La abundancia de graffitis antiguos descubiertos en Israel refuerza la fiabilidad de los Evangelios

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Vía: Religión en Libertad.com | Pablo J. Ginés | 7 de septiembre de 2011

 

Durante años ha estado vivo el debate sobre si Jesucristo predicó a una población casi absolutamente analfabeta o si contó con abundantes oyentes con capacidad de tomar notas por escrito.

Los que quieren debilitar la fiabilidad de los Evangelios prefieren la primera opción: si la población era analfabeta, sólo la tradición oral conservaría sus palabras (lo que llevaría al debate -a veces con resultados sorprendentes- sobre cuán fiable es la transmisión oral en una sociedad antigua basada en la memorización y la oralidad).

Por el contrario, los que creen en la fiabilidad de los Evangelios, tienden a recordar que la sociedad judía, ligada al conocimiento íntimo de la Biblia, sin duda contaba con numerosas personas capaces de escribir y tomar notas. Algunos apóstoles podían perfectamente haber tomado notas de las enseñanzas de Jesús en tablillas de madera con capas de cera. Incluso oyentes ocasionales podían quedar impactados por algunas de sus "frases fuertes" y, al volver a casa, sentarse y ponerlas por escrito: "bienaventurados los pobres, porque de ellos será el Reino de los Cielos", por ejemplo. 

"¿Es que no habéis leído que...?"

Sabemos por Flavio Josefo que el Sumo Sacerdote Joshuá ben Gamala (hacia el año 64 d.C, antes de la Primera Guerra Judía) pretendía establecer un profesor por cada 25 niños por toda Israel... para lo cual debía contar con muchas personas alfabetizadas. Y el mismo Jesús a menudo repetía a sus enemigos: "¿Es que no habéis leído...?" y no se sabe que nunca le respondieran con un "¡qué nos cuentas, si ni tú ni tus pescadores sabéis leer!"

Uno de los estudios más serios que defiende una baja tasa de alfabetización en tiempos de Jesús es de 1992 Illiteracy in the Land of Israel in the First Centuries C.E.´, S. Fishbane, S. Schoenfeld and A. Goldschlaeger (eds.), Essays in the Social Scientific Study of Judaism and Jewish Society, II, New York: Ktav; de Meir Bar-Ilan). Parte de un tratado del Talmud hebreo que remitiría al siglo I (Soferim 11, 2): "un pueblo en el que solo haya uno que lea; se levanta, lee [la Torá]; se sienta; se levanta, lee y se sienta; incluso siete veces".

A partir de esta frase, calcula que la alfabetización rural sería de un 1%. Y lo intenta reforzar aplicando criterios sobre alfabetización a principios del siglo XX en sociedades rurales. "No es una exageración decir que la tasa de alfabetización total en Israel en esa época -de judíos sólo, claro- era probablemente de menos del 3%", afirma. En las grandes ciudades comerciales, admite entre un 2 y un 15% de alfabetizados. Bar-Ilan considera que ese 3% era alto: atribuye a Egipto apenas un 0´5% de población alfabetizada.

Sin embargo, ¿a qué se refiere en realidad ese tratado talmúdico al hablar de "un pueblo en el que solo haya uno que lea"? Quizá se refiere a uno que lea bien.

Haga la prueba en su parroquia

Cualquier parroquia católica, aunque tenga una feligresía cien por cien alfabetizada, sabe que en realidad los que leen bien, bien, son pocos. No es tan fácil encontrar a los tres lectores de cada misa que vocalicen y traten con dignidad el texto sagrado, que lean con fluidez. Ser lector, como ser acólito, era un grado eclesiástico importante en la actualidad. ¿Cuántos son en nuestras parroquias capaces de proclamar en voz alta el fragmento de Pentecostés sin titubear, con sus "partos, medos y elamitas, habitantes de Mesopotamia, de Judea y de Capadocia, del Ponto y de Asia"?

A medida que la arqueología avanza en Israel, aparecen más y más indicios de una población bastante alfabetizada. En esa línea se sitúa el arqueólogo israelí Boaz Zissu (derecha), profesor en la Universidad Bar Ilan, antiguo comandante de la unidad de protección de antigüedades en Israel y especialista en graffiti, es decir, inscripciones (a veces pintadas) más o menos improvisadas en la roca.

 

El testimonio de los graffiti: mucha alfabetización

"Si hablamos de un nivel de alfabetización básica, los graffiti nos muestran, por su mera cantidad y la amplitud de la población que representan, que esta parte del mundo en particular estaba muy alfabetizada", declara en el The Jerusalem Post del 6 de septiembre de 2011. "Las habilidades básicas de escritura las compartía una proporción muy alta de la población". Y eso incluye la capacidad para tomar notas taquigráficas básicas para los negocios del día a día, recados sencillos... y quizá recordar las grandes palabras de un predicador galileo itinerante.

Un equipo para analizar 13.000 textos

El profesor Jonathan J. Price, presidente del departamento de Clásicas de la Universidad de Tell Aviv explica en el mismo artículo que el estudio de los graffiti antiguos hasta ahora había sido bastante desatendido ("somewhat neglected") pero que pronto se formará un equipo de expertos internacionales que trabajarán en grupo para publicar todos los graffiti que se han hallado en el periodo comprendido entre el siglo IV a.C. y el VII d.C. A saber: 13.000 textos en más de 10 idiomas.

"Los grafiti antiguos se escribían para que perdurasen. No eran bromas escatológicas en un lavabo, sino que a menudo eran epitafios escritos a mano con pintura en una pared, o grabado con un clavo, o mensajes para el futuro", puntualiza Price.



Una familia bíblica en una tumba del siglo I

El artículo del Jerusalem Post está firmado desde Hirbet Burjin, un asentamiento sobre una red de túneles subterráneos usados por los rebeldes hebreos durante la Segunda Guerra Judía en el año 135 d.C. Pero por debajo de los túneles hay una tumba del siglo I, y en ella, inscrita en las paredes, se ve tres veces una palabra compuesta por las letras hebreas shin, peh y nun (Sh-P-N), que en aquella época, como hoy, significa "conejo".




"Es una familia bien conocida que la Biblia menciona en varias ocasiones, pero es la primera vez que su nombre aparece en el contexto del Segundo Templo, el siglo I", explica Boaz Zissu. "Creo que es el nombre de los dueños de la tumba. Siempre busco grafitti diminutos de estos porque nos cuentan una historia y nos llevan directo a la mente de alguien, sin historiadores ni fuentes formales. Aquí puedes leer algo escrito directamente por uno de nuestros ancestros hace dos mil años. Es como recibir un e-mail del pasado".

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Post de Terrae Antiqvae relacionado:

* Arqueólogos descifran antiguos grafitos en Beit Shearim (Israel)


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Respuestas a esta discusión

Shaphan fue escriba de Josías y el encargado de leerle al rey el libro de la Ley encontrado en la Casa del Señor. Tuvo varios hijos que aparecen en el relato. El nombre de Shaphan aparece en la Biblia indistintamente para designar al animal llamado Hyrax en latín, Damán en castellano y a este escriba real.

 

Aunque era un nombre raro y muy poco frecuente, veo que se ponían ese tipo de nombre. Pero una cosa es cierta, si han descubierto unas letras SH-P-N Shaphan en una tumba no significa que allí descansen los huesos del Sr. Conejo, sino los de un tal sr. SHAPHAN.

Hebrew concordance. King James Bible 

 

 “Mejor es el buen nombre que el oloroso ungüento” (Ecl. 7,2)

Sr. Montero:

 

Tiene usted todo el derecho a quejarse de lo que le dé la gana, si bien dentro de un orden, como se suele decir. Y me temo que su queja no se ajusta a ese orden.

Vamos a ver: cuando usted dice quejarse a la dirección de este portal por los hilos que está tomando este foro, ¿a qué se refiere en concreto con la palabra "foro"? ¿A los temas que se publican en este grupo denominado "Religio", o a los artículos que se publican en Terrae Antiqvae?

 

Conviene aclararlo, aunque ya le advierto de antemano que cualquier respuesta que proporcione nos revelará hasta qué punto su queja está fuera de lugar. Primero, porque si se refiere a este grupo concreto de "Religio" cualquiera puede comprobar que apenas tiene desarrollo de temas, y mucho menos en el sentido de su queja.  Y segundo, porque si se refiere a los artículos que se publican en este portal de Terrae Antiqvae, entonces quiere decirse que sufre usted de una alta distorsión conceptual por decirlo de un modo benigno.

 

Entiendo que Terrae Antiqvae es un portal (o foro, si así lo prefiere) en el que se publican noticias, así como trabajos personales de sus miembros, relativas a la Historia y la Arqueología,  para someterlas a comentarios,  crítica o debate. La publicación de una noticia con un título más o menos sensacionalista, pero con un contenido interesante que puede dar juego para el debate, no debe llevarnos a desecharla, sino todo lo contrario. Si es pertinente se denuncia el carácter y alcance de dicho sensacionalismo y se continúa con lo que haya de interés. ¿No le parece? ¿O es usted tan tiquis-miquis que cualquier titular periodístico que le huela a sensacionalismos debe desecharse? Porque si es así, me temo entonces que muy buena parte de las noticias que sobre Historia y Arqueología se publican deberemos echarlas a la basura y quedarnos sin la posibiidad de ver hasta qué punto podía haber algo de interesante detrás de las mismas. Y en el límite, tenga en cuenta que también una labor de Terrae Antiqvae es, a mi juicio, la de precisamente publicar y denunciar aquellas noticias que se presten a confusión, error, engaño, manipulación, etc. etc.

 

Usted ha encontrado el artículo que se publica en este post como sensacionalista, y en su queja viene poco menos que a sugerir que no debería haberse publicado. Es decir, a usted le place erigirse en un censor al que no le gusta respetar la libertad de los demás.

 

Pues déjeme decirle una cosa: dejando de lado el titular, en el que puedo estar de acuerdo que tiene cierto carácter abusivo en su conclusión, el resto del artículo lo encontré y lo encuentro sumamente interesante y que se presta a un debate que, por otra parte, no es nuevo, sino que ya se ha mantenido en el tiempo por diversos autores. Si uno lee detenidamente el artículo en cuestión (y deja de lado el titular) verá que su autor lo escribe a modo de hipótesis. Se podrá estar de acuerdo o no con lo que dice, se podrá matizar, criticar, apoyar, etc., pero de ahí a sugerir que lo que dice no tiene nada que ver con la Historia y la Arqueología, tal como usted lo hace,  me parece un diagnóstico sumamente absurdo y lleno de prejuicios de la peor especie.

 

Y ahora, vayamos al debate (al que usted, a pesar de parecerle el artículo sensacionalista, le pareció oportuno, no sólo denunciarlo "grosso modo", sino interesante entrar en detalles):

 

Argumentar, como usted lo hace, diciendo que el índice de alfabetización en el mundo antiguo del entorno judío era mucho menor que, por ejemplo, en Siria, es algo que no viene al caso, pues de lo que se trata no es de comparar zonas geográficas, sino de averiguar hasta qué punto tenía aquél un grado suficiente de alfabetización. De otra parte, no deja de tener gracia cuando dice, como argumento a tener en cuenta en contra de ello (del grado de alfabetización) que muchos de los gaffitis están en griego, pues ello indicaría, lógicamente, un mayor grado de alfabetización. Asimismo, decir que la sinagogas no florecen hasta el siglo II d. C., y que apenas éstas existían es ignorar la realidad sobre las mismas. Todavía hace dos años sacaron a la luz en Magdala unos restos hermosos de una sinagoga de tiempos de Jesucristo.

 

En fin, déjeme ponerle unos cuantos textos (citas) en contra de lo que usted dice. No digo que haya que tomarlos como definitivos, como es obvio, sino que simplemente sirven para ilustrar. Para empezar uno del profesor Israel Filkenstein, al que conoce sobradamente y a buen seguro le es caro a su pensamiento. Refiriéndose a los orígenes históricos del Antiguo Testamento, dice:

 

La historia del pueblo hebreo que se plasma en la Biblia es una interpretación sesgada de su historia favoreciendo siempre la imagen de Judá frente a Israel. Para el éxito de la difusión y aceptación de reforma religiosa fueron determinantes dos factores, por un lado el reino de Judá es entonces un estado verdaderamente centralizado y por otro ha alcanzado el grado de alfabetización necesario.

 

Y dice esto en el contexto, nada menos, que del siglo VII a. C.

 

También podemos leer en el trabajo del profesor Josef Gedaliah , "Los Perushim y su revolución", el siguiente texto:

 

La Torah se enseñaba de otro modo: los cohanim se la leían al pueblo, el padre de familia repetía a sus hijos lo que había aprendido de memoria. Se inició un nuevo período cuando se recomendó el estudio de la Torah para el pueblo en su conjunto. La alfabetización predicada por los perushim fue una autentica revolución: en poco tiempo, el pueblo judío adopto una nueva forma de estudio.[1] Los perushim, que promueven la Torah, que exaltan la tradición rabínica y el Talmud como texto revelado al igual que el Tana”j.[2]

Los siglos de trabajo de los sofrim o “escribas" y de los persuhim (fariseos) que los sucedieron no fueron inútiles. En Palestina se creó gradualmente un sector educado, que comprendía no sólo a las familias sacerdotales y de la clase superior, sino también a los individuos comunes. Eran muchos los que sabían leer y escribir, especialmente desde la época de Shimeón ben Shetaj; éste (y no Yehoshúa ben Gamala) fue quien sentó las bases del sistema escolar hebreo.[3]

Flavio Josefo, contemporáneo de Yehoshúa ben Gamala, menciona como generalmente conocido el hecho de que la Torah establecía el deber de enseñar a los niños a leer y escribir (grammata), las leyes (nomouz) y los hechos de sus antepasados:

"cuyos caminos habrán de seguir y, habiendo sido educados en las leyes, se acostumbrarán a observarlas y no tendrán la excusa de no conocerlas".

(Contra Apion, 2, 25)

Según él, Mosheh Rabeinu ya había ordenado que:

"primero les enseñarán a los niños todas las leyes, el conocimiento más decente y la fuente de la felicidad".

Reiteradamente Josefo subraya que:

“la mayor parte de nosotros somos cuidadosos de la educación de los niños (paidotrofia);[4] si se nos pregunta algo concerniente a las leyes, podemos responder más fácilmente que si se nos preguntara nuestro nombre. Habiéndolas aprendido directamente con nuestra percepción más temprana, ellas se graban en nuestro espíritu.”[5]


Estas palabras, aunque algo exageradas, indican la amplitud alcanzada por el sistema educativo durante la época del Beit Shení (Segundo Templo), unos cincuenta años antes de que escribiera Josefo. También Filón, contemporáneo de esta época, testimonia que los judíos enseñaban las leyes "desde la primera juventud".[6]

 

Y por último, en la obra de Craig A. Evans, "La escritura judía y el alfabetismo de Jesús", los siguientes párrafos:

 

Apegándonos a la Escritura, leemos la narración de la historia sagrada de Israel, al pueblo judío se le instaba al conocimiento con el propósito de educar a sus hijos. De acuerdo con el Shema, tenían que recitar diariamente la Tora, los padres tenían la obligación de instruir a sus hijos en la Tora(cf. Deut. 4:9; 6:7; 11:19; 31: 12-13; 2 Crónicas 17:7-9; Ecles. 12:9), y adornar los marcos de sus puertas
con el Shema (Deut. 6: 9 "escribirán [Ketavka /γ ρά ψ ε τ ε ] sobre los postes de su casa y en los marcos de sus puertas"; cf.11:20).11 todas estas ordenanzas nos permiten suponer que los mandamientos bíblicos, estaban en el corazón de la fe judía (cf. Marcos 12:28-33; Jacobo 2:19), lo que significa que el analfabetismo tenia un índice bajo entre el pueblo judío.12

 

 

De acuerdo con Filon y Josefo, contemporáneos de Jesús, los padres judíos enseñaron a sus hijos ha leer la Tora. Filon dice: "Todos los hombres protegen su patrimonio, pero especialmente los judíos. Aferrandose a las leyes que son oráculos de Dios y perseverando en su doctrina desde muy pequeños
(τουτο εκ πρωτηζηλικιαζ το µαθηµα παιδ ευθε ν τ ε ζ), llevan las enseñanzas de los mandamientos en sus almas" (De Legatione 31 §210). Es improbable que el entrenamiento del que hablan aquí no incluya el alfabetismo básico.

 

Josefo, es más explícito: "Sobre todo el orgullo por la educación de nuestros niños [παιδο τ ρ ο φ ι α ν ], considerada como la más esencial de las tareas en la vida, la observancia de las leyes y de la practica piadosa de las mismas, basada sobre nuestra herencia" (Ag. Ap. 1.12 § 60). Y prosigue: "(La ley) ordena que los (niños) serán enseñados a leer [γραµµατ απ α ι δ ε υ ε ι ν ], y aprender las leyes y las escrituras de sus antepasados. . ."(Ag. Ap. 2.25 § 204). El reclamo que hace la ley "Ordena" a los niños a aprender a leer Deut. 6: 9 y 11: 20 (citado de arriba). Josefo va mas lejos al decir "La mayoría de los hombres, viven de conformidad con su leyes, pero apenas saben qué son.... Pero, para alguien de nuestra nación al preguntarle sobre la Ley debe de repetirla con más facilidad que su propio nombre. El resultado, entonces, de nuestra minuciosa observancia de la Ley es que la debemos grabar en nuestras almas" (Ag. Ap. 2.18 § 176, 178 de §). Esto no esta muy alejado de la realidad, Agustín cita un comentario de Seneca el cual dice: "Los Judíos, sin embargo, son conscientes del origen y el significado de sus ritos. La mayor parte de las (otras) personas realizan sus ritos sin saber por qué lo hacen" (De Civitate Dei 6.11).13

 

Puede ser posible que Filon y Josefo solo estén haciendo un retrato idealista y quizá lo que tengan en mente es la descripción de familias prósperas que pueden proporcionar formación académica para sus hijos. Pero seria un error asumir que ese es el propósito de la educación, incluyendo el alfabetismo, que este limitado solo a las clases altas. En la historia de lo siete mártires (cf. 2 Macabeos 7) no hay razón alguna para imaginar una familia de clase alta. En la versión presentada en 4 Macabeos la madre recuerda a sus hijos de la enseñanza de su padre:

 

El, mientras estuvo con ustedes, les enseñó [ εδ ι δ α σ κ ε ν] la Ley y los Profetas.
Les leyó [αν ε γ ι ν ω σ κ ε ν] sobre Abel, y como fue asesinado por Caín, de  Isaac, y como fue ofrecido como un holocausto, y de José, en la prisión. Les habló del fanatismo de Fineas, les enseño [εδ ι δ α σ κ ε ν] sobre Ananias . . . Los remitió al pasaje de Isaías que dice. . . [Isa 43:2]. . . Les cantó el Salmo de David que dice. . . [ Salmo 34: 19]. . . Recitó el proverbio de Salomón que dice. . . [Prov3: 18]. . . Ratificó la palabra de Ezequiel [Ez 37: 3]. . . y que decir de la canción que Moisés enseñó . . . [Deut. 32: 39]. (4 Mac. 18:10-19)

 

El resumen del padre sobre la instrucción de sus hijos evidentemente presupone alfabetismo. El retrato es idealizado para asegurarse, del valor que tenía para la sociedad judía la persuasión, como norma objetiva.

 

La devoción popular expresada en las primeras tradiciones rabínicas es coherente con los testimonios de Filon y Josefo. Los sabios disfrutaban, "ser sus propios maestros"(‘Abot 1:16; cf. 1:6). En el refrán atribuido a Juda ben Tema, el alfabetismo se asume como la norma: "A los cinco [estaré en forma] para la Escritura, a los diez para el Mitzva, a los trece para [obedecer] los mandamientos (i.e., bar mitsvah ). . ."(" Abot 5:21; cf. b. Ketub. 50a: "No acepto un alumno menor de seis años; solamente acepto mayores de seis y para llenarlos de[conocimientos] de la misma manera que un buey").

 

En otro lugar del Mitzva leemos: "niños. . . deben ser educados. . . de manera que estén familiarizados con los mandamientos" (m. Yoma 8:4). Encontramos un mandato judicial similar en el mitzva tanaim sobre Deuteronomio: "En cuanto un bebé empieza a hablar, el padre debe conversar con el en la lengua sagrada y debe enseñarle la Tora, porque si deja de hacerlo es como si lo hubiese enterrado" (Sipre Deut. 56 de § [sobre Deut. 11:19]; cf. t. Qidd. 1.11: "¿Cuál es el deber padre hacia su hijo? . . . enseñarle la Tora").14 Si un hijo carece de la iniciativa para hacer las preguntas correctas a su padre con respecto a el significado de la Pascua de los Judíos, su padre debe enseñarle (m. Pes. 10:4). Hay clara discusión en la tradición que presupone que los niños pueden leer la Escritura (cf. m. Meg. 4:5-6; T. Sab. 11.17: "Si un menor sujeta la pluma. . . ,"Soperim5.9: regulaciones contenidas en pequeños fragmentos de la Escritura para niños). Una de las primeras cosas que un nuevo prosélito debe aprender es el alfabeto hebreo, hacia adelante y hacia atrás (b. Sab. 31a, en referencia a Hillel). La tradición de los rabinos contiene referencias numerosas a escuelas, la consecuencia seria que cada sinagoga y cada pueblo tendría al menos una escuela.15 La naturaleza idealista y tendenciosa de este material no es apreciada muy a menudo.16 Primeramente sobre la base de la tradición de rabínica, Shemuel Safrai concluye esto "La habilidad de escribir estaba bastante evolucionada. . . [pero] inclusive los menos avanzados podían hacerlo."

 

17 A pesar de su uso poco crítico de las fuentes rabínicas,18 la conclusión de Safrai sobre
esta cuestión es que había mas gente alfabeta que analfabeta.

Sr. Caso:

Le respondo en dos partes. Brevemente porque tengo prisa. Ruego que me disculpe, pero si quiere más precisiones las puedo hacer en otro comentario.

 

Sobre la Pseudoarqueología: Mi opinión es que en este foro abundan demasiado las noticias sensacionalistas. Noticias estupendas que después quedan en nada, en pura autopromoción o ideología suterranea. Es interesante este tipo de pseudoarquelogía por razones epistemológicas. Pero no es arqueología. Punto.

Que a alguien le puede parecer que así se aprenden muchas cosas y se debaten temas interesantes. Es posible. Siempre que no se confunda la pseudoarqueología con la arqueología y nos tomemos estas cosas con sano escepticismo. No siempre me parece que sea esto así. Y es un peligro.

 

Personalmente preferiría que se trajera aquí noticias de revistas especializadas y no de artículos de primera página de prensa local. Cfreo que aprenderíamos más de arqueología.

Sr. Montero:

Quedo realmente atónito con sus diagnósticos. Aunque la Pseudoarqueología se sirve para sus fines de los titulares de noticias sensacionalistas, no siempre el contenido de éstas se corresponde con la Pseudoarqueología, dado que puede ocurrir que simplemente asistamos a una mera exageración (sensacionalista) por parte de un equipo de arqueólogos sobre lo que han hallado con arreglo a rigurosos métodos científicos arqueológicos. Hay mucha tendencia en los ámbitos arqueológicos profesionales, académicos y científicos, a exagerar y darles un carácter sensacionalista a muchos de los descubrimientos que realizan (debido a intereses obvios), pero nadie en su sano juicio les tacharía por ello de estar practicando Pseudoarqueología.

Dice usted que en este foro (es decir, en Terrae Antiqvae) abundan demasiado las noticias sensacionalistas, con lo que compruebo que sus criterios de clasificación o calificación de las mismas nadan en la confusión más absoluta.

Pero lo que es peor: usted ni siquiera ha tenido en cuenta que, aun cuando se haya ofrecido alguna noticia que se corresponde con tal carácter sensacionalista, la misma ha sido sometida siempre a dura crítica por parte de muchos miembros de Terrae Antiqvae, lo cual, como ya le dije, entiendo que es una de las misiones de un portal serio como éste. Muchas otras web de arqueología también lo hacen, como es natural y lógico. Ya le digo: no conozco ninguna noticia de las que han sido publicadas en este portal, y que pudiera tacharse de Pseudoarqueología, que no haya sido precisamente conceptuada y criticada como tal por varios de sus miembros con el sano fin de advertir de su engaño o manipulación.

No obstante, usted dice que esto puede ser un peligro. ¡Aviados vamos, Sr. Montero! Concédanos, si es tan amable, el hecho de que ya somos lo suficiente mayorcitos, y tenemos la suficiente prudencia y ciencia (modestamente), como para saber con qué peligros al respecto podemos lidiar sin que usted nos advierta o censure por ello.

Comenta usted también:

"Personalmente preferiría que se trajera aquí noticias de revistas especializadas y no de artículos de primera página de prensa local. Creo que aprenderíamos más de arqueología".


Y yo me pregunto: ¿cómo puede decir esto?, ¿qué es lo que usted lee en Terrae Antiqvae? Me paso muchos días buscando las mejores noticias y artículos sobre Arqueología e Historia en las mejores web especializadas (como pueden ser Science, Nature, Science Daily, Archaeology News, EureKalert!, Wired Science, IPHES, SINC, etc., etc., aparte de otras decenas de sitios de excelente solvencia informativa como son las propias Universidades que en el mundo hay), las traduzco (para mayor comodidad de todos), las publico, y usted, por lo que se ve, ni se entera de cuál es su origen. Es decir, la mayoría de los artículos que publico en Terrae Antiqvae provienen de medios especializados, tal como a usted le gusta (y a mí también). ¿A qué viene entonces su comentario? ¿Acaso sólo desea que se publiquen los que a usted le placen y se ajustan a sus prejuicios ideológicos?

Y en relación a los artículos de primera página local. ¿Qué pasa? ¿Por qué debemos quedarnos sin la información que ofrecen? ¿Son también un peligro muy grande? ¿Por qué no pueden ser compatibles las publicaciones de noticias y artículos de calidad con las informaciones arqueológicas que ofrecen los medios locales de cualquier zona geográfica? ¿Debe cada cual enterarse por su cuenta de lo que pasa en el mundo noticioso del ámbito de la arqueología?

En fin, Sr. Montero, relájese y disfrute. Déjese de formular protestas que no tienen ningún fundamento.

Creo que se lo está tomando por la tremenda y lo personal. Lo siento. Lamento haber molestado sus sentimientos.

Sr. Caso: la documentación que Ud. aporta no es relevante.

 

1. El párrafo de Finkelstein: habla de la alfabetización necesaria para formar un aparato administrativo  de estado. No se refiere a la tasa poblacional ni a la época que estamos discutiendo. Aunque no he podido revisar la cita, por los trabajos del profesor Finkelstein y el tono de la cita, se está refiriendo a la fase de formación de los estados de Israel y Judá. Es decir, del siglo IX-VIII.

 

2. El trabajo del Dr. Klaussner es algo antiguo. No sería grave, pero es que su argumentación parte de datos bastante inconcretos. Tiene un concepto bastante difuso de lo que es la cultura. Ni siquiera plantea claramente la alfabetización. Por ej: una cosa es escuchar a un maestro que sabe leer y otra diferente es saber leer y otra, más difícil todavía, saber escribir. ¿De qué hablamos? ¿En qué época? ¿En qué lugar? Nada de esto está claro en el breve artículo al que nos remite.

 

3. Lo mismo para Evans. Acepta una fuente que él mismo califica como “poco crítica”. Reconoce que sus fuentes (Filón y Josefo) “quizás” estén idealizando y se refieran sólo a las clases cultas. Claro.

 

4. La referencia acrítica a los evangelios como fuente de información no la acepto. Los evangelios están escritos a finales del I y por gente de la diáspora con intenciones claramente doctrinales y de una cultura claramente helenizada. De que el Jesús evangélico hable como si sus discípulos supieran leer no se infiere que este fuera el caso. De hecho en los Hechos se afirma que Pedro era iletrado. Y alguno más, sin no recuerdo mal.

 

5. Si hemos de fiarnos de algo es de las evidencias documentales (arqueológicas y epigráficas) y, en todo caso, a la información no intencional que se infiere de algunos textos. Así, Bar-Ilan, por ej. da cuenta como en el periodo que discutimos sólo una persona estaba capacitada para leer la Torá en las sinagogas. (Otra fuente dice una por ciudad, pero parece exagerado).

 

6. En consecuencia: la revisión del material que Ud. propone no sirve para mantener la tesis de que entre los seguidores de Jesús pudiera haber alguno levantando acta, por así decirlo. Que es la muy sesgada tesis del artículo de origen de esta discusión.

 

PD: si necesita alguna referencia a las citas que puedo aportar, lo haré con gusto. Pero ahora voy volado. Mis disculpas.

Sr. Montero:

 

Cuando le digo que se relaje y disfrute es porque yo así estoy. No me tomo nada por la tremenda, perdone. Ya se lo dije en alguna otra ocasión. Pero, como comprenderá, algunas de las cosas que usted ha dicho merecían oportuna respuesta. No fuera a ser que, si no se le contesta, creyera usted que nos chupamos el dedo con lo que nos cuenta.

 

Veo, además, que nada de lo que se le aporta lo tiene presente.  Usted únicamente va a lo suyo, obviando aquello que desmonta sus pareceres. De los numerosos argumentos que presenta el profesor Josep Gedaliah, usted no considera ninguno. Y además atribuye cosas  que uno no ha dicho. ¿De dónde saca que yo cito las palabras de Jesús como testimonio histórico? En mi comentario anterior no he entresacado nada que haga alusión a las palabras que pudiera haber dicho Jesús al respecto del asunto que nos ocupa. Se lía usted sólo en la madeja. Así es muy difícil matener un debate. Y respecto a la cita de Filkenstein, pues naturalmente que hace referencia a la formación de  clase de los escribas, pero si se la recuerdo es para que compruebe cómo, a partir de esa importante base, precisamente tiene lugar en los siglos posteriores todo un proceso de cambio respecto de la alfabetización de la población, y que enlaza con los comentarios que aduce el profesor Gedaliah y yo le presentaba.

 

 

 

 

 

 

 

 

La referencia a Jesús estaba en el artículo de Evans que Ud. nos recomendó o citó. Pensé que hacía suyos los argumentos.

Creo haber explicado lo que Ud. dice que no he explicado. Leemos diferente, se ve.

 

Aprovechando que ahora los comentarios parece que no se borran le vuelvo a escribir lo que me parece la aportación del Dr. Klaussner:

 

El trabajo del Dr. Klaussner es algo antiguo. No sería grave, pero es que su argumentación parte de datos bastante inconcretos. Tiene un concepto bastante difuso de lo que es la cultura. Ni siquiera plantea claramente la alfabetización. Por ej: una cosa es escuchar a un maestro que sabe leer y otra diferente es saber leer y otra, más difícil todavía, saber escribir. ¿De qué hablamos? ¿En qué época? ¿En qué lugar? Nada de esto está claro en el breve artículo al que nos remite.

 

Añado un poco más en detalle que basarse en que "muchos" eran los que sabían leer en el crecimiento de los fariseos, en las recomendaciones bíblicas, en lo que dice Josefo y en la creación de escuelas son argumentos muy poco concretos y que deberían concretarse más si queremos tener una idea clara del índice de alfabetización en Palestina del siglo I. Toda vez que el artículo juega a un constante "sí pero", todo el mundo "pero" no el campo, etc. Los fariseos eran una clase esencialmente urbana y su predominio aplastante empieza a partir del I. Habría que cuantificar su número y especificar si todos ellos sabían leer y escribir, ya que hablar de "conocimiento de la Ley", que es lo que los distinguía, es notablemente confuso.  Josefo está hablando de su clase social. El dr. Klaussner extiende la referencia al conjunto de la población por su cuenta sin explicar por qué. Una cosa es que se abrieran escuelas, otra el ámbito que tuvieran (el autor reconoce que el campo era tan iletrado que no conocía ni la Torá) y otra lo que se hiciera en esas escuelas. Lo único que dice el autor es que se enseñaba la Torá en el segundo grado. Pero no se dice nada de la capacidad lingüística de los alumnos. Ya creo haberle dicho que se pude aprender la Torá oyéndola o leyéndola, sin que eso explique una comprensión suficiente para desarrollar capacidades de escritura.

 

Todo esto y más cosas están mezcladas en el artículo, que se dedica después a analizar otras cosas, por lo que me resulta muy poco esclarecedor para el tema de debate.

 

Esperemos que este comentario no se borre.

Sr. Caso:

Veo que tiene Ud. la suerte de poder leer mis comentarios. A mí me desaparecen uno detrás de otro. Aplazo la discusión hasta ver qué pasa.

Desconocía el dato y gracias a las vueltas que le estoy dando a la familia Safán me he enterado de que hay un buen número de nombres propios hebreos  son tomados de animales. La serpiente, la pantera, el camello, el escorpión, león, asno y ratón son varios de los muchos animales tótem de los que toman su nombre personas y ciudades. Comunes en los primeros tiempos, especialmente en tiempos de Josías, desaparecen después del Exilio. Hay dos teoría con relación a su origen… pero infinitamente mejor lo explica (en inglés) G. Buchanan Gray  en Studies in

Hebrew Proper Names

Hoy en día existe aún el apellido Safán

Siguiendo al conejo me caí en el pozo de la curiosidad

Con relación al artículo creo que escribir es algo más que poner tu nombre o un enviar un e-mail vía inscripción parietal 13.000 graffiti  en 11 siglos en Israel pueden ser muchos o pueden ser bien pocos. A mí me parecen pocos, poquísimos si es que la gente fuera tan letrada como se sugiere. Además, y con relación al título, de estos 13000 habría que discriminar los que fueran piadosos y sobre todo los que reforzaran “la fiabilidad de los evangelios”. Bien pocos serán, un puñado en un milenio. Desde luego Shaphan, Safán no está en esta línea.

Un saludo.

Hay datos que son muy indicativos. Hezser comenta como sólo hay un puñado de cartas de judíos particulares, mientras que se cuentan por miles en Egipto. Esos son los datos significativos que pueden corroborar o desmentir las normativas entusiastas o las descripciones ilusorias. Lo contrario sería juzgar la situación laboral en España basándose en lo que dice la Constitución. Es la diferencia entre la historia como ciencia (si lo es) y la ideología.

 

De todas formas, creo que se pierde de vista el origen de este debate. Para que la afirmación del artículo (que hubo una posibilidad de transmisión escrita del mensaje de Jesús) fuera cierta, debería haber testimonios de una actividad de la escritura en arameo en el ámbito rural de la Palestina del I. Cosa que no defienden ni los ideólogos optimistas como Klaussner (o Klausner, que no sé muy bien cuál es la grafía correcta). El artículo, pues, mezcla churras con merinas.

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