"El ataúd de Cervantes" no era de Cervantes

Desde el día 27, hoy hace ya cuatro días, existe un desmentido oficioso de que este maltrecho ataúd extraído el día 25 de un nicho del convento de las Trinitarias de Madrid contuviera los restos de Cervantes. Pero no ha tenido la más mínima repercusión mediática porque el desmentido no se ha comunicado a la prensa.

Esto quiere decir que todo el planeta Tierra se ha quedado creyendo que los restos de Cervantes habían aparecido realmente, noticia que el día 26 circuló por el mundo a la velocidad de la luz (véase "La prensa mundial, pendiente del hallazgo de Cervantes"), incluso aunque existían objeciones de distintos tipos (como la que, desde la Epigrafía, planteé desde el principio sobre las letras, y también sobre los huesos infantiles). Pero lo que de hecho está confirmado ya es que los restos no lo eran.

Sin embargo, si se busca en Google la primera noticia del día 25/1, la del hallazgo --dando el equipo seguridades de que las iniciales del ataúd eran M.C., y que eran de Cervantes, dos creencias (para mí aventuradas) que obviamente fueron la causa y la justificación del estruendoso anuncio--, "ataúd de Cervantes" arroja más de 90.000 resultados, y sólo en español. Pero si buscamos por la verdad, por el titular de Vanity Fair del 27/1 ("Los restos de la tumba con las iniciales M.C. no son los de Miguel de Cervantes"), nos da sólo unos escuálidos 6 (que en realidad son 3).

Esto me parece todo un fenómeno sociológico-mediático sobre el que meditar. Como también que, en el primer enlace que puse, de cinco medios extranjeros citados con sus titulares, cuatro dieron la noticia con interrogantes o como mera posibilidad, mientras que en los titulares españoles lo que cundió más fue la certeza (como en el propio de El País, que fue puntualmente recogido en Terrae Antiqvae el día 26).

Pero era una falsa certeza, y que además no se rectifica cuando desde hace días se puede ya hacer, como veremos. Me parece preocupante, ¡porque esto no es (o no tanto...) política!

En fin... al menos en Terrae Antiqvae sí que nos enteraremos, y el editor de TA ha estimado interesante que la noticia pueda circular mejor en un nuevo post, como así lo hago, al margen del comentario ya hecho esta mañana.

Aquí va, pues, la entrevista-desmentido que encontré de pura casualidad el día 27/1, con una buena foto (donde vuelvo a ver mejor la mayor apariencia de G de la supuesta C). Es curioso también que aparezca sólo en una revista más bien dedicada a "celebrities" como Vanity Fair (a la que hay que felicitar por su constancia en el tema), y no en la prensa diaria normal.

Aunque el que esto sea así, que al día de hoy no se sepa, depende sobre todo de la inexistencia hasta ahora (o al menos no la conozco ni encuentro) de otra nota o rueda de prensa oficial, bien del Ayuntamiento o de la Comunidad de Madrid, bien del comité científico, desmintiendo formalmente lo que primero se había anunciado. Y esto sí que se echa en falta. Aunque ya sepamos que es mucho más gratificante dar buenas que malas noticias, en buena ley la sociedad (sobre todo la que paga) se merece recibir en cada momento la información más correcta.

Pero, aunque no fuera por tan loable objetivo, después de que uno monta un alboroto mundial, y sabe que la noticia del "hallazgo del féretro de Cervantes", y "sus letras", ya sea como algo seguro o sólo posible, está circulando a lo loco desde el lunes por periódicos y agencias en cualquier idioma del mundo que se nos ocurra (dejo como prueba de ello unos mínimos ejemplos entre cientos de miles, en inglés, en francés, en alemán, en italiano, en japonés...), sin contar blogs y páginas cervantistas, admiradores de a pie..., uno debe saber que, en cuanto le consta que no es verdad, o que se ha equivocado, no tiene más remedio que, lo antes posible, dedicar por lo menos la misma potencia e interés a, como diría y haría el admirado Quijote, tratar de "desfacer el entuerto"... O sea, convocar otra rueda de prensa similar y que la gente sepa qué es seguro y qué no lo es.

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Aunque por desgracia lo más previsible es que los restos de Cervantes, tras los traslados que eran habituales en la época, terminaran revueltos en algún osario común (destino final que no disgustaría nada a aquel humilde genio, que al morir sólo tenía dinero para encargar dos pobres misas por su alma), no dejamos de desear suerte al equipo investigador para que termine hallándolos, y que pueda hacerse la tumba individualizada y "homenajeable" que se pretende (y que se viene pretendiendo ya al menos desde el siglo XIX, aunque en forma de cenotafio).

Por suerte, y por sus propios méritos, la gloria posterior de Miguel de Cervantes no necesita de ella, claro, pero sin duda sí que serviría para reparar por fin, aunque con cuatro siglos de retraso (en 2016 se celebrará el cuarto centenario de su muerte) otra gravísima desidia nacional.

Y transcribo ya la entrevista en cuestión que encontré:

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"LOS RESTOS DE LA TUMBA CON LAS INICIALES M.C. NO SON LOS DE MIGUEL DE CERVANTES"

Ayer el comité científico reunido en las excavaciones llegó a la conclusión de que los huesos no corresponden a los del escritor, puesto que pertenecerían a personas de menor edad. Hablamos con el historiador Fernando de Prado Pardo Manuel de Villena y con la madre superiora del convento de las Trinitarias.

Por ALBERTO PINTEÑO | 27 de enero de 2015 / 18:00

Fuente: revista Vanity Fair

“No son sus restos, no coinciden con él”. Así nos confirma el historiador Fernando de Prado Pardo Manuel de Villena, encargado desde 2010, junto a una treintena de expertos, de la búsqueda de la tumba de Miguel de Cervantes en el convento de las Trinitarias de Madrid. “Cuando vimos las iniciales M.C. en el féretro se nos encogió el corazón. Creíamos que serían sus restos, pero no es así. No ha sido una desilusión, todo lo contrario, es una inyección de optimismo para seguir buscando. Tenemos la certeza de que el escritor está allí enterrado y de que va a aparecer, continúa del Prado.

"Las  iniciales halladas en un ataúd en el convento de las Trinitarias Descalzas que podrían haber correspondido a Miguel de Cervantes." [N.B.: Tal como comenté aquí el mismo día 26 por la mañana, yo las leo más bien "M. G.", y con letras más propias del siglo XVIII] (Foto © Gtresonline)

La antropología forense permitiría identificar entre los restos del escritor varias particularidades de su anatomía: “Lo primero es la edad, alrededor de setenta años. Le faltarían seis o más dientes (1), se reconocería la atrofia de algunos huesos por la falta de una extremidad (2) durante muchos años de su vida y los dos arcabuzazos [herida por el disparo del arcabuz] en su pecho”, dictamina el historiador.

Pero sus restos se deberán seguir buscando entre las sepulturas y nichos que están en la cripta del convento de clausura. La otra gran posibilidad que apunta del Prado son las dos dobles tumbas que se encuentran en la misma capilla “a solo 35 centímetros del suelo, libres de cal y yeso, lo que haría que sus restos se encontrasen en un buen estado de conservación”.

En esa doble tumba podría estar enterrado el escritor de El Quijote, fallecido en 1616, y también su esposa, doña Catalina, que murió diez años después. “Pero antes de obtener el permiso del Convento para excavar en el suelo de la capilla habría que analizar que ninguno de los nichos contengan el cuerpo del escritor. Ahora existe un nicho por cadáver, antes eso era impensable, se aprovechaban para introducir varios cuerpos”, apunta de Prado.

“Se han podido mover sus restos y trasladarlos a otro lugar, pero nunca fuera de este convento. Si no aparecen en los nichos de la cripta, serán las dobles tumbas superiores, pero vamos paso a paso eliminando posibilidades”, asegura.

VF: ¿Y a qué haría referencia las iniciales M.C. encontradas en el féretro?

Pues puede ser cualquier cosa u nombre, desde Manolo Carrión a María Covalada o hasta Mario Conde, responde entre risas el historiador tras anunciar que la dificultad de la búsqueda también viene dada porque no existe una relación de enterrados en este convento.

La finalidad de encontrar la tumba de Cervantes no es otra que “darle la gloria que se merece. Cervantes fue un hombre heroico, un hidalgo sin pretensiones, un funcionario que lo dio todo. Era un hombre ordinario que llegó a ser extraordinario. Solo queremos poner una losa encima de su tumba que diga: 'Aquí yace Don Miguel de Cervantes Saavedra'. Nada de espectáculos de feria”, confiesa el historiador.

Los trabajos de exhumación se llevan a cabo en la iglesia conventual de las Trinitarias, que no hay que confundir con la Parroquia de San Sebastián, que pertenece al barrio madrileño de Las Letras y donde sus vecinos se enterraban. “En la iglesia de las Trinitarias se necesitaba un permiso especial para los enterramientos y fueron pocos los privilegiados. Miguel de Cervantes lo obtuvo porque se ofreció a ayudar en la construcción del convento, y luego fue extensible a su mujer”.

El mismo permiso tuvieron que obtener los expertos científicos para estos trabajos, puesto que el convento es de clausura y nunca había recibido a extraños. “Tampoco ahora -explica Fernando del Prado-. Jamás se ha roto la clausura. El área donde han convivido las iglesias es extramuros, es una zona pequeña restringida que está fuera de clausura”.

Ave María Purísima

Entre los números 16 y 20 de la calle Lope de Vega solo una gran puerta pintada de verde permite la entrada. Es el convento de las Trinitarias, fundado en 1609. Ningún vecino del barrio ha visto a las hermanas de la orden salir de allí. Por algo son 'clausura'. Solo existe un telefonillo. Pulse y hable. Eso hago. Entonces las luces de led iluminan el rostro mientras que las monjas atienden (y observan) tras la cámara.

 

–Ave María Purísima.

–Sin Pecado Concebida (hago memoria tras unos segundos).

–¿Qué le trae por aquí?

–Hermana, quisiera preguntarle sobre los trabajos de exhumación de Cervantes.

–Un segundo, que llamo a la hermana superiora, que está al cargo de ello.

Segundos después la misma cantina: “Ave María Purísima”, y es la hermana superiora. O en eso confío. No quiere darme su nombre, pero sí contesta amablemente a mis cuestiones. “Estamos ahora más tranquilas, al principio nos asustamos un poco, pero la fe lo puede todo”, responde al preguntarle sobre las molestias de los trabajos.

El historiador Fernando del Prado también comparte esta opinión: “Al principio las hermanas eran reacias y estaban asustadas, les horrorizaba la historia. Han visto trabajar al equipo y han ido tranquilizándose”. Tanto es así que ahora son dos hermanas las que supervisan el trabajo de los casi treinta expertos que en la iglesia del convento se dan cita.

–¿Creen ustedes que Cervantes sigue enterrado aquí?

–Estamos seguras de ello, le hicimos en su día el favor de darle sepultura aquí.

–¿Esperan que encuentren sus restos?

–Sí, claro. Y lo harán. Nos unimos a la esperanza de los expertos. Ya han encontrado varios restos.

–Será la ciencia quien tendrá que dictaminar la veracidad de esos restos...

–No, no la ciencia. Es solo Dios quien nos dice que Cervantes está entre nosotras.

Amén.

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(1) Se trata de un error, supongo que del periodista, ya que a Cervantes poco antes de morir le quedaban sólo seis piezas dentales, que además no encajaban entre sí, según su autodescripción en sus Novelas ejemplares (1613).

(2) Otro malentendido (éste muy extendido, quizá por la propia forma en la que Cervantes se describe), ya que no le faltaba la mano izquierda, sino que le quedó inútil por la herida sufrida en Lepanto.

P.D.- Las negritas del texto son mías. La firma que añadí al principio, de quien se firmaba "Miguel de Cerbantes Saavedra", y otras veces hasta con Z, "Zerbantes", o "Sahavedra", etc., procede de la carta dotal a su esposa (Esquivias, Toledo, 9 de agosto de 1586), publicada por el valiosísimo Luis Astrana Marín en el tomo III de su magna Vida ejemplar y heroica de Miguel de Cervantes Saavedra, 1948-1958.

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Más en Terrae Antiqvae: "Hallado el ataúd de Cervantes" (desde El País)

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Comentario por Alicia M. Canto el marzo 14, 2015 a las 10:56am

Me parece curioso recordar que este tipo de discrepancias y vacilaciones se dieron también en la finalmente fallida búsqueda del cuerpo del gran Velázquez y su esposa en la plaza de Ramales de Madrid, en 1999. En aquel caso la Comunidad de Madrid anunció un lunes con seguridad el hallazgo, y fue el Ministerio de Cultura el que puntualizó que no era así, mientras que para el jueves "ninguna institución -Comunidad, Ministerio de Cultura o Archidiócesis- se atrevía a pronunciarse de forma tan categórica".

La noticia de El Mundo, de 10-6-1999, ahora es de pago, pero por suerte en su día la copié y conservé, pues estos temas de "búsqueda arqueológica de grandes de España" me interesan hace mucho:

"Jueves, 10 de junio de 1999

 

VELAZQUEZ

Los expertos no han documentado aún los restos de San Plácido

JOSE LUIS MARTIN

MADRID.- El director general de Bellas Artes, Benigno Pendás, reconoció ayer que sus expertos carecen, «por el momento», de base documental para sostener que los restos hallados en el convento de San Plácido sean los de Diego de Silva y Velázquez y su esposa, Juana Pacheco.

La Comunidad informó el pasado lunes de que sus investigadores habían identificado, «con casi total seguridad», al pintor en el cuerpo del caballero encontrado en el convento de benedictinas.

Sin embargo, ayer ninguna institución -Comunidad, Ministerio de Cultura o Archidiócesis- se atrevía a pronunciarse de forma tan categórica.

La Dirección General de Bellas Artes ha encargado un estudio a dos de sus expertos, Antonio Sánchez-Barriga y José Sancho Roda, para que elaboren un informe documental en el plazo de 10 días y así determinar si hay base científica para analizar los cuerpos.

Sánchez-Barriga y Sancho Roda realizaron a mediados del pasado mes una segunda inhumación de los cuerpos en San Plácido -tras la fortuita de 1994- sin solicitar el permiso pertinente a la Archidiócesis, según confirmó un portavoz eclesiástico.

La Comunidad, a través del consejero de Cultura, Gustavo Villapalos, niega ahora cualquier relación con la investigación en San Plácido. Es más, Villapalos rechaza que su Consejería haya buscado en ningún momento los restos del autor de Las Meninas. Y todo, tras cinco semanas de excavaciones en Ramales. (*)

La Archidiócesis de Madrid también manifestó ayer que desconoce «cualquier aspecto» relacionado con los restos humanos hallados en su convento.

Los expertos independientes, por su parte, abundan en la tesis de que «no hay pruebas documentales del traslado de Velázquez desde la iglesia de San Juan -en la plaza de Ramales- hasta San Plácido», según explicó ayer Mercedes Agulló, ex directora de los museos municipales.

Benito Navarrete, experto en Historia del Arte, señaló ayer que «con las pruebas que hay en la actualidad, es una barbaridad decir que hay la más mínima evidencia de que ese cuerpo pertenece a Velázquez».

En un estudio realizado por Agulló, se recogen varios testimonios que se oponen a la tesis de los restos velazqueños. En primer lugar, el fundador de San Plácido, Jerónimo de Villanueva, prohibió los enterramientos en dicho convento de personas ajenas a su familia. Asimismo, Jerónimo de Villanueva autorizó la inhumación en San Plácido de Agustín de Villanueva y Ana Díaz de Villegas, sus padres, así como los de Pedro Valle de la Zerda y doña Zilicia de Villanueva, su esposa.

El hecho de que el caballero encontrado en la iglesia de San Plácido tenga en sus ropas una cruz tampoco es determinante. De hecho, un primo del fundador era caballero de Santiago -como Velázquez-, y su sobrino pertenecían a la Orden de Calatrava.

El director general de Bellas Artes señaló ayer que sus técnicos basan sus «indicios» en textos históricos que certifican el traslado de cadáveres en el siglo XVIII desde San Juan a otros conventos de Madrid. Sin embargo, Bellas Artes carece de documentos relativos a Velázquez.

Pendás reconoció que en los próximos días los expertos de Bellas Artes llevarán a cabo «una necesaria labor documental». El director de Bellas Artes se puso ayer de acuerdo con Gustavo Villapalos para evitar nuevas descoordinaciones en la búsqueda de Velázquez, según afirmó ayer.

Asimismo, el Arzobispado anunció ayer que permitirá el traslado de los dos cuerpos encontrados en su convento para su posterior análisis.

En cualquier caso, los estudios antropológicos para comprobar la identidad de los restos no comenzarán hasta dentro de 10 días. Si estas pruebas son necesarias, el Ministerio de Cultura adelantó que asumirá su coste económico."

Saludos y buen fin de semana.

(*) Realmente esta afirmación de Villapalos resultaba sorprendente, dado que el comienzo de las excavaciones en Ramales las había anunciado la propia Comunidad a bombo y platillo el 8 de mayo anterior. Quizá a la altura de junio él trataba de desvincularlas de la figura de Velázquez, visto que la cosa no estaba saliendo bien. Pero en las hemerotecas había ya noticias muy claras con lo contrario, como ésta en El País, de 28 de marzo anterior: "Villapalos ordena buscar la tumba del pintor Velázquez bajo la plaz.... Arqueólogos de la Consejería de Cultura iniciaron el pasado viernes los trabajos". Las experiencias pasadas debían de servir de algo.

Comentario por Guillermo Caso de los Cobos el marzo 17, 2015 a las 12:54pm

Es Miguel de Cervantes, seguro, seguro, seguro... bueno, casi seguro

Imagen de la reducción 4.2/32, conjunto representado por un número mínimo de quince individuos, diez de ellos sujetos adultos y cinco individuos infantiles, menores de dos años. Tras los trabajos realizados, es posible considerar que entre los fragmentos de esta reducción, localizada en el suelo de la cripta de la actual Iglesia de las MM Trinitarias, se encuentren algunos pertenecientes a Miguel de Cervantes.

Fuente: EL Mundo.es | 17 de marzo de 2015

Se le acabó la paz a Miguel de Cervantes y a su mujer. Después de casi cuatro siglos de tierra y polvo, los historiadores que durante los últimos años han investigado en el subsuelo de la cripta del Convento de las Trinitarias de Madrid, tienen la certeza de que ahí están los restos del escritorperdidos entre 1698 y 1730, el periodo en el que se reconstruyó la iglesia. En cambio, el equipo reconoce que ha renunciado a individualizar al escritor entre los fragmentos de otras 16 personas con las que comparte nicho.

El pasado 11 de marzo, los investigadores aseguraron que ya habían encontrado los restos óseos del escritor y su esposa, Catalina de Salazar. Sin embargo, fuentes del Ayuntamiento matizaron que el estado de los trabajos del equipo de investigación aún no garantizaba que se hubiesen encontrado los restos. En la rueda de prensa de esta mañana, los responsables de la investigación han reconocido que su 'veredicto' no responde a pruebas ciertas, sino a la "existencia de muchas coincidencias y ninguna discrepancia"No hay ADN que verifique las conclusiones.

¿Qué restos? En las Trinitarias se encontraron, junto con material óseo de varios adultos, un nicho cuya antigüedad remite a los tiempos de Cervantes.

Según fuentes de la investigación, no se trataba del punto de enterramiento donde el escritor fue sepultado en 1616 sino el sitio al que se trasladaron sus restos óseos con posterioridad a 1673, cuando comenzaron las obras de remodelación de la iglesia, ahora catalogada como bien de interés cultural (BIC) y ubicada en el madrileño barrio de las Letras.

¿Sorpresas de la investigación? En la cripta había dos momentos de enterramiento. En la primera cota, aparecieron cuerpos momificados, ropas perfectamente conservadas (aunque muy posteriores a la época de Cervantes). Y, en la segunda, había muchos cuerpos infantiles procedentes de distintas clases sociales y, en muchos de los casos, enfermos de raquitismo.

Y en la esquina sureste de la cripta, apoyado directamente sobre el nivel geológico, aparecieron dos ataúdes datados en el siglo XVII por sus ropas y por una moneda de 16 maravedíes de Felipe IV. En ese nivel, los científicos tienen la certidumbre de que están los restos del escritor, aunque no se atreven a separar qué huesos son del escritor y cuáles no.

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Ver vídeo enrtve.es

Expertos aseguran haber hallado los restos de Miguel de Cervantes

Fuente: ABC.es | 17 de marzo de 2015 
Comentario por Alicia M. Canto el marzo 17, 2015 a las 4:12pm

Gracias, Sr. Caso, por tan puntual actualización. La aventura parece haber terminado por desgracia en lo mismo que el marqués de Molins había dicho en 1870: que los restos de Cervantes están seguro en las Trinitarias, pero no se sabe dónde.

Lo que veo ya mucho más difícil ahora es seguir asociando esa sepultura en el suelo con la famosa tablilla con las tachuelas por donde empezó todo el "shock mediático", el 26 de enero pasado, y que apareció en un nicho elevado en la pared.

Al final del breve vídeo de TVE (que en su titular, por cierto, falta a la verdad) no hay más que ver las caras de los responsables ante tan difícil informe, aunque se agradece la sinceridad final del Dr. Etxeberria. Da la sensación de que una parte del equipo son los primeros disgustados y decepcionados por el resultado, que no se esperaban según la investigación previa (decía el Sr. Prado el año pasado: "una rigurosa hipótesis acerca de dónde estaría la ilustre tumba: a un metro de la calle Lopez de Vega, bajo 35 centímetros del suelo del la Iglesia-convento de Las Trinitarias y en un ataúd doble... Tenemos muy claro lo que buscamos"...Cervantes, revela, descansa en un ataúd pequeño, con el hábito de franciscano y un crucifijo de madera...", etc.).

Pero parece que no eran ésas las costumbres de la época con los enterrados de pocos medios, sino más bien las continuas reducciones, que dejan el batiburrillo de restos con el que se han tropezado.

En fin, me parece que puede ser de interés, por lo premonitorio, reflejar aquí las conclusiones principales del director de la RAE en 1870, pp. 145-146:

No quisiera dejar el tema sin conmemorar lo que sin duda habrá sido lo más curioso de la rueda de prensa: esta afirmación sin precedentes de la impredecible y nunca votada alcaldesa de Madrid, Sra. Botella:

«Cervantes es una persona que no se puede separar de la cultura española».

Tal cual (bueno, o eso dice la crónica, claro), como si a alguien se le hubiera ocurrido defender tal desatino...

¿Tenemos de verdad en España los políticos que nos merecemos, o son meros accidentes/castigos de algún peculiar Destino?

Saludos.

Comentario por Guillermo Caso de los Cobos el marzo 17, 2015 a las 4:45pm

De nada, Dra. Alicia. Por lo menos el culebrón de afirmaciones y desmentidos sobre el particular termina (como ya se esperaba, viendo el tenor de las noticias precedentes). 

A mí, como supongo a muchos, me basta con el juicio del marqués de Molins que usted nos recuerda: con saber que los restos del insigne Cervantes están en este convento es más que suficiente.

Y sí, la verdad es que la alcaldesa (ya casi en funciones), Ana Botella, tal parece que no tiene ni por asomo ningún sentido del ridículo. Menudas opiniones tontunas le da por soltar de cuando en cuando. Claro que para algunos políticos el no tener ningún sentido del ridículo es una gran virtud. En fin, consolémonos pensando que todavía los hay peores.

Saludos

Comentario por Roberto el marzo 17, 2015 a las 7:07pm

Vamos, que hemos dado la vuelta al círculo y estamos exactamente donde empezamos, Cervantes está allí pero no hay pruebas físicas que puedan demostrarlo.

Comentario por Percha el marzo 17, 2015 a las 8:40pm
Comentario por Alicia M. Canto el abril 1, 2015 a las 1:13am

Un nuevo punto de vista crítico:

Goytisolo aboga por dejar en paz a Cervantes y sus huesos

El escritor asegura que dedicará el discurso de su Premio Cervantes a las excavaciones

"Esto sólo sirve para enriquecer la burocracia oficial"

Fuente: El País - Joaquin Mayordomo Tánger- 31 MAR 2015

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Cuando el 23 de abril, Juan Goytisolo (Barcelona, 1931) recoja el Premio Cervantes 2014, con el que fue galardonado el pasado 24 de noviembre, dedicará su discurso a las polémicas excavaciones y la investigación que se están realizando en Madrid para localizar los restos del autor del Quijote. Así lo anunció el escritor el pasado lunes en Tánger, durante una conferencia-coloquio organizada por el Instituto Cervantes de esta ciudad marroquí.

En respuesta a la pregunta de uno de los asistentes sobre su opinión acerca de los posibles huesos de Cervantes, el autor de Reivindicación del conde don Julián manifestó: “Sobre eso irá mi discurso en la entrega del premio... Deberían dejarlo en paz [en referencia a Cervantes]. Esto sólo sirve para enriquecer la burocracia oficial”. Y añadió a continuación que, sobre este asunto, convendría recordar el poema de Luís Cernuda, en el que se refiere a “los vientres sentados”, unos versos muy combativos desde el punto de vista político del poeta sevillano.

Goytisolo reconoció sentirse “encantado” de haber recibido un premio que lleva el nombre de su autor más admirado. “He leído cuatro veces el Quijote y cada vez que lo releo descubro cosas nuevas en él”. “Todavía no puedo explicarme cómo Cervantes, viviendo como vivía, en la miseria más absoluta, pudo escribir la primera parte de esta obra inmortal”, concluyó.

Residente en Marraquech, Goytisolo, quien acudió a Tánger para recibir el homenaje del Instituto Cervantes y de esta ciudad con motivo de su reciente galardón, estuvo distendido y ocurrente en todo momento, aunque sin renunciar, como resulta habitual en él, a ese “ánimo combativo” que le caracteriza.

Al recordar sus primeros pasos en la ciudad del Estrecho, allá por los años setenta, Goytisolo explicó cómo le había seducido enseguida descubrir en la calle “lo mucho que la cultura cristiana y musulmana tenían en común”. Y habló de refranes y dichos y de cómo se mezclaban ambas culturas y lenguas indistintamente.

El recuerdo le dio pie para criticar a la cultura oficial española. Aseguró que la “ortodoxia de esta” había estado negando durante muchos años las profundas raíces e influencias que la misma tenía de la cultura musulmana y judía. “Ha habido una resistencia heroica a darme el Premio Cervantes durante tiempo por este motivo”, manifestó el autor de Señas de identidad.

Su defensa y difusión de esas raíces culturales, tanto judías como musulmanas, contrastaban con las críticas de los sectores oficiales y católicos, según apuntó el propio autor.

Relacionado: Juan Goytisolo gana el Premio Cervantes (noviembre de 2014)

Comentario por Alicia M. Canto el abril 15, 2015 a las 2:06pm

Otro punto de vista más crítico aún sobre la tan sonada búsqueda (de la que cuesta ya encontrar noticias). Esta vez es de la periodista  Nieves Concostrina, estupenda y divertida cronista necrológica (me encantaba coincidir en RNE 2 con sus humorísticos minirreportajes de "Polvo eres"). Más crítico porque abarca al equipo, a la alcaldesa, al ministro de Cultura, y a las monjas Trinitarias. Cómo no estar de acuerdo en muchas de las cosas que apunta, y que comentábamos por aquí ya en enero pasado.

No así en que "pasados un par de días del supuesto hallazgo, sin embargo, la euforia se desinfló y varios medios se percataron de que alguien les había vendido una moto". No, Sra. Concostrina, precisamente los medios no se percataron de nada. Se creyeron todo a pies juntillas, ex auctoritate, y le dieron a la noticia categoría mundial aun cuando nada estaba comprobado.

Si los periódicos, radios, tv, los periodistas españoles en general, fueran algo más críticos todo iría mejor. Y no sólo en estos temas culturales, que también, sino sobre todo en Política y Economía, donde todos nos jugamos mucho más y echamos de menos una prensa más crítica con el poder, y los poderes. Pero, bueno, volvamos al tema:

Los huesos de Cervantes: ¿memoria histórica o turismo necrológico?

PALOMA FIDALGO | 03/04/2015

El 23 de abril de 1616, Cervantes era enterrado en el madrileño Convento de las Trinitarias. Lejos de descansar en paz, un siglo más tarde sus restos se exhumaron y trasladaron desde ese emplazamiento, y aunque supuestamente volvieron a él, el autor de Don Quijote engrosa la lista de célebres del Siglo de Oro, como Calderón o Quevedo, cuyas huesos se encuentran en paradero incierto. No obstante, hace en torno a un año, el Ayuntamiento de Madrid puso a un grupo de científicos a buscar lo que quede de este genio de las letras en el hogar de las Trinitarias, pese a que es imposible realizarle un cotejo de ADN. ¿Interés realista o excusa para el turismo funerario? Hablamos de ello con Nieves Concostrina, periodista experta en necrológicas y autora de libros como Muertes ilustradas de la humanidad.

El grupo científico que ha rastreado durante un año los huesos de Cervantes ha anunciado que “existe una compatibilidad asegurada y ninguna discrepancia” respecto a que los restos que finalmente han hallado podrían ser del autor de Don Quijote. ¿Usted cree que son de él?

No nos han facilitado ni una sola prueba de que sea él y, por tanto, no puedo creerme algo que nadie me ha confirmado. No le han puesto nombre ni a un solo hueso. Únicamente nos han señalado una amalgama de restos de “al menos” 15 individuos y nos han dicho que puede que entre ellos haya algo de Cervantes. El que no se consuela es porque no quiere. Ana Botella necesitaba borrar el recuerdo de su “relaxing cup” y Cervantes estaba a tiro.

Resulta imposible efectuar un cotejo de ADN de estos huesos con los de algún familiar del escritor, y su mal estado de conservación no permite asociarlos a las patologías conocidas de Cervantes. A la vista de estas limitaciones, ¿tiene sentido hacer esta investigación?

Tiene sentido para quien está rentabilizando todo el ruido mediático. Ni siquiera tenía sentido la investigación de la búsqueda de los restos desde el mismo momento en que la iniciaron. Ya se sabía que el entierro de Cervantes se verificó el 23 de abril de 1616 en las Trinitarias; se sabía que los restos nunca salieron del convento; se sabía que los huesos fueron maltratados y removidos por las constantes obras… Y eso mismo es lo que se sigue sabiendo. 124.000 euros para averiguar lo que ya se sabía, para escuchar que la ciencia no ha confirmado nada. Las únicas pruebas que les permiten decir que puede que ahí esté Cervantes son evidencias históricas, las mismas evidencias históricas que ya se conocían. El Convento de las Trinitarias se salvó en el siglo XIX de la demolición –en su lugar se iba a construir un mercado-, única y exclusivamente porque se sabía que ahí estaba enterrado Cervantes. El edificio carece de interés histórico y artístico, y fue Cervantes el que lo salvó de la piqueta por estar allí enterrado. No se entiende a qué viene confirmarnos ahora que efectivamente está dentro. Ya lo sabíamos. Sabíamos que el convento era el gran mausoleo de Cervantes. Lo único que han conseguido es cambiar un mausoleo indudable por una tumba incierta. La frase es genial, pero no es mía. Es de mi amigo Carlos Santos.

La periodista Nieves Concostrina. JESÚS POZO

El cervantista Francisco Rico ha dicho que  todo esto “huele a chequera”. ¿Es realmente rentable el turismo necrológico?

Hace muchos años que es rentable en muchos países que han sabido gestionar y enseñar sus enterramientos de ilustres: el Panteón de París, la Santa Croce de Florencia, Westminster… En el caso de Cervantes será rentable siempre y cuando haya un nutrido grupo de incautos desinformados y dispuestos a creerse cualquier cosa. Si alguien paga por ver esa supuesta tumba con unos huesos inciertos, allá él o ella. En Francia, los turistas pagan por ver el castillo de Ambois y, de paso, tangencialmente, la tumba de Leonardo. No importa que los huesos de esa tumba sean más falsos que un euro de madera; es un mal menor porque el castillo merece ser visto. Lo malo es los que paguen por ver una tumba que no será de Cervantes en un convento carente de interés artístico, cultural e histórico. Tumba sin Cervantes y convento sin interés. Nadie debería pagar por ver eso porque es como ver nada.

Sin embargo, el ministro de Cultura, José Ignacio Wert, ha celebrado el hallazgo y ha dicho que la iglesia de las Trinitarias se convertirá en “lugar de peregrinaje”.

Al señor ministro más le valdría gestionar bien la cultura y la educación en vez de animar a realizar peregrinajes artificiosos. La cultura está encarecida con impuestos salvajes mientras fabula con peregrinajes a recintos religiosos que podrían lucrarse con “donativos”. Y a las trinitarias más les valdría haber cuidado de los restos de Cervantes y no perderlos en vez de estar echando cuentas de futuros ingresos. Ellas perdieron al genio. Sería el colmo que se lucraran con el supuesto hallazgo de unos huesos que ni siquiera se han identificado.

¿Le parece correcto el seguimiento que ha hecho la prensa de la búsqueda de los huesos de Cervantes?

Sinceramente, no, al menos al principio. Muchos se emocionaron de más, desde mi punto de vista, claro. Pasados un par de días del supuesto hallazgo, sin embargo, la euforia se desinfló y varios medios se percataron de que alguien les había vendido una moto.

Hemos perdido los restos de varios muertos ilustres del Siglo de Oro: los de Calderón, Quevedo, Velázquez… ¿Quién debería hacerse responsable?

Los que los perdieron. Qué casualidad que todos estuvieron enterrados en iglesias. Es el precio de haber dejado el monopolio de la muerte en manos de la Iglesia hasta finales del siglo XIX. Era y es una pésima gestora, interesada solo en recaudar con la constante venta de espacio en criptas y cementerios. Lo mismo les daba sacar en las mondas de parroquia los restos de Cervantes que los de Pepe López, pese a que vendían los enterramientos a perpetuidad. A Lope de Vega lo desahuciaron de su nicho en la iglesia de San Sebastián para enterrar a la hermana del vicario general de Madrid.

¿Existe el mismo interés por la obra de Cervantes que por sus huesos?

No. Incluso alguno se habrá enterado ahora, con tanto ruido, de quién era Cervantes. Estoy por apostar que las trinitarias que ahora andan echando cuentas no se han molestado en leer El Quijote.

Fuente: El plural.com, 3 de abril de 2015

Comentario por Roberto el abril 15, 2015 a las 2:44pm

Dos veces se repite en el artículo que el edificio (convento del siglo XVII con una Iglesia con el mobiliario bien conservado, lo que es raro en Madrid) no tiene valor histórico, ni artístico, ni cultural. Mal vamos.

Comentario por Guillermo Caso de los Cobos el abril 20, 2015 a las 12:23pm

Cervantes a hueso vivo

Fuente: El MUNDO.es | Idelfonso Olmedo | 20 de abril de 2015

Son trozos pequeños, reducidos por cuatro siglos de desmemoria y los trasiegos de las exhumaciones sucesivas desde aquel entierro del 23 de abril de 1616. Pero con la imaginación y proyectado con el conocimiento forense de sabios como Francisco Etxeberria podría vislumbrase desde tan mínima osamenta -la pieza mayor sí deja asomar las fosas oculares- la "frente clara y lisa" de Don Miguel.

El segundo grupo de huesos dice más: el maxilar inferior de una mandíbula a la que le faltaban, desde antes de su enterramiento, parte de la dentición como mostraba aquel hombre de provecta edad -Cervantes murió mellado el 22 de abril de 1616 a la edad de 69, con la mano izquierda atrofiada y apenas seis diminutas ferocidades como toda dentadura-. Y también hay -eso con más incertidumbre-, huesos largos y un sinfín de minúsculos que por su apariencia y características ensamblaría con el esqueleto del manco de Lepanto.

¿Gigantes, Sancho, o son molinos?

Cuando el osario completo del convento madrileño de las Trinitarias donde se rastrea la sepultura del mayor escritor en lengua Española va camino de asomar en gran exposición a partir de este miércoles Cervantes a la luz, será el título, en el Museo de Historia de Madrid-, el fantasma de la calavera del autor del Quijote asoma como un runrún entre los expertos. Por ahí resopla el gigante. Visto y no visto. Aún queda en la cabeza de algunos de los científicos presentes la imagen más evocadora de cuantas se sucedieron en la cripta del hallazgo: el mismísimo Francisco Etxeberria, el prestigioso antropólogo forense que -rigor obliga- se resiste a gritar ¡eureka!, con un trozo de cráneo entre las manos que luego deja reposar junto a tres fragmentos de una mandíbula desdentada y deteriorada por lo que bien pudo ser la diabetes del príncipe de las letras. Alguien hasta le vio mascullar entre dientes la palabra Cervantes.

¿Gigantes de la imaginación y el deseo, Sancho, o molinos?

No se podrá reconstruir ni en sueños la mano que escribió El ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha, pues ni siquiera una mínima falange de uno de sus dedos ha sido alumbrada entre tanta esquirla ósea sin individualizar, pero ahí quedan el singular tres en raya -cráneo parcial, mandíbula con cuatro o cinco dientes y algún hueso largo- con el que los más optimistas confían poder cerrar tan controvertida búsqueda del tesoro.

De que apareció da buena cuenta el cajón de madera de 1,2 metros por 60 centímetros de ancho que, junto a una moneda de cobre de 16 maravedíes del siglo XVII -¿se le cayó al sepulturero?- y un hábito de monje, contenía restos de al menos 15 cuerpos traídos a la cripta desde el convento originario después de 1730. Estaba en el nivel 3 de los distintos enterramientos encontrados en el convento, el más profundo, 1,25 metros por debajo del enlosado. "Sin duda", es firme Etxeberría, "hemos identificado al grupo donde estaban Cervantes y su esposa [Catalina de Salazar, que le sobrevive una década]... Fragmentado, mezclado, pero ahí lo tenemos, en la cripta". Si ya dijo su claro "Tenemos unas mandíbulas que pueden ser de Cervantes", ahora Exteberría, en conversación con Crónica, dice más: "Uno de los cuatro [restos de] cráneos varones adultos y longevos que tenemos creemos que puede ser él".

Foto: Nueve de los diez restos de craneo de adulto aparecidos en la tumba del escritor. La segunda por la derecha sería el frontal del príncipe de las letras.

Las mejores pistas para cualquier cotejo antropológico las había dejado dadas, en jocoso autorretrato, el propio escritor en 1613, cuando presentó sus Novelas Ejemplares, tres años antes de su muerte en Madrid: "De rostro aguileño, frente lisa y desembarazada, de nariz corva, barbas de plata que no ha veinte años fueron de oro, la boca pequeña, los dientes ni menudos ni crecidos, porque no tiene sino seis, y esos mal acondicionados, este es el autor de Don Quijote de la Mancha".

En el primer informe, semanas atrás, el equipo dirigido por Etxeberría concluía así la parte referida al contenido de la caja con reducción de huesos donde situaban al escritor, no lejos del lugar que la tradición oral de las monjas precisaba así: "Del lado de la Inmaculada": "Según la información histórica y arqueológica... parece la reducción más antigua de la cripta, datada en el siglo XVII. En este conjunto aparecen cuatro cráneos que son de sexo masculino y algunos indicadores que sugieren la presencia de individuos de edad avanzada, que podrían ser compatibles con la identidad de Miguel de Cervantes".

Ahora, con todo lo andado hasta el 23 de febrero pasado -fecha del hallazgo- y trabajos posteriores arqueológicos, antropológicos, de análisis de ropajes por expertos en trajes, de verificación histórica documental y más, el amplio equipo que acompaña a Etxeberría en el envite prepara ya un informe completo "de centenares de páginas" que entregarán en mayo. ¿Terminará en libro? "Quizás".

Dice Pedro Corral -el delegado de Cultura del Ayuntamiento que apadrinó el proyecto de búsqueda, que echó a andar primero el historiador Fernando de Prado- que el texto científico de los 36 expertos que espera con expectación es la confirmación de las tres certezas que ha arrojado la búsqueda de Cervantes: la documental, la arqueológica y la antropológica.

La cuarta certeza deseada, la genética, difícilmente podrá materializarse... De las mujeres de su linaje -por las que se mantiene el ADN mitocondrial- que se tienen ubicadas -hermana carmelita sepultada en Alcalá de Henares y la abuela y bisabuela de los Cortina de Arganda-, ninguna goza de sepultura en solitario. Esa puerta en el tiempo queda cerrada de momento. No obstante, la vía muerta, explica Etxeberría, "no nos impide que tengamos interés en extraer ADN".

Imágenes inéditas

"Invitamos a todos a bajar a la cripta del convento de las Trinitarias con nosotros. Es un viaje al Madrid del XVIII y a la ciencia", anuncia el delegado de Cultura, Pedro Corral, periodista viejo. De cuanto ha sido hallado, y de los 114.000 euros invertidos por el Ayuntamiento de Madrid en el proyecto, nace en apenas tres días Cervantes a la luz. Imágenes del hallazgo, comisionada por el historiador Francisco José Marín Perellón. Se le encienden los ojos cuando habla del contenido de la muestra. Y de las momias de niños -más de 300 infantes, y casi todos murieron con raquitismo- que se podrán ver.

Foto: Sobre los restos de Cervantes se localizaron hasta 33 momias de niños raquíticos

Porque, por encima de donde terminó dando con sus huesos Don Miguel, la sorpresa fue mayúscula al descubrirse una legión de infantes momificados (33) de entre los tres centenares aparecidos. Dicen así los expertos: "La segunda fase de enterramiento de la cripta, datada por los restos textiles en la segunda mitad del XVIII y primera mitad del siglo XIX, se caracteriza porque se están enterrando un gran número de individuos infantiles... con vestimentas que informan de la presencia de individuos de diversas condiciones sociales; cerca del 50% corresponde a menores de un año, el otro 50% de entre 1 y 4 años, y el 75% de los estudiados [hasta entonces] muestran signos patológicos compatibles con raquitismo".

La del convento madrileño es ya también la cripta de los niños. Antes que los presuntos huesos de Don Miguel en el convento de San Ildefonso de Trinitarias Descalzas aparecieron la intriga y el chasco. Un ataúd de madera con las iniciales M.C. hizo creer enseguida que la búsqueda había terminado, pero... resultó ser un féretro infantil cerrado con tachuelas del siglo XIX.

Por debajo de tanto crío infortunado andaban Cervantes y su Dulcinea Catalina.

En el camino que les condujo al genio, los investigadores hallaron parte desconocida de la historia mortuoria de la capital de España. De ahí que diga el concejal Corral que la muestra pretende hacer ver a todos que "la búsqueda y hallazgo de los restos de Cervantes ha sido el gran acontecimiento arqueológico de las últimas décadas en España".

¿Gigantes, Sancho, o son molinos?

En un lugar de Madrid de cuyo nombre... podría ser el inicio del largo viaje de los restos del genio. El relato ha sido encontrado también ahora en el Libro 5º de difuntos (1609-1620) del convento de San Ildefonso: "Miguel de Zerbantes (sic). En 23 de abril de 1616 años murió Miguel de Çerbantes Sahauedra, casado con doña Cataliza de Salazar, calle del León. Recibió los santos sacramentos de mano del licenciado Francisco López. Mandóse enterrar en las Monjas Trenitarias. Mandó dos misas del alma, y lo demás a voluntad de su mujer, que [e]s testamentaria y el licenciado Francisco Martínez, que viue allí".

Su sepelio, con sayal religioso y a cara descubierta como mandaban los cánones, fue posible gracias a la caridad de la Venerable Orden Tercera, congregación en la que había profesado el Sábado Santo de ese mismo año, tan sólo 20 días antes de su muerte.

El martes próximo se cumplirán casi cuatro siglos (399 años). Una exposición del Ayuntamiento de la ciudad donde vino a morir tras una vida de letras y batallas, encarcelamientos y hasta excomuniones, lo sacará ese día "a la luz". Cervantes, en hueso vivo. Su testamento sigue desaparecido. Y no dejó, a diferencia de su coetáneo Shakespeare, un epitafio para su tumba: Buen amigo, por Jesús, abstente / de cavar el polvo aquí encerrado. / Bendito el hombre que respete estas piedras/ y maldito el que remueva mis huesos.

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Cervantes a la luz: Museo de Historia de Madrid, calle Fuencarral 78. Del 22 de abril al 27 de septiembre. Horario: de martes a domingos de 9:30 a 20:00 h

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