Espacio del Museo de Teruel, al inicio de la sala dedicada a la Prehistoria, que recoge ya los últimos hallazgos realizados en Cuesta de la Bajada. | Bykofoto/Antonio García

Fuente: diariodeteruel.es | 9 de noviembre de 2015

El equipo de arqueólogos y paleontólogos que ha excavado en los últimos tiempos en el yacimiento del Pleistoceno medio de Cuesta de la Bajada, a las afueras de Teruel, ha arrojado abundante información sobre cómo se comportaban los primeros turolenses hace 300.000 años, pero sigue habiendo enigmas y es preciso continuar con los trabajos de excavación para poder resolverlos. Se trata de uno de los afloramientos españoles más importantes de esa edad y los científicos que han trabajado en él aseguran que si se excavase en su totalidad podría arrojar nueva luz sobre nuestros orígenes.

Foto: Cuesta de la Bajada. Santonja et al, 2014.

El estudio tafonómico de Cuesta de la Bajada, es decir, de cómo se formó el yacimiento, acaba de ser publicado en la revista científica internacional Quaternary Science Reviews. El trabajo lo encabeza el arqueólogo Manuel Domínguez Rodrigo, un referente internacional en evolución humana y pionero en España de las investigaciones que equipos españoles están llevando a cabo en la denominada Cuna de la Humanidad en África. De hecho, es codirector del Institute of Evolution in Africa.

Domínguez se sumó a los trabajos de Cuesta de la Bajada a finales de la década de pasada y hoy día es codirector de las excavaciones junto con Alfredo Pérez González y Manuel Santonja, que a mediados de octubre viajaron a Teruel para dar una vuelta por el yacimiento y tomar unas muestras, donde la última excavación se realizó en el año 2011.

En todo este tiempo los trabajos no han estado parados, aunque no haya habido excavaciones. Los recortes presupuestarios destinados a investigación por parte de las administraciones son los culpables, pero el proyecto no ha caído en el olvido sino todo lo contrario. Las investigaciones han continuado en los laboratorios a través del estudio de las piezas excavadas en el afloramiento, tanto la industria lítica como la fauna encontrada.

Foto: Manuel Santonja (i) y Alfredo Pérez-González (d), en el yacimiento del Paleolítico medio de Cuesta de la Bajada

 

Estudio tafonómico

El año pasado ya apareció un artículo de síntesis que arrojaba luz sobre el yacimiento en el que han trabajado arqueólogos y paleontólogos, mientras que en septiembre pasado lo hizo otro sobre la tafonomía del lugar. La tafonomía es la ciencia que estudia cómo se formó un yacimiento y es determinante para conocer qué es lo que ocurrió en ese sitio hace 300.000 años.

La publicación aparecida ahora arroja luz y muestra a nuestros ancestros como seres organizados que cazaban en grupo y procesaban el alimento de forma sistemática para dar sustento a pequeños grupos de homínidos cuyo comportamiento sería similar al de los actuales cazadores recolectores africanos.

Foto: Guijarro-herramienta de cuarcita con trazas de haber sido utlizado como un martillo-percutor.

Con la información recabada y el estudio de los fósiles no hay lugar a dudas de que los caballos y cérvidos cuyos huesos aparecen en Cuesta de la Bajada fueron cazados por los humanos. El estudio tafonómico, tal como se indica en el artículo científico Another window to the subsistence of Middle Pleistocene hominins in Europe: A taphonomic study of Cuesta de la Bajada (Teruel Spain), constata que los homínidos tuvieron un acceso primario a los cadáveres de esos animales, o lo que es lo mismo, que no fueron carroñeados por ellos sino cazados.

El artículo, que además de Domínguez firman los codirectorres del yacimiento Manuel Santonja y Alfredo Pérez González, así como Rebeca Barba, Enrique Soto, Carmen Sesé, José Yravedra y Ana Belén Galán, confirma que la hipótesis de que los animales fueron cazados está respaldada por la edad de los ejemplares, puesto que priman los adultos tanto de caballos como de ciervos.

La publicación señala que el estudio tafonómico realizado en Cuesta de la Bajada añade más información a las conductas predatorias humanas en el Pleistoceno medio, siendo este yacimiento uno de los mejores ejemplos de la caza documentados en el registro arqueológico europeo en este periodo.

Los homínidos que hace 300.000 años deambulaban por Teruel eran cazadores, no carroñeros. Accedían directamente a la carne capturando las presas. El afloramiento de Teruel fue uno de los primeros lugares donde se documentó para esa edad, aunque el estudio tafonómico ha tardado más de lo que hubiera sido deseable por los propios investigadores debido al tiempo que ha llevado hacer una datación exacta.

En cualquier caso, Domínguez aclara que el yacimiento todavía podría ser más antiguo de lo que se piensa, de unos 350.000 años, motivo por el que se van a hacer otras dataciones con nuevas técnicas que han aparecido.

"Una vez que recopilamos toda la información y la pusimos junta en el artículo, nos ha dado motivos de reflexión para pensar que es necesario excavar una extensión más amplia del yacimiento porque tiene su interés", explica Domínguez, quien sostiene que allí se consumieron caballos y ciervos que fueron cazados por homínidos, "lo que no podemos decir es si eso era un campamento base o si era solo un lugar de matanza y hasta que no excavemos un poco más tampoco podremos saberlo".

Manuel Domínguez Rodrigo (derecha) y Manuel Santonja (izquierda) frente a un resto animal en Cuesta de la Bajada.

Superficie

La superficie del yacimiento, que está junto a una gravera que hay a la derecha de la carretera de Alcañiz saliendo de Teruel, es de 300 metros cuadrados, de los que se han excavado unos 90. "Excavar todo el yacimiento sería ideal porque entonces sí podríamos resolver si ese lugar era un campamento donde la gente vivía y llevaba allí la comida para alimentarse, o si es otra cosa", apunta Domínguez.

La otra posibilidad es que sea una zona donde cazaban de manera regular caballos y ciervos, "y que aunque inicien ahí el consumo, desplacen parte de esos animales a otros sitios". Es el enigma que quieren resolver los investigadores. El problema es que faltan partes de los animales y no lo pueden achacar a la acción de los carnívoros que hayan podido acudir después del consumo primario de los humanos.

"Nos faltan las partes de esos animales y no sabemos si no están ahí porque están en otra parte del yacimiento que no se ha excavado, o es que los homínidos se las llevaron a otro sitio", comenta Domínguez. Si se pudiera completar la excavación de los 200 metros en los que los restos siguen ocultos bajo tierra, el enigma se resolvería. Y si apareciesen esos huesos que faltan, el lugar "podría ser potencialmente un campamento".

Sería por tanto uno de los primeros asentamientos humanos de la ciudad, aunque al tratarse de sociedades de cazadores recolectores, los grupos humanos se desplazaban de un lugar a otro.

Lo que no cuadra, según Domínguez, es que faltan huesos de las patas, que son los que mejor se preservan. Si no estuvieran en lo que queda por excavar, eso indicaría que el emplazamiento era un lugar de caza donde se procesaba parte de los animales para alimentarse, y el resto se cargaba para llevarlo a otro lugar, que es donde estaría el campamento.

Una vez cazados, en lugar de transportar el animal completo, "lo que hacían era que lo desplazaban a un lugar de preparado donde le sacaban la carne, cogían el tuétano de algunos huesos para consumirlo como un sitio de almuerzo y lo demás se lo llevaban al campamento", asegura el científico. Y para discernir el enigma todo dependerá de que se encuentren o no las patas que faltan en la parte no excavada de Cuesta de la Bajada.

Foto: Algunos ejemplos de marcas de corte en huesos de animales hallados.

En el afloramiento hay restos que corresponderían a una veintena de caballos, cuando tendría que haber entre tres o cuatro veces más patas de las que han aparecido. Si se excavara la totalidad de la zona, sería más que suficiente para resolver el misterio, sostiene Domínguez.

La clave ahora está en que las administraciones públicas muestren más sensibilidad de la manifestada en la última legislatura. El lugar lo merece y la información que puede arrojar es vital para el conocimiento científico y por tanto para comprender también nuestros orígenes, defiende el arqueólogo de la Universidad Complutense de Madrid.

"Es una lástima porque respecto al Pleistoceno medio este sería uno de los tres o cuatro yacimientos más valiosos que existen en España y uno de los más relevantes para explicar ese tipo de comportamientos en Europa para esta cronología", considera Domínguez, quien aclara que "si abundaran este tipo de yacimientos no tendría la importancia que tiene, pero como no abundan, pues esto vale un montón para poder reconstruir ese tipo de cuestiones".

A juicio del científico, una manera de sensibilizar a las instituciones sería hacer una puesta en valor del lugar para que tuviera una dimensión social más allá de la académica, al estilo de lo que Enrique Baquedano ha hecho con un yacimiento de neandertales en Pinilla del Valle.

"En Teruel existe un yacimiento espectacular para reconstruir la vida humana del Pleistoceno medio, pues sería un punto más de valor para la ciudad, puesto que la gente, al margen de visitar Dinópolis podría visitar Cuesta de la Bajada, pero para eso la Administración tiene que poner dinero no solo para la investigación sino para su acondicionamiento", sostiene el experto. Un acondicionamiento que podría consistir en la exhibición del lugar con moldes de las piezas originales y un panel explicativo de cómo era el sitio hace 300.000 años.

Intensa actividad en el yacimiento de la Cuesta de la Bajada, DIARIO DE TERUEL / MARIBEL CASTRO

En exposición

Los hallazgos en Cuesta de la Bajada han pasado a formar parte ya de los centros expositivos de la ciudad. Por un lado en Dinópolis, en el museo sobre evolución humana, hay una instalación interactiva en la que los visitantes pueden conocer los principales yacimientos de homínidos en España, entre los que está este afloramiento turolense.

Por otra parte, el Museo de Teruel, en su última renovación, incorporó los hallazgos de Cuesta de la Bajada con una reconstrucción artística de cómo era el lugar, varios paneles informativos y una vitrina con industria lítica y fósiles, que abre ahora el recorrido por la sala dedicada a la Prehistoria.

Conocer más de cómo eran los turolenses que nos precedieron hace 300.000 años bien merecería un esfuerzo en Cuesta de la Bajada, por una cuestión de identidad y teniendo en cuenta que la evolución humana, junto con los dinosaurios, son las dos vertientes de la paleontología que más interesan hoy a la gente.

Momento apasionante en evolución humana

El profesor del Departamento de Prehistoria de la Universidad Complutense de Madrid, Manuel Domínguez-Rodrigo, considera que se está viviendo uno de los momentos "más fascinantes" en los estudios sobre evolución humana. Él se ha convertido ya en una referencia internacional y sus estudios en África están rompiendo muchos paradigmas previos que había y que permanecían inamovibles desde hace décadas.

"Estamos revisando muchos conceptos que dábamos por sentados y que no lo son, y estamos descubriendo cosas que nos están desconcertando", comenta Domínguez, quien se refiere al último revuelo aparecido en los medios de comunicación con el hallazgo de Homo naledi en Sudáfrica y del que recuerda que no se conoce su edad. "Aunque todo el mundo piensa por la morfología que tiene que es de más de 2 millones de años, yo te puedo decir que no me asombraría si fuera muy reciente", argumenta.

En el momento actual de revisión, el investigador lamenta que estén conviviendo dos tipos de arqueología, la científica, "que es la que plantea cautelas, la misma que nos ha llevado ocho años hasta estar seguros y dar una fecha fiable del yacimiento de Cuesta de la Bajada", con otra ciencia que es "la arqueología mediática, que por desgracia se da en algunos de nuestros colegas, que es intentar lanzarte a los medios aunque la evidencia todavía no esté madura y por el hecho de conseguir un efecto mediático". Cita como ejemplo el caso de Homo naledi.

Sobre el trabajo que los arqueólogos y paleontólogos españoles están llevando a cabo en África, Domínguez asegura que está a un nivel muy alto. "Lo que sacamos este verano es la evidencia más antigua de lo que puede ser Homo erectus" (derecha), afirma, a la vez que han echado por tierra algunas teorías que se tenían sobre los parántropos, criaturas de hace 1,2 millones de años y que ahora se sabe que dependían mucho de la vida arbórea. Y lo próximo que anuncian es un estudio que cuestiona que Homo habilis "fuera realmente tan habilis" a partir de las conductas que están reconstruyendo en los yacimientos.

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