Los cazadores-recolectores del norte de África, de hace 15.000 años, consumían también una gran cantidad de vegetales

Diente humano de la cueva de Taforalt en Marruecos, que muestra desgaste severo y caries. © Heiko Temming.

Durante mucho tiempo se pensó que la carne desempeñaba un papel importante en la dieta de los cazadores-recolectores antes de la transición neolítica. Sin embargo, debido a la escasez de restos humanos bien conservados de yacimientos paleolíticos, existe poca información sobre los hábitos alimentarios de los grupos humanos preagrícolas.

Un nuevo estudio, publicado en Nature Ecology & Evolution, desafía esta noción al presentar pruebas isotópicas convincentes de una fuerte preferencia por los vegetales entre los cazadores-recolectores de Marruecos de hace 15.000 años de antigüedad. Esta es la primera vez que se mide una cantidad significativa del consumo de plantas en una población preagrícola, lo que arroja nueva luz sobre las prácticas dietéticas de las sociedades humanas antiguas.

Realizado por un equipo internacional de científicos del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva (Leipzig, Alemania), Géoscience et Environnement Toulouse (Toulouse, Francia) y el Institut National des Sciences de l'Archéologie et du Patrimoine (Rabat, Marruecos), el estudio examina la dieta de individuos asociados a la cultura iberomauritana descubierta en la cueva de Taforalt, Marruecos.

Ubicación del yacimiento de Taforalt en Marruecos y del resto de yacimientos mencionados en el trabajo de investigación. Los círculos indican yacimientos iberomaurusianos, los cuadrados indican yacimientos del Paleolítico superior europeo, el triángulo indica el yacimiento natufiense y la estrella indica el yacimiento neolítico en Levante.

Mediante el planteamiento de un enfoque multiisotópico integral, que incluye análisis de isótopos de zinc y estroncio en el esmalte dental, análisis de carbono, nitrógeno y azufre en el colágeno, así como análisis de aminoácidos de restos humanos y de fauna, los investigadores descubrieron conocimientos sorprendentes sobre las prácticas dietéticas antiguas.

Las principales conclusiones del estudio muestran claramente que la dieta de estos cazadores-recolectores incluía una proporción significativa vegetales pertenecientes a especies mediterráneas, anteriores a la llegada de la agricultura en la región en varios milenios. Los restos arqueobotánicos encontrados en el sitio, como bellotas, piñones y legumbres silvestres, respaldan aún más esta idea. Además, el estudio sugiere que los alimentos vegetales también se introdujeron en las dietas infantiles y pueden haber servido como productos de destete para esta población humana. Este hallazgo tiene implicaciones significativas, ya que sugiere el potencial de prácticas de destete más tempranas en comunidades preagrícolas en comparación con las normas previamente pensadas para las sociedades de cazadores-recolectores.

Vista interior de la Cueva de Taforalt en Marruecos. © Abdeljalil Bouzouggar.

Prácticas dietéticas complejas de las sociedades preagrícolas

Esto desafía la noción predominante de una dieta basada en gran medida en proteínas animales entre los grupos humanos preagrícolas y plantea interrogantes sobre la falta de desarrollo agrícola en el norte de África a principios del Holoceno.

Zineb Moubtahij (izquierda), primer autor del estudio, explica: “Nuestros hallazgos no sólo proporcionan información sobre las prácticas dietéticas de los grupos humanos preagrícolas, sino que también resaltan la complejidad de las estrategias de su subsistencia en diferentes regiones. Comprender estos patrones es crucial para desentrañar la historia más amplia de la evolución humana".   

Además, este estudio es el primero en utilizar isótopos de zinc conservados en esmalte para determinar la dieta de poblaciones antiguas de África. El norte de África es una región clave para el estudio de la evolución humana y su dispersión moderna. Tener una herramienta que nos permita explorar más a fondo la dieta humana en esta región proporcionará información valiosa sobre sus patrones dietéticos humanos y adaptabilidad en diferentes entornos.

En el futuro, el equipo de investigación espera explorar enclaves paleolíticos adicionales en el norte de África y utilizar técnicas innovadoras para obtener una comprensión más profunda de las prácticas dietéticas antiguas y sus implicaciones para la evolución humana.

Fuente: Instituto Max Planck | 29 de abril de 2024