Foto: El arqueólogo Julio Cuenca (centro), en La Palma, en Risco Caído.

 Fuente: canarias7.es | 26 de mayo de 2016

Ejemplos de lugares supuestamente especiales, sagrados o mágicos para los aborígenes hay decenas en Canarias y todos tienen una orientación astronómica determinada. Arqueología y Astronomía se dan la mano aquí para determinar por qué se da esa relación y también por qué en otros lugares sencillamente no existe.

El cielo que vemos ahora es el mismo que hace un milenio veían los aborígenes canarios y, como ocurrió durante siglos, muy probablemente miraban al cielo para orientarse, para controlar el tiempo y, cómo no, para implorar lo que necesitaban. Los aborígenes de las Islas no son, sin embargo, excepcionales ni hacían algo muy distinto a otras culturas y eso es lo que desde ayer pretenden poner de manifiesto especialistas en arqueología, astronomía y otras disciplinas en las jornadas El cielo y la sacralidad en las culturas aborígenes de Canarias y s..., que se celebran en La Palma.

«Todos los pueblos de la Tierra, de todas las culturas y en todas las épocas han mirado al cielo buscando respuestas, bien por cuestiones prosaicas, bien por otras más metafísicas», aseguraba ayer Juan Antonio Belmonte  (derecha) arqueoastrónomo del Instituto de Astrofísica de Canarias(IAC) y uno de los pioneros en esta materia en España. Dice Belmonte que también en Canarias las divinidades estaban en el cielo: el Sol, la Luna y Venus. «Así lo dicen las crónicas y la arqueología así lo evidencia», explica el especialista, al tiempo que lamenta que las escrituras que dejaron los aborígenes «apenas den información».

Pero, además, constata Belmonte que cada isla es diferente a la de al lado. Y en eso, Gran Canaria se lleva la palma, «Es paradigmática», asegura, porque lugares como Risco Caído, la necrópolis de Artenara y muchos otros tienen una alineación claramente astronómica, que, además, se halla también en las pintaderas y en muchos otros elementos y, sobre todo, son «absolutamente contrastables con las crónicas» posteriores a la Conquista, sostiene Belmonte.

En el lado opuesto está Tenerife, donde «las evidencias son más pobres», porque hay información en fuentes escritas, pero no en los yacimientos arqueológicos. Otro paradigma son Lanzarote y Fuerteventura, donde no hay apenas fuentes, pero que desde el punto de vista arqueológico son «espectaculares», sobre todo, dice Belmonte, Fuerteventura.

Los parámetros astronómicos más utilizados por civilizaciones antiguas para la ubicación de yacimientos son los solsticios de verano e invierno y el equinoccio. Esto se repite en todo el mundo y también los lugares sagrados de los aborígenes de las Islas tenían que ver con la astronomía.

El arqueólogo palmero y organizador de las jornadas, Jorge Pais, ha puesto, sin embargo, de manifiesto, y así lo corroboran estos días astroarqueólogos como Belmonte o César González, que no todos los yacimientos tienen orientación astronómica ni son calendarios solares, y en La Palma, donde precisamente existe el mito de que es así, solo en dos de la veintena de lugares visitados parece que se da tal orientación.