Los restos de Lucy, una criatura parecida a un simio que vivió hace 3,5 millones de años, cambiaron para siempre la comprensión de los investigadores sobre cómo evolucionaron los Homo sapiens. (Vilem Bischof / AFP / Getty Images y Dave Einsel / Getty Images).

Fuente: europapress.es  | 5 de noviembre de 2014

Este mes se cumple el 40 aniversario del descubrimiento de Lucy, cuyo esqueleto es el más antiguo conocido de un Australophitecus.

Su descubridor, Donald Johanson, continúa en activo y, ahora, espera encontrar qué es "lo que convirtió al hombre en humano".

En una entrevista a 'Los Angeles Times', Johanson ha explicado que el hallazgo de Lucy supuso el fin de un debate continuo en el pasado, en el que unos expertos pensaban que los orígenes más primitivos del hombre estaban en África, pero donde realmente se hizo humano era Europa.

  

"Lucy nos mostró que ocurrió en África del Este, y más concretamente en la región de Afar (Etiopía), donde la encontraron. Nos permitió decir de manera concluyente que el caminar erguido existe desde hace 3,5 millones de años, lo que fue un gran salto en la comprensión de la secuencia de los acontecimientos de la evolución humana", ha declarado.

   

Las evidencias de que esta especie caminaba erguido se descubrieron en "la pelvis". El paleontólogo ha explicado que "era sorprendentemente diferente a la de un animal de cuatro patas como un chimpancé". "Éstos tienen la pelvis estrecha con los huesos de la cadera mirando hacia adelante. mientras que la de Lucy es como la actual, amplia con los huesos de la cadera formando un cuenco", ha apuntado.

  

El cuerpo de Lucy todavía tenía piernas relativamente cortas y brazos relativamente largos, que es la clase de anatomía que se puede ver más en especie arbóreas. Así que "ella era un puente importante para nosotros entre las que ahora se consideran especies antiguas y las modernas".

  

Este gran "avance histórico", tal y como lo define Johanson, fue el comienzo de un avance en el estudio del ser humano. Con el tiempo se ha pasado de "seis o siete especies de Homo fósiles a unas 15 o 20". "Lo que ha cambiado es que entendemos que no era una línea recta desde las especies más ancestrales a los humanos modernos, que había muchas salidas en falso", ha señalado el científico.

  

En este sentido, ha indicado que el Instituto de Orígenes Humanos, en el que ahora trabaja, está trabajando para saber "dónde está el género particular del hombre". "Todo el mundo en el mundo es Homo sapiens, pero había otros Homos, anteriores también. Queremos saber qué es lo que convirtió al hombre en humano", ha señalado.

  

Según ha indicado, la especie de Lucy, 'Australopithecus afarensis', se extinguió hace unos 3 millones de años y el Homo del que se tiene evidencia más antigua es de hace 2.300.000 años."Eso significa que el surgimiento de nuestro propio género ocurrió hace entre 2,3 y 3 millones de años, y eso es donde estamos buscando", ha explicado.

  

En cuanto a dónde buscar este origen del ser humano, Johanson ha indicado que hay personas planeando expediciones para orientar estratégicamente los estratos geológicos del periodo de 2,5 a 3 millones de años en la región de Afar, en Etiopía al norte de donde se encontró a Lucy, así como en Kenia.

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Donald Johanson: "Muchos se imaginan a Lucy como la madre de la humanidad"

Fuente: latercera.com | 23 de noviembre de 2014

A mediados de los 60 existía bastante evidencia científica que Etiopía resguardaba bajo sus arenas los fósiles humanos más antiguos del planeta. Algunos restos esparcidos de fauna y herramientas cerca de la aldea de Hadar, en la región de Afar, certificaban las sospechas. Maurice Taieb, un antropólogo francés, fue uno de los primeros en explorar el sitio, siguiendo uno de los afluentes del río Ledi. Realizó dos expediciones, en 1972 y 1973. En esta última, reunió a un equipo de 16 expertos y, en una campaña de dos meses, encontró el primer fósil de un homínido en la zona, el que pusó a Hadar en el paladar de los paleontólogos.

Uno de los miembros de la expedición de 1973 fue el antropaleontólogo estadounidense Donald Johanson, quien seducido por el hallazgo de Taieb, regresó a Hadar al año siguiente. El 24 de noviembre de 1974, tras varias semanas excavando sin mayores resultados, Johanson tomó su Land Rover para cartografiar uno de los sitios seleccionados previamente. Después de una larga y calurosa mañana, decidió junto a su colega Tom Gray volver al vehículo. A su regreso, Johanson sugirió tomar una ruta alternativa, a través de un barranco cercano. De pronto, advirtió en una formación rocosa algo que parecía más que una piedra: el hueso de un antebrazo (un cúbito proximal derecho). Rápidamente lo identificó como de un homínido. Poco después vio un hueso occipital (cráneo), luego un fémur, algunas costillas, pelvis, y una mandíbula inferior. Dos semanas más tarde, luego de muchas horas de excavación y clasificación, Johanson dió con el 40% del esqueleto de un Astralophitecus, un antiguo ancestro humano. Fue bautizado AL 288-1 y reclasificado como una nueva especie, Australophitecus afarensis, por ser descubierto en la región donde habita la tribu Afar.

Pero lejos del rigor científico, faltaba darle un nombre coloquial, una denominación con la que el conjunto de huesos sería referenciado fuera de los círculos académicos. Mientras Johanson barajaba junto a su equipo algunos nombres de mujer -ya sabían que el esqueleto era de un ejemplar femenino- en la radio del campamento comenzó a sonar Lucy in The Sky with Diamonds de The Beatles. En poco minutos el fósil ya tenía un nombre: Lucy.

El homínido cambió la historia de la evolución humana, pues hasta 1974, los paleoantropólogos no tenían pruebas tangibles de bipedismo (capacidad de caminar en dos pies) en una especie homínida que tuviera más de 2 millones de años de antigüedad. Los huesos de la rodilla de Lucy confirmaron que ella caminaba erguida (ver infografía arriba). Pese a que se han encontrado fósiles más completos, o más antiguos, ninguno ha podido rivalizar en popularidad y trascendencia con Lucy.

Este lunes se cumplen 40 años desde que descubrió a Lucy. ¿Cuándo se dio cuenta que ella cambiaría nuestra comprensión de la evolución humana?

Ya en el momento en que encontré a Lucy, sabía que ella iba a cambiar mi vida como antropólogo. En diciembre de 1977 (tras la publicación del trabajo de investigación que avaló su hallazgo y sus características) yo sabía que ella iba a mejorar radicalmente nuestra comprensión de muchos detalles de las primeras etapas de la evolución humana.

¿Cuánto de Lucy tiene el hombre moderno?

Los seres humanos modernos han heredado de Lucy la forma de caminar, hacerlo en posición vertical y sobre dos piernas. Si bien hay cambios anatómicos significativos entre Lucy y los humanos modernos, en los dientes, la forma de las mandíbulas y la cara, las proporciones del cuerpo y, especialmente el tamaño del cerebro y la inteligencia, estos cambios son variaciones surgidas a partir de lo que vimos en el esqueleto de Lucy.

¿Cuál es el principal legado de Lucy?

Ella ha tocado a un número incalculable de personas de todo el mundo y ha servido como inspiración para que muchas personas se interesaran en la paleoantropología. Algunas de estas personas han estudiado y se han convertido en antropólogos activos especializados en orígenes humanos, y muchos han enriquecido el conocimiento acerca de la evidencia científica de los orígenes de la humanidad en África.

Después de Lucy se han hecho muchos descubrimientos. ¿Por qué, en su opinión, ninguno ha superado a Lucy en popularidad?

Lucy fue la chispa que encendió descubrimientos adicionales en la región de Afar y también estimuló el desarrollo de nuevas técnicas y enfoques teóricos para el estudio de fósiles humanos. Ella se ha convertido en el fósil más icónico y conocido del siglo XX. Su antigüedad, su feminidad, su integridad y su atractivo nombre, resonó en gente de todas partes. Cuando los niños aprenden acerca de Lucy, se imaginan a una persona real que fue, para muchos, la madre de la humanidad.

¿Ha hablado con alguno de The Beatles para explicar la anécdota de la canción? ¿Qué parte de la fama de Lucy es a causa de su nombre?

No, nunca he hablado con ninguno de ellos, pero como he dicho anteriormente, su nombre fue clave en su fama.

¿Después de 40 años, cuánto de Lucy hay en usted?

Lucy y yo somos inseparables después de 40 años. Todos los días desde que la descubrí, he pensado en ella o he mencionado su nombre. La gran diferencia entre los dos es que después de 40 años, ella no ha envejecido.

Lucy, el fósil que reescribió la historia de la evolución humana

Fuente: BBC Mundo | 28 de noviembre de 2014

Hace cuarenta años, una mañana de domingo a fines de noviembre de 1974, un equipo de investigadores estaba excavando un sitio remoto de la región de Afar, en Etiopía.

Durante un reconocimiento del área, el paleoantropólogo Donald Johanson descubrió un pequeño trozo del hueso de un codo. Inmediatamente se dio cuenta de que era un ancestro humano. Y encontró muchos restos más.

"Cuando miré hacia mi izquierda vi pedacitos de un cráneo, un trozo de mandíbula y un par de vértebras", dice Johanson.

Era evidente que el hallazgo del esqueleto representaba un hito: los sedimentos de la zona tenían 3,2 millones de años de antigüedad.

"Me di cuenta de que era parte de un esqueleto de más de tres millones de años", explica el científico.

Era el homínido más antiguo que se había encontrado. Más tarde también se supo que era el más completo: el 40% del esqueleto se había preservado.

Por la noche, en el campamento, Johanson puso un casete de The Beatles que había traído y "Lucy in the Sky with Diamonds" comenzó a sonar.

Debido a su tamaño, Johanson creía que el esqueleto era de una mujer.

"¿Por qué no la llamas Lucy?", le dijo alguien.

La sugerencia cayó como anillo al dedo.

"De repente", recuerda Johanson, "ella se convirtió en una persona".

Preguntas

Pasaron unos cuatro años hasta que Lucy fue descrita oficialmente. Pertenecía a una nueva especie llamada Australopithecus afarensis y era evidente que era uno de los fósiles más importantes nunca antes descubierto.

Pero a la mañana siguiente del hallazgo, la discusión de los investigadores estuvo dominada por una serie de interrogantes.  ¿Qué edad tenía Lucy cuando murió? ¿Tenía hijos? ¿Cómo era? ¿Es nuestro ancestro directo, el eslabón perdido en la cadena de la familia humana?

Cuarenta años más tarde, la ciencia está empezando a responder algunas de estas preguntas.

El niño de Taung

Aunque era una nueva especie, Lucy no fue el primer Australopithecus hallado. Fue el niño de Taung (abajo), un cráneo fosilizado de un niño joven que vivió hace cerca de 2,8 millones de años en Taung, en el sur de África.

Fue hallado en 1924 y analizado por el anatomista Raymond Dart. Dart se dio cuenta de que pertenecía a otra especie que llamó Australopithecus africanus.

"Supe con una mirada que lo que tenía entre mis manos no era un cerebro antropoide común y corriente (...). Era la réplica de un cerebro tres veces más grande que el de un babuino y considerablemente más grande que el de un chimpancé adulto", dice.

Sus dientes eran más parecidos a los de un ser humano que a los de un simio. Dart concluyó también que podía caminar erguido, como un humano, porque parte de su cráneo -donde se junta la espina dorsal con el cerebro- tenía forma humana.

El niño de Taung fue el primer fósil que nos dio una pista de que los humanos se habían originado en África.

Pero cuando Dart publicó su análisis, fue muy criticado. En ese momento, se pensaba que Europa y Asia habían sido cruciales para la evolución humana.

Mandíbula robusta y brazos largos

Cuando apareció Lucy, los antropólogos aceptaron que los Australopitecinos eran seres humanos tempranos, no solo simios. ¿Cómo era Lucy? Ésta fue una de las primeras preguntas que surgió.

Su cráneo, mandíbula y dientes eran más como los de un simio que las de otros Australopithecus. El lugar donde estaba encajado el cerebro era muy pequeño, no mayor que el de un chimpancé. Tenía una mandíbula robusta, una frente pequeña y brazos largos y colgantes.

Johanson se dio cuenta de inmediato de que caminaba erguida por la forma y posición de su pelvis. Sus rodillas y tobillos también reflejaban que caminaba a dos pies. Esto reforzó la idea de que el caminar erguido fue una de las presiones selectivas que empujó a la humanidad hacia adelante.

Caminar, un rasgo exclusivamente humano

Los primeros homínidos no necesitaron un cerebro más grande para alejarse evolutivamente de los simios. La potencia cerebral adicional llegó recién un millón de años más tarde con la aparición del Homo erectus.

Aunque el cerebro más grande sería importante más tarde, el caminar es uno de los rasgos que nos hacen exclusivamente humanos. Pero, también, Lucy pasaba tiempo en los árboles. Y puede que ello la impulsara a caminar como una forma de acercarse a las ramas que eran demasiado flexibles para subirse a ellas.

Cambio en la dieta

Se desconoce por qué Lucy dejó la seguridad de los árboles para desplazarse por el suelo. Una teoría es que pudo haberlo hecho para buscar comida, dice Chris Stringer (izquierda), del Museo de Historia Natural de Londres.

En la misma línea, evidencia reciente indica que se produjo un cambio en la dieta de los Australopitecinos.

La dieta de varias especies -según evidencia hallada en restos preservados en dientes de homínidos-, incluida la de Lucy, comenzó a expandirse hace 3,5 millones de años. Además de frutas, comenzaron a comer pastos y juncos y, posiblemente, carne. Esto les pudo haber permitido viajar y moverse de forma más eficiente en un ambiente cambiante.

¿Cómo procesaban esta comida? Otras especies más tardías, como el Homo erectus, usaban herramientas simples, pero no se han encontrado herramientas tan antiguas. No obstante, en 2010, se hallaron huesos de animales con marcas que parecen haber sido hechas por herramientas de piedra.

Esto podría indicar que Lucy y sus parientes empleaban herramientas de piedra para comer carne.

En sociedad

Según fósiles hallados en Hadar, Lucy parece haber vivido dentro de un grupo social pequeño. Ella era pequeña en comparación con los hombres de su especie. Esto ha llevado a pensar que su sociedad estaba dominada por hombres. Pudo haber sido una sociedad polígama, como los grupos de gorilas hoy día.

Por lo general, los machos son considerablemente más grandes en especies donde un macho controla a varias hembras.

Punto intermedio

También parece que la infancia de Lucy fue más corta que la nuestra y que tuvo que valerse por sí misma desde pequeña. Sabemos que era adulta porque tenía muelas de juicio y sus huesos estaban fusionados. Pero, a diferencia de los humanos modernos, parece haber crecido hasta alcanzar su tamaño muy rápido. Murió a los 12 años, y su cerebro alcanzó su tamaño final más rápido que el nuestro.

En síntesis, Lucy era algo a mitad de camino entre los simios y los humanos.

¿Dónde se ubica entonces en nuestro árbol genealógico?

Al parecer, Lucy no nos remonta a nuestros ancestros comunes con el chimpancé como se pensaba.

Los últimos estudios genéticos indican que nos separamos de los chimpancés mucho antes, quizá incluso hace 13 millones de años.

De ser así, Lucy llegó bastante tarde en la historia de la evolución humana.

Excavaciones

Sin embargo, un problema aún mayor en torno a la idea de que el A. afarensis es nuestro ancestro directo es que nuestro linaje es bastante complicado. Hubo muchas especies de homínidos tempranos -se han encontrado al menos 20- que vivieron codo a codo y probablemente se mezclaron.

Lo que no sabemos es cuáles dieron lugar al Homo sapiens y cuales, desde el punto de vista de la evolución, llegaron a un punto muerto.

Pero Tim White (izquierda), investigador de la Universidad de California, en Estados Unidos, cree que la especie de Lucy sigue siendo el mejor candidato a ancestro directo, aunque considera que hace falta hallar más evidencia fósil de ese período.

"Confío en que encontraremos fósiles de ese intervalo, porque sé que en Etiopía hay ya cuatro áreas de estudio con sedimentos con fósiles de esa época", afirma White.

El descubrimiento de Lucy marcó un punto de inflexión en nuestro entendimiento de la evolución humana. Incluso hoy, científicos continúan aprendiendo gracias a ella.

La contribución de Lucy

En opinión de Johanson, su contribución más importante fue la de impulsar una ola de investigaciones que dio como resultado el descubrimiento de muchas nuevas especies, como el Ardipithecus y el A. sediba.

Gracias a todos estos descubrimientos sabemos ahora que el proceso evolucionario que culminó en nosotros no fue lineal. Hubo variaciones y experimentación en el camino, y muchas especies acabaron extinguiéndose, como el hombre de Neanderthal.

Como todos los años, el equipo de Johanson pronto comenzará a excavar en la región de Afar de Etiopía, cerca de donde fue hallada Lucy. Es posible que encuentren más fósiles. Pero aunque no los encuentren, desde 1974 han aparecido muchos fósiles más completos y más antiguos que Lucy.

Sin embargo, no hay duda de que Lucy ya tiene asegurado un lugar en la historia de la evolución humana.

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