El yacimiento paleolítico de Louselas, en Ribadeo, tiene una antigüedad sensiblemente mayor a la que se pensaba. Para el arqueólogo Eduardo Ramil (izquierda) y su padre -José Ramil Roneira-, ya fallecido, es el poblamiento humano conocido más antiguo del Cantábrico. En la obra de ambos, recientemente publicada por el Museo de Prehistoria e Arqueoloxía de Vilalba, Louselas (Ribadeo, Lugo): Los inicios del poblamiento humano en la región cantábrica, (24 euros, 240 páginas), proponen una antigüedad de 450.000 años.

A lo largo de varias décadas, en Louselas se ha logrado recuperar la serie más completa de útiles achelenses (lascas, núcleos, bifaces, triedros, hendedores, raederas...) de la región cantábrica, adscritos a su fase poco evolucionada, una fase poco representada en la península ibérica en contraposición con la más reciente, cuyos restos son más frecuentes. El poder documentar los inicios de la población humana en el Cantábrico radica buena parte de la gran importancia de Louselas. Ello y la cantidad de restos recuperados. Solo en el Museo de Prehistoria e Arqueoloxía de Vilalba y en la colección particular del ribadense José Sela suman unas 500 piezas, que Ramil ha estudiado a fondo para escribir esta monografía, la primera de carácter científico en Galicia sobre un yacimiento del paleolítico inferior.

El yacimiento de Louselas se encuentra en la desembocadura del río Eo, en una amplia zona de Vilaselán frente a la ría ribadense, en las fincas que hay hacia el interior desde la carretera del faro. ¿Cómo era esa área hace 450.000 años? De este trabajo de investigación se concluye que el mar se encontraba unos 14 kilómetros al norte. Había una especie de corredor atlántico que desde Gibraltar habrían seguido los primeros homínidos procedentes de África que llegarían a asentarse en Louselas. Se sabe que entonces había elefantes y Ramil sostiene que los homínidos de Louselas serían mas antiguos que los neandertales. Se corresponderían con la especie del Homo Heidelbergensis, portador de la Cultura Achelense, de rasgos africanos.

Algunas de las piezas recogidas.

«¿Hasta qué punto es importante este yacimiento? Es importante porque es la ocupación humana más antigua del área cantábrica y es uno de los yacimientos del paleolítico inferior mejor representado, por ejemplo en bifaces (una herramienta de piedra tallada por las dos caras, con forma almendrada). En España no hay semejante número de bifaces de una época tan antigua», explica Emilio Ramil.

Del análisis de las piezas se extraen otras conclusiones que suponen importantes novedades, por ejemplo de la cantidad de bifaces simétricos que hay se infiere una posible estandarización del trabajo, algo que no se considera propio de estos homínidos tan antiguos. Extraían grandes losas del borde del mar y después las traían a Louselas para trabajar. Son actitudes y pensamientos que no se creían propios de esta época.

¿Que hacer con Louselas?. Ramil lo tiene claro: «Dejarlo como está. Sería merecedor de más trabajos arqueológicos para seguir documentando, pero aunque a veces los medios de comunicación nos bombardean con yacimientos de mucha menor importancia, Louselas es conocido y es un yacimiento de referencia en todos los trabajos del paleolítico inferior. Faltaba, cierto es, un estudio en clave científica sobre todos los materiales recogidos».