Marta Navazo, directora de la excavación. Virginia López.

Fuente: diariodeburgos.es | 15 de julio de 2015

Entre quejigos y mariposas, acechadas por ingentes escuadrones de mosquitos, siete chicas horadan con paciencia la tierra del yacimiento de Fuente Mudarra, que fue durante milenios el lugar escogido por los Neandertales para desollar y descuartizar animales: probablemente corzos, jabalíes, caballos, toda la fauna comestible que habitaba la Sierra de Atapuerca hace 56.000 años, arco temporal del que data este emplazamiento. Los restos de industria lítica aquí hallados así lo revelan; en esta campaña, ya han salido a la superficie, procedentes del nivel 4, piezas que indican que Fuente Mudarra era una suerte de matadero: lascas y raederas esencialmente, herramientas del Paleolítico Medio, típicas de los neandertales.

«Fuente Mudarra era uno de esos lugares que se utilizaban para despellejar animales y desmembrarlos para luego llevárselos y compartirlos», explica Marta Navazo, directora de la excavación. Era este un hábito de los neandertales, que consideraban la sierra como su casa, y por tanto sus estancias estaban bien definidas. «Ellos utilizaban toda la sierra, la controlaban perfectamente y durante miles y miles de años, de forma recurrente, estuvieron viniendo aquí. Cada uno de los puntos en los que hemos registrado su huella era como una habitación. En zonas como ésta, cercanas a un curso pluvial secundario, tenían materia prima: sílex para tallar, agua, madera y vegetal, apostilla.

El estudio de los filos, según Marta Navazo, determina claramente el uso que se daba a este lugar. «Para ellos la sierra era como un territorio cultural, y por aquí pasaron generaciones y generaciones de neandertales». Navazo y su equipo exhiben ya algunas de estas piezas de industria lítica, que todavía hoy servirían perfectamente para desollar a un animal, tal es de efectivo el filo de las mismas. Las piezas encontradas son por lo general pequeñas. Según Navazo, ese tamaño reducido facilitaba el trabajo mucho más que una herramiente más grande.

Quedan muchos años de trabajo en Fuente Mudarra. Al menos, esa es la intención: seguir excavando varios niveles más. «Podrían hallarse restos achelenses, pero para ello habría que seguir profundizando. Al ver la potencia que tenía el yacimiento fuimos reduciendo la cata. Aquí queda para varios años de trabajo», apunta Navazo.

Tesis de fin de grado

Marta Santamaría (izquierda), una de las chicas que se afanan estos días en el yacimiento de Fuente Mudarra, ha realizado un estudio de fin de grado sobre el análisis tecnológico de la industria lítica de este emplazamiento y su contextualización en el Paleolítico Medio. Para ello, ha analizado hasta 400 piezas de sílex neógeno. «Hemos intentado, con microscopía confocal del Centro de Investigación de la Evolución Humana (Cenieh), estudiar las huellas de uso para intentar saber para qué utilizaban las piezas los neandertales. Y hemos podido saber que, en efecto, utilizaban estas herramientas para despellejamiento y descuartizamiento de animales. No hay restos de otra manipulación que no sea de animales», explica Santamaría.

Para la autora del estudio, que ha sido dirigido por Marta Navazo, este lugar se utilizaba para aprovisionamiento de sílex después de la comparativa con el resto de yacimientos de la sierra. Con todo, considera que sería muy interesante hacer una comparativa de piezas con yacimientos cercanos como el de Hotel California, que aún no están estudiadas.