El artista leonés José Vicente Casado, que en su taller de Navatejera fabrica cráneos de homínidos que vende a todo el mundo. - Daniel

Fuente: Diario de León.es | Verónica Viñas| 17 de julio de 2014

Tiene en casa a Lucy, considerada la ‘madre de la Humanidad’. También los cráneos del Proconsul africanus, del Gigantophitecus y la mandíbula de Miss Ples —un  Australopithecus que con el tiempo se descubrió que era un hombre—, así como de otros antecesores del Homo Sapiens.

José Vicente Casado ha creado en Navatejera una auténtica fábrica de neandertales y de esqueletos de homínidos de hace millones de años. En la web Litos.net ofrece hasta 60 ‘modelos’ diferentes. Vende entre 200 y 250 al año. «Casi todos los días tengo encargos», confiesa. Un buen negocio en el que el artista leonés tiene poca competencia en todo el mundo.

Sus principales clientes son museos de Alemania y de Japón, aunque también hay particulares interesados en algún ‘tatarabuelo’ célebre, como el Homo antecessor, que habitó en Atapuerca hace 800.000 años o el Homo heidelbergensis, con una antigüedad de 300.000 años, descubierto igualmente en el yacimiento burgalés.

Los neandertales cuestan 60 euros, pero los hay más económicos: por ocho euros se consigue la mandíbula del Homo heidelbergensis y por diez la réplica exacta del cráneo del Homo erectus, cuyo original apareció en la isla de Java. El más caro es una copia del Homo ergaster, el esqueleto completo de ‘Niño de Nariokotome’ (derecha), que vivió hace 1,6 millones de años en el lago Turkana (Kenia), y que tiene un precio de 1.200 euros. Mil euros cuesta el Homo ergaster, que se remonta al Pleistoceno medio; y otros 800 euros la citada Lucy, una de las favoritas de Casado, porque «era poco más que una monita y, sin embargo, los huesos de la cadera impresionan porque ya caminaba erguida».

Venus y dinosaurios

Es un singular comercio de huesos que permite a universidades de Sudamérica, Estados Unidos o Gran Bretaña manejar réplicas perfectas de los homínidos más famosos. «En España no vendo un paraguas aunque llueva», bromea Casado, que tiene otras ‘especialidades’ aparte de la antropología, como ‘cazar’ meteoritos o ‘engendrar’ dinosaurios a escala.

De momento, Casado no se ha planteado copiar a los dos hombres del Mesolítico hallados en una cueva de Arintero, conocidos como La Braña 1 y 2.

Casado es un auténtico ‘virtuoso’ de las reproducciones prehistóricas. Construye y vende duplicados de las esculturas paleolíticas más antiguas y famosas, como la Venus Willendorf (izquierda, por 35 euros), una cabeza de caballo esculpida en marfil de época Magdaleniense (25 euros) o un bisonte de Altamira (10 euros).

«Hacer una buena réplica tiene su dificultad», explica Casado. Las que él fabrica son exactas «en una décima de milímetro». A partir de moldes en 3D que le proporcionan los museos donde están depositados los tatarabuelos de la Humanidad hace los moldes. Emplea cinco días en construir el molde y, a partir de ahí, en un día tiene la copia exacta de Lucy y de otros homínidos.

Actualmente trabaja en un Herrerasaurus (un lagarto bípedo) de tres metros que le ha pedido un museo de Extremadura. El mercado de los dinosaurios atraviesa horas bajas. Las películas de Spielberg, cuenta Casado, dispararon en su día la demanda. Sin embargo, mientras apenas recibe encargos de museos, sí hay coleccionistas particulares que quieren tener réplicas de estos extintos animales prehistóricos. En Estados Unidos, Gran Bretaña o Francia hay aficionados que, en lugar de acumular obras de arte, tienen gabinetes de historia natural con colecciones cuya estrella suele ser un dinosaurio.