En busca del primer hijo entre neandertales y sapiens

Un cráneo humano hallado en Israel demuestra que ambas especies vivían a apenas 40 kilómetros y compartieron la misma zona durante milenios.

Fuente: EL PAIS.com | Materia | Nuño domínguez | 28 de enero de 2015

La evolución humana es como una película censurada: alguien parece haber cortado los mejores trozos. En uno de ellos, nuestra especie tiene hijos con otra. Se trataba de los neandertales y, decenas de miles de años después, seguimos sin conocer todos los detalles de lo que pasó.

Ahora, un nuevo fósil hallado en la cueva de Manot, al norte de en Israel, permite rescatar unos cuantos fotogramas perdidos de esa película que cuenta quiénes somos. Se trata de la parte superior de un cráneo y las imágenes que se desprenden de su estudio muestran que ambas especies vivieron como cazadores nómadas muy cerca los unos de los otros posiblemente durante milenios. Aunque el fósil no aporta datos concluyentes, sus descubridores creen que este enclave bien pudo ser el escenario del cruce entre ambas especies e incluso especulan con que aquel individuo era uno de los primeros hijos entre sapiens y neandertales.

“Lo más excitante de este hallazgo es que se trata del primero y único humano moderno datado entre 60.000 y 50.000 años que se encuentra fuera de África”, explica a Materia el antropólogo Israel Hershkovitz (izquierda), coautor del hallazgo. “Este es justo el tiempo en el que los modelos genéticos y arqueológicos dicen que surgieron los humanos modernos, los primeros antepasados de todas las poblaciones vivas actuales”, resalta. También es el periodo en el que, según los análisis genéticos, los sapiens africanos tuvieron hijos con los neandertales.

La cueva de Manot está a apenas 40 kilómetros de la cueva de Amud y a 54 kilómetros de la de Kebara, ambas habitadas por los neandertales en aquella época, resalta Hershkovitz. La calavera de Manot tiene unos 55.000 años con lo que “probablemente coincidieron en esta zona durante miles de años”, comenta el investigador.

A partir de aquí, la película vuelve a cortarse. Hace 50.000 años, los neandertales de la zona desaparecen mientras los sapiens llegados de África seguían allí. Unos 5.000 años después estos comenzaron a moverse hacia Europa mientras la otra especie se precipitaba hacia la extinción completa, sin que se conozcan las causas.

¿Es este el cráneo de uno de los primeros híbridos neandertales y sapiens? Es una posibilidad, según el estudio firmado por Hershkovitz en Nature junto a otros 23 investigadores de Israel, EE UU, Alemania y Austria. La calavera presenta una morfología muy parecida a la de los africanos actuales y también a la de restos fósiles de humanos modernos encontrados posteriormente en Europa. Esto refuerza la teoría de que ese individuo era descendiente de una oleada sapiens que salió del continente africano hace unos 70.000 años para asentarse por todo el mundo. El hecho de que sea más evolucionado que otros sapiens más primitivos hallados hace unos 100.000 años en la misma zona refuerza la teoría.

Fotos: Un aspecto de la Cueva de Manot y el lugar donde fue hallada la calavera.

Guerras y ADN

Sin embargo, los investigadores advierten de que es imposible saber si estamos ante uno de los primeros hijos entre ambas especies analizando solo la forma del cráneo. La única forma de asegurarlo es analizando su ADN, algo que ya se han propuesto hacer, aunque no será tarea fácil debido a que el clima de esta zona bien ha podido destrozar todo el material genético. Los autores del estudio albergan algo de esperanza porque la entrada principal a la cueva quedó bloqueada hace 30.000 años y desde entonces ha sido como una “cápsula del tiempo” no perturbada por la presencia humana.

El genetista español Carles Lalueza-Fox ofrece una opinión independiente del hallazgo. Este humano “podría ser un representante de la población que saliendo de África se hibridó con los neandertales, pero no un descendiente de dicho acontecimiento, ya que no muestra señales evidentes de neandertal”, opina.

Ahora, el problema del ADN amenaza con mantener la otra parte de esta y otras secuencias jugosas en negro durante mucho tiempo, según el experto. “Es una lastima que las condiciones térmicas de Oriente próximo no favorezcan la conservación del material genético porque hay diversos acontecimientos evolutivos en nuestra especie, como la salida de África, la hibridación con neandertales y el surgimiento de la agricultura que tienen lugar en esta zona geográfica”, explica Lalueza-Fox. Tampoco ayuda que las guerras estén devastando otros escenarios claves de la evolución humana como Siria o Irak.

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Comentario por Guillermo Caso de los Cobos el febrero 5, 2015 a las 12:14am

El nuevo cráneo de Manot y la frontera del país de los neandertales

3 febrero, 2015

La paleoantropología nos vuelve a sorprender con nuevos e importantes hallazgos, que han merecido su publicación en la revista Nature. No se trata de un fósil antiguo y sorprendente, sino de un “humilde” cráneo incompleto de Homo sapiens.


Nuestro colega Israel Hershkovitz y un buen número de co-autores refieren en esta prestigiosa revista el hallazgo del neurocráneo de un miembro de nuestra propia especie en el Corredor Levantino, cuya antigüedad ha sido muy bien calibrada con el método de los isótopos del uranio. El cráneo fue hallado hace poco tiempo en la cueva de Manot, en una región muy rica en yacimientos arqueológicos y paleontológicos del actual estado de Israel. Es importante recordar que el Corredor Levantino ha sido una zona de paso y de encuentro, tanto de homininos como de otras muchas especies de vertebrados en momentos concretos del Plioceno y Pleistoceno. En nuestros propios modelos sobre el origen de eventos  importantes de la evolución humana el Corredor Levantino tiene un papel estelar.

La datación del cráneo de Manot es muy fiable, porque los datos se han tomado sobre una capa de calcita que lo cubría en parte (ver figura arriba). La cueva de Manot es muy activa desde el punto de vista geológico y cualquier objeto que quede atrapado en su interior se cubre rápidamente de cristales de carbonato. Así sucedió con el cráneo humano, cuya antigüedad se ha estimado en unos 55.000 años, con el margen de error correspondiente.

Como bien explican los autores de la investigación, el cráneo de Manot es inequívocamente moderno. No hay duda de que el individuo que murió en ese lugar hace más de 50.000 años perteneció a una población de Homo sapiens. Es más, si jugáramos a mezclar el cráneo de Manot con varios cráneos actuales sería imposible distinguirlo de los demás ejemplares. Este trabajo no se hubiera publicado en la revista Nature de no ser por el debate que existe en la actualidad sobre las rutas de nuestra especie en su expansión fuera de África y de la fecha en la que sucedió este evento.

Los datos disponibles sugieren que esta expansión sucedió en varias oleadas, primero por el estrecho de Bab el-Mandeb y más tarde por el Corredor Levantino. La posibilidad de cruzar por el cuerno de África ya la he comentando en este mismo blog a raíz de varios hallazgos e investigaciones en la península de Arabia. Las evidencias son muy claras. Esta fue una puerta de salida, que dejó salir a nuestros antepasados hace más de 100.000 años. También es posible que los humanos de aspecto totalmente moderno alcanzaran el sur de China hace mucho más de 50.000 años. Es un tema en plena investigación, cuyos resultados seguramente podrán conocerse quizá en menos de dos años.

Pero centraré la reflexión en el nuevo hallazgo de Israel. Hace algo más de 100.000 años los miembros de nuestra especie trataron de expandirse fuera de África por el Corredor Levantino. No lo consiguieron. Allí estaban las tribus de los neandertales para impedirlo. De hecho, los primeros “sapiens” llegaron a Europa hace tan sólo 40.000 años. Los genetistas nos explican que esas poblaciones llegaron a tierras europeas y otras regiones de Eurasia con un 2-4 por ciento de genes procedentes de su hibridación con los neandertales. Quizá el cráneo de Manot llevara en su genoma algunos genes heredados de aquellas hibridaciones o quizá no. A juzgar por su morfología yo no apostaría demasiado por ello.

Sin embargo, existen yacimientos mucho más antiguos, como los de Skhul y Jebel Qafzeh (a unos 100 kilómetros al sur de la cueva de Manot), cuyos cráneos siempre fueron difíciles de interpretar. En principio se propusieron dos hipótesis. Podría tratarse de formas arcaicas de Homo sapiens (de acuerdo con la teoría del origen africano y único de Homo sapiens) o de formas transicionales entre los neandertales y las poblaciones modernas (de acuerdo con la teoría del origen multirregional de nuestra especie). Gracias a las recientes aportaciones de la genética podríamos proponer una tercera hipótesis: los humanos que vivieron en las cuevas de Skhul y Qafzeh hace unos 80.000- 100.000 años fueron el resultado de una hibridación entre los neandertales y las poblaciones de nuestra especie, que trataban de cruzar la frontera del país de los Neandertales.

Los neandertales vivieron en el Corredor Levantino por lo menos hasta hace 50.000 años. Así que el cráneo de Manot podría contarnos una historia muy interesante. Esa fecha pudo ser crítica para que los miembros de nuestra especie se adueñaran finalmente de la región y consiguieran alcanzar las regiones más orientales de Europa.

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