Imagen de la mano proyectada en la pared del abrigo.

Fuente: europasur.es| 6 de junio de 2014

El algecireño Simón Blanco ha vuelto a demostrar que su constancia como investigador puede ser de gran valor para la historia del Campo de Gibraltar y del denominado Arte Sureño. En una de las últimas expediciones junto a Francisco Díaz realizadas por la comarca, informó a este diario de la localización de una nueva pintura, en concreto la figura de una mano proyectada, que antes jamás había sido advertida en estas inmediaciones y podría enclavarse en el Paleolítico. 

A juicio de Blanco, tras su inspección ocular, está muy bien conservada, siendo datada en torno al 28.000 a. C., según las primeras valoraciones apoyadas en expertos en patrimonio natural e histórico como Pedro Cantalejo. Como paralelismo destacar que la Cueva del Moro de Tarifa, descubierta por Lothar Bergmann, representa un santuario del Paleolítico, estando fechadas las pinturas del abrigo rupestre en el 20.000 a. C., lo que sería la época solutrense. 

Blanco, como firme defensor del arte rupestre y su conservación, desveló que el hallazgo se realizó en una zona de difícil acceso de Castellar. Como ya hiciera en su último descubrimiento publicado por este diario en La Janda -en ese caso era del Neolítico-. Se apoyó en Cantalejo, experto en la materia, que tras visualizar en imágenes las pinturas destacó que se demuestra en esos abrigos manos paleolíticas serigrafiadas, lo que se convierte en una prueba evidente de la existencia de un arte muy antiguo en esta región del Estrecho. 

El experto también le trasladó a Blanco que siempre se había hablado que los descubrimientos de la época de Bergmann pertenecían a la época, dentro del Paleolítico, denominada como solutrense o posterior, pudiendo ser este último hallazgo gravetiense o anterior, en torno a 28.000 ó 30.000 a. C, lo que avala con mayor fuerza este descubrimiento. 

Según se percibe en la fotografía tomada por Blanco en el propio abrigo y tal y como él mismo describe, la pintura refleja una mano proyectada con pintura a la cual le falta un dedo, que podría ser un acto voluntario para marcar territorio o por alguna amputación. Recordó que existen alrededor de una treintena de cuevas con manos negativas en el Arte Paleolítico europeo, según el investigador Cantalejo. 

Blanco destacó que la localización es de muy difícil acceso y no todas las personas logran ver el arte rupestre: "ves lo que estás preparado para ver". Si bien, apuntó que la mano no apareció sola, sino que hay más símbolos en el abrigo de la época paleolítica, como digitaciones realizadas con los dedos. 

Destacó que es un auténtico misterio la mezcla que hacían para que los pigmentos se conservaran. Blanco y Díaz están elaborando estudios para publicar y serán presentados al Instituto de Estudios Campogibraltareños (IECG) en torno a sus hallazgos.

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Dos nuevas manos emergen en la cueva de las Estrellas de Castellar

Vista general del vestíbulo de la cueva de las Estrellas en Castellar.

La cueva de las Estrellas de Castellar ha revelado ya cinco manos paleolíticas.  Después del hallazgo de las primeras el pasado agosto (izquierda) por parte del espeleólogo algecireño Simón Blanco han aparecido nuevas. Este mes de octubre se acaba de realizar una intervención de urgencia autorizada por la Junta de Andalucía en la cueva paleolítica. El equipo de Handpas, dirigido por Hipólito Collado Giraldo, jefe de la sección de Arqueología de la Dirección General de Patrimonio Cultural del Gobierno extremeño, junto a la empresa 3D Scanner Patrimonio e Industria, realizó una reproducción de alta precisión de las manos halladas. 

 
Esta tecnología ha permitido el descubrimiento de dos nuevas manos negativas, una de ellas con otras figuras superpuestas sobre la misma que dificultaban su visualización, tratándose de las primeras superposiciones localizadas en el abrigo, por lo que el yacimiento ya suma un total de cinco manos paleolíticas.
El espeleólogo Simón Blanco explica que dentro de los diversos objetivos del proyecto Handpas el más destacado es poner a disposición de los investigadores (y del público en general) una información documental, gráfica y teórica de calidad, mediante una plataforma digital de libre acceso, que de forma remota y sin los impedimentos físicos que se derivan de las propias condiciones de accesibilidad y de conservación de las cuevas y sus pinturas, permita desarrollar trabajos de investigación y la difusión de las representaciones de manos paleolíticas en Europa.
La cueva de las Estrellas, explica Blanco, es una de la treintena de estaciones rupestres de Europa que cuentan con estas representaciones, símbolo por excelencia de esta primera fase del arte arcaico con el que estos Homo sapiens humanizaban no sólo la cueva en la que vivieron, sino también su entorno. El espeleólogo subraya que esta circunstancia parece quedar constatada por el hecho de que dos de las manos se encuentren a ambos lados de la entrada a la cueva, a la misma altura, y señalando al exterior.
 
Blanco insiste en que de esta treintena de cuevas ocho están en la Península ibérica, siendo la segunda que aparece en el territorio andaluz junto a la prestigiosa cueva de Ardales, donde ya habían sido previamente escaneadas para su reproducción en 3D las dos manos paleolíticas que se conservan en la planta inferior (derecha).
 
El negativo de las manos se considera la primera manifestación grafica del ser humano, tratándose de un elemento universal y convergente, ya que han sido elaboradas en diferentes partes del mundo aunque en momentos cronológicamente distintos, pero mediante la misma técnica usando aerógrafos de hueso huecos y resultando tipológicamente exactas. Las cuevas con manos de Europa dan las cronologías más antiguas y en ellas se encuentra la mayor aportación cultural que ha legado la cultura del paleolítico superior del occidente europeo, que es el Arte, que es el equivalente más próximo a la escritura en las sociedades ágrafas.  Este es un lenguaje artístico que permitía la comunicación a través de símbolos con códigos que se repiten de forma homogénea por toda Europa, "permitiéndonos acercarnos a esta primera concepción del mundo para esta gran cultura de la que somos herederos", apunta Blanco.
 
La representación de manos se considera como uno de esos elementos universales, cuya distribución aparece en lugares tan alejados como Australia, Borneo, Argentina, África y Europa. El proyecto internacional HandPas se centra en la documentación y difusión de las representaciones de manos paleolíticas en Europa, para que el pasado común sirva de nexo entre las distintos territorios y alcance la difusión cultural que merece a través de una plataforma multimedia que contribuya a la modernización e innovación del arte rupestre común. 
 
A la Universidad
No sólo las manifestaciones artisticas e ideológicas de la cueva de las Estrellas serán estudiadas en profundidad por la Universidad de Cadiz (UCA) a partir de 2017, sino todo el afloramiento rocoso que contiene la cueva, que será tratado como "un continente", ya que alberga varios abrigos rupestres pintados inéditos de gran importancia patrimonial y que en su conjunto atesoran grafías de una cronología amplísima que parte desde las sociedades de cazadores paleolíticas pasando por las primeras sociedades tribales comunitarias neolíticas, para culminar como refugio de pastores, constatándose algunos grabados de época histórica, permitiendo analizar la evolución de las manifestaciones graficas de los Homo sapiens sapiens y su forma de vida en relación con la explotación de los recursos, su movilidad estacional y al control de este espacio natural. Se trata de una amplitud temporal muy común en las cuevas andaluzas pero no así en el resto de cuevas que conservan este arte primigenio, circunstancia que finalmente situara nuestras cavidades en el foco de atención de equipos internacionales de investigación.
 
Blanco agradeció al equipo de trabajo del proyecto por esta primera intervención que no habría sido posible sin la ayuda de Ana Troya, arqueóloga de la delegación territorial de Cádiz; Pedro Cantalejo, coordinador del Patrimonio Histórico y Natural de la comarca de Guadalteba y director del museo de Ardales; Jose Ramos Muñoz, catedrático de Prehistoria de la UCA; Juan Casanova, alcalde de Castellar; y a Juan Manuel Fornell, director conservador del parque natural de Los Alcornocales.
Fuente: europasur.es | 10 de octubre de 2016

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