Foto: La nueva entrada del museo.

Fuente: diarioinformacion.com | Cristina Martínez | 11 de junio de 2014

La casualidad hizo que un niño encontrase la Dama de Elche en 1897 en un terreno agrícola. Ese hallazgo, sin entonces saberlo, se convertiría en uno de los vestigios ibéricos más importantes descubiertos hasta el momento. Ese es el punto de partida y también el eje a partir del cual se inició un trabajo arqueológico en este yacimiento que ocupa 10 hectáreas, La Alcudia, y que en ausencia del busto ibérico, convertido en pieza fundamental del Museo Arqueológico Nacional, ha sacado a la luz una buena parte de la historia de este enclave.

Foto: La réplica del busto de la Dama de Elche ocupa una de las salas principales de este museo. P.RUBIO

Foto: Uno de los paneles de la entrada.

Y si la Dama –que solo se ha dejado ver en Elche en 1965 y en 2005– fue el comienzo de todo, ahora se llega al fin del camino con el Museo de la Alcudia ya acabado y visitable, a la espera de su inauguración oficial. «El museo es la culminación del trabajo que hemos hecho a lo largo de los años y también uno de los últimos pasos para que este yacimiento pase a ser de la Universidad de Alicante en el sentido práctico, de manera que se puedan realizar proyectos que antes de crear este centro no podíamos hacer porque no teníamos espacio ni para tratar los materiales ni para analizarlos ni para almacenarlos», asegura Alejandro Ramos, cuarta generación de la familia que adquirió este enclave en 1916 y subdirector de la Fundación La Alcudia.

Foto: Uno de los grandes mosaicos, descubierto en los alrededores de La Alcudia, con temas marinos y que se ha ubicado en el interior del museo.

La primera excavación la realizó su abuelo en 1934 y en 1948, para un Congreso Nacional de Arqueología celebrado en Elche, habilitó un espacio de su casa, dentro del yacimiento, para mostrar piezas. En el 72 se abrió un museo oficial y en 1996 se crea la Fundación La Alcudia de la mano de la Universidad de Alicante, a la que se suman la Diputación y el Ayuntamiento de Elche. Pero no es hasta 2010 cuando se proyecta el nuevo centro ya acabado, gracias al presupuesto del Plan Confianza del Ayuntamiento de Elche.

Foto: El arquitecto ilicitano Antonio Serrano Bru, que ha realizado el proyecto, y el subdirector de la Fundación La Alcudia, Alejandro Ramos, en una de las salas del nuevo museo. DIEGO FOTÓGRAFOS.

El museo incluye alrededor de 1.500 piezas, menos de la mitad de las existentes y que se exponían en el anterior museo, y consta de tres salas y el vestíbulo: la primera, dedicada a la época ibérica; la segunda, a la etapa romana y la tercera, a modo de una basílica visigoda similar a la excavada en una de las zonas del yacimiento. De esta manera, propone un recorrido por la historia del sureste español dede el siglo IV antes de Cristo hasta el siglo VIII después de Cristo, «y por ende de Roma y Cartago», asegura Ana Ronda, arqueóloga y responsable del área de Catalogación.

Foto: La arqueóloga Ana Ronda coloca algunos de los vasos cerámicos iberos en su vitrina.

Más que destacar alguna pieza estrella, resalta «toda la sala ibérica porque la mayoría de sus piezas son unicum, no están en ningún otro yacimiento; todas esas cerámicas ibéricas, en las que se puede ver perfectamente su evolución y en esa cantidad no se ven en ningún otro museo». Lo mismo ocurre, afirma, con un vaso cerámico que se encuentra en el Centro de Interpretación, en el que aparece «la primera cara tridimensioanl y que nos han pedido para exposiciones sobre Picasso». Y es que de hecho, tanto el pintor malagueño como Dalí visitaron el yacimiento y se dejaron influenciar en diferente sentido por la Dama de Elche y por sus cerámicas.

Foto: Sarcófago encontrado en la basílica visigoda.

La arqueóloga afirma que se ha mantenido la secuencia que diseñó en su momento Alejandro Ramos Folqués, fundador del museo, «porque lo que le preocupaba era demostrar que en La Alcudia había una estratigrafía». En este sentido, Ana Ronda explica que el criterio es mostrar aunque sea «pequeños fragmentos de lo que hay para que no se pierda el carácter pedagógico y se entienda la evolución de cada época; formamos parte de la Universidad de Alicante y nuestra labor es didáctica».

Foto: Imagen del foro romano que se encuentra delante del museo.

El museo cuenta también con almacén, sala de restauración y un laboratorio, con biblioteca, que se deja ver desde las salas, «para que el público sepa cómo trabajamos», dice Ramos. Una parte fundamental del nuevo centro ya que cada año llegan investigadores de todo el mundo. «Desde Harvard a Alemania, Italia, Francia o Portugal... es gente que abre nuevas vías de investigación y tesis doctorales, no solo de arqueología sino también de turismo, arquitectura...».

Foto: El laboratorio arqueólogico se ve desde el interior del museo.

Las visitas anuales son más de 7.000, cifra que ha aumentado con los eventos que se están realizando, como el Certamen de Teatro Grecolatino, que ha hecho superar la barrera de los 10.000 y que se espera aumentar con el Festival de Teatro que se celebrará en julio en la zona del foro. Una de sus aspiraciones es recuperar las visitas escolares, continuar con los cursos de arqueología y potenciar los proyectos didácticos de las empresas que ofertan este servicio. 

«El objetivo es que sea un museo vivo –apunta Alejandro Ramos–, por eso iremos incorporando piezas que se vayan encontrando en las excavaciones». De hecho, de momento se ha trabajado sobre todo en el estrato romano, algo del ibérico y la basílica visigoda, «pero no hemos excavado la zona de Prehistoria». Cuando se haga, «lo incorporaremos también».

Dos arqueólogas, un técnico turístico, un restaurador, dos conserjes y 3 personas de mantenimiento, además del propio Ramos como subdirector, conforman el equipo de la Fundación de La Alcudia que tiene la misión de potenciar este yacimiento y a partir de ahora también este nuevo museo. Y para ello, un presupuesto de 600.000 euros anuales (85.000 el Ayuntamiento de Elche; 40.000 la Diputación; 6.000 la UMH y el resto la Universidad de Alicante).