Son ya algunos años los que venimos dedicándonos a la observación y estudio de las formaciones y estructuras que el berrocal abulense -principalmente- ofrece. No lo hemos hecho en secreto, antes bien, hemos intentado difundir el conocimiento que de ello adquiríamos a través de la publicación de algunos hallazgos que nos parecían interesantes en el momento en que se producían. Comenzamos con algunos enlaces antiguos que dan idea de lo que exponemos.
Lugares de habitación rupestre. Neila de San Miguel: http://www.celtiberia.net/verlugar.asp?id=758&cadena=
Espacio ritual prerromano en el Valle del Tormes. El Berrueco: http://www.celtiberia.net/verlugar.asp?id=638
Ulaca. Conjunto Lítico http://www.celtiberia.net/verlugar.asp?id=742
Espacio ritual prerromano en La Nava del Barco: http://www.celtiberia.net/verlugar.asp?id=772
Nosotros sí creemos que la provincia de Ávila y las zonas limítrofes de Salamanca y Cáceres tienen un interés especial en lo que se refiere a este asunto de las estructuras talladas en roca, precisamente por estar asentadas en un territorio fundamentalmente pétreo. Ávila es La Piedra. Existe aquí esta peculiar formación rocosa -el berrocal- que a nuestro juicio propició que el hombre antiguo desarrollase su ingenio adaptándolo a sus necesidades y dejando numerosas huellas de ello. La presencia de pobladores en la zona (La Dehesa en el Cerro del Berrueco) está constatada al menos desde el Paleolítico. Hay sin embargo un hiato considerable entre este período y los siguientes yacimientos datados (La Mariselva, el túmulo del Turrión) que lleva a pensar a la Ciencia en asentamientos temporales e itinerantes, movimientos de paso hacia zonas más cálidas, etcétera. Nosotros pensamos que el hombre, si no del Paleolítico sí del Neolítico al menos, se asentó en estas tierras aprovechando -a falta de cuevas- el abrigo que los berrocales le proporcionaban. Sorprende que el estudio realizado por M. Santonja y M. Santonja Gómez sobre el círculo megalítico de Gilbuena en 1976 no haya despertado un interés continuado en la Ciencia, puesto que ofrece datos muy interesantes. Estamos ante un círculo de 12 bloques de piedra redondeados (menos uno), de 12 metros de diámetro y con una especie de anfiteatro en la parte superior. “Todos los bloques tienen un tamaño semejante, en torno a 1,8 x 2 m. excepto en número 9, que es alargado y presenta unas cazoletas en una de sus caras muy afectadas por la corrosión”. Hablan de una posible formación natural transformada para un uso concreto y especulan con la posibilidad de estar ante una especie de calendario agrícola de fases lunares, o un lugar sagrado relacionado con el culto a ciertos elementos naturales; pero lo ofrecen como opinión sin desdeñar otras posibilidades como un encerradero para ganado, por ejemplo. Establecen una relación con el castro -muy próximo- y lo llevan consiguientemente al Bronce.
(Foto Círculo de Piedras - Gilbuena)
Las posibilidades son muchas, desde luego y podrían ampliarse a recinto oracular, lugar de sacrificios (que ahora tiene mucha aceptación), espacio para Consejo, o incluso soportes para recintos de habitación… Quizá convenga trabajar sobre hipótesis, por emplear un método, pero las afirmaciones en este sentido que se hagan, entrarán necesariamente en el terreno de la especulación. No están, creemos, suficientemente estudiadas este tipo de estructuras para formarse una idea exacta de lo que se está hablando. Otra roca interesante al pie de la Ladera Alta, también en Gilbuena:
(Fotos La Ladera Alta - Gilbuena)
¿Santuarios rupestres?
Si echan un vistazo a este enlace: http://www.fromoldbooks.org/Grose-Antiquities/pages/00p135-Druidical-Antiquities-Overview/
verán que “mutatis mutandis” algunas de las estructuras que presentamos guardan cierta similitud con las aquí expuestas. No estamos relacionándolas, entiéndase bien, sino ofreciendo una muestra de lo que ya hace tiempo se considera en otras latitudes de interés para el estudio.
Como parece que se ha despertado de pronto el interés por este tipo de manifestaciones en la provincia, queremos aprovechar el artículo de J.F.Fabián en El Diario de Ávila para exponer nuestro punto de vista más ampliamente, a la vez que realizamos algunas objeciones, que esperamos contribuyan a la reflexión y sean consideradas de índole constructiva. Por supuesto hay que felicitar a la Junta de Castilla y León por haber puesto el foco sobre el asunto y así lo hemos hecho ya en otros lugares. Cabe mencionar también que se ha cursado en diferentes ocasiones la comunicación de estos y otros hallazgos a la Administración, sin que hayamos recibido tan siquiera acuse de recibo.
El artículo en cuestión:
Nurestra opinión:
Habría que evitar caer en comparaciones desafortunadas como la del culto religioso cristiano -nuestras iglesias- y el sentido religioso del hombre antiguo. Cada cultura, cada civilización, tienen su propia religiosidad y sus propias manifestaciones de culto, muy alejadas con seguridad del sentido sacro actual de una determinada religión. Y no debemos etiquetar de “primitivismo” una manifestación que nos llega tan modificada por los elementos naturales de una cultura o culturas sobre las que desconocemos casi todo. No creemos que quienes fuesen capaces de crear estructuras de este tipo fuesen precisamente “primitivos”. Si nos referimos a su antigüedad, habrá que tener en cuenta que se conocen monumentos rupestres con unos cuantos miles de años de perfectamente reconocibles.
No queremos cuestionar métodos, que cada quien es muy libre de elegir el suyo, pero partir de la idea de que en la época prehistórica (¿) se tenía por sagrada una montaña, un río, un bosque, etcétera, parece más una extrapolación de las culturas griega y romana, quienes sí tenían los ríos por dioses, y las montañas como sus lugares de habitación. De los posibles cultos anteriores a la época vetona hay muy pocas referencias en la Península y menos en la provincia de Ávila; y muchas menos en la zona que nos ocupa.
Por otra parte ¿Por qué habría que suponer que una roca con algunos escalones tallados deba tener forzosamente un carácter sagrado? Tallar unos escalones no significa necesariamente una sacralización. Claro que distingue la roca con las de su entorno, suponiendo que en el entorno haya más rocas, pero no debe confundirse el efecto -nos llama la atención porque se han tallado escalones- con la causa, que puede ser cualquier otra. Sugerimos la posibilidad de ascender más deprisa a una roca utilizada como atalaya, por ejemplo.
Comparar o afirmar una similitud con los presbiterios de las actuales iglesias cristianas es también una reflexión que aconsejaríamos evitar. Sí hemos cambiado. Hable quien quiera por sí mismo, pero los cultos de nuestra actual civilización no se deben parecer mucho a la que los moradores del berrocal practicaban; fuese cual fuese la época.
Insistimos en que hay que buscar más y mejor para establecer un “tipo” que nos ofrezca garantías para poder establecer conclusiones mínimas. Y que hay que entrar en el detalle y en el análisis del elemento y su entorno para poder trabajar con hipótesis razonables.
No es razón tampoco para asignarles carácter esporádico a que en la actualidad aparezcan -o nos parezcan a nosotros- aislados de núcleos de población comprobados. El entorno puede estar muy modificado. Y afirmar que no existen vestigios o restos de habitación sin haber hecho una excavación, o al menos una cata arqueológica parece algo aventurado.
La similitud con elementos de culturas “menos evolucionadas” de la actualidad puede inducir a errores, porque se atribuye precisamente el “primitivismo” de que se hablaba a las poblaciones antiguas que tallaron la roca. Primitivismo que puede que afecte a las actuales culturas mencionadas, pero que no tenía forzosamente que afectar a aquellas. El mismo riesgo se corre con establecer un prototipo.
Nos parece apreciar una cierta contradicción en lo que se refiere a la cuestión de las estructuras en que la arqueología debe entender o no. En el propio artículo, y en otros publicados sobre este particular, aparecen rocas sin escalones en los que la acción humana está muy difuminada. No cuestionamos que sean obra humana, al contrario, pero encaja mal con la explicación que se ofrece.
La relación con la astrología no nos parece tampoco nada evidente. Ya sabemos que ciertos pueblos de la antigüedad observaban las estrellas, pero suponer que estos lo hiciesen utilizando concretamente estas rocas quizá sea mucho suponer con tan escasas evidencias. Porque no es fácil encontrar evidencias de que unas piletas talladas tengan relación alguna con astros o constelaciones determinadas.
Sorprende enormemente comprobar que los argumentos científicos expuestos en el artículo coinciden punto por punto con los expuestos en un vídeo que sobre Ulaca se realizó no hace mucho en el programa Cuarto Milenio (observatorio astrológico, altar para sacrificios humanos, etcétera) Nada tenemos contra el programa en cuestión, que parece estar haciendo un esfuerzo encomiable por acercarse a los planteamientos científicos, y que no pretende ser otra cosa que un programa de divulgación, cuyo objetivo puede cumplirse sin estar sujeto a método científico alguno, pero no podemos decir los mismo de las afirmaciones hechas en este sentido por la Ciencia. ¿Se busca captar la atención del espectador con fines propagandísticos? Nos parece bien si redunda en beneficio del interés general y se aprecian y valoran mejor este tipo de estructuras, pero nos alejamos bastante del rigor científico del que se presume.
Nuestra opinión es que hace falta más prospección y menos hipótesis aventuradas. La localización de elementos de este tipo en diversos lugares de la provincia indica que -como decíamos- pueden ser bastante frecuentes en Ávila. De acuerdo en que la difusión en medios de comunicación puede ser de gran ayuda para que los interesados puedan aportar sus conocimientos y comunicar los hallazgos, pero no ayudará el hecho de no mencionar, por ejemplo, el nombre del vecino de El Barco de Ávila, que no de Bonilla, José María Pita, que comunicó la existencia de uno de los “altares” estudiados. Y sorprende que no aparezca ningún otro reconocimiento personal en relación con los demás hallazgos. No es esa la manera de proceder si se quiere conseguir la colaboración ciudadana.
El punto de vista del hombre actual.
Nosotros hemos hablado siempre de espacios rituales o conjuntos líticos, porque asignarles “a priori” a todas las rocas que conocemos con características especiales y con señales evidentes de intervención humana nos parece algo aventurado. Al hombre actual le llama forzosamente la atención observar en este tipo de estructuras la circunstancia de que estén tallados en roca pura, que no es práctica habitual hoy. Ya no se construyen vallados de piedra en mampuesto para separación de lindes, ni muros de roca en las casas -salvo raras excepciones- ni las señales de límite se graban con cruces talladas en la propia roca, ni se vacía la roca para construir piletas, ni se entierra a los difuntos en sepulcros de piedra. En definitiva, hemos perdido la relación especial con esta materia que el hombre antiguo tuvo. El poblador del berrocal, pensamos, se servía de la roca como elemento indispensable de su modo de vida, estaba familiarizado con ella: le proporcionaba abrigo y protección, atalaya de vigilancia, armamento y útiles de trabajo.
Por otra parte, no son pocas las utilidades que el hombre ha extraído de un simple agujero en la roca. Pensamos que algunas de estas estructuras sirvieron sin duda para los fines que se les suponen, y sostenemos también que otro tipo de transformaciones y estructuras tuvieron también muy distintos usos. Tenemos observado -y un buen ejemplo es Ulaca- que la roca está transformada desde la cumbre, y sospechamos que estas transformaciones se han realizado con el fin de dirigir la escorrentía hacia cauces regulares y hacer así transitable el poblado; lo que parece de total sentido común. Aparte de considerar la posibilidad de que existiesen aljibes que almacenasen el agua necesaria para no tener que bajar a abastecerse o para la prevención de un asedio. Luego, en las puertas de las viviendas e incluso en su interior, se observan trabajos en la roca que permitirían usos más cotidianos: mortero, recipiente para ciertas mezclas, despensas, etcétera. En otras formaciones se pueden observar piletas de tamaño considerable que pudieran haber servido como lagaretas.
Por eso, cuando creemos apreciar que la roca está transformada, tendemos enseguida a otorgarle un sentido mágico o religioso. Por decirlo de alguna forma, la Naturaleza nos la ofrece envuelta en un halo de misterio. Hay que tener en cuenta que este tipo de estructuras han sido probablemente conocidas desde siempre por los habitantes de las aldeas. Si le hubiésemos preguntado a cualquier aldeano o pastor de tiempo antiguo nos hubiese hablado de piedras que por sus características le resultaban especiales. A falta de interés científico en el asunto -salvo muy honrosas excepciones- cada cual se lo explicaba a través propias o ajenas leyendas. Y hay que pensar también que debieron ser mucho más numerosas de lo que ahora somos ya capaces de comprender.
Estructuras rupestres en yacimientos:
Bonilla de la Sierra entraría a formar parte de estos lugares por haber sido declarada recientemente Zona de protección arqueológica. Se les hará evidente que no estamos hablando de unas piedras en las que se han tallado unos escalones. En el caso de Bonilla estamos ante un enclave megalítico de primer orden en extraordinario estado de conservación. Los “altares” con escalones sobre los que se hacen algunas de las especulaciones en el artículo comentado son un reflejo pálido de la realidad que allí aparece. Describir detalladamente cada uno de los elementos que aquí mostramos llevaría un tiempo considerable. Hemos preferido mostrar una cantidad considerable de imágenes, entre las que incluiremos alguna explicación corta y contestaremos a las preguntas de quienes deseen que les ampliemos la información en los comentarios a este artículo.
Bonilla de la Sierra - Zona 1
(Fotos 1, 2 y 3) Semicírculo megalítico
(Fotos 4 y 5) Estructura con piletas
(Fotos 6 y 7) Piedra geminada con oquedades en ambos laterales
(Foto 8) Estructura tallada en esquema con piletas
(Fotos 9, 10 y 11) En esta estructura merece la pena detenerse un poco. Se trata de una roca de considerables dimensiones que presenta en el frente (foto 11) un rebaje rectangular y una oquedad que no es sino la manifestación de dos piletas en escala. Arriba se encuentra una pila de considerables dimensiones; al menos tres metros de largo por uno y medio de ancho, con una profundidad de al menos un metro. La pileta grande tiene vertido hacia el lado contrario de las piletas frontales, por lo que no puede considerarse a éstas como piletas de vertido. Puede que estemos ante un ornamento.
En la misma roca, también arriba, se aprecia una estructura tallada con cabeza circular y cuerpo triangular, que podría tener carácter simbólico o señal de orientación. Es difícil apreciar el conjunto por estas descripciones, solo podría darnos una idea exacta una toma cenital.
(Foto 12) Roca tallada en ala de mariposa con oquedades en la parte inferior y un reborde en la base.
Bonilla de la Sierra Zona 2
(Fotos 13, 14 y 15)
En lo alto de un cerrillo se observan estas tres estructuras. Dos piedras caballeras, una con piletas de decantación en ambos lados bajo el bolo superior y otra totalmente plana en su superficie superior con una pileta grande en un lateral. (Fotos 13 y 14). La otra, un bolo exento de dimensiones notables, presenta una pileta ovalada en un lateral y otra cuadrada en el opuesto. (Foto 15)
(Foto 16) Impresionante elemento tallado en pila rectangular con cazoleta en un extremo, de tipo barquiforme.
(Fotos 17, 18, 19, 20 y 21)
Aquí también merece la pena detenerse un poco porque no estamos seguros de que las imágenes ofrezcan la idea completa del conjunto ante el que nos encontramos. Se trata de tres elementos diferenciados pero en innegable relación. Abajo, una estructura exenta tallada geométricamente, tras un rebaje de la piedra haciendo escalón. En medio, una piedra plana que presenta en su superficie superior una pileta ovalada cuya fábrica humana deja poco lugar a dudas. Detrás, una roca grande redonda con una oquedad notable en el lado frontal derecho que comunica con otra pileta más arriba y otra en el lateral. Se da la circunstancia de que estas dos últimas están comunicadas por un orifico en la piedra. Si ponemos en duda que algunos de los elementos que exponemos y que se consideran un poco a la ligera como santuarios o altares rupestres, aquí se nos hace difícil asignarle a este conjunto otro carácter.
(Fotos 22 y 23)
Queremos hacer notar aquí la singularidad de esta manifestación rupestre sin comparación con otra alguna de la que tengamos noticia. Son en realidad dos bajorrelieves circulares tallados en una lancha, relacionados por pequeños canales de desagüe en una pendiente notable. Si alguna vez hemos dicho que algunas de estas estructuras cobran sentido por el agua, esta es innegablemente una de ellas, independientemente de que, vista desde abajo en particular la que está en medio de la lancha, puedan tener también un carácter simbólico.
(Foto 24)
Tampoco se aprecia aquí, la foto de dos estructuras con piletas comunicadas, la realidad de lo que el lugar presenta. A su lado, lamentamos no tener buena imagen, hay una lagareta tallada y todo ello se encuentra en un recinto, tallado en roca, que parece haber sido de uso doméstico o industrial. Merecería la pena hacer un estudio detallado de él, porque daría una idea precisa de como pudieron estar configurados los recintos de habitación de esas épocas; y no sería precisamente una minucia.
(Fotos 25 y 26) Estructura megalítica
(Foto 27) Roca con desgaste o tallado sinusoidal.
(Foto 28) Tampoco la imagen ofrece exactamente la imagen de lo que se presenta. Desde otro ángulo el parecido evidente con un “trono” es mucho menor. Sin embargo, sí parece que estamos ante una estructura tallada con un desgaste considerable por la exposición excesiva y por la circunstancia de que está en realidad caballera entre una grieta. No se le puede negar una cierta monumentalidad, no obstante.
(Foto 29)
Talla en “sillón”.
Siempre hay que poner este tipo de estructuras en ·cuarentena” y considerar la posibilidad de que hayan sido en realidad cantera. Se observan habitualmente en zonas con vallados de piedra, que no es aquí el caso; lo que nos ha invitado a considerarla para su estudio.
(Fotos 31, 32, 33, 34, 35)
Esta estructura también es realmente interesante. Es una roca de proporciones notables que tiene tallado en un lateral una oquedad alargada oval, con remate circular en pileta en reborde, otra de parecidas dimensiones algo más abajo, y un pequeño sistema escalonado en su borde. En la parte superior hay unas piletas con vertido y un corredor. Todo ello comunica con un sistema de piletas muy desgastado pero verdaderamente interesante. Completa el conjunto una roca exenta que ofrece una posible talla en escalones muy desgastados.
Ulaca - Una referencia innegable
Claro que no vamos a negar que existan este tipo de estructuras consideradas sagradas en la antigüedad. En Ávila se puede hacer una suposición con bastante fundamento sobre el “Altar de los Sacrificios de Ulaca” y sobre la “Sauna”
(Fotos del altar y la Sauna de Ulaca)
Ya mostramos hace tiempo que la zona posterior de la “Sauna” ofrece una talla en la roca que hace pensar también, sin que al parecer se hubiese considerado debidamente, en una estructura ligada a ella (separada por una calleja de apenas dos o tres metros) en un conjunto algo más amplio. Y es nuestra intención poner el acento en esta circunstancia por definir claramente el punto de vista de este artículo. Lo expondremos con una pregunta ¿Por qué se le otorga una importancia extraordinaria a la parte de abajo y ninguna a la de arriba, aún cuando resulta, en nuestra opinión, tanto o más relevante? Daremos nuestra propia respuesta: porque no aparece la línea recta. ¿Por qué no se había reparado tampoco -sin salir de Ulaca- en el espacio ritual que existe abajo, cerca de la entrada del castro, que publicamos con el nombre de “Ulaca Conjunto Lítico” hace ya algunos años (Véase enlace arriba) y que tiene una relevancia especial innegable? Por la misma razón, quizá.. Piénsese, sin embargo, que precisamente este tipo de talla quizá esté ofreciendo una información algo equívoca. En el “Altar de los sacrificios” se presume al parecer que los escalones y la escala lateral han sido repasados por la piqueta de culturas posteriores. Es posible, pero también es posible que obedezca a que se talló en una época relativamente reciente. Si los pobladores originales del castro hubiesen practicado la talla de este tipo de estructuras con facilidad ¿no habrían transformado el resto de las rocas para su propia comodidad utilizando ya esta técnica? No encaja.
Estructuras en otros yacimientos conocidos
Con esta referencia (Ulaca), queremos dejar constancia de que nuestra intención es la búsqueda de elementos de piedra con evidentes síntomas de transformación, que pudieran corresponder a estructuras anteriores a la romanización; a pesar de que somos conscientes de que será mucho más difícil convencerles de estas evidencias. No dejaremos de intentarlo, no obstante. La descripción detallada de todas las estructuras que vamos a presentar ocuparía un espacio excesivo para un artículo de estas características. Haremos una pues una descripción somera de cada una de ellas, ofreciendo su localización, salvo cuando por una u otra razón no sea aconsejable. Para ello, en principio, vamos a dar un repaso a las estructuras de este tipo que se encuentran en los yacimientos ya conocidos; aparte de los ya mencionados. En Cardeñosa, muy cerca del castro de Las Cogotas, se encuentra esta piedra que se ha conservado milagrosamente. Cierto es que la larga tradición cantera de la zona la ha despejado seguramente de obstáculos visuales y se presenta hoy, como decíamos, de manera bastante espectacular. El hecho de que esté asociada a una especie de mesa con una pileta le otorga aún más relevancia. Pudo muy bien servir como atalaya de vigilancia.
En el Raso de Candelada, entre la muralla y las primeras viviendas excavadas, se encuentra esta otra también bastante interesante, aunque menos espectacular.
En Ocos, aparte de los “sepulcros antropomorfos” de los que hablaremos más adelante, hay dos estructuras que pueden contemplarse también bajo este punto de vista.
En La Coba, en San Juan del Olmo, también existen. Pondremos una como ejemplo, porque sobre este yacimiento hemos hecho un estudio más completo que merece atención aparte. Aquí estamos ante una roca con piletas comunicadas en la parte superior que vierten sobre dos “sepulcros antropomorfos” con una inclinación acusada.
(Fotos piletas-sepulcro La coba)
En el Castillo de los Moros, en El Mirón hay también una roca, muy cerca de la torre, que sugiere también modificaciones interesantes con piletas de vertido desde la cúspide.
En la Era de los Moros, en Las Cabezas Altas, hay algunos elementos que convendría considerar.
Pero hay que tener también en cuenta las ausencias: dentro del castro de la Mesa de Miranda, en Chamartín, no se localiza ninguna estructura de este tipo. Aunque debemos decir que los alrededores no los hemos podido revisar detenidamente. Otros lugares sin embargo, han recibido la sacralización posteriormente sin que existan evidencias claras de culto anterior, pero no dejan por eso de ser “santuarios Rupestres” Un buen ejemplo es el campanario de la iglesia de Neila de San Miguel o el de Villaviciosa.
(Fotos Villaviciosa y Neila de San Miguel)
Muchas no están propiamente asociadas a ningún yacimiento catalogado, sin embargo, no pueden dejar de observarse en las proximidades evidencias de una determinada cultura. En los enlaces que facilitamos al principio hay dos que podemos considerar incluidas en este capítulo. Hay un “altar rupestre” en el entorno próximo del verraco descubierto por Mª Luisa Savirón, que titulamos Espacio ritual prerromano en La Nava del Barco. (Enlace arriba)
(Fotos de La Nava del Barco) Altar y verraco
Y en El Berrueco encontramos también algunos elementos en las proximidades de La Mariselva y otros en un cerrillo próximo.
Obsérvese aquí el ornamento que separa las piletas. Guarda cierta similitud con lo que se observa en el altar de Ulaca y en la separación del sepulcro antropomorfo doble de Ocos.
(Fotos El Berrueco - La Mariselva)
Hemos dejado para otra -u otras- entregas algunos elementos de igual o mayor interés. Nos gustaría que este artículo se tuviese en cuenta a la hora de valorar el rico patrimonio que la provincia ofrece sobre el tema que se trata.
De lo que no hay duda es de que estamos ante un conjunto de estructuras de importancia fundamental para su estudio y que merecen la atención urgente de la Ciencia.
Mientras tanto, se los ofrecemos aquí con nuestro agradecimiento a José Luis Santos por proporcionarnos este espacio y animarnos a la publicación de este artículo. Y una mención muy especial a la Doctora A. M. Canto que siempre ha inspirado nuestro estudio, desde el suyo sobre la supuesta "Silla de Felipe II" en El Escorial,
ver aquí
http://sapiens.ya.com/jrcuadra/sendas/machotas/silla.pdf
y aquí
http://www.celtiberia.net/articulo.asp?id=1325),
y que nos ha proporcionado su inestimable ayuda cuando lo henos precisado.
María Luisa Savirón Cuartango
Ángel L. Mayoral Castillo
mariano Serna Martínez
9 Ene 2011
Ángel L. Mayoral Castillo
Muchas gracias. En lo que se refiere a Ulaca creo, efectivamente, que hablamos del mismo lugar. Sí apreciamos la cruz, y así lo hicimos notar en el artículo, con las necesarias precauciones: "Sin embargo, habrá que llamar la atención sobre una cuestión que a simple vista no se aprecia en las fotografías: se trata de unas incisiones en la pieza que llamamos pileta tallada, concretamente en su parte frontal, aunque viradas algún grado. Estas incisiones han dado como resultado que –desde cierta distancia y repasadas levemente- podamos interpretar que estamos ante una cruz grabada; con todas las reservas a la que la prudencia en estos casos obliga. Quizá la imagen Ulaca - Conjunto Lítico - Elemento 2 - Detalle con cruz "resaltada" les ayude a conformar una opinión más precisa; no deben olvidar -no obstante- que están ante una “apreciación inducida”.
Si usted confirma que la cruz existe debemos felicitarnos todos.
Veo que sabe de qué habla en relación con las ruedas de molino. Sin duda es una técnica de fabricación algo extraña, pero no tenemos inconveniente en aceptar su indicación. Convengo en que tiene interés por sí misma, aunque fuese efectivamente esa -la de piedra de molino- su utilidad, por el testimonio que supone. Las de Bonilla no las conocemos.
Acertado y prudente su comentario sobre las del Berrueco (Espacio.... Valle del Tormes).
9 Ene 2011
mariano Serna Martínez
9 Ene 2011