos, las últimas dataciones de C-14 lo sitúan en el siglo VIII. Copio textualmente:

    "Con esta cronología sobre la mesa, y revisando los datos escritos, los historiadores limitan a 3 las hipótesis sobre el origen de las fortificaciones:

    1ª. Construidas durante una revuelta astur contra el poder visigodo. Ésta es la teoría que menos fuerza tiene, por varias razones. En primer lugar da por hecho la dominación visigoda del territorio astur, algo que en las fuentes no se menciona, salvo para la zona más occidental. En segundo, en el caso de que se tratase de una revuelta, la construcción de las murallas significa que el ejército visigodo dio a los indígenas el tiempo suficiente como para construir las defensas, las cuáles tardaron al menos un año en finalizarse. Esta teoría es la menos aceptada no sólo por sus contradicciones con los datos escritos, sino porque no explica ni la década de diferencia entre la construcción de las fortificaciones, ni la existencia de un nivel musulmán en el campamento romano de Monte Curriel.los, situado frente al Homón de Faro.
    2ª. Resistencia a la invasión musulmana, que terminaría con la destrucción voluntaria de las defensas por parte de los indígenas tras la firma de los tratados entre el poder musulmán y las élites astures, los cuáles son citados en las fuentes musulmanas. Ésta es la teoría más aceptada hoy en día, pues además de concordar con las crónicas, lo hace también con la cronología de las fortificaciones y con los estudios arqueológicos del campamente romano.
    3ª. Expansión del Reino de Asturias durante el reinado de Alfonso I. Fue una teoría rápidamente desmontada, pues las fuentes escritas que hablan de éste reinado citan únicamente campañas expansivas, ninguna invasión de Asturias. Esto elimina la utilidad de las fortifcaciones."

    Por otra parte, en lo referido al Minius, yo no pongo en duda que el actual Miño (y, posiblemente, también el Sil, como afirma usted) fuese el antiguo Minius. Lo que yo le comentaba es muy diferente: le decía que hay varios historiadores que creén que había también un río Minius en Cantabria, al que identifican con el Pas, cuyo nombre indígena no  conocemos con seguridad, y aducen que de ahí vendría la confusión. No es raro que haya dos ríos con el mismo nombre: en Cantabria hay un Deva y en Guipúzcoa otro; incluso, en la antigua Cantabria había dos ríos con el mismo nombre: Salia era tanto el Sella como el Saja-Besaya. Personalmente, creo que es simplemente un error más de los muchos que cometieron los geógrafos antiguos, pero le comento la teoría porque hay varios historiadores que la defienden (por ejemplo, el recientemente fallecido  Joaquín González Echegaray).

    Saludos

  • Juan Domingo Álvarez Fernández

    Señor Tomás: Las pruebas que aduce para identificar ruccones y lugones son interesantes, pero no me parecen definitivas; quiero decir que son más indicios que pueden llevar a  algo (o no) que pruebas demostrativas.

    Por otra parte, las crónicas asturianas a las que se refiere y el propio testamento del rey Alfonso II están escritos, como bien comenta, el más próximo, 90 años después de los hechos, y, lo que es más importante, cuando la capitalidad del reino se ha trasladado ya a territorio astur. Disculpe mi poca fe, pero no me creo que los cántabros vadinienses, de repente, pasen a ser astures, sin mediar una invasión astur de la que no hay noticia ninguna y que hubiera sido extraña entre dos pueblos que siempre estuvieron en paz y se ayudaron en momentos críticos como la invasión romana.

    Saludos.

  • Tomás

    Aunque las pruebas de tal identificación no sean completas -muy pocas veces son definitivas en estos casos-, resultan más convincentes en todos los órdenes que los argumentos de otras propuestas; conviene entonces aplicar la regla metodológica de la no multiplicidad de hipótesis, lo que nos lleva a las conclusiones que se leen en la historiografía más arriba expuesta.

    En otro orden de cosa, de lo que no hay ninguna noticia es de los vadinienes, y de muchos otros grupos o gentilidades, más allá de los siglos de la romanización. Llevar la existencia de esas tribus hasta el siglo VIII es algo que hay que demostrar, y para lo que sí se necesita bastante fe, pues nada más hay para sustentar esa hipótesis. Y ya sabe como andan de credibilidad las interpretaciones de Barbero y Vigil al respecto.

    Lo que debe entender por astures, son los habitantes de la Provincia Visigoda de Asturia, y no otra cosa. Fíjese que incluso, en el enlace que le facilitaba antes, el autor se refiere a los rucones como unas poblaciones en un proceso de etnogénesis avanzado, esto es: no se trataba de una tribu prerromana con "pervivencias indígenas", ya eran otra cosa, y eso ya en tiempos de Sisebuto. Lea con este instrumento interpretativo las crónicas, y verá como ya no hay necesidad de torcerlas o interpolarlas, sino que pronto se hacen claras y significantes.

     

     

     

  • Juan Domingo Álvarez Fernández

    Señora Callaeca: dice usted:

    "parece confirmarse en los yacimientos arqueológicos, como en las necrópolis de la Alta Sierra, correspondientes a la zona del Duero y del Alto Arlanza, entre las provincias de Burgos, Soria y La Rioja, excavadas por Alberto del Castillo y el Dr. José Ignacio Padilla Lapuente, que afirman "que no se trata de necrópolis cristianas, sino de musulmanas". "Estas necrópolis", afirma Alberto del Castillo, "suponen la necesidad de una revisión absoluta de los términos y de las crónicas. Nunca hasta el momento se había planteado la posibilidad seria de asentamientos estables musulmanes en el norte absoluto de la Península: la historiografía había defendido que, debido a la orografía, los territorios cántabros nunca habían sido conquistados".

    Leído lo cual, yo me pregunto ¿qué tiene que ver esa necrópolis que cita usted con los cántabros? La Rioja no estuvo en territorio cántabro en ningún momento; Soria, mucho menos; y de Burgos, sólo la parte Norte (desde la zona de Villadiego, el páramo de Masa, Oña y su sierra y Pancorbo hacia el Norte. Es como si yo pretendo probar que los polinesios fueron conquistados por Roma, porque en Jerusalén hay ruinas de época romana.

    ¿Hubo territorios cántabros ocupados por el invasor musulmán? Pues sí: las mismas zonas que había controlado anteriormente el poder visigodo a través del ducado de Cantabria: todas las tierras al Sur de la cordillera. Eso es evidente desde el mismo momento en que los cristianos tienen que luchar para reconquistar la zona, como bien dice. Sin embargo, su reconquista fue pronta, como usted misma puede comprobar por los datos que ofrece, ya que, sino, ¿qué sentido tendrían los repetidos ataques musulmanes desde comienzos del siglo IX a tierras cántabras como el valle de Mena, Losa, Espinosa, Sotoscueva, Bricia y Reinosa? Según las crónicas asturianas, fue ya en tiempos de Alfonso I y su hermano Fruela cuando se recuperan esas tierras.

    En cuanto a lo de los orígenes de Castilla, no puedo menos que asombrarme de que, ahora, según usted, el núcleo original de Castilla  fuera Álava y La Rioja (territorios que acaba de mencionar que estaban bajo dominio musulmán, así que mal podían ser el núcleo de nada. Sin embargo, usted misma dice de Álava que "siendo conquistada en el 734, con intensas razzias en el 756, 758, 767-68 ("[Badr] atacó la frontera y avanzó hacia Álava, haciéndole la guerra, sometiéndola e imponiéndole la yizya", 791, 823 ("marcharon a las regiones de Álava y los castillos; entraron a saco, destruyeron y quemaron villas de Álava, conquistaron castillos y sometieron a gentes de otros castillos al pago del tributo y a la condición de soltar libremente a los cautivos musulmanes" [de este episodio, Abd el-Karim, que llegaría en su devastación hasta los montes de Aitzgorri, recibe la sumisón de los alaveses, llevándose como garantía numerosos rehenes, al tiempo que fortifica los puntos estratégicos sobre la calzada romana]), en 825 es atacada simultáneamente por dos ejércitos cordobeses". ¿Porqué iban a atacar tan frecuentemente una zona que, según usted, controlaban? Además, ¿ha notado la dualidad que menciona  la fuente "marcharon a las regiones de Álava y los castillos" = Álava y Castilla, como algo diferente). El origen del condado de Castilla está en la zona oriental de Cantabria, en el valle del Asón y la ruta que desde el mismo sube por el puerto de Los Tornos hacia la meseta. Es en esa zona en la que se comienza a avanzar en la llamada "repoblación" hacia la actual comarca de Las Merindades de Burgos, y es ese núcleo (Cantabria oriental + comarca de Las Merindades) el que recibe por primera vez el nombre de Castilla. La Vardulia a que hace referencia el texto árabe estaba en la mitad oriental de Álava y en Guipúzcoa, y poco tiene que ver con los orígenes de Castilla a pesar del famoso documento que la cambia de lugar.

    Hágame el favor de no incluir Amaya en Galicia, si es posible. La antigua ciudad cántabra, después capital del visigodo ducado de Cantabria, nunca estuvo en la Gallaecia.

    Castilla, como bien sabe usted, no era reino por estas fechas, sino una serie de condados que acabaron uniéndose bajo la autoridad del conde homónimo. Cita usted que no se prestó atención a esta zona oriental del reino asturiano, lo cual no es del todo cierto, pues hay muchos ejemplos que lo desmienten. Sí que hay que admitir, sin embargo, que la zona occidental del reino les mereció más atención, quizá porque fuese más fácil controlarla o defenderla de los ataques musulmanes (al oriente estaba el valle del Ebro como un gran corredor natural de acceso), o por la mayor proximidad a la capital del reino. Esto posibilitó el crecimiento de la autoridad de los  condes castellanos, que ya sabemos cómo acabó. El famoso Fernán González, por ejemplo, fue criado, en una época turbulenta, al resguardo de las montañas, en una torre perteneciente a su familia (de la cual ya no quedan restos visibles) situada a pocos cientos de metros del actual santuario de la Virgen de la Bien Aparecida, en Hoz de Marrón (Ampuero, Cantabria). Un austero monumento colocado allí recuerda hoy en día a la que fue durante años la residencia del primer conde "independiente" de Castilla.

    Saludos.

  • Juan Domingo Álvarez Fernández

    Señor Tomás: discúlpeme, pero no he podido leer el texto a que hacía referencia en su enlace. Ya es la segunda vez que me pasa con un enlace de esta página y no sé si se deberá a algún problema de mi ordenador, o me falta actualizar algún programa, o... no sé. Cuestiones informáticas que se me escapan.

    Por otra parte, ¿hasta dónde llegaba la provincia visigoda de Asturia?

    Todo eso de la etnogénesis está muy bien así, en plan teórico, pero dígame: ¿qué pueblo o qué pueblos nuevos conoce usted que haya/n surgido en el norte de España en el transcurso del dominio romano y visigodo? Yo ninguno. Es más, le puedo aceptar la equivalencia ruccones=lugones, porque es una posibilidad aceptable y por los indicios que comentaba, pero de  ahí a hablar de un proceso de etnogénesis, que supondría la aparición de un nuevo pueblo, cosa que no sucede, pues desaparecen de la historia para siempre incluídos en los astures, donde siempre habían estado, y después en los asturianos... pues no me parece adecuado, por mucho que lo diga Barbero.

    Como comentaba en otra intervención anterior, en mi opinión, los pueblos que habitan en el norte de la península son los mismos desde hace más de dos mil años, con la salvedad de la desaparición por absorción de autrigones, várdulos y caristios que, como indiqué, llegaron en las ultimas oleadas de pueblos célticos y se superpusieron a una población de origen cántabro (en el caso autrigón) y vascón (en los otros dos), desapareciendo absorbidos por esa población mayoritaria. No hubo apenas aportes de población nueva en las épocas romana y visigoda, con lo que los pueblos existentes siguieron siendo los mismos. Los únicos que cambiaron fueron los invasores a los que se enfrentaron o los conquistadores que se les impusieron, pero el astur seguía siendo astur, a ambos lados de la cordillera, cuando llegan los musulmanes, y lo mismo pasaba con los cántabros o los vascones. ¿Qué proceso de etnogénesis se puede producir sin aportes exteriores y sin que resulte ningún pueblo nuevo del mismo proceso? Yo no lo creo.

    Saludos

  • Tomás

    Le pongo el enlace directo, pero debe tener instalado el Adobe Reader para leerlo:

    http://www.tiempodehistoria.com/descargas/DiscursoIngresoGarciaMore...

     

    Si no tiene el Adobe Reader, puede descargarlo desde aquí: http://get.adobe.com/es/reader/

     

    En realidad todos. Todos los pueblos peninsulares ya no tenían mucho que ver con las antiguas tribus prerromanas, en los tiempos finales del Reino Visigodo ya era palpable cierto feudalismo (proto-feudalismo), de manera que las estructuras sociales tribales se habían desvanecido hacía ya mucho, desde luego ya no había gentilidades, ni se conservaban tampoco las antiguas lenguas prerromanas, con las excepción del vasco, y los astures estaban ya insertos en el mundo visigodo. Desde luego eso no quiere decir que no existieran tendencias centrífugas, pero eran de tipo cuasi-feudal, organizadas por los señores locales, y los potentiores.

    Sobre la extensión de la provincia Visigoda de Asturia, seguiría, quizá, aproximadamente la extensión del antiguo Conventus, pero es desconocida en sus términos exactos, lo que se sabe, y en relación a lo que me pregunta, es que a los habitantes del Oriente de lo que hoy es Asturias, se les llamaba astures, -que debe de entenderse como asturicenses o habitantes de Asturia, no en los términos del siglo II- pues así los nombra la crónica Albeldense, la Rotense y el Testamento del Rey Casto, testimonios reiterados y coincidentes.

     

     

     

     

  • callaeca

    Lo de Amaya no es cosa mía, Juan, sino de al-Bakrî, y no soy quien para desdecir a este historiógrafo medieval, que supongo conocería bien los límites de la provincia: Al-Bakrî dice que los cántabros no se ubican en Yillîkiya (Gallaecia) pero que la frontera de esta provincia llegaba hasta esas poblaciones mencionadas, entre ellas Amaya. En cuanto a la campaña del "prínceps" Alfonso I en la meseta norte, de haber exisistido, fue efímera tras las incursiones posteriores de Abd al-Rahman I a partir del 765.

    El ducado visigodo de Cantabria ocupaba el norte de Palencia, Burgos, La Rioja, Álava y parte de la actual Cantabria y occidente del País Vasco. Zonas de permanencia estable musulmán fueron Palencia, Burgos, La Rioja y Álava (excepto su extremo norte) donde los árabes se establecieron en muchas fortificaciones. La actual Cantabria no tenía interés para los musulmanes y la parte occidental del actual País Vasco, fue tomada por los vascones, que luchaban contra francos y árabes, avanzando y ocupando también tierras por el sur. 

    Con el tema de las razzias, quiero hacer ver la imposibilidad de reacción. Tienes que entender el concepto árabe de aceifa. No se trata de conquistar (toda esa comarca norteña estaba bajo su dominio, salvo los vascones), sino de quemar o tomar cosechas, robar mujeres y de destruir lo que se iba reconstruyendo, es decir, de minar la base económica y de cobrar tributos impagados, además de levantar nuevas fortificaciones.

    Es casi más probable que en el NW peninsular hubiese más incursiones vikingas que árabes:

    año 716 invasión árabe en el NW;año 750-55 se retiran del NW los árabes; año 755 derrota árabe en Galicia de Yusuf-al-Fihro en el nuevo intento de su ocupación; año aprox. 768 los árabes son derrotados en Pontuvio; año 809, como hemos visto, son derrotados dos ejércitos árabes en el interior de Galicia; año 825 se envía un ejército contra Galicia desde Viseo al mando de Al-'Abbas ben Abd Allah al-Qurasi castigando toda la región; año 838 es derrotado el berebér Mahmud ben Abd al-Chabbar (que traiciona a Alfonso II); año 840 es derrotado Abd al-Rahman II; año 841 se envía un ejército contra Galicia al mando al-Mutarrif; año 878 aceifa contra Galicia realizada por al-Barra ben Malik al Qurashi; año 944 aceifa realizada por Ahmad ben Muhamed; año 953 aceifa realizada por los generales Ahmad ben Ya'la y Galib; año 997 aceifa de Almanzor.

    De las fuentes (que hacen referencia al actual territorio de Galicia) se obtiene un total de seis aceifas, todas ellas muy espaciadas y muy tardías: cf. año 825, 841, 878, 944, 953, 997. No sé, Juan, si te percatas que la situación es muy distinta en una y otra región.

    Relato de Ahbâr Magmû'a del inicio de la sublevación:

    "Las gentes de Jillîkiya se habían sublevado contra los musulmanes, creciendo su poder hasta adueñarse de la cora de Asturias. Los musulmanes de Galïsiya (Galicia) y Asturîya (Asturia) les combatieron largo tiempo hasta que ocurrió la lucha civil entre Abu l-Hattar y Tuwaba. Y durante el año 133, [los cristianos] derrotaron y expulsaron a los [musulmanes] de toda Jillîkiya".

    El texto más explícito no puede ser.

  • Carlos Sánchez-Montaña

    Amigo Aurelio, la historia verdadera no debe ser un juego de revanchas,

    Que queda hoy del reino de León?

    Y por esa razón debemos de negar su historia?

    Galicia tiene una historia verdadera silenciada por los vencedores y previa a los reinos de Asturias, León y Castilla.

    Una historia que es la causa de la "invención" de Compostela y su nombre, y que explica la refundación de Oviedo como copia que de Lugo hace Alfonso II, y que no se avergüenza de dejar por escrito.

    Sobre los primeros VII siglos de nuestra Era en el N.O. peninsular se sabe muy poco, y lo poco que se sabe es en su mayor parte fruto de la manipulación política y cortesana.

  • callaeca

    Lo que se deduce del texto de Aurelio es la fragilidad interpretativa de Juan José Sánchez Badiola respecto al corónimo Gallaecia. Se trata de una explicación (¿o, más bien, una escusa?) bastante confusa, contradictoria y en la que se insertan los clásicos tópicos referidos al corónimo, sin entender ni establecer cuál era la legalidad vigente, la cual se remonta a la etapa visigótica. Se trata pues de una conjetura simplista, científicamente especulativa, sin rigor, que sigue fielmente el dogma establecido.

    1.- La evolución experimentada por la Prouincia Asturiense durante las últimas etapas del reino visigodo y la invasión musulmana es especialmente oscura. Pocos autores se han
    ocupado de ella, mientras que otros la ignoran [...].

    Naturalmente es oscura, pues Asturia se englobaba en la Gallaecia y no era por tanto un marco de referencia distintivo. Por esa razón es ignorada, ni existen menciones porque se trata de una parte de la provincia de la Gallaecia.


    2.- afirmando la pervivencia de la Gallaecia hasta la llegada de los musulmanes, apoyándose en el uso del término en el mundo andalusí para referirse al reino asturleonés, y en diversas referencias documentales.

    Badiola debería preguntarse igualmente las razones por las que el corónimo Gallaecia se emplea en los escritos europeos carolingios, anglo-normandos, húngaros, alemanes, escritos papales, y no sesgarlo a la idea exclusivista de andalusí, con una evidente e insana intención de tergiversar este matiz para darle contenido a su concepto de reino asturleonés (a priori, una contradicción si se lee 1.-).

    3.-  Sin embargo, la documentación altomedieval demuestra sin discusión que el territorio
    gallego alcanzaba entonces sólo hasta el Cebreiro. [...] Por supuesto, cabe que la Asturiense fuese reabsorbida por la provincia galaica a finales del período visigótico, a la que habría seguido vinculada en diversos aspectos, como el religioso.

    Se trata de una afirmación totalmente falsa y gratuita. Los árabes ya distinguían dentro de Yillîkiya, Yilliqa, Yallikiya, Gillikiyyah o Dyallikiyah entre Gallîsiya y Astruriya. En la Historia Legionensis (antes llamada Silensis), Gallaecia es el nombre del reino de Alfonso VI (cf. HL 75, HL 77, además del regnante Adephonso victoriosissimo rege in Toleto & in Hispania & Gallecia de Lugo del año 1088 o de Vermudo III que reina a finibus Gallicienssium usque ad fluuium Pisorga, qui Cantabriensium regnum separat (HL 75). 

    4. y el resto se deberán a fórmulas estereotipadas, herencia de los martirologios tardoantiguos [o] interpretarse a la luz del «renacimiento» plenomedieval.

    Por supuesto. Como no. Así debía pensar Luitprando de Cremona: Abderrahamen [...] a Radimiro christianissimo rege Gallitiae in bello est superatus (en "Antapodosis", ) o el notario de Fernando I, Arias Díaz en 1067: Ego Arias vidi ipsum librum in Francia, quo nondum uideram in Gallicia

    Badiola debería hacer la sana reflexión de si él mismo no estará usando fórmulas estereotipadas, herencia de los ideólogos nacionalistas del siglo XIX. 

  • Carlos Sánchez-Montaña

    El actual heredero de la jefatura del estado lleva el titulo de Principe de Asturias.
    ¿Le parece poca fanfarria?

    Tiene así otra razón por la que intuir que lo que tanto admiraba a Alfonso II ha quedado olvidado. Una nueva génesis que oculta siete siglos de historia
  • callaeca

    No, Aurelio, no confunda usted términos, no me hable de conceptos políticos, sino de historia altomedieval. No se trata de personificar en entidades actuales todo este proceso histórico porque que es lo que sugiere. Gallaecia NO es la actual Galicia, pero si formó parte de ella, como la diócesis de Astorga o la bracarense. No entiendo cuál es perjuicio. ¿El ancestral nombre romano de la Gallaecia? ¿el nombre suevo de la Gallaecia? ¿el visigótico? ¿la Gallaecia que usaron los propios reyes?

    No pretendo convencerle de nada, amigo Aurelio, sólo que sepa la verdad. Lea bien la documentación (a la que posteriormente he añadido otros documentos más).  Y ahora lea usted mismo la crónica de Sampiro, obispo de Astorga. Se trata del Concilio celebrado en el 872 en la sede de Oviedo, considerado como apócrifo por la mayor parte de los autores, pues es un texto interpolado por el obispo Pelayo ya que Oviedo no tenía potestad entonces para convocar Concilios, ni Oviedo podía ser sede metropolitana, ni ser Hermenegildo arzobispo Oviedo, ni el papa Juan IX haber escrito en el año 872 una carta que consagra la sede apostólica de Santiago fechada exactamente en el año 898 (1)).

    En el texto de Sampiro (2) aparecen, Aurelio, tales cosas, y los territorios (citados en los documentos de Alfonso II) que la sede de Oviedo dice, evidentemente, con falsedad, están bajo su jurisdicción: 

    "In Galetiam Suarnam [...] & Villa Avoli [...] & Vallem Longa [...] & Neram [...] Sancti Martini de Asperella & Sancti Iacobi de Cobas [...] & Lamosam [...] & Sancti Martini de Perrelinos [...] totam Sarriam & Sanctae Mariae de Corvelli [...] Paramum & totam Lemos cum Undio & Verosino & Saviniano & Proiane [...] totam Limiam cum eclessiis de Petraio [...] vel fuerint inter Arnoium flumen & Silum [...] montis Naron & per aquae Zorae, usque in fundum Arnoiae & usque flumen Minium in Veza usque in Portellam de Vanati & Eclessias de Sallar inter Arnoiam & Silum cum ecclesiis de Bartossa, Castellam & possessionem Sancti Salvatoris de Illas, Cusancam, Barbantes, Avia & Avion, Asma, Caniba, Aviancos & possessiones ecclesiae Sanctae Crucis de Soto Senatori".

    Ahí tiene Aurelio donde se gesta la manipulación histórica y el fraude de la historiografía española, o ¿por qué cree usted que se ha silenciado todo ésto?

    (1) cf. "Colección de Cánones de la Iglesia Española", Madrid, 1854: http://books.google.es/books?id=jvhAAAAAcAAJ&pg=PA36#v=onepage&...

    (2) cf. Apéndice: Crónica de Sampiro pp. 28-34 (si quiere leer de paso las demás crónicas, basadas sobre el principio de la falsedad, lea todo el apéndice): http://books.google.es/books?id=3kbzgMG4_k0C&pg=RA1-PA25#v=onep...

  • callaeca

    Por último (porque no hay mucho más que decir), Aurelio, no existe tal manipulación (y en todo caso de la iglesia), cuando simplemente se muestra documentación medieval. He hablado de legalidad gótica. ¿Acaso no es Alfonso II quien restaura el nuevo orden gótico sustentado el toledano "Liber Iudicorum" o "Lex Visigothorum" (junto a la "Lex Romana Visigothorum" y al "Código de Eurico")? Y a esto, Aurelio, debe añadir el poder de la iglesia, puesto que los concilios no sólo abordaban cuestiones religiosas sino también políticas.

    Y dentro de este orden gótico no existe referencia legal alguna sobre cambios sustanciales en las jurisdicciones administrativas, pues éstas siguen manteniéndose en vigor. No cabe, por tanto, ver una entidad jurídica-administrativa diferente a la Gallaecia con la llegada de los musulmanes, pues si hubiera sido así, se hubría reflejado en el ordenamiento jurídico o ¿por qué crees, Aurelio, que Guillermo de Malmesbury (historiador inglés del siglo XII) opta por la fórmula "Aldefonso Gallicae Regie"?

    Una de esas creaciones visigodas controvertidas es la figura del "dux", que sustituirá en la legislación promulgada por Leovigildo, Chindasvinto y Recesvinto la figura del bajo imperio romano llamada "rector" o "iudex provinciae". El dux, que inicialmente tenía exclusivamente atribuciones de carácter militar, se le unificó competencias civiles (poder judicial y administrativo) y con el edicto de 683, De tributis relaxatis, con la función de recaudación de impuestos (fiscal). 

    Muchos autores ejemplifica esta sustitución en la necesidad de anexionar territorios no sometidos o rebeldes con la creación de nuevas provincias de marcado carácter militar regida por un dux, como, por ejemplo, el caso de Cantabria

    Sin embargo, el ejemplo cántabro y también el astúr es contradictorio. Siguiendo a Amancio Isla Frez, es en torno al año 683 cuando el aumento de duces ha dado lugar a postular una multiplicación en el número de las provincias del reino visigodo. Estas dos nuevas provincias serían Asturia y Cantabria. Se llegaría a esta afirmación con la aparición documental en la Crónica Albeldense del año 883, que al tratar sobre Alfonso I se dice: "iste Petri Cantabriae ducis filius fuit";y por el carácter militar, de limes, de los territorios septentrionales de la Península.

    Para Amancio Isla los testimonios al respecto son muy endebles:

    1.- porque no hay una tradición de referencia a un colectivo de seis duces que continuadamente aparecieran en contextos conciliares, sino una única mención (además de que en otros Concilios sólo se menciona, por ejemplo, a un solo dux);

    2.- porque la debilidad del argumento del incremento provincial no se fortalece con el empleo de las fuentes astures escritas a finales del siglo IX con unos intereses propios, es decir, que las hacen poco firmes para sostener un aumento del número de provincias supuestamente ocurrido dos siglos antes; y

    3.- porque no ha dejado trazas en la documentación contemporánea ni en la tradición eclesiástica que, como es sabido, está plenamente integrada en el esquema administrativo provincial tradicional.

    Efectivamente, en ningún momento podemos observar esta separación territorial de sus ancestrales provincias y diócesis (Gallaecia y Tarraconensis respectivamente) y la aparición de dos nuevas sedes metropolitanas. Y es sabido que la ubicación del dux requería el carácter metropolitano, es decir, la capitalidad de la provincia, siendo, por ejemplo, el caso de Dogilano, dux de Lugo, una excepción explicable históricamente.

    El biógrafo de Fructuoso de Braga hace referencia a los duces exercitus prouinciae. Ahora bien el padre de Fructuoso dice ser dux exercitus Hispaniae, un rango superior al anterior, pues esta categoría apunta a aquéllos jefes militares capaces de comandar el ejército combinado del reino, más allá del mero ejército regional. Esta mención del padre de Fructuoso de Braga ha dado lugar también a suponer erróneamente en la existencia de un dux en el Bierzo al frente de una provincia bergidense, cuando el texto recoge su carácter de dux exercitus Hispaniae establecido en Braga y algunas de sus actuaciones en tierras bercianas de destacado carácter fiscal.

    La vinculación del oficio ducal con la dignidad regia explica también que las crónicas astures, conocedoras de esta tradición, hagan a los fundadores del reino descendientes de duces. Pelayo sería el hijo del dux Favila y Alfonso I provendría del dux Pedro, confirmándose así cierto continuismo político visigodo (1).

    Por otra parte, San Isidoro hace mención a la evolución histórica de las demarcaciones que configuraban el mosaico provincial del reino visigodo en el siglo vi: Habet prouincias sex: Tarraconensem, Cartaginensem, Lusitaniam, Galliciam, Baeticam, et trans freta in regione Africae Tingitaniam (Etym. 14, 4, 29).

    Estas provincias civiles fueron también consideradas demarcaciones eclesiásticas constituidas en diócesis. La provincia eclesiástica de Gallaecia estaba formada por: Bracara, Dumio, Portucale, Tude Auriense, Lucu, Brittania, Asturica, Iria betek (Parroquiale uisigothicum, col. 2, 23, similar al Parrochiale Sueuum).

    Con respecto al término Asturiensis, su condición adjetiva lo hace referente a la ciudad de Asturica. En las fuentes pueden encontrarse formas diversas como Asturica, Astorica o Asturia.

    Las menciones del Conuentus Asturicensis o asturum existen y son muy antiguas, y, desde luego, están mucho más documentadas que el posible Conuentus cantabrorum. Con respecto a la mención de Asturiensis prouincia, esta no se refiere a la división civil geo-administrativa dependiente del reino visigodo, sino a la sede episcopal astorgana. Así se puede deducir cuando se lee a San Valerio del Bierzo, donde existen la inequívoca equivalencia entre Asturiensis prouincia indigena (Ordo I, 4-5) y Asturicensis prouincia indigena (Ordo I, 29), insertando así esta demarcación territorial en la esfera religiosa en que desarrolló toda su vida (cf. Asturiensis urbis, Ordo 1, 14 vs. Asturicensem episcopum, Ordo 7, 44) (2).

    ______________________

    (1) cf. Amancio Isla Frez: "El Officium Palatinum Visigodo. Entorno Regio y Poder Aristocrático", (CSIC), Hispania, LXII/3, num. 212 (2002).

    (2) cf. Francisco José Udaondo Puerto: "Las entidades geográficas en las obras de Valerio del Bierzo", Helmantica: Revista de filología clásica y hebrea, Universidad Pontificia de Salamanca, Tomo 48, Nº 145-146 (1997).

  • callaeca

    También es aconsejable la lectura de Juan José Sánchez Badiola: "Desmontando España: el gran fraude de los separatismos", 2005. A ver, Aurelio, no me interesa el historicismo político, cosa que desgraciadamente concurre bastante en la temática aportada por el catedrático Sánchez Badiola. Resulta bastante más clara y concisa la documentación eclesiástica que la propia especulación personal e ideológica.

    Además creo que estás interpretando mal el sentido de lo expuesto. Ni estoy resentida, ni mucho menos, quito o pongo méritos a ninguna región. He reunido muchos datos y es lo que hay. Sólo eso.

    Además, Aurelio, los ejemplos de ambos enlaces no sirven absolutamente para nada. Se pueden aducir ejemplos en contrario. Además confundes (como Sánchez Badiola confunde) la significación del término "regnante", igualándolo al término "rex", y eso en absoluto es cierto. El término regnante es meramente circunscripcional, referido a un espacio limitado o a nuevas realidades geográficas: p.e. "regnante Adefonsus (VI) in Legione, in Castella et in Gallicia", espacialmente marcada con la preposición latina in (con fórmulas equivalentes como "rege domno Vermudo in Asturias", "regnante domno Allefonso rege in Asturias" o todas aquellas referidas a la sede "in Oveto").

    Los mismos ejemplos astures los encontramos referidos a la actual Galicia: p.e. "rex domnus Ordonius in Galletia, cum esset in Loseiro [...]"; "regnante Veremudo serenissimo principe in foris [...] terra seu in Gallecia dominante"

    Esta fórmula aún es visible y común en la documentación posterior, como en los numerosos ejemplos del archivo catredalicio de Salamanca, p.e. en el reinado de Alfonso IX:

    "Regnante rege Aldefonso in Legione, in Gallecia, in Asturiis, in Salamanca et in quadam parte Extramature".

    Otra cosa es la fórmula rege Gallaeciarum, Galleciensis regis o Gallaecie regi, que no encuentra equivalencia en un **rege Asturiae, **Asturiensis regis o **Asturiae regi, p.e.:

    - "Fredinandus Sanciam filiam Adefonsi Galleciensis regis nobilissimam puellam";

    - "mortuus est Ranimirus filius Veremudi rex Gallecie et filius eius Ordonius successit in regno";

    - "Siquidem Sancius Cantabriensium, post mortem Adefonsi Galleciensium principis, Veremudo teneris annis impeditu, partem regni sui videlicet a flumine Pisorga adusque Ceia suo dominio mancipaverat".

    Supongo que ves el diferente matiz que se deduce de ambas fórmulas e, insisto, que esto obedece al estricto cumplimiento de la legislación gótica:

    "Where any scandal arises within the limits of Spain, Gaul, Galicia, or in any other province of our kingdom, and said scandal affects, in any way, any of our subjects, or our government, or that of any of our successors [...]" (The King Wamba Law, FORUM IUDICUM, traducción y edición por S. P. Scott).

    Pero esto no quiere decir que fueran exclusivamente reyes astures o gallegos, sino del conjunto de la Gallaecia formado por bracarenses, lucenses y asturienses, y en oposición al Cantabriensium regnum (que ocasionalmente sustituye a Pamplona o a Nájera, después reino de Navarra: cf. Sancius Cantabriensium; Fredinandus Sancii Cantabriensis regis filius; Igitur Cantabriensium regnum quanquam occupatione Maurorum subversum ex parte novimus; Ceterum Veremudus infans a finibus Galleciensium usque ad fluvium Pisorga qui Cantabriensium regnum separat).

    Te recuerdo, Aurelio, que tú eras precisamente quien decías al comienzo de esta discusión que había sido Lugo quien había usurpado las tierras de Lemos, Samos, Saviñao, Asma, etc. que tu decías eran astures. Al menos he podido, con mi ronroneo, corregir tu error de lo que parece ser ahora un muy conocido pleito.

    Así pues era precisamente Oviedo la que pertenecía al sínodo de Lugo y que fue Lugo la sede metropolitana y militar del reino, por más que lo pongas en dudas: cf. "Quod factum post ubi comperit Ranimirus, partes Gallecie petens, apud Lucensem Patriciam civitatem exercitum animosus conglomerat; deinde modico tempore transacto, Asturiam bello aggreditur".

    Gracias. Saludos y hasta pronto.

  • Tomás

    Es intolerable que Callaeca afirme que el falso del año 832, que aporta para sus deturpaciones fuera considerado auténtico por Claudio Sánchez-Albornoz "hasta su muerte". No es cierto. Reconocía la falsedad de la donación, reconociendo como cierta únicamente la segunda parte del documento, en tanto que la primera, precisamente la que interesa a esta Callaeca, con Lugo como Sede Metroplitana, la califica expresamente de "engendro histórico que ocupa la parte primera del diploma".

    Qué más da: seguirá falseando, inventando y copy-pasteando. ¿Qué pinta todo este engendro en esta página?

  • callaeca

    Tomás, Claudio Sánchez-Albornoz defendió el contenido principal del texto, especialmente porque en Sampiro o en el Concilio de Salamanca encuentras exactamente lo mismo. El problema del texto de Sampiro es que la carta de Juan IX fue escrita en el 897 y no en el 872, que la sede de Oviedo no tenía capacidad de convocar Concilios, ni era metropolitana ni su cátedra estaba presidida por un arzobispo. 

    En cuanto a mi interés por el carácter metropolitano de Lugo, pues el mismo que el de los autores que cito a continuación y que espero tengas, Tomás, el placer de leer para ver cuanto engendro histórico falseo, invento y copy-pasto:

    - M. Carriedo Tejedo: "Cronologia de los obispos metropolitanos lucenses de hace un milenio (893-1002)", Lvcensia 21, 2000.

    - M. Carriedo Tejedo: "Obispos metropolitanos de Lucenses del siglo XI (hasta 1060)", Lvcensia 23, 2001.

    - A. García Conde: "Diploma de Alfonso III a Flazenzo y Aldoreto Tritóniz", BPCM de Lugo, 41-44, 1955.

    - C. Sánchez-Albornoz: "Viejos y nuevos estudios sobre las instituciones medievales españolas" III, Madrid 1980.

    - G. Martínez Díez: "La tradición manuscrita del Fuero de León y del Concilio de Coyanza", El reino de León en la Edad Media II. Ordenamiento jurídico del reino, León 1992. 

    Pero te dedico en especial a:

    - Floriano Cumbreño: "Diplomática española del periodo astúr (718-910)", Oviedo, 1951, vol. II pp. 257-260):

    "in Lucense oppido metropolitanus episcopus".

    Y para que Tomás se ilustre con el nombre de último obispo metropolitano de la sede de Lugo:

    "Vistrarium Lucense sedis episcopum atque metropolitanum" (año 1074, M. Lucas Álvarez: Tumbo de Samos, doc. 133).

    Muchas gracias por su falta de respeto y falta de conocimiento sobre el tema.

  • Juan Domingo Álvarez Fernández

    Estimados señores: perdonen que no intervenga ultimamente, pero es que ando muy liado de trabajo y apenas tengo tiempo de leer sus intervenciones, como para poder escribir yo también.

    Sólo quiero señalar que el mismo texto que nos muestra Callaeca para defender que Gallaecia llegaba hasta el Pisuerga sirve también para demostrar lo contrario. Dice usted:

     "Vermudo III que reina a finibus Gallicienssium usque ad fluuium Pisorga, qui Cantabriensium regnum separat". 

    Es decir, que Bermudo III reinaba "desde los confines de Galicia hasta el río Pisuerga", lo cual ya implica que el Pisuerga no estaba en Galicia, por un lado. Y también dice que este río separaba el reino de Bermudo III (de León) del reino cántabro. ¿Y cuál era ese reino cántabro y porqué llegaba hasta el Pisuerga? Pues era el reino de Pamplona, luego llamado de Navarra, que era llamado en ambientes eruditos "reino de Cantabria" por una falsa asimilación histórica, semejante, aunque más grave, a la asimilación producida entre los reinos de Asturias  y de León con la antigua provincia romana de Gallaecia. Pamplona no estaba ni tenía nada que ver con la antigua Cantabria, pero ese era el nombre del ducado visigodo y, en aquellos ambientes cultos, eran conocidas las guerras cántabras del principado de Augusto y sus posteriores guerras con los godos, de modo que daba prestigio al reino pamplonica llamarlo así. Además, en la época a que se refiere el texto, sí que ocupó Navarra parte de la antigua Cantabria, ya que Sancho III se anexionó el condado de Castilla a la muerte de su cuñado, el conde García Sánchez. Y la zona entre el Cea y el Pisuerga estuvo en disputa por ambos reyes (el leonés y el navarro), por eso se remarca en el texto leonés que le pertenece a él.

    En resumen, que una cosa es cómo se llamaba el reino (reino de Oviedo, reino de León, reino de Pamplona) y otra muy diferente cómo parece en las crónicas en latín escritas por eruditos, que siguen usando los nombres de las provincias godas y romanas, incluso cuando no se corresponden ya con la realidad.

    Saludos

  • Tomás

    Si fuera la primera vez estaría estupefacto pero, como ya me conozco el percal, no me coje a contrapié la frescura y la desfachatez con con que esta Callaeca nos toma por tontos, abigarrando datos y falseando testimonios.

    Primero el falso del 832 lo hace pasar por auténtico, para avalar sus teorías sobre que Lugo fue Sede Metropolitana durante el Asturorum Regnum y, en cuanto se la desenmascara, adviertiendo a los lectores de ese pequeño detalle, de la falsedad del documento desde Barrau-Dihigo -Étude, Actes des rois asturiens- salta con que, bueno, pues es que Sánchez-Albornoz lo consideraba auténtico, oiga.

    Un simple vistazo a las referencias basta para comprobar que ese extremo tampoco resulta cierto -para mentir así hace falta tener un rostro de pedernal, y ello mientras denuncia presuntas falsificaciones históricas- ya que la La concesión a la Iglesia y a la villa de Lugo de algunas poblaciones de la diócesis de Braga y de Orense, conviertiéndola además en Metroplitana, es calificada por el estudioso como "engendro histórico que ocupa la parte primera del diploma".

    Y luego dice que me falta conocimiento sobre el tema, la misma Callaeca que pone, en esta sin par heroica denuncia sobre falsificaciones históricas, al Obispo Pelayo de Oviedo al lado de Alfonso III.

    ¿Para qué sirven en esta página este artículo y este estéril debate? me pregunto.

  • callaeca

    Tomas, ¿has leído la bibliografía que te he puesto que afirma sin ningún género de dudas el caracter metropolitano de Lugo? No, ¿verdad? O, lo que es más grave, ¿estás intentando decir que estos autores citados se están inventando obispos metropolitanos lucenses?

    Pero no te preocupes, cuelgo de nuevo el texto de Sampiro que podras encontrar en:

    http://books.google.es/books?id=3kbzgMG4_k0C&pg=RA1-PA25#v=onep...

    ve exactamente a la página 34 del apéndice indicado. Este texto ha sido considerado falso por la propia iglesia española, ya no sólo en el propio Concilio de Salamanca de 1154 sino en:

    http://books.google.es/books?id=jvhAAAAAcAAJ&pg=PA36#v=onepage&...

    Territorios que el inexistente arzobipado metropolitano de Oviedo dice tener bajo su jurisdicción:

    "In Galetiam Suarnam [...] & Villa Avoli [...] & Vallem Longa [...] & Neram [...] Sancti Martini de Asperella & Sancti Iacobi de Cobas [...] & Lamosam [...] & Sancti Martini de Perrelinos [...] totam Sarriam & Sanctae Mariae de Corvelli [...] Paramum & totam Lemos cum Undio & Verosino & Saviniano & Proiane [...] totam Limiam cum eclessiis de Petraio [...] vel fuerint inter Arnoium flumen & Silum [...] montis Naron & per aquae Zorae, usque in fundum Arnoiae & usque flumen Minium in Veza usque in Portellam de Vanati & Eclessias de Sallar inter Arnoiam & Silum cum ecclesiis de Bartossa, Castellam & possessionem Sancti Salvatoris de Illas, Cusancam, Barbantes, Avia & Avion, Asma, Caniba, Aviancos & possessiones ecclesiae Sanctae Crucis de Soto Senatori".

    Sabe Tomás, cuando leí este texto y el Concilio de Salamanca, me di cuenta que el texto de Alfonso II es auténtico, de arriba a abajo, y que han sido los propios historiógrafos quienes lo han enterrado por la incomodidad que presupone (por eso se le echaron encima a Sáncez-Albornoz, un autor que, por cierto, no es de mi agrado por su exacervado nacionalismo). 

    Ahora Tomás, explica el texto de Sampiro PARA TOD@S por favor, en vez de dedicarte a insultarme y a no decir nada. Explica el texto y haz una comparativa con la de Alfonso II.

    Juan, sería válido tu argumentación si sólo se refiriese a la crónica legionense (antes llamada silense), que curiosamente hablando del territorio teórico del reino de Asturias hacen referencia al de la Gallaecia. Pero, por supuesto, también se equivocan en este sentido todas las crónicas árabes, todas las crónicas y annales de todas las naciones europeas y toda la documentación recogida en tumbos, donaciones y privilegios. Y sin embargo, ¿por qué en ningun texto se cita a un rex (no un regnante in) Asturiis, Asturiae o Asturiensis? Te lo diré Juan, porque no existía tal rey ni tal reino. ¿o acaso crees que las crónicas españolas, árabes y europeas no habrían hecho referencia a ese teórico reino de Asturias si hubiese existido y aún más en la situación en la que se encontraba Hispania? ¿por qué el papa Juan IX se dirige a Alfonso III como rex Gallaeciarum?

  • Tomás

    Por cierto, también he comprobado -ya se sabe, hay días en los que a uno no le importa perder el tiempo, a sabiendas, como hoy que llueve mucho- aunque de sobras sabía lo que iba a encontrar: que el documento donde extrae eso de "Recaredus Lucense Metropolitanus Episcopus", es otro falso, es una donación del año 897 (nota 44)

     

    Ya para terminar pongo nómina obispal del año 881, redactada a modo de versos, inserta en la C. Albeldense (XII,2), que son un buen final y un epítome sensato a todas las barbaridades vertidas en este foro, y con esto me retiro definitivamente de él:

    La sede Regia /  Hermenegildo tiene

    Flaviano la de Braga / Obispo en la plaza de Lugo

    Rosendo la de Dumio  / en Mondoñedo habitando

    Sisnando la de Iría  / Iustre en Santiago

    Y Nausto que tiene  / de Coimbra la sede

    Branderico también  / el lugar de Lamego

    Sebastián en verdad  /  de la sede de Orense

    E igualmente Justo  / en la de Oporto

    Álbaro en Veleya  /  Felemiro en Osma

    Mauro en León   / y Arnulfo en Astorga

    (...)

    El ya antes nombrado / Alfonso llamado,
    Puesto en la cima del reino, / de gloria guerrera dotado,
    Ilustre para los astures, / fuerte para los vascones.

     

     

     

  • callaeca

    Si no te gusta el Recaredus lucensis metropolitanus del 897, te ofrezco el Reccaredus Lucense, qui et metropolitanus episcopus del 906, del que no hay duda, porque ¿sabe lo que dice Carriedo Tejedo sobre Recaredo?

    Carriedo Tejedo:

    "Más injustas nos parecen aún las dudas sobre el obispo Recaredo de Lugo, cuya trayectoria es larga y clara a través de no pocos testimonios entre el 16 de septiembre de 893 (ed. CM.YIGIL, Asturias monumental, epigráfica y diplomática. Datos para la historia de la provincia-texto-^ Oviedo 1887, 596) y hasta el 17 de septiembre de 924 (ed. LUCAS, ibid., doc. 38, 129-131)" 

  • Tomás

    ...si: no hay duda, de que es, igualmente, un documento interpolado, con independencia de la existencia o no del pobre Recaredo. Y con esto me despido, esta vez definitivamente. Adios muy buenas.

  • callaeca

    ¿sobre su carácter metropolitano? Ninguna duda, la interpolación se refiere al contenido de las donaciones, no así a los obispos firmantes del documento.

    "[...] teniendo en cuenta que el título de "archiepiscopo" siempre fue extraño para los visigodos de Toledo y para los neogóticos de Oviedo y León, donde fue más corriente el sinónimo "metropolitano", que en la provincia de "Gallaecia" lucieron los obispos Lucenses siempre asociados a la vieja metrópoli de Braga (nota 229)".

    (nota 229) "Los titulares lucenses asumieron la dignidad metropolitana al menos desde el siglo IX, al tener dominio teórico, primero, y luego de "iure" sobre la antigua metrópoli bracarense. En 867 dice Gladila de Lugo: ad pontificale peruenire gradum degens super bracarensem sedem; en 881, en la Chronica Albeldensia: Flaianus Bracare Luco episcopus arce; en 906: Reccaredus Lucense qui et metropolitanus episcopus; en 956: Dilectissimo Ermegildo nomine, aspectu pulcherrimus lucensis metropolitanus"; en 997: Pelagius metropolitanus et lucensis sedis episcopus; en 1055: Petrus uidelicet lucensis metropolis; en 1071 ya se había restaurado la sede bracarense, en la persona del obispo Pedro, pero no asumió el título metropolitano: Petrus Bracarensis ecclesiae episcopus; en 1074 Vistruario de Lugo: Lucensis sedis episcopum atque metropolitanum".

    Manuel Carriedo Tejedo: Cronología de los obispos metropolitanos lucense de hace un milenio (893-1002), Lvcensia 21, 2000.

    Manuel Carriedo Tejedo: Obispos metropolitanos lucenses del siglo XI (hasta 1060), Lvcensia 23, 2001.

    Manuel Carriedo Tejedo: Relaciones ultrapirenaicas de la Provincia "Gallaeciae" (714-1074), Rudesindus nº 5, 2009, p. 88.

  • callaeca

    Por cierto Tomás: sub Christi nomine Recaredus metropolitane sedis episcopus (+) (Santiago de Compostela: Tbo B, año 924)

  • callaeca

    Aurelio, no sé si usted está poniendo en duda alguno de los trabajos del leonés Carriedo Tejedo:

    http://dialnet.unirioja.es/servlet/autor?codigo=271424

    Además, y entre otros, de:

    Manuel Carriedo Tejedo, Carlos Estepa Díez, (1997). Historia de León, Volumen II; El Reino de León en la Edad Media. La Crónica de León. 

  • Tomás

    Esto parece la despedida de Beckham del fútbol, pero tanto por alusiones como por desmentir los últimos rescoldos que perduran de este artículo, una vez comprobadas las bases falsificadas sobre las que se sustentaba, voy a terminar ya:

    Esta Callaeca además de suponer, como siempre, que ciertos autores que cita han dicho cosas que seguramente no han dicho, considera equivocadamente que la dignidad con la que firman los obispos lucenses durante los VIII y XI, simplemente de hecho, sirve para demostrar un asunto que la obsesiona: que Lugo fue sede metropolitana durante el Asturum Regnum, cuando de una cosa no se sigue la otra. Podemos verlo en estos textos (el subrayado es mío):

    En lo que todos están de acuerdo es en el hecho de que la de Lugo no fue nunca sede metropolitana, dignidad que mantuvo siempre Braga, y que recuperó después de su reconquista a fines del siglo XI, no sin problemas, por cierto.
    Cosa distinta, y en la que todos los tratadistas mencionados también están de acuerdo, es que los obispos de Lugo, residentes aquí al amparo de su fortaleza –arx en los versos de la Albeldense-, actuaron como metropolitanos al incorporar a su titulatura la de obispos bracarenses entre los siglos VIII y XI. En resumen: Lugo fue metrópoli de facto, pero no lo fue de iure.

    Lugo en los tiempos oscuros: las menciones literarias de la ciudad entre los siglos V y X (VIII) (2005) Novo Güisán, J.M.

    Y también:

    Desde Odoario hasta 1.070, en que se restaura la cátedra de Braga, los obispos lucenses se titulan, como queda apuntado, metropolitanos de Barga, pero Lugo no fue nunca sede de rango metropolitano después de la época sueva, si es que en ésta lo fue. El título de bracarenses que llevan sus obispos, en época de la primera Reconquista, es más honorífico que real y, como vimos, la sede lucense tuvo que reestructurar su territorio cuando se crearon los obispados vecinos de Mondoñedo, Oviedo y León.

    Lugo en los tiempos oscuros: las menciones literarias de la ciudad entre los siglos V y X (III) (1997-1998) Novo Güisán, J.M.

    Bueno ahora ya me voy, y la tercera es ya la vencida, porque es una tontería participar en estos debates estériles, que sólo constituyen una provocación

  • Carlos Sánchez-Montaña

    Tomás su certeza absoluta sobre que "Lugo NO fue sede metropolitana" me sorprende.

    Siendo usted hombre de números y existiendo tantas evidencias en lo contrario, que influencia le hace ser tan desdeñoso con la historia comprobada de la capital. ( es verdad que algunos se han preocupado mucho por quemar y esconder legajos pero no es su estilo).

    Diócesis de Lugo

    https://es.wikipedia.org/wiki/Di%C3%B3cesis_de_Lugo

    Concilio de Lugo (569)

    http://es.wikipedia.org/wiki/Concilio_de_Lugo_(569)

  • callaeca

    Tampoco tenía intención de seguir ahondando en esta cuestión, pero me obliga a responderle su absurda manía de difamarme, ahora poniendo en duda la veracidad de las citas que empleo y que, sin duda, fácilmente podrá usted comprobar que son correctas. Así la última:

    http://es.calameo.com/read/001109944a38574ddbca7

    exactamente en página 88.

    Me sorprende que usted utilice a J. M. Novo Guisan como si hubiera descubierto el fuego. Naturalmente es interesante la opinión de este autor, aunque ya un poco desfasado, un gran recopilador de datos que a decir de L. M. Menéndez Bueyes "se queda más en la presentación del dato que en su interpretación, acudiendo para ésta a las teorías en uso" (L.M. Menéndez Bueyes: "Reflexiones críticas sobre el orígen del reino de Asturias", Actas Salamanticensia Estudios Históricos & Geográficos n. 114, Un. Salamanca ed., 2001, p. 53).

    Cierto que usted puede dudar de Carriedo Tejedo, aunque me temo, con los datos en la mano, que usted, Tomás, lleva las de perder. Se trata de un magnífico investigador que bebe de fuentes directas, creo que el único especializado en episcopología. Me pregunto si esa duda se extiende a toda su amplísima bibliografía o a sólo una parte de ella. ¿Cree usted que son incorrectos sus exhaustivos trabajos sobre los obispados y obispos de Oviedo, León, Zamora, Orense, Mondoñedo, Castilla, etc. o sólo se trata, precisamente, de la referencia a los obispos metropolitanos de Lugo lo incorrecto? ¿por qué? 

    Pero al menos, Tomás, ha progresado, ha avanzado usted un pasito más al reconocer el carácter metropolitanto (al menos de facto, según J. M. Novo) del obispado de Lugo. 

    Usted, Tomás, no ha dejado de pregonar a los cuatro vientos el carácter falso de alguno de los documentos citados (Alfonso II, Alfonso III, Ordoño II y resolución de los pleitos). Pero, ¿es realmente falso el contenido de los mismos?

    Veamos que nos dicen la documentación ovetense (obviando, por razones de tiempo, los cronicones). Pues en primer lugar, como todos podremos ver, son muy curiosos. Algunos han sido interpolados en los distintos cronicones y, sobre todo, resulta sorprendente que muchos autores pretendan escusarlos con la premisa de su gran utilidad a la historiografía nacional, silenciándolos o dando un conocimiento sesgado de su contenido.

    Un buen ejemplo puede ser C. Floriano Cumbreño: "En torno a las Bulas del Papa Juan VIII en la Catedral de Oviedo", Oviedo, 1962.

    http://www.unioviedo.es/reunido/index.php/RFF/article/download/3431...

    Un estudio del espacio geográfico que abarcan las falsificaciones ovetenses y sobre la elaboración de tales documentos, cf. Fco. Javier Fdez. Conde: "Espacio y tiempo en la construcción ideológica de Pelayo de Oviedo", Un. Oviedo, 2003.

    http://www.persee.fr/web/revues/home/prescript/article/cehm_0396-90...

    Una crítica muy particular de este trabajo (referida, en realidad, a la defensa de la tesis doctoral del anterior autor, F.J. Fdez. Conde, en la Universidad Gregoriana de Roma) es la de la propia Iglesia española, (es verdaderamente curioso e interesante lo que se dice en toda la mitad final de la página 73), cf. Vicente J. Glez. García: "El Obispo don Pelayo, clave para el estudio de la Historia de Asturias", Oviedo, 1979.

    http://www.fgbueno.es/bas/pdf/bas10806.pdf

    Pues ya ve, Tomás.