MONUMENTOS PENITENCIALES

                                                Cruz del Reto en Cantiveros –Ávila-.

 

De vez en cuando surgen en el paisaje, en pleno campo, junto a veredas, caminos o carreteras, en las inmediaciones de las poblaciones, dentro de estas, etc., monumentos líticos, más o menos antiguos y más o menos curiosos y monumentales constituidos por una inscripción a la que acompaña o acompañaba una cruz. Estos monumentos a los que he bautizado como MONUMENTOS PENITENCIALES, están fabricados sobre piedra o sobre la misma roca y tienen por objeto la alusión a gestas legendarias en las que perdieron la vida una o más personas, homicidios, accidentes, etc., o, simplemente, exaltar la devoción de sus mentores a Cristo o a alguna otra persona venerable.

Algunas de estás inscripciones, prolijas verdaderamente, refieren multitud de detalles sobre el hecho que originó el monumento, fecha en que se produjo incluida. Otras, por el contrario, son parcas y vagas pero, en cualquier caso, todos estos monumentos constituyen expresiones histórico-artísticas de personas devotas destinados a guardar la memoria de acontecimientos luctuosos o tan solo a dar testimonio de la religiosidad de sus promotores.     

Monumento penitencial conocido como la Cruz del Reto. El más antiguo de estos monumentos de los que tengo noticia en Ávila se encuentra en las inmediaciones de la localidad de Cantiveros, sita 40 kilómetros al noroeste de la capital. Conocido con Cruz del Reto se levantó en 1517 para conmemorar el legendario reto del noble abulense Blasco Jimeno al rey de Aragón Alfonso I, el Batallador, que tuvo lugar en el año 1116. Alfonso I, consorte de la reina Urraca de Castilla, tras la disolución de este matrimonio, pretendió, por la fuerza, la anexión del reino de Castilla. Con tal propósito, al frente de su ejército, se presentó ante los muros de Ávila para negociar la entrega de la ciudad pero al no conseguir su propósito asesinó como represalia a un numeroso grupo de rehenes (sesenta para unos, cien para otros). Tras marchar Alfonso I hacia el norte de Castilla, enviado por Ávila, le salió al paso el caballero Blasco Jimeno proponiéndole un reto como desagravio. Alfonso I no aceptó el duelo ordenando a sus arqueros que lo diesen muerte  

El monumento que hoy existe, sustituyendo al primero, en honor a aquella gesta fue levantado en el año 1643 rezando la inscripción que figura en el “Aquí retó Blasco Jimeno, hijo de Fortún Blasco al rey Alfonso el I de Aragón quien, contra su palabra y juramento hirvió en aceite sesenta caballeros avileses que la ciudad le dio en rehenes ofendido de que no le entregó al rey don Alonso el sétimo que tenía en guarda y acometido del ejército real murió como gran caballero vendiendo muy cara su vida dejando a los venideros memoria de su valor. Año de 1116. Quien dijere un Avemaría por su ánima gana cuarenta días de perdón”.

                 Monumento penitencial del matrimonio Zazo-Sáez en Riofrío –Ávila-.

 

Monumento penitencial del matrimonio Zazo-Sáez. Otro monumento abulense de este tipo se encuentra en las inmediaciones de la localidad de Riofrío, sita quince kilómetros al suroeste de la capital. Preguntaba en el pueblo, la primavera pasada, sobre la situación de los molinos hidráulicos del río Mayor cuando me hablaron de el y me invitaron a descifrar su inscripción. Desde tiempos inmemoriales se cuenta en el pueblo que este monumento se levantó para rememorar la muerte de un muchacho que acompañando a su padre murió en ese lugar al volcar el carro que ambos conducían pero la historia debió ser distinta ya que la inscripción refiere: “Esta cruz puso Francisco Zazo y Petrona Sáez, su mujer, por haber muerto a su hija su amantísimo Andrés Zazo, su hijo. Año de 1753.”. Es decir que no debió tratarse de un accidente sino de un homicidio entre hermanos cuya causa no se explica. Pese a ello, los padres del homicida pretenden suavizar el hecho sustituyendo la palabra “matado” por muerto y tratando a su hijo de “amantísimo”. El monumento se completaba con una cruz de piedra hoy desaparecida situada en lo alto de la roca.

A instancias de este autor se ha conseguido la catalogación de este monumento, que aún no lo estaba; y se están realizando los trámites correspondientes para lograr su recuperación y puesta en valor.

Monumento penitencial de Francisco Garcinuño. Ocho kilómetros al norte a Ávila capital junto a la vereda que conduce al molino Revuelta, en un pequeño altozano, encontré los resto de otro monumento penitencial rupestre. También carente de cruz y, como el anterior, erigido a mediados del siglo XVIII, reza su inscripción “Esta cruz puso a honra y gloria de Dios y de María Santísima, Francisco Garcinuño García. Amen Jesús. Año de 1755”. Perdido en el monte  no tendrá este monumento la suerte del anterior pues seguramente, como ya ha pasado con la cruz, terminen sus restos en manos de algún furtivo coleccionista de este tipo de cosas.  

 

Monumento penitencial de Francisco Garcinuño

 

Monumento penitencial de Faustino Candil. Otro monumento penitencial, rupestre en este caso, erigido un siglo después que los dos anteriores, se halla en la localidad de El Barraco, veintidós kilómetros al sur de Ávila. Situado junto a un viejo molino hidráulico del arroyo de la Yerma, refiere su inscripción: “Esta cruz puso Faustino Candil. Año 1854.” Aunque no se explica el motivo concreto por el que se erige este monumento, a juzgar por la gran cantidad de símbolos religiosos existentes en torno al molino, se debe suponer que responde a una exaltación, no exenta de agradecimiento o quizás de deseos de protección divina, de un miembro de la familia Candil que lo explotó durante dos siglos. Nada queda hoy de la cruz a la que alude la inscripción pero existe sobre esta una de muy pequeño tamaño grabada sobre la roca.

 

Monumento penitencial del matrimonio Santos-Muñoz.

 

Monumento penitencial del matrimonio Santos-Muñoz. Otro monumento de este tipo se encuentra veintidós kilómetros al oeste de la capita abulense, próximo a la localidad de Benitos, en el borde de la carretera. Realizado sobre una roca de forma acampanada refiere su inscripción: Esta cruz puso por su mano e hizo Bernardo Santos de Espada y su mujer Catalina Muñoz. V E. No se hace referencia al motivo ni a la fecha por lo que se entiende que tan solo pretende la exaltación a cruz o lo que es lo mismo a Cristo, de sus promotores. 

Monumento penitencial de Juan González. Próxima a la anterior, en el mismo Benitos, se encuentra el más actual de los monumentos de este tipo que he encontrado. Todo el labrado, se trata de una piedra rectangular con una gran cruz de triangular basa a la que acompaña la siguiente inscripción: “Juan González falleció de mano airada el día 1 de julio a los 25 años de edad el año 1919”.  Tampoco refiere este monumento la causa de tal muerte contándose en el pueblo que se trató de una disputa entre dos hombres por el amor de una mujer: su novio y un criado. Pese al poco tiempo transcurrido desde tal hecho nadie sabe cuál de los dos perdió la vida ni quien erigió el monumento.

 

Monumento penitencial de Juan González

 

Como lo expuesto es tan solo un ejemplo cronológico de lo mucho del mismo tipo que existe por todas partes, os animo a que indaguéis por vuestros territorios y a que, con la amplitud que os parezca, lo incorporéis a esta entrada pues seguro que a todos nos resultará ameno, curioso e interesante.     

 

 

 

 

 

 

 

 

Load Previous Comments
  • Salvador Cuesta

    Que sería justo lo que pensaría Barandiarán: que en un paraje denominado Araneko Arri habría un monumento megalítico. Pero ni el casero sabía donde estaba la arri y fue él, con su experiencia, al señalar unas piedras que le parecieron singulares, el que en cierto modo consagró el sitio. Los pastores del Gorbea en 1922 debieron dar por hecho que en ese fue el lugar donde acaeció el suceso y levantaron un rústico monumento. No sé si mi memoria falla pero yo recuerdo haber visto una piedra más antigua con la leyenda, ya un tanto desdibujada, esta imágen de hoy no me resulta familiar, quizás porque este momunmento está sustituyendo a uno más antiguo que, en todo caso, no es más antiguo que la fecha en que lo visitó Barandiarán. Es curioso como aquí y allá las leyendas van dejando rastros visibles. 24 de diciembre de 1308. He mirado las efemérides y ese día no sucedió nada que pueda ser recordado. Pues no, ese día a una pastorcilla vasca del Gorbea, del caserío Arane, se la zampó el lobo.En Murguía cuentan que iba a celebrar la Nochebuena de un caserío a otro. Por lo tanto la fecha no es baladí.

  • mariano Serna Martínez

    Para mí, Salvador, es igual que se la comiese el lobo, o le pasase cualquier otra cosa,... lo importante es que existe un monumento a ese hecho.
    Pero sí que tengo interés en que alguien descifre la inscripción del monumento portugués que aportaste, cuyo trabajo inició José Luis. Me gustaría saber su su contenido coincide con lo que se cuenta no vaya a pasar como con la de Riofrío de Ávila de la que se contaba que el fallecido era un chico a quien mató un carro y luego resultó que el presunto muerto había matado a su hermana.
  • mariano Serna Martínez

    Cuando ayer, al caer la tarde, regresaba de ver unos molinos en el río Ádaja, me llamó la atención una cruz sobre una curiosa roca, con forma de rechoncha salchicha, en el interior de una finca particular,... entré para curiosear y me encontré una inscripción con el texto "ESTA CRUZ PUSIERON FELIPE SAIZ Y SU MUJER ANTONIA GRACIA VECINOS DE CARDEÑOSA. AÑO DE 1662",... ya ha llovido desde entonces. ya veré si esta documentado.