La arqueología virtual destapa secretos de la antigua Roma

Imagen de simulación virtual del sol en la cima del obelisco con el Altar de la Paz en primer plano.

 

Fuente: INDIANA UNIVERSITY BLOOMINGTON | 19 de diciembre de 2013 (Traducción de G.C.C. para Terrae Antiqvae)

 

Un arqueólogo-informático de la Universidad de Indiana ha utilizado simulaciones virtuales para dar la vuelta al calendario miles de años atrás y mostrar por primera vez la importancia histórica de la alineación única del sol con dos monumentos vinculados con el fundador del Imperio Romano.

 

Durante casi medio siglo, los investigadores habían asociado la relación entre el Ara Pacis, el "Altar de la Paz" (izquierda), dedicado en el año 9 a.C. por el entonces emperador Augusto, y el obelisco de Montecitorio (derecha), un obelisco de granito de 21,79 metros de altura que Augusto trajo a Roma desde Egipto, con su cumpleaños el 23 de septiembre.

 

La investigación prevaleciente había encontrado que, en ese día (23 de septiembre), la sombra del obelisco -que servía como puntero, o gnomon, de un reloj de sol gigante en el piso de la plaza- apuntaría hacia la mitad del Ara Pacis, el cual el senado romano había encargado reconocer como símbolo de la paz que trajo al Imperio Romano las victorias militares de Augusto.

 

Durante sus casi 40 años de docencia sobre topografía romana, el profesor de la Escuela de Informática y Computación de la Universidad Bloomington de Indiana, Bernie Frischer (izquierda), siempre había informado a los alumnos de la teoría prevaleciente, pero ahora, en un anuncio hecho en la Academia Pontificia de Arqueología del Vaticano, en Roma, Frischer ha proporcionado otra explicación para la ubicación original de estos dos puntos de referencia que estaban a la vez en paralelo y adyacentes a lo que en su momento era la carretera principal, la Via Flaminia, la cual va desde Roma a las montañas de los Apeninos, en la costa del Mar Adriático.

 

 

Vista virtual del Altar de la Paz y el Obelisco de Montecitorio, al fondo, vistos desde la Via Flaminia, la antigua carretera de Roma que llegaba hasta el mar Adriático.

 

 

 

"Lo que es importante no es la sombra del obelisco, sino el disco solar visto en la parte superior del obelisco desde una posición en la Via Flaminia, enfrente del Ara Pacis", dijo Frischer. Nuevas simulaciones por ordenador muestran que la teoría, largamente mantenida por el erudito alemán Edmund Buchner, de que la sombra del obelisco señalaba el centro de la fachada del Ara Pacis, es errónea.

 

 

Foto: Reconstrucción del reloj solar del Campo de Marte. A la derecha se representa el monumento del Ara Pacis.

 

Coordenadas de GPS, así como dimensiones conocidas y fuentes bibliográficas adicionales, fueron también utilizadas para crear modelos en 3-D del Ara Pacis, el meridiano y el obelisco, todos los cuales han sido localizados en el área conocida entonces como el Campo de Marte. Frischer dijo que su asistente de investigación, con sede en Roma, Ismini Miliaresis dirigió la investigación crítica sobre la ubicación de la línea meridiana, y un investigador independiente y diseñador profesional de meridianos, el ingeniero Paolo Alberi Auber, realizó el trabajo refinado sobre el tamaño original del obelisco.

 

Al utilizar el Sistema Horizons de la NASA, el cual proporciona la posición de los objetos en el sistema solar en cualquier momento de la historia, tal como se ven desde cualquier punto de la tierra, junto con estudios sobre la ubicación de la línea meridiana original del reloj de sol, y la altura del obelisco en su detalle exacto, Frischer, y un equipo que incluía a John Fillwalk, director del Instituto de Artes Digitales Intermedia (IDIA) de la Universidad Estatal Ball (Indiana), determinaron que la ubicación del sol en la parte superior del obelisco se produjo el 9 de octubre.

 

 

"Las inscripciones en el obelisco muestran que Augusto dedicó explícitamente el mismo a su deidad favorita, Apolo, el dios del Sol", dijo Frischer. "Y el nuevo y fastuoso templo que Augusto construyó, el Templo de Apolo en el Palatino, fue dedicado a su dios patrono y construido justo al lado de la casa de Augusto".

 

"Así que la nueva fecha de la alineación, el 9 de octubre, es en realidad lo que sabemos que era la fiesta anual de cumpleaños del Templo de Apolo Palatino" dijo. "Ninguna otra fecha en el calendario religioso romano habría sido tan apropiada como esta".

 

Mientras Fillwalk y el laboratorio del IDIA de la Universidad Estatal de Ball (Indiana) crearon un modelo interactivo que se ejecutaba en un motor de juego Unity, el investigador de la Escuela de Informática de la Universidad de Indiana, Matthew Brennan, empleó los programas AutoCad y 3D Studio Max para crear un modelo fotorrealista que el equipo utilizó para generar imágenes y vídeo clips ilustrativos de la investigación.

 

Frischer posteriormente buscó una confirmación independiente de los resultados en el astrofísico David Dearborn, del Laboratorio Nacional Lawrence Livermore (California).

 

"Él llevó a a cabo pruebas independientes de nuestros alineamientos solares utilizando diferentes programas informáticos y métodos. Sus conclusiones confirmaron lo que habíamos encontrado, otorgándonos mayor confianza de que nuestro descubrimiento es correcto", dijo Frischer.

 

Foto: Plano esquemático de la ciudad de Roma Imperial y ampliación del Campo de Marte.

 

El estudio es una declaración de las posibilidades inherentes en el uso de las tecnologías de la información para apoyar el trabajo de los arqueólogos, y en concreto, para Frischer, el uso de los modelos en 3-D.

 

"El empirismo, ese sentido de la observación directa de la naturaleza a través de los sentidos, en algunos casos ha tenido que ceder el paso a los experimentos mentales y, asimismo, a las simulaciones por ordenador, como objetos de estudio que se alejan más allá de nuestro aparato sensorial innato del tiempo, el espacio y la escala", dijo.

 

"Yo lo llamo 'simpiricismo,' cuando creamos simulaciones por ordenador que exponen los objetos de nuevo dentro de la comprensión de los sentidos naturales, y así pueden volver a ser observados de una manera análoga a lo que se hacía en la época del empirismo clásico".

 

"La modelación en 3-D permite mostrar a los investigadores y, de hecho, al público en general, lo que el arqueólogo ha descubierto, y puede ser utilizada para proporcionar una visión de cómo el sitio o el objeto parecían cuando eran originales, así como en etapas posteriores de su uso y destrucción", concluye Frischer.

 

 

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Comentario por Alicia M. Canto el diciembre 30, 2013 a las 8:35pm

Siento que ya pasaron más de 600 lectores por el post, que no leerán lo que sigue, pero el tiempo escasea incluso en vacaciones...

Está muy bien todo esto, y que se sigan investigando cosas en realidad tan difíciles aprovechando las nuevas tecnologías.

Pero si hay algo que me subleva es que se ignore el trabajo anterior y el mérito de otros. Máxime en este caso porque, entre los críticos de la hipótesis de Edmund Buchner, la hoy reinante (que este nuevo trabajo sólo contribuye a derribar) no sólo hay un autor alemán relevante (1990), sino que el primero en cuestionarla fue un españolel abulense radicado en Roma Emilio Rodríguez Almeida (célebre por sus estudios sobre la Forma Urbis Marmorea y sobre el Monte Testaccio, y reciente Premio Castilla y León de Humanidades 2011), y nada menos que en 1979-1980, recién aparecido el primer estudio de Buchner (1976), que eso sí tiene mérito. Y porque lo hacen extranjeros a ambos. Me refiero a este párrafo de la noticia de aquí arriba:

"Nuevas simulaciones por ordenador muestran que la teoría, largamente mantenida por el erudito alemán Edmund Buchner, de que la sombra del obelisco señalaba el centro de la fachada del Ara Pacis, es errónea".

En efecto, el título de la propia conferencia del pasado día 19 en la PAA responde exactamente a destacar esta supuestas novedades, que Buchner la mantuvo largamente, y que es errónea:

Prof. Bernard Frischer, Prof. John Fillwalk, Ing. Paolo Albèri Auber: "Ara Pacis e la linea meridiana di Augusto: un test della ricostruzione Buchner mediante simulazione al computer."

¿Y ésta es la novedad?

La hipótesis de E. Buchner (fallecido hace apenas 2 años, aquí una bonita y objetiva necrológica http://blogs.faz.net/antike/2011/09/08/wohin-zeigt-der-obelisk-zum-...) expresada por primera vez en 1976, hace 37 años ("Solarium Augusti und Ara Pacis", Römische Mitteilungen 83, 1976, 319-375) y condensada en una monografía de 1982 (Die Sonnenuhr des Augustus. Nachdruck aus Römische Mitteilungen 1976 und 1980 und Nachtrag über die Ausgrabung 1980/1981, Mainz 1982) era que el conjunto componía un reloj solar y no, como más bien sugería nuestro siempre venerado Plinio el Viejo (NH XXXVI, 71-73), un meridiano. Éste es hace siglos el debate de fondo: si los restos del pavimento, junto con el obelisco, componen un reloj solar o un gran meridiano.

Tras ser muy ampliamente aceptada, como suele ocurrir con todas las "novedades", y hasta “consagrada” cuando, habiendo llegado Buchner a ser primer director (1969-1979) y presidente (1980-1988) del DAI, en una excavación descubrió más restos del pavimento con inscripciones (en griego) y de la línea central, sin embargo hace años que la situación es, como recuerda incluso la Wikipedia alemana, que "Diese Annahme ist aber inzwischen stark umstritten" (o sea: "la hipótesis entre tanto es fuertemente contestada"). ¿Y ello por qué?

Como ya señaló E. Rodríguez Almeida en su importante artículo ("Il Campo Marzio settentrionale. Solarium e pomerium", Rendiconti della Pontificia Academia di Archeologia, LI-LII, 1978-1980, pp. 195-212), Buchner no había tenido en cuenta las varias inscripciones que prueban la ampliación del sagrado pomerium de Roma bajo Claudio (que Plinio sí conoció) y que, a la escala que Buchner proponía, en el espacio posible sólo cabría “medio reloj”, pero no la totalidad. Ésta fue ya una objeción muy seria, que hacía vulnerable todo el constructum de Buchner. Y muchas veces una primera señal es fundamental para saber que es posible "asaltar la ciudadela" (permítaseme la metáfora).

Diez años después, aún en medio del general entusiasmo, el físico alemán Michael Schütz (de Tübingen) publicó “Zur Sonnenuhr des Augustus auf dem Marsfeld. Eine Auseinandersetzung mit E. Buchners Rekonstruktion und seiner Deutung der Ausgrabungsergebnisse, aus der Sicht eines Physikers”, en Gymnasium 97, 1990, 432–457 (ampliación de su “Der Obelisk des Augustus”, Sterne und Weltraum 27, 1988, 575–576). Desde el punto de vista matemático, al revisar y demostrar la imposibilidad de los cálculos de Buchner (lo que ningún arqueólogo podía hacer aun si se le hubiera ocurrido hacerlo) terminó de rematar a Buchner y su reloj solar, además de que, para ver la hora en tan gigantesco reloj, habría que haber sido un pájaro.

Años después Buchner trató de “adaptar” su hipótesis a estas dos críticas pero, sin resignarse a tener sólo el “medio reloj” de Almeida, cambió su hipótesis del campo trapezoidal del reloj a otra en la que éste era circular (en "Neues zur Sonnenuhr des Augustus", Nürnberger Blätter zur Archäologie 10, 1993-4, pp. 77-84). Como se ve, no lo publicó en revistas de rango, como sabiéndola perdida, y al final acabó entrando en contradicciones insuperables.

De todos modos, como el trabajo de Schütz estaba en alemán, la mayoría de los expertos ni se enteraron (cosa que señaló F. Maes en 2005, cf. aquí). Pues ya se sabe que para la mayoría de los anglosajones lo que no está en inglés es como si no existiera, pero para muchos otros pasa lo mismo con lo que se publica en alemán…

En todo caso, a pesar de Almeida y de Schütz, que por distintas razones no "calaron" en la communis opinio, había dado tiempo, debido al gran prestigio y posición de Buchner, de que casi todos los manuales y guías posteriores sobre Roma, así como eminentes e influyentes monografías sobre Augusto como la de Paul Zanker (Augusto y el poder de las imágenes, Madrid, 1992, trad. de la alemana de 1987) creyeran todo "de pe a pa", e insertaran su nombre, concepto y significados entre los del comienzo del Principado: la sombra del obelisco se proyectaba sobre la puerta del Ara Pacis, precisamente cada 23 de septiembre, día del cumpleaños de Augusto, lo que significaba... múltiples cosas..., etc., cuando en realidad, según Schütz había demostrado matemáticamente, eso era algo imposible.

Otra gente, poca, se mantuvo (nos mantuvimos) en lo que ya se había descubierto en el siglo XVIII: Que, simplemente, lo que Plinio describe no es un reloj de sol (ni siquiera usa tal palabra) sino un enorme Instrumento de Meridiano, una especie de calendario anual del dios Sol-Apolo, al cual sabemos seguro por sus inscripciones que Augusto lo dedicó. Y que además en su época “hacía unos 30 años que había dejado de funcionar correctamente” (él relaciona hasta cinco causas posibles, en NH XXXVI, 73), razón por la que fue reformado en tiempos de Domiciano.

Si ahora, en una noticia como la que comento, ni se mencionan estas importantes aportaciones de fines del siglo XX en contra de la propuesta de Edmund Buchner, no digamos ya en qué clase de olvido yacen las muchas hipótesis y estudios sobre la cuestión formuladas por notables expertos de distintos países en los siglo XVII y XVIII principalmente (los que vivieron las primeras excavaciones), empezando por el célebre matemático jesuíta Athanasio Kircher en 1650 (Obeliscus Pamphilius. Hoc est Interpretatio nova & hucusque intentata obelisci Hieroglyphici, Roma), quien defendió lo mismo que Buchner, que el obelisco era el gnomon de un enorme reloj solar. He extraído de la obra su bonito frontispicio, con su cocodrilo nilótico y todo:

Y he fabricado para la ocasión esta pequeña comparativa, para mostrar que incluso la propuesta de Buchner no era tan nueva, véase cómo se parecen los horologia de Kircher (1650) y Buchner (1982):

........

Pero ocurre que, justo un siglo después, Kircher ya fue ampliamente refutado. No hay más que ver el título de la monografía de quien le contradijo, el abad Angelo Bandini en 1750, demostrando que aquello era un meridiano, y apoyado por toda una serie de expertos de primer nivel: Dell' obelisco di Cesare Augusto scavato dalle rovine del Campo Marzo. Commentario di Angelo Maria Bandini con alcune lettere, e dissertazioni di uomini illustri [G. Poleni, G. A. Colombo, R. G. Boscovich, O. Cametti, J. Marinoni, S. Maffei, L. A. Muratori, G. M. de Bose, Euler, Weidler, C. L. B. de Wolff, Heinsius, H. Meyer, J. Stuart] (hay dos ediciones, y varias versiones de él en Google Books).

En fin, el tema es largo y complejo, así que termino recomendando, además de lo que ya señalé, dos trabajos recientes que están en Internet: el fundamental artículo de Peter HeslinAugustus, Domitian, and the So-called Horologium Augusti” en The Journal of Roman Studies 97, 2007, 1-20, véase especialmente “The History of an Error” (me costó trabajo, pues en JSTOR no es accesible a todos), que al final hace una propuesta distinta (no me paro ya en ella) pero antes un buen repaso historiográfico, donde sí recuerda la importancia de la primera refutación de Almeida, y la reciente tesis de máster de Chr.J. A. Carswell: Sidera Augusta: The Role of the Stars in Augustus’ Quest for Supreme Auctoritas, Queen’s Univ., Ontario, 2009, donde por fortuna se lee, págs. 27-28:

The first major critic was Rodríguez-Almeida... The next critic was the physicist Michael Schütz. His objection was to Buchner‟s mathematical calculations, which Schütz had discovered were either erroneous or based... Despite these two seemingly devastating critiques, support for and citation of Buchner‟s interpretation of the monument did not wane...” (está claro que a veces los jóvenes trabajan mejor que sus mayores).

........

De todo este “ladrillo” que al final me ha salido (pretendía ser mucho más breve, pero no todo el mundo está puesto en el asunto) se pueden extraer tres conclusiones principales, dos científicas y una ética:

1) Que la inercia académica basada en la auctoritas de un investigador, por muy famoso y/o poderoso que sea, sigue siendo peligrosa.

2) Que no se debe ignorar ni despreciar la bibliografía que exista en otras lenguas, porque puede uno perderse ideas muy dignas de consideración.

3) Y, a lo que íbamos: Que no está bien presentar un descubrimiento como si nadie antes lo hubiera propuesto. Si acaso podían haber dicho que, gracias ahora a las nuevas tecnologías, lo que ahora presentan desde la Universidad de Indiana es “una nueva prueba, que se añade a lo ya dicho por algunos desde hace 30 o 40 años”. Eso en este caso sí sería más real, y más justo.

Porque venir a estas alturas a “descubrir” que “Buchner estaba equivocado” me parece, la verdad, algo muy poco edificante. Y, si se trata de hablar del "Virtual Meridian of Augustus" (así en su título de la conferencia), esperemos que no se olviden del viejo Bandini, que ya lo demostró, junto con otros colegas, en... 1750.

En todo caso los españoles debemos saber, pues otros no lo van a reconocer tan fácilmente, que en el origen de este “descubrimiento” se halla un notable arqueólogo español: Emilio Rodríguez Almeida. Lo cual, dicho sea de paso, no es algo tan frecuente ;-) Y eso es parte de uno de nuestros muchos problemas.

Hago la reserva, como siempre, de esperar a conocer la presentación científica del asunto. Me baso en las declaraciones y documentos que aportan las noticias de los días 20 y 28/12.

Feliz Año 2014 para todos.

Comentario por Guillermo Caso de los Cobos el diciembre 30, 2013 a las 11:21pm

Se agradece, Dra. Alicia, su pertinente y exhaustivo comentario sobre tan interesante asunto. Como siempre, nos ha dado una pequeña clase magistral (llena de datos muy oportunos), que también servirá para que quede constancia de las aportaciones que otros investigadores han hecho -entre ellos el español Emilio Rodríguez Almeida- al respecto del tema tratado.

Le deseo tenga un feliz fin de año y que 2014 nos venga a todos propicio. 

Comentario por Alicia M. Canto el diciembre 31, 2013 a las 7:34am

Gracias, Sr. Caso. Igualmente deseo que 2014 sea mejor que el malvado 2013, que al final ha hecho honor a la mala fama de su número. A Ud., a todos, y principalmente a nuestro castigado país.

Comentario por Abo el diciembre 31, 2013 a las 2:11pm

Sí, el malvado 13 que nunca me gustó (posiblemente sea una tontería mía, pero así és) y, además, daba la suma el fatídico 6, el número de la "bestia salvaje", el "satanás", como dicen algunos (yo conozco a uno que lo representó muy bien este año que por suerte termina dentro de un puñadito de horas, y que realmente  "bordó" ese  papel que decidió -no le "tocó"- representar). 

Igualmente, Alicia, le deseo un Féliz año 2014.(ya promete: suma 7).  Extensible a Guillermo, Santos y todos los amigos que forman esta familia de Terrae Antiqvae.

Comentario por José Luis Santos Fernández el diciembre 31, 2013 a las 6:52pm

Adiós 2013, bienvenido 2014. Feliz Año Nuevo a tod@s :)

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