Ximena Chávez documenta en un libro el inframundo en el Templo Mayor. La antropóloga devela los resultados de la temporada inicial de excavaciones en ocho tumbas de ese sitio prehispánico. Presentan su primer volumen, publicado por el INAH.

Vía: Ana Mónica Rodríguez | La Jornada, FOTOS: Cortesía del Proyecto Templo Mayor-INAH 6 de mayo de 2008

Las prácticas funerarias de los mexicas se caracterizaron por cremar a los individuos y depositar sus cenizas en diversos lugares del centro ceremonial del Templo Mayor. Entre más jerarquía tuvieran los difuntos, más cerca eran colocados del Cu de Huichilobos o de alguna otra estructura prehispánica de ese recinto sagrado.

La música fúnebre, la danza ritual, el sacrificio, el autosacrificio, el ofrecimiento de bienes, el luto y las prohibiciones, además de los discursos que se pronunciaban durante las ceremonias de duelo son algunos de los aspectos que devela la arqueóloga Ximena Chávez, investigadora del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), quien actualmente trabaja en las excavaciones que se realizan en el predio de las Ajaracas, donde fue hallada la colosal escultura de Tlaltecuhtli.


Chávez, especialista en estudios de antropología y de ADN, explica que en las páginas de su primer volumen intitulado Rituales funerarios en el Templo Mayor de Tenochtitlan, editado por el INAH, devela los resultados arrojados por ocho contextos fúnebres aparecidos durante la primera temporada de excavaciones en el Templo Mayor.

“Estas tumbas se caracterizan porque los individuos fueron depositados y cremados ritualmente y en el volumen se podrán conocer aspectos relacionados con sus creencias y prácticas funerarias, sobre todo lo referente a la cremación y respuestas en torno a cómo se hacía, a quién y en qué lugar eran colocados los restos humanos.”

Diferencias entre difuntos

Entre las conclusiones obtenidas destaca que los restos mortales eran de individuos del sexo masculino que tenían cuando murieron entre 20 y 30 años de edad y en sus exequias fueron tratados con diversas variantes, incluida la temperatura de la pira y el número de objetos que les colocaban de manera simbólica.

“De las ocho sepulturas analizadas, la más rica tenía 150 objetos además de los huesos quemados y, en contraste, la más sencilla mostró tan sólo dos elementos que conformaban esa ofrenda.”

Por tal razón el Templo Mayor de Tenochtitlán fue el escenario de los rituales funerarios de los más importantes personajes de la elite mexica. “El Cu de Huichilobos era el espacio sagrado por excelencia: se creía que estaba situado en el cruce de los puntos cardinales y de los planos del universo. Era una zona liminal en la que los hombres participaban de los dioses”.

Al colocar los entierros cremados en distintas partes del edificio, explica Ximena Chávez, los sacerdotes mexicas hicieron patente la diferencia que existía entre los difuntos.

Las particularidades entre los depósitos, especialmente las que se refieren a la ubicación de los individuos respecto al edificio, expresan el rango y la proximidad de los individuos con el ámbito divino. No todos los dignatarios eran igualmente importantes, por lo que sólo algunos quedaron a su muerte en la proximidad de Huitzilopochtli. Es probable que los hombres cuyos restos descansaron en el adoratorio de esta deidad fueran, tanto en la vida como en la muerte, los más cercanos al numen tutelar.

Investigación de campo, análisis de laboratorio e información proveniente de fuentes históricas fueron las herramientas de la especialista del INAH, quien también aborda los rituales subsecuentes: las reliquias de las lágrimas y las fiestas periódicas.

Exequias complejas

En la exhaustiva investigación, en la que participó un equipo integrado por geólogos, antropólogos físicos y técnicos forenses, Chávez también habla de la pira funeraria, el combustible y los materiales que acompañan a la pira, así como las áreas de actividad relacionadas con la cremación.

Los contextos arqueológicos de Tenochtitlan muestran que los rituales funerarios eran bastante más complejos de lo que narran los cronistas, debido a que existen ciertas prácticas no mencionadas.

En el volumen se detalla sobre tres variantes en la disposición del cadáver, en función de la identidad del difunto. El primer tratamiento funerario consistía en la cremación de un individuo en estado cadavérico que se colocaba sobre una pira de madera y era acompañado con pocos bienes funerarios.

En el segundo tipo de ritual funerario se cremaba a un individuo en una pira, junto con gran cantidad de artefactos y restos de fauna, y un tercera clasificación se refiere al interior de los templos, al espacio mayormente sacralizado.

Del cuerpo mortal a las geografías funerarias, Rituales funerarios mexicas, Los muertos que se entregan al fuego: las cremaciones y su estudio; además de los Contextos funerarios del Templo Mayor de Tenochtitlan, son los capítulos que abordan esta parte inherente al inframundo. El volumen se completa con las conclusiones, bibliografía y varios anexos.


“Las exequias que se realizaban en la ciudad de Tenochtitlán reflejan una complejidad que no es relatada por los cronistas o, al menos, no explícitamente. Estamos seguros de que a partir de una metodología de análisis adecuada, aplicada a contextos funerarios de otros sitios contemporáneos, incluyendo el análisis osteológico de los restos cremados y la contrastación con las narraciones de las fuentes históricas, se podrá llegar a un mayor entendimiento de los rituales funerarios del Posclásico tardío en el Altiplano central”.

El volumen será presentado por los arqueólogos e investigadores Eduardo Matos Moctezuma, Leonardo López Luján, Gregory Pereira y la autora.

La cita es este martes a las 18 horas en el auditorio del Museo del Templo Mayor.

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Respuestas a esta discusión

Hola

Nos informan de la aparición del libro de la arqueóloga Ximena Chavez Balderas premiada en el INAH en el 2003 por su tesis "Rituales Funerarios en el Templo Mayor de Tenochtitlan , ahora publicado en libro, el cual pronto sera traducido al ingles por la Universidad de Colorado.

En el Boletin de prensa sobre ese libro se lee:

"Chávez Balderas, destacó que la incineración representó la principal práctica funeraria dentro de ese espacio y era exclusiva para los individuos de alta jerarquía o estatus social, entre ellos, gobernantes o guerreros de alto rango."

Si era exclusiva la práctica de la cremación para individuos de alta jeraquía o estatus social, eso me lleva a preguntar

¿Donde y como enterraban a sus muertos la población común, los macehuales, la tropa, los simples campesinos, los pobres de la ciudad, los esclavos, todos aquellos que no eran de "alta Jerarquía o estatus social" .

Si los cadáveres de toda esa población no eran también incinerados, entonces ¿Donde estan sus osamentas ? donde sus huesos? ¿donde los osarios? donde sus panteones?

Si no eran también quemados los muertos de la población común , entonces Tenochtitlan a lo largo de una historia de mas de dos siglos y con una población que al momento de contacto llegó a ser de decenas o centenas de miles de habitantes debió necesariamente de acumular una cantidad de material oseo que debería sumar toneladas si nos atenemos al peso o ser miles de huesos.

Sobre la población de Tenochtitlan, John Pol en su articulo en Famsi anota "en Tenochtitlán vivían de 200,000 a 250,000 personas en 1500, cuatro veces más de la población de Londres en ese entonces.". La Wikipedia nos dice que "No existe un consenso sobre la población de Tenochtitlan, la mayor parte de los historiadores dan un valor conservador entre 80.000 a 230.000 habitantes, más grande que la mayor parte de las ciudades europeas de su época, Constantinopla (con 200.000 habitantes), París (con 185.000) y Venecia (con 130.000). Otros historiadores dan otras estimaciones: Eduardo Noguera, basándose en mapas antiguos, calcula 50.000 casas y 300.000 habitantes; Soustelle calcula 700.000 habitantes al incluir la población de Tlatelolco y la de las isletas y ciudades satélites de la zona."

Lo ciero es que eran decenas de miles de habitantes en Tenochtitlan y por lo tanto miles de ellos tambien murieron de causa natural en la misma ciudad y repito la pregunta: Donde están los huesos de esa población común, acumulados en mas de dos siglos de existencia de la ciuda , si la incineración era sólo un priviolegio para individuos de alta jerarquía ?


Alguien dirá que los huesos de la plebe , los enterraban donde vivía la plebe, sos macehuales, que eran la inmensa mayoría de esos decenas, quizás cientos de miles de pobladores de Tenochtitlan .

La plebe , el pueblo llano, sabemos que no vivía en el Templo Mayor y sabemos que tampoco enfrente de él, pues ahí estaban los palacios de la familia de Moctezuma, en realidad de esa familia que como dinastía de Acamapichtli acaparo el poder en Tenochtitlan , la nobleza colhua.

Los principales, la alta jeraquía , los "meros meros ", los "mandones", serían tal vez 1000 personas y acaso con sus "achichintles", ayudantes y lambiscones, no sumaban mas de 5000 personas. La enorme mayoría de los principales eran de origen colhua y sólo unos cuantos mexicas, una relación inversa entre los "achichintles". Casi todos los principales fueron descendientes de Acamapichtli y casí todos parientes con lazos familiares. la gran mayoria de ellos vivian en lo que es el perimetro del actual centro histórico .

La plebe , la población común debió vivir en solo una parte del espacio que actualmente se conoce como perímetro A del Centro histórico, pues una parte muy grande la ocupaban los palacios de la nobleza tenochca y los edificios para el culto religioso,esto es, la mayoría de los mas de 70 edificios que formaban el coro del Templo Mayor .

La plebe habitó también sobre todo en el espació del llamado perímetro B del centro histórico . Por el poniente ocupo el espacio que va del metro Balderas , lugar del templo de Xipe Totec como en su punto mas lejano, a los alrededores del actual Eje central. Por el oriente, también habitó en Mixcalco, en San Antonio Tomatlan y por San Lazaro donde está la actual cámara de diputados . Hacia el sur habitó la plebe por San Antonio Abad y la Colonia Obrera y la Transito, por Xocongo y por el mercado de San Lucas y la iglesia de San Miguel. Por el rumbo norte habitó en Tepito y por La Lagunilla para encontrarse separada de la plebe tlateloca con un cuerpo de agua que separaba a Tenochtitlan de Tlatelolco. Los macehuales rurales mexicas habitaban también en suburbios como la actual Merced, o en Zoquipan , por la actual calzada, antes canal , de La Viga , en la Magdalena Mixhuca y en Iztacalco. Para Tlatelolco vease los artículos de Robert Barlow.

Ahora bien , todo el territorio donde vivió la plebe mexica ha sido múltiples veces intervenido desde la paulatina desecación de las lagunas , con obras de servicios públicos y civiles que llenaron todo el siglo XX ( agua, drenaje, luz , telefono, el metro, cimientos de edificios)

Dichas obras , verdaderas guías de la arqueología en la ciudad de México ( vease coyolxauhqui y tlatecutli) no arrojaron noticias sobre la existencia de panteones o de osarios de población prehispánica en esos terrenos.

Todo indica que ahí donde vivió la plebe, no hubo osarios o panteones de la población macehual mexica.

Si alguien señala que los restos mortales iban al sumidero de Pantitlan, debe recordarse que este depósito sólo tenia carácter ritual para unos cuantos sacrificados y de cierto tipo. Y no hay noticias de osarios que emergieran cuando la desecación del lago de Texcoco. O durante la construcción de los servicios públicos en esa zona que ha sido atravesada por lineas subterraneas del metro.

Si alguien propone que los muertos de la población común se enterraran en sus casas particulares , esto requería que todos tuvieran terreno, los llamados solares o traspatios para poder hacerlo. Pero no toda la población tenia terreno en Tenochtitlan, una ciudad isla en donde el terreno firme era un bien escaso y además la división social del trabajo ya había especializado y separado a la población que requería terreno para su actividad (campesinos, pescadores de charal o hueva de mosco, etc) de los que no ( comerciantes, guerreros, lapidarios).

El asunto de como deshacerse de de los cadáveres de la población de Tenochtitlan y lo mismo cabe para Tlatelolco debió de ser de capital y vital importancia para los gobiernos de estas ciudades-isla , pues no hacerlo adecuadamente llevaba riesgos de salud por los peligros que traía la contaminación de las aguas de la laguna: en principio en la fauna ( peces-aves -mamíferos-reptiles y batracios-) una de las bases del alimento de los pobladores, y después en la población humana, lo cual pondría en riesgo la existencia misma de la ciudad y de sus habitantes

Por ello creo que arrojar los cadáveres a la laguna no debió ser utilizado.

Para ilustrar este riesgo producido por la contaminación de la laguna a causa de cadáveres arrojados a sus aguas , recuérdese la peste que asoló a los sitiados tlatelolcas, epidemia que fue producto de los cadáveres en descomposición que no pudieron ser cremados durante la guerra de conquista y que muchos de llos quedaron en la laguna . La situación de insalubridad fue de tal magnitud en Tlatelolco y Tenochtitlan que Cortes con sus tropas se mantuvieron residiendo mas de un año lejos de esas ruinas, viviendo en Coyoacan.

Por todo ello creo que en realidad todos los cadaveres tanto de de principales y de pueblo bajo eran incinerados.

Esta reflexión de donde y como deshacerse de los cadáveres humanos de la población común de Tenochtitlan, nos debe llevar también a cuestionar y tamizar la cifra de miles de sacrificados que fantasiosamente se manejan en los crónistas y que acriticamente alimentan la etnohistoria.

Donde iban a depositar los despojos de miles de sacrificados?

La duda se extiende cuando uno se pregunta ¿ que se hacía también con el excremento resultado de la defecación de los miles de habitantes locales de Tenochtitlan y Tlatelolco y de los miles mas de población "flotante" que iba a comerciar al Tianguis de Tlatelolco ?.

Si tiraban el excremento al agua de la laguna , el riesgo de epidemias sería gravísimo

Pero resulta que no hay noticias de epidemias que azotaran a las ciudades islas de Tlatelolco y Tenochtitlan . Una enfermedad típica de contaminación de agua por heces fecales es el colera morbus y este azoto a la ciudad de México cuando el área lagunar ya estaba muy reducida y una de sus causas fue que no se supo manejar los deshechos humanos, cadáveres incluidos, como lo ilustra el caso de Iztapalapa, sitio que en recuerdo de que se salvaron a la epidemia de colera del año 1840 y tantos, representan ahora la famosa Pasión de Cristo .

Estas preguntas sobre como deshacerse de las excrecencias humanas, incluyendo los cadáveres de la población común, de los simples mortales , nos llevan a recordar su peso en la historia, pues fue su correcta solución la que hizo posible la existencia y el crecimiento de las ciudades -isla de Tenochtitlan y de Tlatelolco.

Espero leer un día , aunque sea un artículo sobre el tema y me recuerda también el poema de Bertold Bretch que reproduzco al fin de este mail

El análisis de los ritos de los muertos de los principales tenochcas nos dará información sobre la religión de los tenochca , sin embargo la solemnidad que dichos rituales seguramente tuvieron, no logra borrar de mi mente la imagen irónica y cómica que me produce el relato del códice Aubin acerca de Apanecatl cargando el cadáver de Moctezuma a sus espaldas , llevándolo de pueblo en pueblo y siendo de todos ellos rechazado y corrido , pues nadie quiere recibir el cadáver de Moctezuma . Apanecatl se queja de porque ha de seguir cargando ese muerto a sus espaldas y si acaso es molesto ese fiambre, logrando así que unos piadosos nobles de un pequeño pueblo ordenen a sus mayordomos que se apiaden de Apanecatl, le reciban el cadáver y lo quemen.

Origen tal vez de un dicho popular que se usa en Mexico señalando que a fulano le cargan el muerto, haciendolo falsamente culpable de algo, haciendolo responsable de una falta que no cometio , de un error que no es su culpa.

La nota periodistica que aqui se reproduce trae otros datos que francamente me parece imposible que un arqueólogo pudiera hallar ni siquiera investigando en el ADN.

Nos dice la nota del periódico "La Jornada" que la "música fúnebre" y "la danza ritual" "son son algunos de los aspectos que devela la arqueóloga Ximena Chávez, investigadora del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), quien actualmente trabaja en las excavaciones que se realizan en el predio de las Ajaracas, donde fue hallada la colosal escultura de Tlaltecuhtli."

Creó que la reportera o el editor resumió o interpretó mal la información del boletin de prensa pero me parece menos que imposible que halla registro de la musica funebre y de la danza ritual funebre de los colhua mexica, los mal llamados aztecas.

Existen algunos instrumentos musicales que sobrevivieron a la destrucción, pocos por ser hechos la mayoria de ellos con materias primas naturales que se destruyen ( madera, piel, carrizo) solo sobreviven los de piedra, barro o hueso y alguno de madera . Existen datos, detalles sueltos que hacen imposible reproducir una coreografia de las danzas que eran parte de las fiesta de las veintenas. Esto se aplica sobre todo en las crónicas de Sahagun y Duran, las mejores fuentes para el estudio de la veintena del Xocotl , donde ademas se celebraba la fiesta de los "grandes señores" muertos.

Las danzas que actualmente podemos ver con instrumentación cercana y vestimenta, imaginada, a la instrumentación prehispánica, son las danzas de concheros, llamados así por la especie de mandolina que fabricaron los indios con una concha de armadillo como caja de resonancia, imitando al instrumento musical europeo, ese solo detalle señala el caracter post conquista de esa danza y de la musica que en ella se toca. Son por ello parte de las danzas de conquista. Efectivamente dicha danza es un híbrido prehispanico europeo, un sincretismo donde el peso mayor lo tiene lo prehispánico, o al menos eso parece, posiblemente algunas de las evoluciones,de los pasos tienen raíz prehispánica. Pero incluso en ella, muchas "mesas" de concheros de esa danza-culto-religión-secta, segun el caso, reconocen sus raíces en Querétaro, se dicen danzas chichimecas de conquista.

Espero sea útil este comentario y disfruten el poema de Brecht.

Roberto Romero Gutierrez.

Preguntas de un Obrero que lee
Tebas, la de las Siete Puertas, ¿Quién la construyó? En los libros figuran los nombres de los reyes.
¿Arrastraron los reyes los grandes bloques de piedra?

Y Babilonia, destruida tantas veces, ¿Quién la volvió a construir otras tantas?
¿En qué casas de la dorada Lima vivían los obreros que la construyeron?

La noche en que fue terminada la Muralla china,¿Adonde fueron los albañiles?
Roma la Grande está llena de arcos de triunfo. ¿Quién los erigió?
¿Sobre quiénes triunfaron los Césares?

Bizancio, tan cantada, ¿Tenía sólo palacios para sus habitantes?
Hasta en la fabulosa Atlántida,la noche en que el mar se la tragaba,
los habitantes clamaban pidiendo ayuda a sus esclavos.

El joven Alejandro conquistó la India. ¿El sólo?César venció a los galos.
¿No llevaba consigo ni siquiera un cocinero?
Felipe II lloró al hundirse su flota. ¿No lloró nadie más?
Federico II ganó la Guerra de los Siete Años. ¿Quién la ganó, además?

Una victoria en cada página. ¿Quién cocinaba los banquetes de la victoria?
Un gran hombre cada diez años.¿Quién paga sus gastos?
Una pregunta para cada historia.

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